Los Romanov

GRACIAS ARHANI POR TU INFORMACION. INTERESANTE. TE PREGUNTO SI LLEGASTE A VER LA EXHIBICION QUE HUBO HACE CASI DOS ANOS EN EL MUSEO DE ANTROPOLOGIA? ME ENCANTARON TANTO LOS TRINEOS, COMO LAS JOYAS, LAS PINTURAS, LOS VIDEOS PERO, DESAFORTUNADAMENTE, LOS HUEVOS FABERGE QUE SE ENCONTRABAN AHI ESTABAN CERRADOS. CREO QUE FUE UNA GRAN EXPOSICION. UNA ESCRITORA DE NOMBRE MARIANA VARGAS, ESCRIBIO SOBRE ESO Y ADEMAS ENTREVISTO A MARIA LUISA "LA CHINA MENDOZA" QUE FUE DIPUTADA, PERIODISTA Y ESCRITORA. EN LA ENTREVISTA LA EXPOLITICA HABLA DE SU PASION POR LOS ROMANOV, ASI QUIE HIZO UNA NOVELA QUE SE LLAMA "DE AMOR Y LUJO" QUE HABLA SOBRE UNA ABUELA Y SU NIETA Y SE IMAGINA LA ESCRITORA SOBRE ESTOS DOS PERSONAJES HABLANDO DE LOS ROMANOV. INTERESANTE LIBRO.
 
no tuve oportunidad de ver la exposición aunque me hubiera encantado y tampoco sabía de la existencia de este libro , buscando encontré que la autora ganó un premio con él.

DE AMOR Y LUJO - MENDOZA, MARIA LUISA - Proftica.

Es una novela pero por lo que cuenta en la sinopsis se ve interesante, otro para la lista :a01:
 
Anastasia y la Familia Imperial

En 1901, al alba del convulso siglo XX, un 18 de junio nace la última hija de los zares Nicolás II Aleksandrovich y Alexandra Feodorovna de Rusia en el Palacio Imperial de Peterhof. Le precedían en ese orden sus hermanas Olga, Tatiana, María y le seguiría un hermano, el último hijo de la pareja imperial nacido en 1904, llamado Aleksei Nicolaïevich (Alexis) y destinado a ser el heredero del Trono de Todas las Rusias...


Una peculiaridad sobre nuestra protagonista: sufría de una desviación en el 1er dedo del pie al nacer, denominada médicalmente "hallux valgus" pero, en lenguaje de calle, se le denomina popularmente "juanete".


Ya antes del nacimiento de su hermano Alexis, Anastasia y el resto de la Familia Imperial se instaló en el vasto Palacio Aleksandr, ocupando, junto con María, una de las doscientas habitaciones palatinas reservadas a la familia; en una habitación contigua estaban sus dos otras hermanas Olga y Tatiana.

Eso no presuponía, evidentemente, que la Familia Imperial dejase de residir puntualmente en el titanesco Palacio de Invierno de San Petersburgo, a orillas del Neva. Pero, tanto Nicolás II como Alexandra y sus hijas, odiaban esa residencia oficial por varias razones que se nos antojan lógicas y aceptables: demasiado grande, demasiado gélido (las corrientes de aire eran insoportables en los grandes apartamentos oficiales), demasiado húmedo (el hedor producido por la humedad se impregnaba y enranciaba el ambiente, el mobiliario y la ropa) y, demasiado peligroso. Las condiciones de vida en palacio eran tan precarias e insalubres que era fácil enfermar con sólo beber agua del grifo y pillar la tiña. Por las noches, las camas estaban infestadas de chinches y las cucarachas campaban a sus anchas, lo que convertía el simple hecho de dormir en una auténtica pesadilla. Ya en tiempos del zar Nicolás I, a mediados del siglo XIX, el Palacio de Invierno ardió y tuvo que ser reconstruido, pero lo más grave era la accesibilidad descontrolada de la gente por las estancias palatinas anulando cualquier medida de seguridad en una época en que el movimiento anarco-terrorista sacudía la cotidianeidad de la Familia Imperial. Qué mejor ejemplo hay, citando la anécdota en la cual unos anarquistas que se habían colado hasta los aposentos imperiales, pusieron una bomba en el comedor de los zares; al estallar, hundió todo el piso en un momento en el cual, por fortuna, la Familia Imperial había abandonado por los pelos la estancia. El susto, aunque huelga decirlo, fue de "muerte".

