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pilou12
Guest
repe
Última edición por un moderador:
Veinte aniversario de la muerte de la Princesa Diana
- AutorPrincess Kate
- Fecha de inicio
D
Deleted member 14019
Guest
De acuerdo, estaba en su mayor esplendor y segun el libro de Burrell no solo en el aspecto fìsico, emocionalmente tambien habia alcanzado un alto grado de paz y confianza en si misma, por primera vez se sentia felìz y plena, tenia una meta, proyectos, estaba bella y desafiante, leìa muchos libros de autoayuda que le hacìan muy bien, incluso pegaba papelitos por todas partes con las frases que repetia como un mantra...en definitiva que su estado anìmico se notaba tambien en su fìsico, porque resplandecia y no creo que fuera por amor, lo de Dodi para mi era solo un calentòn que mas temprano que tarde hubiese pasado, un entusiasmo pasajero, ella estaba por primera vez en años disfrutando sin rencores ni miedos de ser quien era...habia perdonado a Carlos, estaba en paz.¿Este hilo sobre qué trata?
Yo me voy a limitar al título del hilo. Diana murió en su mejor momento. Se la veía radiante en sus últimas apariciones públicas.......nadie ha vuelto a centrar la atención mediática como ella.........irrepetible esta mujer..........y menos mal que no le pilló en vida lo de las redes sociales porque la persecución sería mayor...........
Ver el archivo adjunto 522646 Ver el archivo adjunto 522647
Ver el archivo adjunto 522645
¡Claro!, es el único que quedó vivo. Trevor Rees-Jones estaba empleado por el padre de Dodi. A él se le destruyó la cara en el accidente y tuvo que pasar por extensas cirugías maxilo-faciales.
El dice no recordar casi nada del accidente, locual no es extraño en ese tipo de shocks.
I
ibiza
Guest
En algunas publicaciones hablan que se tiro por las escaleras cuando estaba embarazada de Harry
http://www.elmundo.es/loc/2017/03/21/58d0ed6d22601d07678b45a5.html
http://www.infobae.com/america/mund...-relacion-entre-el-principe-carlos-y-lady-di/
Sin embargo hay otras publicaciones que dicen que fue durante el embarazo de William
http://www.lanacion.com.ar/576765-diana-revelo-que-intento-suicidarse-cuando-estaba-embarazada
http://www.abc.es/hemeroteca/histor...-matadero-el-dia-de-su-boda_962287574082.html
Sea como fuere, pq yo no se la verdad, también cuentan en varias publicaciones que Diana se cortaba las venas, tuvo varios intentos de su***dio, incluso se llego a tirar por una ventana, le obligaron a tomar antidepresivos incluso durante el embarazo de Will (y q ella rechazó por miedo a q el niño naciese con problemas)..... Tremendamente triste.
Si todo esto es asi, ahora mismo donde ella está, está en paz.
I
ibiza
Guest
Leyendo sobre Diana me encuentro con esto y sólo pienso "Cómo hemos cambiado" .................... a peor, está claro.
http://www.elmundo.es/especiales/2002/06/sociedad/romance/lunes.html
PRIMERAS CITAS
Al principio, Diana llamaba «señor» al príncipe Carlos
.Los primeros encuentros previos al matrimonio en el verano de 1980 entre Carlos y Diana habían estado marcados tanto por el sentido del deber de él como por la inocencia de ella. Carlos había sucumbido a la presión de la Casa de Windsor y aceptado no sólo que debería contraer matrimonio, sino también que su novia no podía ser Camila, su verdadero único amor, la mujer de otro. Por su parte, Diana parecía felizmente desprevenida, incluso desinteresada, acerca de la vida secreta de Carlos. Estaba completamente maravillada por el príncipe, emocionada y excitada ante la idea de que él pudiese mostrar algún interés por ella.
Al principio, Diana le llamaba «señor». Las pocas palabras que Diana tuvo el valor de dirigirle le emocionaron tanto que le hicieron pensar que debería prestarle más atención. Durante uno de los primeros encuentros, cuando Diana iba a ver a Carlos jugar al polo, se quedó mirándole fijamente y le dijo que se sentía muy triste por la muerte del tío Dickie Mountbatten, asesinado por el IRA el año anterior.
