Series TV. Históricas. Siglo XX.

Vega$ (1978)

No sé si en España se llamó "Dan Hanna", o algo asi.

Con Robert Urich de detective guaperas y Tony Curtis ya vejete ganándose las lentejas




Y salia una rubia tonta que salia en todas en aquella época

 
El gordo y rico detective Nero Wolfe, que resolvia los casos desde su casa, para el trabajo de "campo" tenia a su ayudante, que tambien era Lee Horsley.

Nero Wolfe, basado en las novelas de Rex Stout, lo encarnó William Conrad

 
El culebrón "Vidas cruzadas", basada en una novela de Danielle Steel

¡Tenia un plantel espectacular - viejas estrellas ya mayores - para un argumento muy manido!

Ella estaba casada con un hombre mayor, casi un padre, y él con una rica heredera infiel y caprichosa (Jane Seymour) que no le daba el divorcio a él bajo amenaza de quitarle al niño o algo asi. Se conocían en un trasantlántico. Y el marido cornudo -que se hacia pasar por colaboracionista siendo espia en secreto- tenia un hijo de su anterior matrimonio que se enamoraba de una chica judia a la que la prota llevaba a America para que diese a luz tranquila mientras el muchacho se hacia de la Resistencia despreciando a su padre hasta que lo fusilan y la prota se queda viuda y no se como se libra su amado de su mujer, pero ¡terminan juntos, claro!

Ellos eran Cheryl Ladd (la ex-angel de Charlie que salia en todas las miniseries yanquis) y...¡Lee Horsley, claro!





 
"Vientos de guerra"

Con Robert Mitchum ya mayor como Almirante americano, en lI Guerra Mundial.

Infelizmente casado con la madre de sus hijos,Polly Bergen, y con una joven amante muy guapa.

Sus hijos eran una chica "moderna" -emancipada sin casarse -, un militar felizmente casado (Ben Murphy) y el hijo pródigo, el bohemio (el bellísimo Jan Michel Vincent), que se enamoraba de una bella judia encarnada por Ali McGraw en la primera parte y Jane Seymour en la segunda, con la que se casaba y tenia un hijo. En fin, el topicazo de que los yanquis salvaron el mundo con culebrón de por medio. Salian todos los lideres mundiales, era graciosísimo...

 
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¡Toda una mujer!

Una joven criada seducida por el señorito acaba siendo multimillonaria con sus negocios y maridos aunque el amor de su vida estará casado. Salian en el mismo papel Jenny Seagrove y Deborah Kerr, y Liam Neeson como amigo platónico para siempre.

 
Esta serie me impresionó, como el Conde de Montecristo.

Es el gran clasico de las letras australianas, con el tema de la prisión penitenciaria al fondo.



Se trata de la vida de un joven inglés de crianza adinerada, Richard Devine, un caballero, que se ve repudiado por su padre cuando éste descubre que es hijo de otro hombre y le prohibe usar su apellido. El debe marcharse tras besar a su madre y decide emigrar a América, pero cuando está en la cola de embarque, por haber supuestamente matado ¡a su padre natural, que le habia acogido como un hijo!, un hombre le acusa del asesinato y al pedirle su identificación, él decide llamarse Rufus Dawes. Es encadenado y enviado a la colonia penitenciaria de Australia, de donde intenta escapar una y otra vez. El alcaide está casado con una hija pequeña y es de natural bondadoso, pero el jefe de carceleros la toma con Rufus y encima siente celos de la amistad entre el preso y la niña. Tras una sublevación de los presos, Rufus toma partido por el alcaide para salvar a la familia del alcaide y en una lancha - acompañados por el jefe de carceleros - los pone a salvo y alimenta en una isla (bueno, creo que muere el alcaide) - Rufus cuida de la madre y la hija en una isla con el antagonismo del carcelero. Cuando llega el rescate, Rufus debe huir y el carcelero se lleva los laureles.

Hasta que el marido de su madre muere, años después, y Rufus regresa a Inglaterra, contrata un abogado que demuestra su inocencia y recupera su nombre de Richard Devine, se reencuentra con su madre que le adora y recibe la herencia de su padre natural. Entonces oye que el carcelero se ha comprometido con la hija del alcaide, ya convertida en una señorita. El se acerca a ella y entonces ella le reconoce por su verdadero benefactor, del que estaba enamorada sin que le cuadrase que el carcelero fuese el autor de las bondades que se autoatribuia.



Y se casan y comen perdices...​
 
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