Pop Español. Conjuntos Músico-Vocales.

Los Pekenikes, teloneros de los Beatles en España, cumplen 60 años
Lo celebrarán mañana en el Teatro Rialto de Madrid con un concierto con invitados como Los Brincos y Teddy Bautista
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SeguirJavier Villuendas@JVilluendas
Madrid Actualizado:17/06/2019 09:28h

El grupo instrumental español más exitoso lo fue por un insuperable obstáculo. Su vocalista, Juan Pardo, con el que Los Pekenikes habían grabado tres álbumes, se largó a Los Brincos, y el impaciente jefazo de Hispavox quería material nuevo en el mercado ya. «¿Pero cómo vamos a sacarlo si no tenemos cantante?». «Decidme qué tenéis por ahí, aunque no sea cantado», les respondió. En ese single que había que sacar sí o sí apareció «Hilo de seda», pelotazo de sutil belleza que provocó que en Estados Unidos les publicaran un LP con «Lady Pepa» o «Frente al palacio». Y se lanzó en México, Italia, Francia, Holanda... Esto era el año 66.

El 19 de marzo de 1959, Los Pekenikes se establecieron con sus «k» en lugar de las «q», abreviando la palabra para que cupiera en el bombo del batería y erigiéndose, sin saberlo, en precursores de la mensajería «sms», tecnología que tardaría décadas en llegar y que les pillaría, como siempre, tocando. Mañana, en el Teatro Rialto de Madrid, celebrarán el 60 aniversario de la banda. Y contarán con invitados especiales, como Los Brincos o el controvertido Teddy Bautista, que no piensa bajar el tono de su canción a pesar de la edad de sus cuerdas vocales, según ya ha avisado en el chalet de La Moraleja en donde ensayan.

En 1958, coincidieron en el instituto Ramiro de Maeztu en la misma clase Ignacio Sequeros y Alfonso Sainz, que tenía un hermano menor, Lucas, también en el centro. Tras actuar por separado en el salón de actos por Navidad, se conjuraron entre bambalinas para formar algo. Además, como señal del destino, a Lucas le acababan de comprar una guitarra eléctrica. Otro chico del «insti», Pepe Nieto, se les unió. Luego ganaría un par de Goyas por sus bandas sonoras. ¿Escuchaban la misma música que el resto de chavales? No, eran de Ángel Álvarez, un locutor vinculado a la aviación como radiotelegrafista para Iberia y que por sus conexiones aéreas pinchaba las últimas novedades de Inglaterra y Estados Unidos. Ellos eran muy de The Shadows, con Hank Marvin y Cliff Richard.
«Cerca de las estrellas», como se titula su emocionante canción emblema, estuvieron Los Pekenikes precisamente. Ellos telonearon a los Beatles en su histórico concierto en Las Ventas el 2 de julio de 1965. Y los de Liverpool sonaron fatal. «Llevaban tres amplis de 100 vatios y unas columnas con un amplificador de 200 vatios; 500 vatios para toda la plaza de toros. Hoy en día menos de 200.000 no pondría nadie. Así que pusieron los amplis a tope, y eso fue la distorsión absoluta, cosa que a los Beatles no les importaba y a la gente tampoco. Había muchas niñas y no paraban de gritar», cuenta Sequeros.

Una de las cosas curiosas de aquel concierto es que el promotor pagó «solo» 900.000 pesetas de la época por este y el de Barcelona, con desplazamientos y alojamientos incluidos. «Le sorprendió, estaba tirado. Les ofrecieron a los Beatles España y ellos: “¿Qué es eso?”. Les generaba curiosidad porque “Spain is different” y estaban encantados de actuar en la mayor plaza de toros de España. Hasta el punto de que cuando bajaron del avión en Barajas llevaban todos una montera, les hacía mucha ilusión tocar en la plaza de toros», cuenta el bajista.

La banda con mayor caché
¿Hablasteis con ellos? «Llegaron por la zona de cuadrillas y les metieron directamente con el coche a la enfermería. No salieron hasta actuar y muy vigilados. Hubo un par de Pekenikes que pudieron colarse con ellos. Pero montaron una escalerilla para subir al escenario y yo me puse allí. Y, así, llegan, y Paul McCartney se vuelve a los otros tres y les dice: «¡Mira, un niño con barba!». En esos momentos ninguno de ellos llevaba barba y, yo no digo que les influyera, pero al año siguiente la llevaban todos», bromea Sequeros.

Los Pekenikes llegaron a ser la banda con mayor caché, los Rosalíade mediados de los 60. Así, se han escrito ríos de tinta también digitales sobre ellos. Y, por eso, Sequeros se lanzó a escribir«Pekenikes: su auténtica historia», por las falsedades que arreciaban desde la nube. «Decían que estábamos en la crema de la sociedad, al lado de Franco. Yo no vi a Franco en mi vida. Bueno, me hicieron desfilar con el servicio militar con un bombo colgado y cuando decían vista a la derecha ahí estaba Franco. Es lo más cerca que le he visto. Desde El Pardo nunca nadie nos pidió nada. Pero como íbamos con chaqueta y corbata se han creído que éramos muy pilinguis, y para nada, éramos gente muy normal».

https://www.abc.es/cultura/musica/a...ana-cumplen-60-anos-201906170927_noticia.html
 
Entre la vanguardia, la ultraderecha y la perdición: Bruno Lomas, el Elvis español que triunfó (y cayó) demasiado pronto
Este mes se cumplirán 30 años desde la desaparición de un mito del rock español que rompió moldes, entusiasmó a una legión de fans, tuvo controvertidas alianzas y dejó una vida llena de carnaza para la leyenda

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El cantante Bruno Lomas durante un concierto en 1967 en Madrid. Getty Images
A principios de la década de los años sesenta, un muchacho llamado Miguel Ríos –aprendiz en la sección de discos de unos grandes almacenes de Granada– descubre los primeros sonidos del rock en español: un grupo valenciano llamado Los Milos y un disco EP (o extended play) que contiene una versión del clásico de Gene Vincent Be-Bop-A-Lula despiertan la fantasía del futuro cantante granadino. Encabezando la formación Los Milos figura Emilio Baldoví (Valencia, 1940-1990), un estudiante de Derecho en la Universidad de Valencia que acabaría siendo más tarde reconocido en toda españa con el nombre de Bruno Lomas. Hijo de un médico militar, sigue los pasos señalados como otros retoños de la burguesía local: estudios en un colegio religioso para despues iniciar una carrera universitaria, más por imposición familiar que por voluntad o vocación.

