Un estadounidense fue a evangelizar a los indígenas en una isla prohibida y lo mataron a flechazos

"Cometió un error mortal": habla el único superviviente a la isla prohibida de India
Ocurrió en 1991, cuando el antropólogo indio TN Pandit contactó con los sentinelenses, eso sí, sin poner un solo pie en una isla que los locales consideran sagrada

La isla Centinela Norte continúa siendo uno de los lugares más inexpugnables del mundo. La muerte de John Allen Chau, el joven norteamericano de 27 años que quiso tomar contacto con la tribu más hostil del planeta, ha provocado que esta desconocida isla haya saltado a la luz. Especialmente el gran misterio que alberga en su interior: cómo son sus habitantes, qué costumbres tienen, cómo actúan... Pero hay alguien que los conoció y vivió para contarlo.

Poco o nada se sabe de los sentinelenses, la tribu más violenta del mundo. Se trata de un grupo humano que lleva en la isla más de 55.000 años, completamente aislado de la civilización y cuya subsistencia se basa en la recolección y la caza. Se calcula que son unas 150 personas que, evidentemente, son hostiles a cualquier contacto humano del exterior de la isla. Su especial ubicación, en el archipiélago de las islas Andamán (India), es su primera protección ante intrusos.



El arrecife de coral que rodea la isla es otra de las defensas naturales con la que cuentan, pues impide que durante 10 meses sea posible que cualquier embarcación acceda hasta Centinela Norte. Pero, a pesar de ello, varias personas han intentado contactar con la tribu, aunque las leyes indias prohíban expresamente que exista ninguna relación con los sentinelenses. Hasta la fecha, solo ha habido una persona que haya estado allí y haya vuelto con vida.



Ocurrió en el año 1991, cuando el antropólogo indio TN Pandit decidió acudir hasta allí para conocer a la tribu más hostil del mundo. En una entrevista con la BBC, reconoce que fue uno de los momentos más importantes de su vida, pero que no fue nada sencillo. De hecho, asegura que en ningún momento pudo pisar la isla y que recibió varias amenazas antes de entablar contacto. En su opinión, Chau cometió un error que, a la postre, terminó por ser mortal.

Según considera el antropólogo indio, ahora con 87 años, la actitud de los sentinelenses es realmente hostil, lo que provoca que haya que ser muy cauteloso a la hora de intentar tener cualquier contacto con ellos. En su opinión, Chau no fue consciente del riesgo que corría acercándose en la isla: "Estoy muy triste por la muerte de este joven que vino desde Estados Unidos. Pero cometió un error. Tuvo la oportunidad de salvarse, pero insistió y lo pagó con su vida", aseguró.


La isla prohibida
Pero ¿cuál fue ese fallo mortal? Querer pisar la isla. Pandit asegura que acudió a la isla con tres hombres de otra tribu local, los onge, con el objetivo de que pudieran interpretar el comportamiento de los sentinelenses y, además, hacerles ver que venían en son de paz. Tras varios intentos, consiguió convencer a los sentinelenses de que tuvieran un encuentro, pero siempre bajo las condiciones que ellos impusieran: sería en el mar, con el agua a la altura del cuello, y sin poder pisar su isla.

"La reunión se llevó a cabo de acuerdo con sus condiciones. Saltamos del bote y nos quedamos en el agua, que nos llegaba al cuello, dándoles cocos y otros regalos. Pero no nos permitieron poner el pie en su isla", asegura Pandit. Aunque recuerda un momento de tensión: "Cuando iba a regalarles unos cocos, me separé un poco del resto del equipo y comencé a acercarme a la orilla. Un joven sentinelés tomó su cuchillo y me indicó que me cortaría la cabeza. Inmediatamente llamé al barco y me retiré".



https://www.elconfidencial.com/mund...nte-prohibida-india-john-chau-muerte_1672866/
 
El misionero estadounidense planeó durante años convertir a la tribu que lo mató en India
El diario de John Allen Chau y los que le conocieron describen a un hombre obsesionado con el aislado pueblo, con el que quería integrarse para cristianizar “el último bastión de satán” en el mundo