Tras esos encuentros iniciales, Carlos confesó a uno de sus amigos que, aunque no la amaba todavía, ella era adorable y cariñosa y que confiaba en que terminaría por amarla. Este cálculo frío incluía que reconocía en Diana las virtudes cardinales sobre las que habían hecho hincapié la reina Isabel, la reina madre y el tío Dickie por el bien del futuro de la Monarquía: era virgen y lo suficientemente joven como para que se pudiera moldear según lo que requería la institución.
Con todo, la actitud de Carlos ante el matrimonio seguía siendo complicada debido a que no podía reprimir sus sentimientos hacia Camila. Una fotografía de Carlos que se tomó en 1975 después de un partido de polo mientras miraba a Camila con ojos de adoración, era la imagen de una historia de amor anunciada, aunque fue discretamente olvidada por el autor de la fotografía.
A pesar de que durante los años 70 la pareja se había abstenido de mantener relaciones sexuales mientras Camila cuidaba de sus dos hijos habidos de su matrimonio con Andres Parker Bowles, el príncipe había llegado a considerarla su mejor amiga y confidente.Es más, Carlos se embarcó en una serie de relaciones sexuales superficiales y esporádicas con mujeres que sólo le sirvieron para volver a encender la memoria de la pasión que había encontrado con Camila.
s*x*
Camila sabía muy bien lo que a Carlos le gustaba
En toda su vida sexual ninguna otra mujer se podía comparar con Camila, otro factor determinante para el fracaso trágico de su matrimonio con Diana. Camila sabía lo que deseaba Carlos en la cama y ella se lo daba, al tiempo que empleaba su experiencia para poder llevarle a nuevos estadios de erotismo compartido.
La relación temprana que Carlos mantuvo con Camila les había proporcionado una intimidad que iba a durar para el resto de sus vidas y nadie podía hacerla desaparecer. Basta con decir que ella llegó a satisfacerle profundamente y a mantener su obsesión por ella, incluso cuando la abstinencia era inevitable.
El 28 de febrero de 1981 se anunció el compromiso de Carlos y Diana. Por la tarde, Diana recibió una carta de Camila con una invitación a una comida en la que dejaba claro que había sido avisada con mucha antelación del anuncio de boda. Por primera vez, Diana empezó a sospechar la influencia que «esa mujer», como llamaba a Camila, tenía sobre su futuro esposo.
A pesar de toda la dulzura que Diana mostraba en público, la princesa de cuento era en realidad una persona profundamente herida, cuyos problemas psicológicos se remontaban al confuso divorcio de sus padres cuando era niña. Además, no estaba verdaderamente preparada para el gran interés mostrado por los medios de comunicación de masas, una vez que la identificaron como la prometida de Carlos. Pero no fue únicamente la paranoia lo que condujo a Diana a llevarse sus primeros berrinches por causa de Camila poco antes de su matrimonio; era el instinto natural de una joven sensible que veía amenazada su felicidad por un peligro verdadero y presente: tener que compartir un marido en un ménage à trois, una idea contra la que se rebelaba igual que sucedía con la aversión que tenía a su madrastra.
La confianza de Diana en Carlos se ponía continuamente a prueba.No solamente tenía que tolerar el asistir a una serie de reuniones sociales en las cuales Camila estaba siempre presente, sino que además tenía que soportar lo más doloroso: las llamadas telefónicas ocasionales y los regalos con los que se tropezaba poniendo en evidencia la fuerza del vínculo que unía a «esa mujer» con Carlos.
TORTUOSA RELACION
La noche antes, Carlos estuvo con su amante
Un día, durante el cortejo oficial por parte de Carlos, la paz mental de la futura princesa saltó hecha añicos por la publicación de una historia en el Sunday Mirror que insinuaba que ambos se habían acostado una noche en un tren real. El periódico basaba su historia en un rumor sin fundamento y en una fotografía tomada con teleobjetivo de una mujer no identificada entrando en el vagón del príncipe por la noche. Diana se sintió muy herida por la insinuación de que había perdido su virginidad antes del matrimonio y echó la culpa a una prensa rencorosa y caprichosa. Fue apoyada por una negativa tajante de Buckingham Palace y por el propio Carlos, que se había ido a la India en viaje oficial en plena controversia.
La realidad, que no se hizo pública hasta muchos años después, era mucho peor de lo que Diana hubiera podido sospechar hasta entonces: la mujer misteriosa era Camila, cuya relación con Carlos era aún bastante desconocida para los medios de comunicación.