Hasta aquí, el guión señalado se sigue al pie de la letra. Sólo que este muchacho, cuyo primer acto de rebeldía es su escasa predisposición finalizar en una orla universitaria, abraza el sueño juvenil –como otros jóvenes europeos nacidos en la posguerra– que desde América llega fundido en las figuras de Elvis Presley James Dean, los sonidos del rock y el azul denim de los pantalones vaqueros.

“Recuerdo verlo en televisión y notar que allí había algo que estaba por encima de todos los cantantes solistas españoles de aquella época”, señala el crítico Diego A. Manrique en el documental dedicado al músico, Rey & Rebelde (Endora Producciones). “Era una elasticidad, una cosa física de moverse, de encontrarse a gusto consigo mismo y con la vida. Tan a gusto con su cuerpo y con lo que estaba haciendo”.

Como otros jóvenes musicos del rock, Emilio Baldoví (o Bruno Lomas) realiza su educación artística y musical a finales de los años cincuenta entre festivales, matinales de rock, audiciones radiofónicas o actuaciones en los populares pabellones que se instalan durante la Feria de Julio de València.

La ciudad de Valencia, junto con Barcelona y Madrid, constituye uno de los escenarios de estos primeros sonidos del rock que llegan con cierta sordina a causa del Franquismo. Sus jóvenes y pioneros protagonistas forman parte de la burguesía y pueden acceder a su consumo: desde la compra de discos de importación a la adquisición de un material musical, inalcanzable para el resto de los jóvenes. Con la pronta popularización y también extensión de los conjuntos de la llamada “música ligera”, la práctica musical se iría democratizando.

El niño malo del guateque

La imagen del cantante con el trío Los Milos uniformados con chaqueta y pantalón de cuero negro, imitando el modelo del rockero americano Gene Vincent, sobresale en el horizonte musical de la época, donde lo más osado hasta entonces habían sido los chalecos rojos del Dúo Dinámico. Pero Bruno Lomas, a diferencia del Dúo Dinámico o más tarde Miguel Rios (o Mike Rios, como lo lanza su discográfica) resulta sexy, destila esa mezcla seductora de deseo y juventud, como mandan los cánones del rock and roll.

“Era un punto macarrilla, ese aspecto canalla que tenía, que luego no lo era tanto... solamente le gustaban los coches y beber, pero el físico era como del niño malo del guateque, y eso a mí siempre me ha puesto”, recordó la cantante Massiel en el documental biográfico. Su estilo y fuerza juvenil hacen que las presentaciones con el grupo Los Milos acaben con el público invadiendo el escenario. Hasta poseía su propio club de fans, “Las milongas”, enemigas acérrimas de “Las dinámicas”, el club de seguidoras del Dúo Dinámico. Su triunfo en el concurso radiofónico En pos de la fama, que promociona Radio València con gran final en la Plaza de Toros de Valencia en 1960, certifica su popularidad local.




No tarda en llegar el primer contrato discográfico con el sello Discophon, una de las editoriales con residencia en Barcelona, con un primer ep que contiene cuatro títulos: Teddy Girl, Baila el rock conmigo, Ciao Baby y ese Be-Bop-A-Lula que acabara convirtiéndose en una de sus canciones talismán. A este primer disco siguen, en un plazo corto, otros tres álbumes con un balance final de más de 1.000 copias, que a pesar de su modesta cifra y circunscripción local, no estaba mal para un país donde los aparatos de reproducción constituían un lujo.

Nacido para ser rockero

La figura musical y escénica del futuro Bruno Lomas se acabó fortaleciendo al otro lado de los Pirineos. Atrás quedaban sus primeros pasos con Los Milos y una breve incursión con Los Top-Son, otro de los grupos estrella del rock pionero valenciano. Junto con otros integrantes de diferentes grupos se embarcaron en una primera salida por la costa vasco-francesa anunciándose como Las Estrellas de Fuego. Ese mismo año, en 1963, como una de las grandes atracciones de las Fallas de Valencia había tenido lugar la actuación de Johnny Hallyday en el Parador del Foc compartiendo cartel con Marlene Dietrich. La actuación del rocker francés supone una revelación para el músico valenciano.

Hallyday es también hijo de esa cultura juvenil que ha nacido al otro lado del Atlántico en forma de gran explosión. Para su segundo viaje a Francia, esta vez a la capital del Sena, el grupo encabezado por Bruno Lomas –todavía Emilio Baldoví– consigue pasar unas audiciones en el Olympia de Paris, la sala que dirige el todopoderoso Bruno Coquatrix y donde solo unos meses antes se habían presentado Los Beatles. Es el empresario de la sala del Boulevard des Capucines el que da nuevo nombre a la formación, Bruno et ses rockeros, debutando en una serie de matinales dentro de una programación internacional anunciada como Les idoles de jeunes que incluye nombres como Frank Alamo, Les Surfs y, encabezando el programa, cantantes como Dione Warwick, el trío The Shirelles o un jovencísimo Stevie Wonder.

El grupo, ahora Bruno et ses Rockeros, viven sus días de vino y de rosas, de escasez y bohemia en la capital francesa, de descubrimiento de lugares míticos como el Club Golf Drouot, residencia oficial del rock francés, o cabarets donde se mezclan y confunden los sexos sin pecado ni penitencia. El rock and roll francés, encarnado en la figura de Johnny Hallyday, se edulcora bajo el movimiento ye-ye y el balanceo del twist. El irreductible rockero valenciano presencia en primera persona esos primeros cambios del mapa juvenil musical. El Planeta Joven se extiende urbi et orbi. Nace, ya con su nombre con el que se haría conocido para siempre, una estrella llamada Bruno Lomas.

Imagen publicitaria de Bruno Lomas, autografiada por el propio artista.
Imagen publicitaria de Bruno Lomas, autografiada por el propio artista.

Lomas 'superstar'

A mediados de los años sesenta Bruno Lomas, ahora ya en solitario, representa el cantante pop por excelencia de la música popular española. A su ADN de rocker ha sumado con éxito otros perfiles estilísticos que le permiten versionar con elegancia el Love me, Please Love me de Michel Polnareff, una de las raras avis de la música juvenil gala, el It’s Not Unusual de Tom Jones o el energético Reach Out I’ll Be de The Four Tops, ahora rebautizado como Es mejor dejarlo como está.