El pasado 17 de noviembre, los pescadores que ayudaron a John Allen Chau a entrar en territorio restringido le dejaron cerca de la costa mientras este se zambullía por segunda y última vez en el agua para llegar a la orilla de Sentinel del Norte (en el archipiélago de Andamán y Nicobar, en el este de India), donde le esperaba la tribu protegida que ya antes le había expulsado de su isla. Las declaraciones de los tres pescadores a la policía describen cómo Chau se quitó la ropa para quedarse en calzoncillos negros e intentar así ser aceptado por la tribu, según informa el diario local Hindustan Times. El misionero estadounidense de 26 años, quien quebrantó una serie de leyes y puso en riesgo la salud de los indígenas, había planeado durante años la peligrosa aventura con la que pretendía evangelizar a los sentineleses.

Agentes de la policía local al corriente del interrogatorio a los pescadores, arrestados por violar el paso restringido, cuentan que Chau preparó una mochila con su pasaporte, ropa, un botiquín, multivitaminas y otros elementos indispensables que él mismo escondió en algún lugar de la isla en la noche del 16 de noviembre, ya que su idea era quedarse a vivir con la tribu durante “varios meses”, según han declarado los detenidos. Desde entonces no se tienen noticias del estadounidense, a quien la policía da por muerto. Las autoridades han suspendido las operaciones de búsqueda a la espera de que la tribu se desplace a otra zona de la isla para intentar recuperar el cuerpo y sus pertenencias.

“Quizá los sentineleses encontraron el petate y lo destruyeron. Es posible que siga allí. Chau temía que le asaeteasen de nuevo; así que llevó un fórceps, imperdibles y medicinas para cortar la hemorragia”, cuenta el agente al medio local. Esto coincide con las notas que se encontraron en el bote, según las pesquisas, y que se refieren al incidente que tuvo lugar el día antes. Miembros de la tribu intentaron disuadirle ese día de su intención de poner pie en tierra. Según los pescadores, Chau tuvo que nadar unos 400 metros de regreso al barco cuando los sentineleses destruyeron su kayak después de lanzarle flechas, una de las cuales alcanzó la Biblia con la que estaba decidido a cristianizar a la comunidad local.

MÁS INFORMACIÓN
La aventura evangelizadora de este predicador, que puso en peligro la integridad de toda una tribu que ha vivido apartada durante decenas de miles de años en una isla de 72 kilómetros cuadrados, protegida por una zona de exclusión de unos cuatro kilómetros impuesta por el Gobierno indio, no solo ha dado lugar a una investigación policial. Su probable muerte a manos de una comunidad de cazadores y recolectores renuente al contacto con el exterior también ha encendido el debate sobre la protección de los indígenas. También ha levantado la indignación internacional contra un misionero cristiano del que no se sabe si era un enajenado con complejo mesiánico o un mártir. “Dios, ¿es esta isla el último bastión de satán donde nunca nadie ha escuchado tu nombre?”, se preguntaba el propio Chau, en el diario escrito de su puño y letra que la familia ha cedido al periódico The Washington Post.

“Definitivamente, perdió la cabeza”, ha declarado al Washington Post Remco Snoeij, quien conoce a Chau desde que este visitó su club de buceo en la isla Havelock, perteneciente como Sentinel del Norte al archipiélago de Andamán y Nicobar, hace dos años. Aun conmocionado por la desaparición de Chau, Snoeij explica que intentó persuadir al misionero de no viajar a la isla porque estaba fuera del alcance del turismo, aunque confiesa que alimentó su deseo con leyendas de otras visitas y tesoros escondidos en Sentinel del Norte. “Pero pregúntale a cualquier aventurero: uno tiene que perder la cabeza un poco. Si no, no lo haces”, le excusa Snoeij.