Carlos y Camila no podían permanecer separados durante mucho tiempo. Semanas antes de la boda real, Diana descubrió un regalo que Carlos había comprado para su antigua amiga: un brazalete de oro con las iniciales F y G entrelazadas. Las iniciales eran las de Fred y Gladys, los apodos que usaban Carlos y Camila cuando estaban en la intimidad. Cuando la que iba a ser su esposa le pidió una explicación, Carlos sencillamente quitó importancia al incidente y sugirió que ella le estaba haciendo una escena.
En la víspera de la boda, Diana, ansiosa por creer en un futuro hecho de sueños, se tranquilizó temporalmente gracias a un regalo de Carlos: un anillo grabado con el sello personal del Príncipe de Gales y una tarjeta cariñosa que decía: «Estoy muy orgulloso de ti y te estaré esperando mañana en el altar cuando avances hacia mí en la iglesia. Mírales a los ojos y verán que eres maravillosa».Lo que no sabía Diana es que unas horas antes Carlos había mantenido un encuentro secreto con Camila en la casa de un amigo en común y le había regalado a ésta el brazalete Fred y Gladys. Y aquella noche, cuando Diana se retiró a la casa Clarence, la residencia oficial de la reina madre, para pasar su última noche virginal, Carlos disfrutó de su último momento de felicidad como soltero en los brazos de su amante de toda la vida.
Carlos lloró mientras se preparaba para la boda. Podía haber derramado lágrimas de emoción por la gigantesca marea de patriotismo que recorría el país debido a la monarquía, pero también eran lágrimas de tristeza porque iba a casarse con la mujer equivocada.
Solamente un pequeño número de empleados de la Casa Real, por aquel entonces obligados por el deber y suficientemente leales para mantener en secreto lo que sabían, además de un amigo íntimo de Diana, sabían lo cerca que el novio y la novia estuvieron de intentar cancelar la boda. Sin embargo, los acontecimientos se sucedían fuera del control de Carlos y Diana, tal era la expectación creada alrededor de la boda por pelotones de periodistas y medios de comunicación. Al tiempo que miembros de la Familia Real sospechaban que no todo era miel sobre hojuelas para la pareja de prometidos, se dieron cuenta de que se había llegado a un punto sin retorno.El pastel estaba listo, los arreglos ceremoniales más elaborados desde la Coronación de la reina Isabel estaban preparados, el mundo entero estaba observando y esperando que se celebrara la boda que tenía que celebrarse.
LA BODA
Los novios fueron escoltados por el marido de Camila
Y eso es lo que sucedió. Cuando los recién casados, Carlos y Diana, fueron conducidos en la carroza real a la recepción, fueron escoltados por 24 oficiales del regimiento de caballería de élite de la reina; entre ellos, ataviado con un magnífico penacho en la cabeza y una chaqueta azul, estaba Andrew Parker Bowles, el marido cornudo traicionado por su antiguo compañero de paseos a caballo. Con anterioridad, su mujer, Camila, se había mezclado discretamente entre los cientos de invitados a la ceremonia religiosa en la Catedral de San Pablo, sin que se notara su presencia en medio de la realeza y otros vips venidos de todas partes del mundo. No la invitaron a la recepción del Buckingham Palace.
A juzgar por la historia, no sólo por la de la Casa de Windsor sino también por la de otras casas reales europeas, incluyendo la de España, podía haber buenas razones para creer que un ménage à trois con forma de matrimonio que había durado hasta el mismo día de la boda podía haberse reconvertido en un arreglo de conveniencia de larga duración que implicara a Carlos, a Diana y al matrimonio Parker Bowles.
Pero dos elementos se confabularon para impedir tal desenlace realmente práctico para esta historia: las personalidades de los principales dramatis personae y la presencia y poder crecientes como jueces, jurado y coro popular de la prensa rosa, que echó leña al fuego en la ruptura del matrimonio real.
Tras la boda, Carlos y Camila se pusieron de acuerdo una vez más sobre su versión del coitus interruptus: mantener cierta clase de contacto amistoso pero sin s*x*. Con cierto escepticismo, a los amigos de Carlos y Diana les dijeron que los recién casados estaban decididos a hacer que el matrimonio real funcionara de verdad. Sin embargo, en cuanto empezó la luna de miel, la pareja se enfrentó a su mutua incompatibilidad.
