Un juez reconoce al marido de la duquesa roja como padre de Rosario Bermudo

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Un juez reconoce al marido de la duquesa roja como padre de Rosario Bermudo

Los resultados de la prueba de ADN realizada a los restos mortales del difunto marido de la duquesa roja no dejan lugar a dudas. Ahora un juez lo ha reconocido

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Pilar Medina Sidonia, hija de la duquesa roja. (Getty)
Vanitatis
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06/12/2018 10:39 - Actualizado: 06/12/2018 10:57

El titular del Juzgado número 77 de Madrid ha reconocido que una mujer natural de Écija (Sevilla), Rosario Bermudo, de 67 años, es hija de Leoncio González, marido de la duquesa de Medina Sidonia, Luisa Isabel Álvarez de Toledo, más conocida como la duquesa roja.

Según ha explicado el abogado de la mujer, Fernando Osuna, al proceso se aportó una prueba de ADN con el 99,99 % de coincidencia, el máximo que se puede obtener.

El final de este pleito se ha producido después de un proceso de seis años y de que el 23 de marzo de 2017 se exhumaran en el cementerio de Quintana Redonda (Soria) los restos de Leoncio González para poder contrastar el ADN con el de la demandante.

[LEER MÁS: Una prueba de ADN dinamita la herencia de los hijos de la duquesa roja]

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Quién litiga con quién en el caso de la herencia de la duquesa roja. (Vanitatis)
Esta prueba resultó clave para confirmar que Rosario Bermúdez es hija de Leoncio González, lo que le da derecho a reclamar parte de su herencia, que puede ser millonaria. De hecho, la mujer ya ha iniciado los trámites para recibir la herencia y los apellidos del exmarido de la duquesa roja. Según calculan los abogados, podría tratarse de una suma que rondaría los dos millones de euros.

La sevillana, hija de una sirvienta de la familia, tardó años en reclamar la paternidad de José Leoncio González de Gregorio. Aunque en la demanda de paternidad detallaba que no dispone de ningún contrato o documento que acredite la relación de su madre con su padre, sí aseguraba poseer una fotografía en blanco y negro realizada en un cortijo de Badajoz. Dicha finca era propiedad de la familia, que la visitaba en la época estival.

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Rosario Bermudo, en un fotomotaje de Vanitatis
Leoncio González de Gregorio, esposo de la duquesa de Medina Sidonia, fue miembro de una de las familias más aristocráticas de España con un linaje que se remonta al siglo XV..

De los tres hijos del matrimonio formado por la duquesa roja y su marido, la única que se mostró a favor de colaborar en la recolección de pruebas para realizar los test de ADN fue Pilar Medina Sidonia. De hecho, se ofreció voluntaria para enviar sus propias muestras al laboratorio elegido para llevar a cabo la prueba. Su finalidad: evitar a toda costa la exhumación de su padre, que llegó a calificar de "atropello" en declaraciones hace unos meses a esta página. "Yo ya me ofrecí para hacerme la prueba de ADN porque me parecía horrible que tuviesen que exhumar el cadáver de mi padre. Respeto la decisión de no querer hacérsela de mis hermanos".

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Pilar Medina Sidonia. (Getty)
Sin embargo, no fue argumento suficiente para el juez, que finalmente ordenó la exhumación. Ahora otro juez ha determinado que Rosario también es hija de su padre, Leoncio González de Gregorio y Martí.


https://www.vanitatis.elconfidencia...oja-adn-leoncio-gonzalez-marido-hija_1690026/
 

Exclusiva
La hija ilegítima de González de Gregorio reclamará dos millones de euros

Rosario Bermudo inicia los trámites para recibir la herencia y los apellidos del exmarido de «la duquesa roja»
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Angie Calero
@AngieCaleroSeguir
MADRIDActualizado:05/12/2018 21:02h14El ADN confirma que Rosario Bermudo es hija del marido de la duquesa de Medina Sidonia

Seis años después de que Rosario Bermudo iniciase un procedimiento judicial para que se le reconociera como hija biológica de Leoncio González de Gregorio -exmarido de Isabel Álvarez de Toledo y Maura, «la duquesa roja»-, el Juzgado de Primera Instancia número 77 de Madrid le daba ayer la razón. La última vista oral tuvo lugar la semana pasada y duró varias horas, más de lo que su abogado, Fernando Osuna, esperaba. En esta cita con el juez, se volvió a recordar que la ciencia ya había dado la razón a Bermudo en mayo de 2017. En aquel momento, tras la exhumación de los restos mortales de Leoncio González de Gregorio, su ADN se cotejó con el de Bermudo y coincidió en un 99,99 por ciento.

«Está encantada y contentísima», afirmaba este miércoles Osuna sobre cómo había recibido Bermudo la noticia. En unos días, comenzará a tramitar el cambio de sus apellidos. Mientras tanto, su abogado iniciará «las negociaciones por separado» con Leoncio Alonso, Pilar, Gabriel y Javier. Este último, fruto de la relación sentimental de su padre con Marta de Molina von Stranz, quien fue reconocido en 1995 al contar con la ayuda de Pilar y Gabriel, que se sometieron a pruebas de ADN para que su padre entrase en razón. «A Rosario le corresponden, según lo calculado, dos millones de euros de la herencia de su padre», dijo Osuna.