El carácter aventurero y la obcecación por la tribu no son nuevas en el misionero nacido en el Estado de Washington e hijo de un médico que huyó de China durante la Revolución Cultural. Según sus propias palabras a un medio digital de aventuras, Chau ha estado fascinado con los viajes desde que, siendo niño, rescató una versión de Robinson Crusoe de uno de los estantes de su padre. Después se graduó en Medicina Deportiva en 2014 en la universidad cristiana Oral Roberts y pasó varios veranos en una cabaña en un parque natural de California antes de ser voluntario en programas de fútbol en Irak y Sudáfrica.

Para entonces, Chau ya tenía en mente entrar en contacto con las tribus de las islas de Andamán y Nicobar, a donde viajó entre 2015 y 2016. Ese año se enroló y recibió adiestramiento e inmunización de All Nations, un grupo de Kansas que envía a misioneros cristianos a 40 países del mundo. “John Chau lo hizo lo mejor que pudo”, declaró a la cadena estadounidense CBS Mary Ho, la jefa ejecutiva de la organización, quien insistió en que el procedimiento seguido ha sido legal. Ho afirma que sabía que Chau había viajado a India como turista y no con visado de misionero porque conocía los problemas para gestionar tales permisos. Pero insiste en que el joven no ha violado ninguna ley y cita las noticias publicadas por medios locales en agosto, en las que se afirma que el Gobierno de India eliminó el requisito de obtener el permiso de áreas restringidas para visitar varias islas del archipiélago.

La postura ha sido criticada por grupos cristianos estadounidenses, que explican que sus misiones deben cumplir los requerimientos legales, además de estar precedidas de una interacción y conocimiento previos de la cultura local para evitar cualquier daño a la comunidad autóctona. También el círculo más cercano de Chau reconoce que su obsesión sin límites le perdió. “Sabía bien lo que hacía y era consciente de que eso no era del todo legal”, ha declarado su amigo John Middleton Ramsey, de 22 años. Ramsey recuerda que Chau ya estaba obstinado con la tribu desde que la conoció en 2016, hasta el punto de que su cerrazón le llevó a evitar cualquier relación personal que pudiese poner en peligro su misión: “No quería romper ningún corazón si las cosas no salían bien. Conocía los peligros de ese lugar”.

El diario de Chau describe su peligrosa aventura. Tras aterrizar en el archipiélago el 16 de octubre, pagó a unos pescadores locales para que le llevasen a Sentinel del Norte en la noche del 14 de noviembre. Al amanecer se acercó a la isla, donde algunas mujeres de la tribu estaban “bañándose y charlando”, escribe, cuando hombres armados con arcos y flechas le atacaron mientras él se alejó gritándoles: “Mi nombre es John, os amo y Jesús os ama”. El segundo día se acercó en kayak a la isla para ofrecer pescado, tijeras, una cuerda e imperdibles a sus habitantes. Un hombre le gritó, a lo que él respondió con “himnos y cantos religiosos” hasta que finalmente un joven de la tribu le lanzó la flecha que perforó su Biblia. A su regreso, escribió una de sus últimas notas: “Dios, no quiero morir. ¿QUIÉN OCUPARÁ MI LUGAR SI MUERO?”.


https://elpais.com/internacional/2018/11/28/actualidad/1543424988_216394.html
 
Lo siento, no he podido evitar reirme. Admiro a esa gente. No dejan que les vayan con cuentos... lo peor es que el tío se sentiría un mártir o algo... Ay Dios.... estos americuchis, no saben ni hacer la o con un canuto y se van a predicar...
 
Trataron de recuperar el cuerpo del misionero de EEUU y la tribu también los recibió con arcos y flechas
La policía se acercó a la isla donde murió John Allen Chau, pero los indígenas salieron con las mismas armas con las que mataron al estadounidense. Las autoridades tratan de estudiar el comportamiento de la tribu.

Ha pasado más de una semana desde que una tribu mató a flechazos a un joven estadounidense cuando trató de llegar a la isla donde viven aislados y su su cuerpo aún no ha sido recuperado.