Por una parte, Diana se ponía histérica cada vez que descubría una llamada telefónica, una carta o un regalo relacionados con «esa mujer» y, por otra, Carlos procuraba la abnegación en el convencimiento de que se había casado con una neurótica que era mentalmente desequilibrada e inadecuada para ser la futura reina de Inglaterra.
Pronto se estableció un círculo vicioso en el que Carlos se veía incapaz de tratar con la condición mental de Diana. Esta incluía un desorden en su dieta que hacía que su aliento oliera mal a causa de los vómitos y unos ataques de depresión que la conducían a amagos de su***dio. En enero de 1982, cuando estaba embarazada de tres meses de su primer hijo, el príncipe Guillermo, Diana se tiró por las escaleras en la real residencia campestre de Sandringham. En otra ocasión trató de cortarse las venas con un cuchillo.
No importa que el estado de ánimo de Diana no fuese más que un grito de socorro por culpa de un marido que no la amaba. Carlos alimentaba su propia obsesión existencial, que le arrojó de nuevo en los brazos de Camila, quien estaba esperándole y deseosa de confortarle. En los primeros años de su matrimonio real había escasos momentos de respeto mutuo entre Carlos y Diana, los cuales ensalzaban la belleza de ella y les permitía brillar como pareja.Les encantaba la idea de ver a sus hijos nacer y crecer. Pero esos momentos escaseaban cada vez más, y la ruptura del matrimonio empezó a mostrarse en público y a ser exhibida por los medios de comunicación.
Las primeras señales de tensión se hicieron públicas en 1984, tras el nacimiento de su segundo hijo, el príncipe Harry, cuando los periódicos informaron que Carlos y Diana habían discutido sobre cómo manejar la publicidad sobre el evento. Pero la prensa apenas estaba rozando la punta del iceberg. La realidad era peor.
EMBARAZO
En 1984 surgen las primeras tensiones en el matrimonio .
Durante el embarazo de Diana de Harry, las conversaciones telefónicas y los encuentros entre Carlos y Camila se habían hecho más frecuentes. Al poco de nacer Harry, Carlos y Camila volvieron a compartir la cama. Diana ya tenía otras razones para sentirse herida y permitió que unos amigos filtraran a la prensa la historia de que Carlos estaba tan ansioso de que su segundo hijo fuera una niña, que cuando vio a su segundo hijo exclamó: «¡Vaya, es un chico, y es pelirrojo!» antes de irse a jugar al polo. La propia Diana confesó después que en ese momento algo murió dentro de ella y sintió que aquello era el principio del final de su matrimonio.
PD: Una relación espantosa, basada en la desconfianza obsesiva de Diana pq había motivos. Un divorcio con heridas muy profundas. Leyendo el artículo me dan ganas de abrir un hilo "Qué le dio Camilla a Charles para volverle tan obsesionado por ella".
Leyendo despacio me genera un montón de dudas.
En fin, para mi ella está descansando de tanto locura desde hace casi 20 años.
http://www.elmundo.es/especiales/2002/06/sociedad/romance/lunes.html
PRIMERAS CITAS
Al principio, Diana llamaba «señor» al príncipe Carlos
.Los primeros encuentros previos al matrimonio en el verano de 1980 entre Carlos y Diana habían estado marcados tanto por el sentido del deber de él como por la inocencia de ella. Carlos había sucumbido a la presión de la Casa de Windsor y aceptado no sólo que debería contraer matrimonio, sino también que su novia no podía ser Camila, su verdadero único amor, la mujer de otro. Por su parte, Diana parecía felizmente desprevenida, incluso desinteresada, acerca de la vida secreta de Carlos. Estaba completamente maravillada por el príncipe, emocionada y excitada ante la idea de que él pudiese mostrar algún interés por ella.
Al principio, Diana le llamaba «señor». Las pocas palabras que Diana tuvo el valor de dirigirle le emocionaron tanto que le hicieron pensar que debería prestarle más atención. Durante uno de los primeros encuentros, cuando Diana iba a ver a Carlos jugar al polo, se quedó mirándole fijamente y le dijo que se sentía muy triste por la muerte del tío Dickie Mountbatten, asesinado por el IRA el año anterior.
Tras esos encuentros iniciales, Carlos confesó a uno de sus amigos que, aunque no la amaba todavía, ella era adorable y cariñosa y que confiaba en que terminaría por amarla. Este cálculo frío incluía que reconocía en Diana las virtudes cardinales sobre las que habían hecho hincapié la reina Isabel, la reina madre y el tío Dickie por el bien del futuro de la Monarquía: era virgen y lo suficientemente joven como para que se pudiera moldear según lo que requería la institución.