Su momento más dulce tiene lugar en el escenario del Teatro Calderón de Barcelona donde registra en enero de 1967 su primer long play y en directo. La discográfica catalana EMI Regal anuncia a bombo y platillo el primer álbum de la música española grabado en vivo. La imagen del cantante en la portada del disco remite a la iconografía de las grandes estrellas internacionales, cara a cara con el público.

El ocaso de los ídolos

Después de ese periodo benigno, el cantante desciende vertiginosamente por la década de los sesenta. Su paso discográfico de un sello poderoso como EMI Regal a una editorial modesta como Discophon señala este periodo de decadencia. Atrás, y casi olvidado, ha quedado su triunfo en el Festival de la Canción del Mediterráneo. Y mucho más lejana, su actuación, convertida con el paso del tiempo en legendaria, en el Portaviones norteamericano USS Forrestal anclado en el Puerto de Valencia con las gorras de la tripulación volando al compas del What’d I Say de Ray Charles interpretado por el cantante.

Nuevos rumbos en la música popular parecen haber dejado descolocado al cantante, que trata de adaptarse en medio de las servidumbres discográficas. El ojo crítico señala al cantante como protagonista de una dolce vita, de salidas nocturnas, whisky y chicas mientras descuida su carrera profesional. Sus accidentes automovilísticos parecen ocupar ocupan más espacio en la prensa que su propia carrera musical… Nuevas grabaciones de aquel Be-Bop-A-Lula de sus inicios devuelve los destellos de un rocker superviviente entre canciones veraniegas de usar y tirar que le devuelven a las listas de éxitos a inicios de los años setenta.

Bruno Lomas en la película 'Codo a codo, con los también cantantes Massiel y Micky.
Bruno Lomas en la película 'Codo a codo, con los también cantantes Massiel y Micky.

El crítico y coleccionista Vicente Fabuel ha pasado buena parte de su vida reivindicando la figura de Bruno Lomas, un trabajo de investigación que ha quedado reflejado en su libro Bruno Lomas. Tú me añoñarás… (Editorial Milenio). “Bruno tuvo que digerir que no era el futuro, sino el pasado, el lugar en el que iba a transcurrir su vida restante“, señala Fabuel. ”Pasar de moda es tan inapelable como duro de aceptar, media vida educándonos para conseguir el éxito y ni apenas un minuto para enseñarnos a gestionar su perdida”. Para Fabuel, “todo lo que vino inmediatamente despues de sus años de plenitud ,tan discutible como se quiera pero tan malinterpretado como se acostumbra, casi se lleva por delante su nombre y su obra”.

La participación del cantante en festivales del grupo de extrema derecha Fuerza Nueva en la Transición lo pondrá en el ojo del huracán. El Teatro Monumental de Madrid acoge una gala el 18 de diciembre de 1977 patrocinada por la formación franquista que reúne un cartel pintoresco con los nombres de Bruno Lomas, el humorista Pepe Da Rosa, el boxeador Dum Dum Pacheco y el grupo Asturias Patria Querida, entre otros. Tampoco ayudará la imagen del cantante como coleccionista de armas y su actitud chulesca frente a los medios de comunicación. A diferencia de un Elvis Presley fotografiándose junto a un político como Richard Nixon o un Johnny Hallyday apareciendo al lado de Nicolas Sarkozy en campaña electoral, Bruno Lomas resulta demasiado excéntrico y conflictivo para una derecha, valenciana o española, que prefiere los melindres melódicos de Julio Iglesias a las salidas de tono del maduro rockero.

Los últimos años de su vida el cantante los vive confinado en su apartamento de la playa de Pobla de Farnals, cerca de València. Junto a sus amigos, su rat pack doméstico, exprime sus días entre comilonas y fiestas en la piscina comunitaria. Más de una mañana, algún vecino observa sobre la piscina montones de billetes flotando, testigos de la última juerga. De vez en cuando, una actuación le hace salir de su refugio a bordo de su viejo Mercedes cargado con su maletín y playbacks como único acompañamiento.

Atrás ha quedado un fugaz regreso televisivo junto a Miguel Ríos, ahora la cara triunfante del rock español, en el programa ¡Qué noche la de aquel año! La figura pimpante y saltarina de Miguel Ríos queda ensombrecida por el viejo maestro, que a pesar de los kilos de más, todavía exhibe aquella fuerza que ponía en pie el patio de butacas. En esa cuesta abajo, sin casa discográfica ni interés por parte de la industria musical, recibirá como un último aliento el tributo de la nueva generación junto al grupo Seguridad Social que lidera Jose Manuel Casañ.

Pero no habrá ya tiempo para un regreso triunfal ni revival para una de las figuras históricas del rock en España. La tarde del 17 de agosto de 1990, el Mercedes deportivo de Bruno Lomas se estrella contra un camión aparcado en la calzada de la Autopista A7 de Valencia y muere poco después en el hospital La Fe. Acababa de cumplir cincuenta años. El mismo destino lo había señalado para llevar la corona del rock español y lo había convertido después en un outsider de la música lo devolvía, irónicamente, como la leyenda de un fantasma.

 
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091


091 fue un grupo granadino de rock que, a pesar de editar siete discos de estudio -y un disco en directo, que es quizás el material más conocido de la banda-, estuvieron siempre a la sombra y se separaron debido a que quizás no alcanzaron la repercusión que ellos esperaban; fue en 1996 con el mítico "Último Concierto" (Big Bang, 1996).

Se formaron a partir de Al-Dar, un grupo del que formaban parte José Ignacio Lapido y Tacho, con el que solo publicaron un sencillo y desaparecieron. J. I. Lapido quería formar otro grupo y les ofreció la posibilidad a Jesús Arias y a José Antonio García que formaban parte de TNT. Jesús Arias rechazo la oferta y les ofreció a su hermano, Antonio Arias, quien mas tarde formaría Lagartija Nick. El nombre del grupo, 091, el número de la policía, viene de las influencias de Police y 999.