Este fin de semana, policías a bordo de una lancha se acercaron a la remota isla de Sentinel del Norte, en India, donde pudieron observar con prismáticos a miembros de la tribu autóctona conocida como los sentineleses.

Según informó el domingo la policía, el equipo que se aproximó a 1,300 pies (400 metros) de la isla india vio a miembros de la tribu en la playa donde John Allen Chau, de 27 años, fue visto por última vez, antes de perecer acribillado a flechazos.

Esta tribu de cazadores recolectores vive en en una isla del archipiélago indio de Andaman y Nicobar, y rechaza con hostilidad los intentos de contacto del mundo exterior. Su idioma y sus costumbres son un misterio.


Gracias al uso de prismáticos, los oficiales vieron a hombres armados con arcos y flechas, las armas que supuestamente utilizó esta tribu para matar al estadounidense mientras este pretendía presuntamente evangelizarlos.

" Nos miraron y nosotros les estábamos mirando a ellos", contó a la AFP Dependra Pathak, un responsable de la policía regional. El bote se retiró enseguida para evitar cualquier tipo de confrontación.

La policía está llevando a cabo grandes esfuerzos para evitar cualquier perturbación para la tribu en su búsqueda del cuerpo de Chau.

Quiénes son los sentineleses
Esta tribu preneolítica de cazadores y recolectores vive en autarquía (autoconsumo) desde hace siglos en esta isla, totalmente prohibida para los extranjeros.

El temor de que enfermedades tan comunes como un resfriado puedan hacer desaparecer a la tribu o que la electricidad o internet terminen con su estilo de vida han dejado a los habitantes del lugar en total aislamiento.

La muerte del joven estadounidense ha puesto de nuevo el foco en los esfuerzos para proteger a una de las últimas tribus 'no contactadas' del mundo.

El pescador que llevó a Chau hasta Sentinel del Norte dijo que vio a la tribu enterrando el cuerpo en la playa.

Los miembros de esta tribu atacan a cualquiera que va a la isla. Dependra Pathak afirmó que están haciendo un seguimiento para saber si se repite el incidente en el que murieron dos pescadores que se desviaron a la isla mientras dormían y resultaron asesinados en 2006.

Un semana después de su muerte, los dos cuerpos fueron colgados de estacas de bambú frente al mar. "Eran como una especie de espantapájaros", afirmó Pathak.

El principal escollo es el desconocimiento sobre estos indígenas, probablemente descendientes de los primeros humanos que llegaron a Asia.

"Estamos estudiando el caso de 2006. Hemos consultado con antropólogos qué es lo que hacen cuando asesinan a un extranjero", añadió el policía. "Estamos intentando entender la psicología del grupo".

Según Anup Kapoor, profesor de antropología de la Universidad de Nueva Delhi, "lo que sabemos es que fueron asesinados y perseguidos por los británicos y los japoneses. Odian a cualquier persona en uniforme. Si ven a alguien en uniforme, lo matan enseguida".

Puede que no lo recuperen
Aunque la muerte de Chau oficialmente es un caso de asesinato, los antropólogos aseguran que quizás sea imposible recuperar el cuerpo del norteamericano y que no podrán presentar cargos contra esta tribu protegida.

Siete personas, incluidos seis pescadores que estuvieron involucrados en el traslado de Chau a Sentinel del Norte, han sido detenidos.

Los pescadores acompañaron al equipo policial a la isla para ayudarles a determinar dónde fue asesinado Chau.

Los antropólogos y expertos en tribus que tuvieron anteriormente algún escaso contacto con los miembros de esta tribu están colaborando con la investigación.

"Su consejo será importante", afirmó Pathak. " Estamos teniendo en cuenta el consejo de los expertos para avanzar en este caso".
 
Sinceramente, si hace eso, sabiendo que la tribu considera a su isla sagrada y que no dejan a nadie pasar, que son agresivos, etc...pues poco más se puede decir: sabía lo que hacía y ha sufrido las consecuencias.
 

Temas Similares

2
Respuestas
12
Visitas
1K
Back