Con todo, la actitud de Carlos ante el matrimonio seguía siendo complicada debido a que no podía reprimir sus sentimientos hacia Camila. Una fotografía de Carlos que se tomó en 1975 después de un partido de polo mientras miraba a Camila con ojos de adoración, era la imagen de una historia de amor anunciada, aunque fue discretamente olvidada por el autor de la fotografía.
A pesar de que durante los años 70 la pareja se había abstenido de mantener relaciones sexuales mientras Camila cuidaba de sus dos hijos habidos de su matrimonio con Andres Parker Bowles, el príncipe había llegado a considerarla su mejor amiga y confidente.Es más, Carlos se embarcó en una serie de relaciones sexuales superficiales y esporádicas con mujeres que sólo le sirvieron para volver a encender la memoria de la pasión que había encontrado con Camila.
s*x*
Camila sabía muy bien lo que a Carlos le gustaba
En toda su vida sexual ninguna otra mujer se podía comparar con Camila, otro factor determinante para el fracaso trágico de su matrimonio con Diana. Camila sabía lo que deseaba Carlos en la cama y ella se lo daba, al tiempo que empleaba su experiencia para poder llevarle a nuevos estadios de erotismo compartido.
La relación temprana que Carlos mantuvo con Camila les había proporcionado una intimidad que iba a durar para el resto de sus vidas y nadie podía hacerla desaparecer. Basta con decir que ella llegó a satisfacerle profundamente y a mantener su obsesión por ella, incluso cuando la abstinencia era inevitable.
El 28 de febrero de 1981 se anunció el compromiso de Carlos y Diana. Por la tarde, Diana recibió una carta de Camila con una invitación a una comida en la que dejaba claro que había sido avisada con mucha antelación del anuncio de boda. Por primera vez, Diana empezó a sospechar la influencia que «esa mujer», como llamaba a Camila, tenía sobre su futuro esposo.
A pesar de toda la dulzura que Diana mostraba en público, la princesa de cuento era en realidad una persona profundamente herida, cuyos problemas psicológicos se remontaban al confuso divorcio de sus padres cuando era niña. Además, no estaba verdaderamente preparada para el gran interés mostrado por los medios de comunicación de masas, una vez que la identificaron como la prometida de Carlos. Pero no fue únicamente la paranoia lo que condujo a Diana a llevarse sus primeros berrinches por causa de Camila poco antes de su matrimonio; era el instinto natural de una joven sensible que veía amenazada su felicidad por un peligro verdadero y presente: tener que compartir un marido en un ménage à trois, una idea contra la que se rebelaba igual que sucedía con la aversión que tenía a su madrastra.
La confianza de Diana en Carlos se ponía continuamente a prueba.No solamente tenía que tolerar el asistir a una serie de reuniones sociales en las cuales Camila estaba siempre presente, sino que además tenía que soportar lo más doloroso: las llamadas telefónicas ocasionales y los regalos con los que se tropezaba poniendo en evidencia la fuerza del vínculo que unía a «esa mujer» con Carlos.
TORTUOSA RELACION
La noche antes, Carlos estuvo con su amante
Un día, durante el cortejo oficial por parte de Carlos, la paz mental de la futura princesa saltó hecha añicos por la publicación de una historia en el Sunday Mirror que insinuaba que ambos se habían acostado una noche en un tren real. El periódico basaba su historia en un rumor sin fundamento y en una fotografía tomada con teleobjetivo de una mujer no identificada entrando en el vagón del príncipe por la noche. Diana se sintió muy herida por la insinuación de que había perdido su virginidad antes del matrimonio y echó la culpa a una prensa rencorosa y caprichosa. Fue apoyada por una negativa tajante de Buckingham Palace y por el propio Carlos, que se había ido a la India en viaje oficial en plena controversia.
La realidad, que no se hizo pública hasta muchos años después, era mucho peor de lo que Diana hubiera podido sospechar hasta entonces: la mujer misteriosa era Camila, cuya relación con Carlos era aún bastante desconocida para los medios de comunicación.
