Cuando la infanta Cristina fue a ver jugar a su hijo Pablo el partido de la Champions, se la veía arreglada, bien peinada y sus ojos propios de una persona que duerme las horas debidas. Fue la segunda vez que la Infanta visitaba a su hijo Pablo después del escándalo de Iñaki y Ainhoa Armentia.
Al finalizar el partido, La infanta Cristina ingresaba al coche que la esperaba fuera.
Pablo caminó apresurado para ingresar al coche en el que se encontraba su madre esperándolo.