Hola Estela. Pienso que está totalmente en lo cierto. Verás, yo tengo una hija que está en la veintena que este verano me dijo "Mamá, he decidido dejar de seguir por instagram a muchas influencers (no voy a citar sus nombres pero solo digo que son muy conocidas, las que tienen más seguidores) porque me he dado cuenta de que cuando hablan es solo yo, yo, yo y yo más, y a mí me gusta la intelectualidad antes que la frivolidad". Yo le dije que adelante, que estaba orgullosa de su excelente criterio tan a contracorriente. Me consta que no es la única que piensa así. El público es lo que mantiene en el candelero a cualquier personaje de toda la vida. Y las marcas patrocinan o contratan en consecuencia. Pero también es cierto que todo lo que sube, baja. El tema de las bloguers (que luego se han convertido en instagramer algunas) comenzó allá a finales de los 2000 emulando a Carrie Bradshaw. Actualmente han mutado la mayoría de ellas en madres de familia. Pero a mí este fenómeno ya no me interesa, me molaba más el panorama influencer cuando las vidas no parecían tan corrientes. Ahora lo percibo como un escaparate patrocinado, y hablo en genérico, no de una instagramer o youtubera o bloguera en particular. El otro día una bloguera hizo un collage de cosas que se pueden comprar en rebajas y consiguió en mí el efecto adverso: le comenté que me había dado cuenta con su esforzado collage que no necesitaba nada y que me alegraba saber que la austeridad es cada vez tendencia. Es indudable la trascendencia de estas nuevas profesionales pero si me dan a elegir entre un libro de cualquiera de ellas o un premio Nobel lo tengo muy claro, elijo al segundo. Y sobre el futuro de estas profesionales la decisión la tiene solo el público, ese ente tan caprichoso e inconstante.
Aaay yo te he leído también
El foro no les importaba, la mala prensa, sí. Recordemos que viven de sus anunciantes.
Ya se hizo con el General Error pero no tuvo mucha marcha.