Carlos y Camila no podían permanecer separados durante mucho tiempo. Semanas antes de la boda real, Diana descubrió un regalo que Carlos había comprado para su antigua amiga: un brazalete de oro con las iniciales F y G entrelazadas. Las iniciales eran las de Fred y Gladys, los apodos que usaban Carlos y Camila cuando estaban en la intimidad. Cuando la que iba a ser su esposa le pidió una explicación, Carlos sencillamente quitó importancia al incidente y sugirió que ella le estaba haciendo una escena.
En la víspera de la boda, Diana, ansiosa por creer en un futuro hecho de sueños, se tranquilizó temporalmente gracias a un regalo de Carlos: un anillo grabado con el sello personal del Príncipe de Gales y una tarjeta cariñosa que decía: «Estoy muy orgulloso de ti y te estaré esperando mañana en el altar cuando avances hacia mí en la iglesia. Mírales a los ojos y verán que eres maravillosa».Lo que no sabía Diana es que unas horas antes Carlos había mantenido un encuentro secreto con Camila en la casa de un amigo en común y le había regalado a ésta el brazalete Fred y Gladys. Y aquella noche, cuando Diana se retiró a la casa Clarence, la residencia oficial de la reina madre, para pasar su última noche virginal, Carlos disfrutó de su último momento de felicidad como soltero en los brazos de su amante de toda la vida.
Carlos lloró mientras se preparaba para la boda. Podía haber derramado lágrimas de emoción por la gigantesca marea de patriotismo que recorría el país debido a la monarquía, pero también eran lágrimas de tristeza porque iba a casarse con la mujer equivocada.
Solamente un pequeño número de empleados de la Casa Real, por aquel entonces obligados por el deber y suficientemente leales para mantener en secreto lo que sabían, además de un amigo íntimo de Diana, sabían lo cerca que el novio y la novia estuvieron de intentar cancelar la boda. Sin embargo, los acontecimientos se sucedían fuera del control de Carlos y Diana, tal era la expectación creada alrededor de la boda por pelotones de periodistas y medios de comunicación. Al tiempo que miembros de la Familia Real sospechaban que no todo era miel sobre hojuelas para la pareja de prometidos, se dieron cuenta de que se había llegado a un punto sin retorno.El pastel estaba listo, los arreglos ceremoniales más elaborados desde la Coronación de la reina Isabel estaban preparados, el mundo entero estaba observando y esperando que se celebrara la boda que tenía que celebrarse.
LA BODA
Los novios fueron escoltados por el marido de Camila
Y eso es lo que sucedió. Cuando los recién casados, Carlos y Diana, fueron conducidos en la carroza real a la recepción, fueron escoltados por 24 oficiales del regimiento de caballería de élite de la reina; entre ellos, ataviado con un magnífico penacho en la cabeza y una chaqueta azul, estaba Andrew Parker Bowles, el marido cornudo traicionado por su antiguo compañero de paseos a caballo. Con anterioridad, su mujer, Camila, se había mezclado discretamente entre los cientos de invitados a la ceremonia religiosa en la Catedral de San Pablo, sin que se notara su presencia en medio de la realeza y otros vips venidos de todas partes del mundo. No la invitaron a la recepción del Buckingham Palace.
A juzgar por la historia, no sólo por la de la Casa de Windsor sino también por la de otras casas reales europeas, incluyendo la de España, podía haber buenas razones para creer que un ménage à trois con forma de matrimonio que había durado hasta el mismo día de la boda podía haberse reconvertido en un arreglo de conveniencia de larga duración que implicara a Carlos, a Diana y al matrimonio Parker Bowles.
Pero dos elementos se confabularon para impedir tal desenlace realmente práctico para esta historia: las personalidades de los principales dramatis personae y la presencia y poder crecientes como jueces, jurado y coro popular de la prensa rosa, que echó leña al fuego en la ruptura del matrimonio real.
Tras la boda, Carlos y Camila se pusieron de acuerdo una vez más sobre su versión del coitus interruptus: mantener cierta clase de contacto amistoso pero sin s*x*. Con cierto escepticismo, a los amigos de Carlos y Diana les dijeron que los recién casados estaban decididos a hacer que el matrimonio real funcionara de verdad. Sin embargo, en cuanto empezó la luna de miel, la pareja se enfrentó a su mutua incompatibilidad.
Por una parte, Diana se ponía histérica cada vez que descubría una llamada telefónica, una carta o un regalo relacionados con «esa mujer» y, por otra, Carlos procuraba la abnegación en el convencimiento de que se había casado con una neurótica que era mentalmente desequilibrada e inadecuada para ser la futura reina de Inglaterra.