En 1983 publicaron el primer sencillo, "Fuego en Mi Oficina" (DRO, 1983) una de sus canciones más punk, y un año después, el sencillo "Lágrimas en el Paraíso" (DRO, 1984), peor producido y que no llegó a alcanzar las cotas a las que llegó el anterior. Gracias al premio del Concurso de Rock Alcazaba, un festival de Jerez de la Frontera que ganaron en 1984, grabaron con DRO y ese mismo año sacaron a la luz su primer LP, "Cementerio de Automóviles" (DRO, 1984). Lo cierto es que el periplo con DRO no les fue muy bien debido a problemas de promoción y a que no les dedicaron toda la atención que ellos necesitaban para su debut. Por ello, rompieron el contrato y firmaron con Zafiro, con quienes grabaron sus cuatro siguientes trabajos.

Para su segundo disco, "Más de Cien Lobos" (Zafiro, 1986), contaron con la producción de Joe Strummer, de The Clash, todo un lujo que quedó marcado en la calidad del LP. Tras la grabación del disco, Antonio Arias, el bajista, decidió dejar el grupo alegando que sus composiciones no se tomaban en cuenta, tan solo "En tu locura", contenida en "Mas de Cien Lobos", fue publicada. Pero volvió en "Doce Canciones sin Piedad" (Zafiro, 1989), álbum tras el cual deja definitivamente la banda, para dedicarse íntegramente a Lagartija Nick.

Una de las características más importantes del grupo fueron los directos. El directo siempre fue el punto fuerte de 091, donde defendían las composiciones como realmente se merecían, y es que en muchos de los discos de estudio éstas se echaron a perder debido a la producción, caracterizada asiduamente por la inmediatez de la época. Otra de las grandes señas de identidad de 091 son las letras, escritas por José Ignacio Lapido; son pura poesía.

A lo largo de su carrera se han mantenido en un injusto segundo plano a pesar de la calidad de sus canciones y letras, quizás debido a la mala suerte de la promoción y al desinterés de la crítica. Ese fue uno de los puntos por los que el grupo se separó, teniendo potencial suficiente para llegar al gran público, no se les hizo el caso que realmente merecían.

En los últimos discos, la calidad de las canciones se incrementó exponencialmente. Además, la producción por fin hizo justicia, dando lugar a un sonido más reconocido y más rockero, abandonando la faceta pop del inicio de la banda y dando lugar a buenísimos trabajos, como el ya citado "Doce Canciones sin Piedad" o "Todo Lo Que Vendrá Después" (Big Bang, 1995). En el hecho de que el sonido sea más reconocible quizás influye que la formación se mantuviera, entrando al bajo Jacinto Ríos y Víctor Lapido, el hermano de José Ignacio, a la guitarra.

En 1996 grabaron el mítico "Ultimo Concierto", un doble álbum con las mejores canciones de la banda. Tras él, los diferentes componentes del grupo se dedicaron a sus propios proyectos: José Ignacio Lapido en solitario y José Antonio García, en Guerrero García y Mezcal. Por su parte, Víctor entro a formar parte de Lagartija Nick.

Se publica también el libro "091" (Osuna, 1996) escrito por Juan Enrique Gómez y Juan Jesús García.

Seis años después se publican dos discos tributo a 091: "Partiendo de Cero: El Homenaje a 091" (Kainós, 2002), en el que participan, entre otros, Amaral, Los Piratas, José María Granados y La Frontera, y "Canciones de Cuna y Rabia" (Criminal, 2002), con bandas como Burgas Beat, Los Hermanos Dalton y Los Sencillos.

 
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12TWELVE


"...Alguna vez nos han dicho que nuestra manera de tocar está más allá de la música, que da igual el estilo que hagamos o lo que suene por los altavoces. Lo importante es que fluimos como una unidad, como cuatro individuos que se lo pasan de miedo tocando juntos y que además son capaces de transmitir esa sensación a la gente que les está viendo en directo. Ésta podría ser una buena definición de lo que queremos ser y muy probablemente somos" (extracto sacado del manifiesto del grupo colgado en su web).

12Twelve nació en septiembre de 1998 con el guitarrista Jaume Luis Pantaleón, Javier García al bajo -posteriormente también se encargará del contrabajo-, José Roselló a la batería y Jens Neumaier con el saxo y los teclados. A los pocos meses de su formación ya graban su primera maqueta bajo las órdenes de David Rodríguez, componente de Beef, La Estrella de David, Bach Is Dead y Telefilme, y en agosto del siguiente año graban una segunda maqueta.

En el año 2000 abren una nueva vía creando el colectivo Decay Ensemble junto a otros grupos como Camping y Balago. Este colectivo era un intento de demostrar que en nuestro país también se hacía post-rock en un momento en el que grupos como Tortoise, Mogwai o Godspeed You! Black Emperor estaban altamente valorados por la crítica internacional. El resultado se traduce en unos pocos conciertos juntos y la celebración del primer festival en España de post-rock, el Out Festival-00, celebrado en la sala barcelonesa Apolo. Dicho evento tuvo cierta repercusión en la escena barcelonesa pero al poco tiempo cada grupo siguió su camino. Al año siguiente se intentó hacer una segunda edición, hasta se grabó un CD promocional para ello, pero el festival nunca se realizó.

En el año 2001 graban en los estudios gerundenses Cool Our Sound de Joan Ribas, excomponente de The Lazy Sundays, lo que sería su disco de debut, "Tears, Complaint and Spaces" (BOA, 2001). El álbum fue bien recibido por la crítica especializada entrando en el top 10 de las listas de lo mejor del año de las publicaciones "Rockdelux" (Rockdelux), "Go" y "Ciclo". En ese mismo año comienzan una gira que les lleva a recorrer todo el país, con alguna parada en el extranjero, llegando a telonear a bandas foráneas como Mogwai, 90 Day Men y Do Make Say Think. Durante este período de tiempo Jaume Luis Pantaleón monta con el batería Xavier Molinero, componente de The Flying Fishes Song, y el bajista Sergi Muntané, con quien había coincidido en Wig, el grupo Liquid Machine.

En el año 2002 proponen al grupo la grabación de un tema para una première de David Lynch en Barcelona organizada por la revista cinematográfica "Scope"; al final el evento no se realiza ya que la distribuidora se echó para atrás con el proyecto. Con dicho tema, llamado como la mencionada revista, y otros grabados para la ocasión hacen un split junto con la banda bilbaína Ya Te Digo titulado "Doppler" (Astro, 2002), con el bajista y cantante de Lisabö Karlos Osinaga como productor. Para promocionarlo dan una gira única de tres conciertos.

