A mí me ha llamado la atención, el guarda espaldas del Poncio. Cómo cogía de la mano a la churumbela como si fuera su escolta y como si fuera una personalidad importante que haya que proteger su vida o su intimidad, cuando esta mierdecilla ha sido la primera interesada en montar todo este espectáculo y que se hiciera público. Y ella escenificando agobio, mirando para el suelo... de verdad que esto no tiene ni pies ni cabeza.