Viendo a las dos señoras, cada una elige su forma de mostrarse el mundo una elegante, discreta, sin intentar destacar demasiado aunque correctísima, sonriente y la otra queriendo ser siempre el centro de atención que se hable de ella y no del acto al que ha asistido y nada de estilo y clase lo que la pone es ser la más buenorra/sexy/macizorra que para eso se machaca el el gimnasio y los españoles gentilmente le pagamos sus operaciones de estética.