Ese mismo año se presentan y ganan el concurso Villa de Bilbao en los apartados de mejor grupo pop-rock y mejor banda nacional, por delante de otras formaciones como los asturianos Koniec o la cantautora bilbaína Ainara Legardon. Ese galardón fue clave para que dieran un salto cualitativo en su siguiente grabación ya que con el dinero de dicho premio viajan a Chicago para grabar con Steve Albini en sus estudios Electrical Audio. El otro hecho reseñable fue la grabación del tema "Emmanuelle" de Pierre Bachelet con Suzette, cantante de Les Très Bien Ensemble, a iniciativa del programa de radio "El Otro Lado del Telescopio" (Radio Círculo) del crítico musical Jorge Obón para el recopilatorio "Aberraciones Telescópicas vol." (Pueblo, 2002). En él introducen por primera vez elementos jazzísticos en su música gracias a que Jens estaba aprendiendo a tocar el saxo.

De las mencionadas sesiones con Steve Albini sale "Speritismo" (BOA, 2003), que también se colará a fin de año en las listas de lo mejor del año en diferentes publicaciones. Después de la gira, el grupo decide tomarse un descanso, lo que aprovechan sus componentes para desarrollar otro tipo de proyectos. José Rosselló y Jaume Luis Panteleón estuvieron de gira con el rapero estadounidense Sole durante un año, mientras que Javier García y Jens Neumaier montaron su propio estudio de grabación en Barcelona, los estudios Audiomayer. Aparte de esto, Jens también monta junto a Pablo Díaz-Reixa, alias El Guincho, el grupo Coconot.

Reaparecen en el año 2005 teloneando a los franceses Experience y a inicios del 2006 tocan con The Secret Society -seudónimo de Pepo Márquez, batería de Grande-Marlaska-. Ese mismo año deciden grabar su tercer álbum y para ello intentan que el productor del disco sea Jim O'Rourke, pero ante la negativa de éste, aduciendo que estaba harto de producir, vuelven a los estudios Electrical Audio de Steve Albini. De dichas sesiones ve la luz el que a la postre sería su último disco "L'Univers" (Acuarela, 2006). Gracias a este disco consiguen tocar en festivales tan importantes como el Primavera Sound, Metrorock, Sónar y Festival de Benicássim. También ese mismo año tienen colaboraciones de lo más variopintas como la grabación del tema "Una eternidad" con Rosa para el álbum "De Benidorm a Benicàssim" (K Industrial Musical, 2006) o un concierto con un coro de góspel en el CCCB barcelonés.

Pero todo lo que tiene un principio tiene un final; divergencias en la evolución personal y, sobre todo, musical, llevan al final de 12Twelve. La fecha elegida para su despedida es el 10 de diciembre de 2008 en la sala barcelonesa Apolo donde se desarrollaba el Primavera Club'08.

Después de su disolución, Jens Neumayer se sigue ocupando de Producciones Audiomayer donde hace música para televisión, publicidad y documentales, y ha sido componente de diversas formaciones como Giulia y Los Tellarini, Dead Man on Campus, Handsome Knot Chet o La Orquesta de la Muerte, con componentes de Nisei y The Linn Youki Project, y donde coincide también con Javier García, éste también en el grupo Sonora. Además Jens ha participado en discos como "Desayuno Continental" (Mushroom Pillow, 2009) de Extraperlo y de productor en el debut de Veracruz.

José Rosselló ha tocado con Joo Kraus, colaborador de De Phazz y Tina Turner, y forma parte de los grupos Bélmez y Atleta, donde coincide a su vez con Jaume Luis Pantaleón. Jaume a su vez también participa en múltiples proyectos como Cuzo, con Pep Caravante e Ivan Román, componentes de Warchetype, Lords of Bukkake, con Toni López miembro de Sons of Bronson, y Ruizpantaleón, dúo con Maxi Ruiz, componente de Ferenc.

 
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13 Motos


Tras haber militado en dos de las bandas con mayor peso en la escena punk de los 80 y los 90 de Canarias, Familia Real y Ataúd Vacante, junto a su amigo Pistol, Silver abandonó la música. Confiesa el cantante que sencillamente se distrajo con la construcción de su casa: "No me arrepiento de nada, vivo en mi casa, hecha por mí, soy uno de esos que les da mucha importancia a estas cosas". Pistol, batería en los dos combos antes citados, participó en Brutalizzed Kids, pero Silver en cambio sólo había jugueteado con su cuatro pistas tras la disolución de Ataúd Vacante en 1997. Fue precisamente en un homenaje a esta banda, doce años después de haberlo dejado, que se volvió a subir a un escenario enfrente de unas cuatro mil personas. En dicha actuación, y en vista de que no hacía nada por llevar a cabo su sueño tras haber visto a la guitarrista de The Cramps ("formar una banda en que las cuerdas fueran féminas"), su amigo Pistol le presentó a Deborah diciendo: "¿Tú no estabas buscando a un par de pibas para hacer un grupo? Pues ésta es una".

Deborah les habló inmediatamente de Karol: "Éramos dos 'chicas' del panorama musical actual de Canarias que irrumpimos con 'performances' (teatro, danza) nunca vistos en Tenerife", nos comenta la primera, que había tocado también en The Back Seat Beachers y Eider, grupo en el que concidió con Karol, que militó además en Loop Sound y Gaf.

Los cuatro montan un grupo en el que Silver cantará, Pistol se encarga de la batería, Deborah del bajo y Karol de la guitarra. Para el nombre terminan quedándose con 13 Motos. Silver cuenta que la idea empezó a gestarse el 11 de septiembre de 2008 al encontrar al novio de Karol leyendo en el local de ensayo un libro sobre el III Reich. "Se me pasó por la cabeza llamar al grupo '11 Nazi', me sobrecogí, pero no le di mayor importancia (...). Barajamos Las Motos, pero Pistol y yo nos mirábamos extrañados. Un día lo arreglé, me gustaba eso de Motos, de ser rebelde, aún le faltaba algo. Vi a mi hija jugando, ella nació un día 13, ella le puso el nombre a la banda. 13 por la osadía y Motos por la rebeldía".