Tal y como contó este periódico, Bermudo presentó la demanda de filiación cuando su madre, Rosario Muñoz Centeno, ya había fallecido. Leoncio González de Gregorio había muerto varios años antes, en 2008. Ella siempre creyó en la versión de los hechos que le había contado su madre, pero, antes de presentar la demanda de filiación cotejó su ADN con el de Leoncio Alonso, el primer hijo que tuvo González de Gregorio con «la duquesa roja», después llegarían Pilar y Gabriel. La muestra de ADN -que se extrajo de una botella de agua que Leoncio Alonso usó durante una de sus clases en la Universidad-, se llevó a analizar a un laboratorio. El informe con la coincidencia genética (de un 99,99 por ciento) se presentó como un indicio de prueba ante el juez. El magistrado ordenaría más tarde la exhumación de González de Gregorio, pese a que Pilar volvió a ofrecerse para hacerse la prueba con tal de que dejaran descansar a su padre.
 
Gracias moderación, pero que conste que ni lo he iniciado yo, ni le he puesto ese título.
Yo le hubiera añadido el nombre de su padre legítimo.
Leoncio González de Gregorio y Martí
 
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Rosario Bermudo en una imagen de archivo - ABC
Rosario, la nueva González de Gregorio: «Liquidaré las hipotecas de mis hijos con la herencia»
Tras la sentencia que confirma que es hija del que fuera marido de la Duquesa Roja, reclamará dos millones de euros
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Angie Calero
Rosario Bermudo Muñoz se encontraba en su domicilio, el pasado miércoles, cuando recibió una llamada que llevaba esperando cinco años. Su hija Nuria, al otro lado del teléfono, le comunicaba que el Juzgado de Primera Instancia número 77 de Madrid ya había dictado sentencia y le daba la razón. «Por fin se ha hecho justicia y se sabe la verdad: soy hija de Leoncio González de Gregorio, así lo ha dicho el juez», contaba ese mismo día Bermudo a ABC. «En mi casa estamos todos muy contentos, porque parecía que la gente no nos creía, pero la verdad siempre se acaba sabiendo», añadía.

Cabe remontarse al año 1950, cuando la madre de la protagonista de esta historia, Rosario Bermudo Centeno, trabajó en una finca ubicada en Badajoz que era propiedad de los padres de Leoncio González de Gregorio, quien por aquel entonces era menor de edad y que en 1955 se casaría con Luisa Isabel Álvarez de Toledo, la XXI duquesa de Medina Sidonia y popularmente conocida como la Duquesa Roja.

«Siempre lo supe»
La sirvienta y el hijo de los propietarios de la casa mantuvieron una relación sentimental que acabaría cuando ella se quedó embarazada, dando a luz a su hija Rosario en febrero de 1951. «Yo siempre supe quién era mi padre, prácticamente desde que nací», afirma Rosario, quien fue criada por su madre soltera hasta los 8 años. Entonces, Rosario Bermudo Centeno rehizo su vida junto a otro hombre: «Mi madre tuvo seis hijos más, mis hermanos, que también están muy contentos y me han ayudado en todo este proceso». A través de ellos, Rosario acudió a varios abogados, pero todos le «ponían muchas pegas»: «Decían que había pasado mucho tiempo y era imposible ganar el caso». Hasta que dio con el abogado Fernando Osuna, experto en temas de filiación, e iniciaron en 2012 un proceso que, según Rosario.

Dice la sentencia que Rosario Bermudo Muñoz «ha contado con un escaso número de pruebas que pueda presentar como indicio de la filiación extramatrimonial, especialmente por el mutismo con que su madre ha mantenido siempre sobre su relación con Don Leoncio», lo que le llevó a contratar los servicios profesionales de un detective que, tras el seguimiento oportuno, se hizo con una botella de agua mineral que Leoncio Alonso, el primogénito de González de Gregorio y Álvarez de Toledo, tiró a una papelera. Las muestras de ADN de esa prueba fueron comparadas con las de Bermudo, concluyendo del examen una coincidencia genética de un 99,58 por ciento. Este indicio de prueba fue presentado ante el juez, quien ordenó la exhumación de los restos mortales del exmarido de la Duquesa Roja. Una medida que Pilar y Javier, hermanos de Leoncio Alonso, intentaron evitar, ofreciéndose ellos mismos para someterse a la prueba de ADN. Pero fue en vano. Los restos mortales de González de Gregorio establecieron una coincidencia genética del 99,99 por ciento.

Apellidos y herencia
Además de declarar «la paternidad biológica» de González de Gregorio respecto a Rosario Bermudo Muñoz, el juez ha pedido al responsable del Registro Civil de Madrid que «proceda a efectuar las correspondientes inscripciones», con las que la demandante podrá llevar los apellidos de su padre. El siguiente paso lo dará su abogado: reclamar a Leoncio Alonso, Pilar, Gabriel y Javier -éste último, fruto de otra relación extramatrimonial de González de Gregorio- lo que a Rosario le corresponde por la herencia, que ascendería a dos millones de euros. «Cuando lleguemos a un acuerdo, lo primero que haré será quitarles las hipotecas a mis hijos», asegura Bermudo. «Así vivirán más desahogados y podrán tener su jornal para comer, sin preocuparse de otros gastos». Además, arreglará un poco su casa.

Respecto a sus nuevos hermanos, Gabriel es el único con quien ha establecido contacto, «pero muy poco»: «Los demás no quieren tener trato conmigo. Si quisieran yo estaría muy contenta, pero qué le voy a hacer. A ver si algún día cambian de opinión y nos vemos».
 
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