Pronto se estableció un círculo vicioso en el que Carlos se veía incapaz de tratar con la condición mental de Diana. Esta incluía un desorden en su dieta que hacía que su aliento oliera mal a causa de los vómitos y unos ataques de depresión que la conducían a amagos de su***dio. En enero de 1982, cuando estaba embarazada de tres meses de su primer hijo, el príncipe Guillermo, Diana se tiró por las escaleras en la real residencia campestre de Sandringham. En otra ocasión trató de cortarse las venas con un cuchillo.
No importa que el estado de ánimo de Diana no fuese más que un grito de socorro por culpa de un marido que no la amaba. Carlos alimentaba su propia obsesión existencial, que le arrojó de nuevo en los brazos de Camila, quien estaba esperándole y deseosa de confortarle. En los primeros años de su matrimonio real había escasos momentos de respeto mutuo entre Carlos y Diana, los cuales ensalzaban la belleza de ella y les permitía brillar como pareja.Les encantaba la idea de ver a sus hijos nacer y crecer. Pero esos momentos escaseaban cada vez más, y la ruptura del matrimonio empezó a mostrarse en público y a ser exhibida por los medios de comunicación.
Las primeras señales de tensión se hicieron públicas en 1984, tras el nacimiento de su segundo hijo, el príncipe Harry, cuando los periódicos informaron que Carlos y Diana habían discutido sobre cómo manejar la publicidad sobre el evento. Pero la prensa apenas estaba rozando la punta del iceberg. La realidad era peor.
EMBARAZO
En 1984 surgen las primeras tensiones en el matrimonio .
Durante el embarazo de Diana de Harry, las conversaciones telefónicas y los encuentros entre Carlos y Camila se habían hecho más frecuentes. Al poco de nacer Harry, Carlos y Camila volvieron a compartir la cama. Diana ya tenía otras razones para sentirse herida y permitió que unos amigos filtraran a la prensa la historia de que Carlos estaba tan ansioso de que su segundo hijo fuera una niña, que cuando vio a su segundo hijo exclamó: «¡Vaya, es un chico, y es pelirrojo!» antes de irse a jugar al polo. La propia Diana confesó después que en ese momento algo murió dentro de ella y sintió que aquello era el principio del final de su matrimonio.
PD: Una relación espantosa, basada en la desconfianza obsesiva de Diana pq había motivos. Un divorcio con heridas muy profundas. Leyendo el artículo me dan ganas de abrir un hilo "Qué le dio Camilla a Charles para volverle tan obsesionado por ella".
Leyendo despacio me genera un montón de dudas.
En fin, para mi ella está descansando de tanto locura desde hace casi 20 años.
D
Deleted member 14019
Guest
sigue vivo pero nunca ha querido hablar del tema, debe tener miedo o le deben haber untado con varios miles o amenazado, ya debe estar agradecido de salir con vida de entre ese amasijo de fierros...
I
ibiza
Guest
Lo curioso de verdad, es q en muchos accidentes de tráfico por conductor ebrio, justamente el conductor q va borracho como una cuba es el q sobrevive.
De verdad q es curioso, pero es asi y aqui en este accidente el tio es q se dio pero de frente contra el pilar del túnel... no se como está vivo.... Y lo está.
Es como si el alcohol en sangre fuese un airbag para todo el cuerpo o parecido, no lo entiendo
De verdad q es curioso, pero es asi y aqui en este accidente el tio es q se dio pero de frente contra el pilar del túnel... no se como está vivo.... Y lo está.
Es como si el alcohol en sangre fuese un airbag para todo el cuerpo o parecido, no lo entiendo
Leí que él usó el cinturón de seguridad por eso sobrevivió.... ¿y el conductor usó o no?
E
Endora
Guest
@ibiza El que sobrevivió fue el guardaespaldas no el chofer
La verdad se ha leído tanto de este accidente que uno no sabe. Al principio dijeron que solo el guardaespaldas llevaba cinturón de seguridad y por eso había sobrevivido, pero luego dijeron que ninguno de los pasajeros llevaba cinturón al momento del accidente.
Hay mucha leyenda y mentira alrededor de Diana.
No creas todo lo que se publica o se cuenta. Lo que te he dicho es cierto. Y seguro que esta en paz.