Para la dinámica interna de la banda el local de ensayo desempeña un papel fundamental. Deborah profundiza sobre la importancia que le conceden a dicho espacio: "El local siempre forma a una banda, para nosotros es como estar en nuestra casa. Formamos parte de un grupo, de una idea. Tiene su propio ser. Y es en nuestro local donde ha pasado casi todo, han venido, se han ido, hemos discutido. Pero también hemos reído y nos lo pasamos en grande. Dentro de nuestra gran y particular familia".

Son los guitarristas los que se han ido de la banda. A Karol, que se fue tras poco más de un año, la sustituiría Carlos Pérez Martín (Katana, The Merrys), con el que la banda compondría una quincena de canciones. También rodarían un videoclip con Goyo Cairos del tema "Bajo el fuego". Sin embargo tendría que ser reemplazado por Carlos Martín (Templo Sur, Zen), al que conocían Silver y Pistols de la vez que Familia Real fue a tocar a Madrid en la sala Wurlitzer Ballroom. Tras un par de conciertos y medio año de ensayos el nuevo guitarrista abandonaría a su vez el grupo. La estabilidad llegó con Edu (Comsat) que cambió el rock alternativo por el punk-rock.

Debutaron en una casa ocupada, y desde entonces han pasado por multitud de escenarios: "Discotecas donde no quieren volver a vernos, sótanos asfixiantes, concentraciones Harley Davidson, el auditorio Adan Martín...". Han compartido cartel con multitud de grupos como Hypnosis Rock, Los Positivos, Garrote Vil, Enema Social, The Rellenos, Asco, etc., y han vivido los avatares propios de toda banda que empieza: "Al comenzar como nueva banda busqué, sobre todo, colarnos en conciertos con varias bandas, tocamos los primeros, aceptando lo que fuera para conseguir las tablas necesarias para conjuntar el grupo".

Resulta inevitable enfrentarles a la comparación con los comienzos de Familia Real y Ataúd Vacante: "En aquella época éramos totalmente desconocidos, ahora tenemos una cierta ventaja. Antes íbamos a cualquier cosa solo porque era novedad. En estos tiempos la gente cree que eres como la tele y se llevan un chasco, somos muy malos, apenas llegamos a la suela del zapato a grupos que ven a diario bandas que visitan la península con toda su corte, sus shows, sus correspondientes productoras y sus comunes puestas en escena. Cosas que copian con magnífica nota todos los grupos afines a ello. Nosotros solo tenemos la música, eso que no se puede copiar ni adrede. Tenemos que sorprender por nuestras melodías y forma de tocar. Estamos en desventaja. Antes y ahora sigue siendo toda una aventura".

Reconocen tener gustos de lo más variopinto pero no sienten que eso tenga influencia alguna en su música. "La mezcla de todos es la que sobresale", dice Silver, que detalla cómo componen las canciones: "Obligo a Edu a que traiga riffs nuevos, que nos recuerde alguna vivencia y luego busco la forma de poder contarla. Entonces nos ponemos todos al 25%. Somos cuatro". La inspiración para las letras proviene del mismo grupo, de las cosas que les pasa, como si de componer la banda sonora de 13 Motos se tratase.

Para grabar las canciones de "Social" (Autoproducido, 2013), el CD de debut que se autoprodujeron, fueron a los estudios de David Correa, "técnico de sonido de los grandes de aquí". Quedaron a gusto con el resultado final: "A Pistol le parece la mejor vez en que se han grabado las voces. Estamos contentos, podía haber sido mejor pero esto es lo que hay y con esto vamos a luchar".

Los galones conseguidos años atrás tienen su reconocimiento en la escena insular. La presentación de "Social", con actuación en el Teatro Guimerá de Santa Cruz de Tenerife en agosto de 2013, tuvo eco en los medios: "Contactamos con toda la prensa escrita, se portaron de maravilla con nosotros. El periódico de mayor tirada nos puso en la portada". No ocultan el entusiasmo que les generó la puesta de largo del disco: "El concierto estuvo fenomenal. Al día siguiente cogimos un barco hacia la isla de la Gomera, allí presentamos el disco en el Villa Rock, un festival de verano con varias bandas de las islas. Fue volver a las chiquilladas, nos bañamos en la playa de la Cueva, nos reímos hasta hartarnos y terminamos tirados, borrachos y dejando la caja de la batería detrás. Rock'n'roll".

Preguntados por el público que tienen y por lo que esperan del grupo nos dicen: "Una parte quiere pasarlo bien. Han trabajado toda la semana y hoy han salido a disfrutar de un rato de ocio. Estos son los mejores porque te perdonan los fallos y se ríen, se divierten. Luego están los críticos, que te ayudan a mejorar, pero que no los soportas. Creo que tenemos un buen repertorio y una puesta en escena curiosa. Debería ser suficiente. Y vemos que al público de aquí le parece bien-notable, estamos muy cómodos con su respuesta. Ha sido mas de lo que esperábamos".

De todas maneras el salto a la Península es la prueba de fuego. "Es la idea principal. Viajar a la península, siempre harto difícil, conlleva buscar la estancia y los contactos casi al mismo tiempo". Tienen la experiencia de haber llevado a Ataúd Vacante a Barcelona en su momento. "Sé lo que es pasarlas", nos dice Silver, "En aquella ocasión contaba con colegas inolvidables que nos ayudaron muchísimo. Ahora ya no están todos. No tenemos mánager ni productora, todo depende de nosotros".

Esa autogestión es la que, por ejemplo, ha fructificado en el interés mostrado por algún que otro sello en Madrid con el que editar y distribuir su música.

El grupo se mueve entre el punk y el rock, aunque hay quien ve pop en momentos de "Social". "Hacer coros es algo pop, aunque la música sea más dura, temas como "Errantes", "Alo Bey" y "Tiempos felices" son muy pop. Creo yo", aclara Silver cuando mostramos cierta extrañeza. Preguntado entonces por la mejor definición para su propuesta, zanja la cuestión con diplomacia: "¿Nuestra música...? Sincera y divertida. Punk por la rabia contenida, Pop por las melodías pegadizas que inspiran los buenos momentos".

Parecen cimentar sus bases 13 Motos en la buena química existente entre sus miembros independientemente de la diferencia de edad entre sus componentes. Silver no duda en desarrollar la cuestión a partir de su propia experiencia personal: "No nos vemos como bichos raros, iríamos al fin del mundo sin preguntarnos 'sabes que yo caeré antes que tu'. La unión es mutua, aprender es curiosidad y dar es de humanos. He aprendido a vivir con mis hijos, el grande y la pequeña, a saber estar, a diferenciar sus estados de ánimo y ellos han visto que todo es natural. No debemos mostrar que pueden haber diferencias, no podemos crearlas y perdernos su compañía".

Todo indica que lo mejor para 13 Motos está por venir y además tienen ganas de vivirlo.



 
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21 Japonesas


21 Japonesas ("veintiuna japonesas") fue un trío donostiarra formado por Txentxo Bengoetxea (guitarra, bajo y voz), Luis Camino (percursión) y Alfredo Beristain (guitarra) que, a finales de los 80, irrumpió en el panorama musical español con "Donde Ríen los Locos" (NOLA, 1987), un disco original y sorprendente de pop con una influencia africana bastante notable; algo definitivamente inusual en nuestra escena, pero que en el extranjero empezaba a causar furor, probablemente alcanzando en el "(Nothing but) flowers" de Talking Heads -lanzado en 1988- su exponente más representativo. A este disco le seguiría "Hombre de la Selva" (NOLA, 1989), de nuevo editado por el sello navarro, y de línea continuista.

La banda quizás se encontraba en su mejor momento, y Chris Blackwell, jefe de Island Records (Cat Stevens, Bob Marley), se fijó en ellos. Sin embargo, la alegría duró poco: la separación de Alfredo Beristáin y su posterior fallecimiento en 1991, fue posiblemente el mayor varapalo sufrido por la banda, que grababa en Londres su tercer trabajo, "El Paso del Tiempo" (Island, 1990). Este disco les proporcionó cierta proyección internacional, aunque nunca fue un grupo de masas.

El sonido del grupo comenzó a mostrar síntomas de agotamiento y tras la edición de un recopilatorio, "Antología" (NOLA, 1991), llegó en 1992 "El Mercado del Placer" (WEA, 1992), mucho más convencional y tras el cual Luis Camino abandonó la formación, pasando 21 Japonesas de trío a proyecto personal del propio Txentxo, quien firmaría "Fuego Dulce" (WEA, 1994).

Antes del adiós definitivo, Txentxo sacaría un recopilatorio -"Cerca del Aire (1988-2018)" (WEA, 2003)-, donde versionaba algunas de las canciones más importantes de la trayectoria del grupo, para inmediatamente después comenzar una carrera en solitario.

A día de hoy, 21 Japonesas son recordados como un grupo que hacían un pop elegante y original. Compartieron carretera con bandas como Golpes Bajos, Duncan Dhu, Nacha Pop, La Unión, La Dama Se Esconde o Kortatu y, además, pueden alardear de haber protagonizado una anécdota de lo más estrambótica: "En una ocasión nos encontramos con toda la primera fila llena de japoneses que no entendían nada de lo que pasaba pero que se lo pasaron en grande y nos siguieron en dos furgonetas en los siguientes dos o tres conciertos, por supuesto no paraban de sacar fotos y un par de años más tarde vino un equipo de TV japonesa para hacernos un reportaje y volvieron a seguirnos en varios conciertos... y volvieron a no entender nada".

Accidentalmente o no -"las influencias latinas y africanas evidentemente estaban, pero la conciencia llegó cuando nos decían que mirábamos a África. Los análisis siempre los hemos hecho a posteriori y nos hemos negado a definir nuestra música como étnica" (El País, 11 de junio de 1992)-, lo cierto es que fue uno de esos grupos que introdujeron dichos sonidos al pop español, como Radio Futura hizo al igual con los ritmos latinos.

 
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Los 3 de Castilla


Si se confeccionara una lista con las mejores voces femeninas de los 60, o si se hiciera otra lista con los grupos de más larga trayectoria, o que más discos firmaron durante su carrera, pocos incluirían en ellas a Mayra García Barbero y a Los 3 de Castilla. Pero lo cierto es que casi veinte años de carrera discográfica, una treintena muy larga de discos publicados y una magnífica voz solista avalan a estos, hoy casi olvidados, Los 3 de Castilla. Un conjunto que, a pesar de su nombre geográfico no tenía ningún castellano en sus filas. Estaba formado por una salmantina (entonces esta provincia se encuadraba en la región de León), un ceutí y un sevillano.

La cosa comienza allá por el 1956, cuando Manolo Palomo, que por entonces formaba parte del Trío Siboney, se fija en una chica que canta de vez en cuando en el club Erika, cerca de la Gran Vía. A Manolo le gusta su voz y todo lo demás. Intenta convencer a sus compañeros de que integren una voz femenina; sin embargo éstos no lo ven nada claro y Manolo opta por abandonar su grupo y fundar uno nuevo. Mayra había formado parte de un grupo folclórico amateur llamado Los Trovadores del Sur y en él estaba Julián Jimeno que acaba por completar el trío. Los 3 de Castilla ya eran una realidad. Comienzan su periplo por las boîtes madrileñas. El Erika, el Micheleta, el Morocco, el Pavillón, el Florida Park en el Retiro... Pero lo que les comienza a hacer populares son sus actuaciones radiofónicas en programas como Cabalgata Fin de Semana o Ruede la Bola. Y de la radio a la televisión, que por entonces realizaba todos sus programas en directo, mientras unos señores sujetaban por detrás unos paneles pintados a forma de decorado. Los 3 de Castilla rellenan minutos musicales en el viejo caserón del Paseo de la Habana. Allí pasaban horas de espera y cuando hacía falta completar minutos, cogían sus guitarras y cantaban en directo una, dos o las canciones que hiciera falta. Y todo sin cobrar ni una peseta, al menos al principio.

Este trajín de mañanas en la radio, tardes en la tele y noches en el cabaret convierten rápidamente al trío en profesionales bregados. Su estilo se debate entre la canción hispanoamericana y la copla. En 1958 fichan por el sello Telefunken con el que las cosas no le rodarán demasiado bien. Sus canciones aparecen diseminadas sin ningún criterio en discos junto a otros intérpretes. A finales de ese año, por fin sacan su primer EP completo con cuatro versiones de temas sudamericanos. En cuanto pueden se largan de aquel sello y marchan a Philips, donde las cosas les irán bastante mejor.

Con su primer disco en su nuevo sello, “Cantan Los 3 de Castilla” (Philips, 1959), consiguen su primer éxito, gracias a la canción “La luna me engañó”, una de las mejores de su larga carrera. Enseguida un nuevo hit “La Luna Se Llama Lola” (Philips, 1959). En este EP se incluye la primera edición en nuestro país del valsecito peruano La flor de la canela”, que años después sería la canción más famosa y vendida de María Dolores Pradera. Con mucha ilusión y poco dinero Manolo y Mayra cantan su tema más personal, casándose el 9 de junio de 1959 y pasando su luna de miel actuando en las salas madrileñas.

En 1960 vencen en la primera edición del Festival de la Costa Verde, que se celebraba en Gijón, interpretando la canción “Abaníqueme Usted” (Philips, 1960). A pesar de este triunfo y de dar perfectamente el perfil de conjunto festivalero, Los 3 de Castilla jamás volverán a participar en un festival, aunque grabarán numerosas canciones procedentes de este tipo de eventos.

Portugal y Suiza son los primeros países que visitan. En los primeros 60 forman parte de varias embajadas artísticas, que organizadas por el Ministerio de Información y Turismo llevaban cada verano música española a países con muchos emigrantes españoles: Austria, Alemania, Bélgica, Francia... Ya cercano el final de la década también recorrerán América y el norte de África con sus canciones.

Pero los gustos musicales están cambiando y si por algo destacan Los 3 de Castilla es por su eclecticismo y su facilidad de adaptación a cualquier estilo melódico. En 1962 obtendrán todavía uno de sus discos más logrados: “Vuelven Los 3 de Castilla” (Philips, 1962) con interpretaciones de temas melódicos. A partir de 1963 comienzan a grabar música ligera y más tarde se amoldan al movimiento ye yé. A partir de 1965 van a encadenar una serie de discos que se venden muy bien y afincan al trío en la televisión de la que se hacen habituales. EP como “No Soy Digno de Ti” (Philips, 1965), “Guantanamera” (Philips, 1965), “La Canción del Trabajo / Domage, Domage / Sin Final / La Siesta” (Philips, 1966) y sobre todo “Pulpa de Tamarindo / Libre / Suéltame / Qué Será” (Philips, 1967). Todos ellos se encuentran entre los más vendidos y recordados del trío.

A partir de ahí entran en un pequeño bache de ventas del que saldrán airosos gracias al single “La Chevecha / Triana Morena” (Philips, 1969), con el que se colocarán en el top 5 de ventas.

Los 3 de Castilla conocen también el formato grande. Lo hacen en un sello distinto, dándose la curiosa circunstancia de que comparten contrato. Los de 45 rpm en Philips y los de 33 rpm en Fontana. Ahí van a grabar dos álbumes “Los 3 de Castilla” (Fontana, 1970), dedicado exclusivamente a la canción hispanoamericana, y “Somos” (Fontana, 1971). Esta doble filiación discográfica hace que los temas de Fontana sean distintos a los de Philips, lo que amplía aún más la de por sí extensa producción discográfica.

Los 70 convierten al incombustible trío en un grupo pop, registrando versiones españolas de éxitos internacionales, como “Dum, Dum” (Philips, 1971) y la eurofestivalera “Mendigo, Pido o Robo” (Philips, 1972).

Aún mantendrán su carrera discográfica hasta 1975 y sus actuaciones en directo hasta finales de esa década. Manolo entrará en la industria discográfica para trabajar como productor en Polygram. Julián fallece en 1987. Ya en el nuevo milenio, el sello Rama Lama editaría una amplia retrospectiva de sus éxitos, que para este cuidado doble CD fueron seleccionados personalmente por Mayra y Manolo.

 
Nacho Cano y el 7 de septiembre, la historia de amor (y desamor) que inspiró la canción
Hoy, mejor que nunca, descubrimos el secreto de este mítico tema

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Los hermanos Nacho y José María Cano, con Ana Torroja. (Archivo)

ALEXANDRA BENITO
07/09/2020 05:00


No importa que hayan pasado casi 30 años desde que Mecano lanzó 'El 7 de septiembre' en su disco 'Aidalai'. Las grandes historias de amor son universales y atemporales, y este tema también lo demuestra.

Una composición escrita por Nacho Cano conocida por la gran mayoría de nosotros (y si no, no tardes en buscarla) donde se nos habla de una expareja que se reúne cada 7 de septiembre para celebrar el que habría sido su aniversario.



Mecano, Nacho, Ana y José María, en una imagen de archivo. (EFE)

Mecano, Nacho, Ana y José María, en una imagen de archivo. (EFE)


Así, con letras como "aunque la historia se acabó, hay algo vivo en ese amor que aunque empeñados en soplar hay llamas que ni con el mar... El 7 septiembre es nuestro aniversario y no sabremos si besarnos en la cara o en los labios", Mecano mostraba cómo se mantenía un curioso ritual de reencuentros en los exnovios.

Una historia que, como en las mejores películas de sobremesa, está basada en hechos reales. A lo largo de estas casi tres décadas, han circulado muchos rumores sobre qué ocurría en esa famosa mesa donde Nacho Cano se sentaba año tras año.



Nacho Cano, en una imagen de archivo durante un acto en México. (EFE)

Nacho Cano, en una imagen de archivo durante un acto en México. (EFE)


Sin embargo, fue a través de la revista 'Vanity Fair' donde la otra protagonista de esta historia de amor (y desamor) narró qué se escondía tras este tema. El compositor nos hablaba de la escritora Coloma Fernández Armero, con quien salió en la década de los 80, desde 1981 hasta 1989.

"Nos habíamos separado en diciembre y el siguiente 7 septiembre nos fuimos a La Parra, un restaurante que a Nacho le gustaba mucho y celebramos nuestro aniversario aunque estuviéramos separados", explicaba la asturiana. Un ritual de reencuentros, quizás para recordar lo que pudo ser, pero no fue, que duró otros 8 años más.



De hecho, si bien esta canción habla de cómo enfrentarse a esos recuerdos por el primer amor, Nacho Cano también nos brindó los ilusionantes inicios de su noviazgo con otro tema de Mecano, 'La fuerza del destino'.
Ahora, casi media vida después, los caminos de Nacho Cano y Coloma Fernández Armero están separados (aunque ella misma explicó en 'El Mundo' que mantenían el contacto). Por suerte para nosotros, fruto de eso amor, nos quedan al menos dos canciones míticas para disfrutar gritando a pleno pulmón.

 
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