Con tales antecedentes, era obvio que la Familia Imperial prefiriera residir en el Palacio Aleksandr, mucho mejor situado y seguro para ella. Allí, la tranquilidad estaba asegurada y la residencia ofrecía ventajas como la lejanía del núcleo urbano, la pureza del aire y una gran calidad de vida para sus habitantes. En palacio, la seguridad del zar y de su familia era más fácil de llevar a cabo eficazmente por la Guardia Imperial y la policía, y las comunicaciones con la capital estaban aseguradas por la línea del ferrocarril privado del zar que cubría el trayecto de Tsarskoie Selo a San Petersburgo en 10 o 15 minutos de reloj. En su defecto, se contaba con la flotilla de automóviles del zar para cualquier desplazamiento de la Familia Imperial.


En verano, la Familia Imperial embarcaba a bordo de su yate, el Standart, para iniciar su crucero anual tradicional en el golfo de Finlandia y por el Báltico. Incluso iban cada año a pasar una temporada en Polonia, donde el zar tenía a modo de residencia veraniega el Palacio de Spala, totalmente construido en madera; allí, Nicolás II gustaba de pasar sus días de relax cazando con amigos y parientes. Las estancias de la Familia Imperial Rusa en Spala se interrumpieron justo después del fatal accidente sufrido por el zarevich Alexis, que casi le cuesta la vida en 1912. A partir de ese momento tan angustiante para la emperatriz Alexandra, ésta rehusó volver a Polonia. A Spala se le prefirió Yalta, la finca imperial de Livadia (Crimea, a orillas del Mar Negro) donde la Familia Imperial tenía un palacio de verano desde tiempos del abuelo Alejandro III. Allí, la Familia Imperial gozaba de una libertad de movimiento que se sabía imposible en San Petersburgo; les permitía incluso ir de tiendas y dar largos paseos sin miedo a ser molestados o amenazados por algún terrorista. A tal punto estaban tranquilos, que se podían ofrecer el lujo de dormir a pierna suelta con las ventanas abiertas
 
Orden de San Andrés


La Orden de San Andrés fue la máxima condecoración de caballería del Imperio ruso. Fue suprimida tras la creación de la Unión Soviética, pero se recuperó en 1998, tras la caída de la URSS y la creación de la Federación Rusa.


La Orden fue fundada por Pedro el Grande en el año 1698, en honor a San Andrés, el primero de los Doce Apóstoles y el Patrón de Rusia. La Orden de San Andrés sólo tenía una clase y se otorgaba solamente a las personas que destacaban muy por encima de otras en méritos civiles o militares.
Fíodor Golovin fue el primer caballero de la Orden que, hasta su abolición en 1917 a causa de la Revolución rusa, sólo se otorgó a un centenar de personas. Normalmente, a ésas personas, mayoritáriamente nobles, se les otorgaba también la Orden de San Alejandro Nevsky, la Orden del Águila Blanca, la Orden de Santa Ana de primer grado y la Orden de San Estanislao también de primer grado. A los militares que recibían la Orden de San Andrés se les ascendía a Lugarteniente General o a Vice Almirante.
[editar]Insignias de la Orden de San Andrés

La Orden de San Andrés constaba de tres insignias clave:
Estrella: Una estrella de plata de ocho puntas, con un círculo de esmalte azul con el lema "?? ???? ? ????????" "Para la fe y la fidelidad". En el centro del esmalte azul, había un círculo de oro en cuyo centro se encontraba el águila de San Andrés, con la cruz en que fue crucificado. La estrella de la Orden podía ser entregada con diamantes, por méritos especiales.
Se llevaba en la parte izquierda del uniforme militar o traje de la Corte, combinándose con la Banda o el Collar.
Collar: El collar de la Orden era entregado a los nobles más cercanos al Zar, y se usaba solo en ocasiones muy especiales. Formado en plata y oro, contenía piezas que representaban el águila de San Andrés.
Banda: En azul cielo, la banda se usaba con la estrella de la Orden cuando no se tenía el collar o bien en ocasiones más informales. Cruzaba en pecho desde el hombro derecho para acabar en la cintura izquierda. El lazo de la banda llevaba como símbolo el águlia de San Andrés.
[editar]La Orden de San Andrés en la Federación Rusa

La Orden Imperial de San Andrés está actualmente extinta, ya que el último Gran Maestre de la Orden, el Zar Nicolás II de Rusia fue asesinado por los bolcheviques el 17 de julio de 1917. Actualmente, el título de Gran Maestre de la Orden pasaría a la Jefa de la Casa Romanov, la Gran Duquesa María Vladímirovna Románova.
La Orden fue restablecida (sin ser oficial) en 1988 por la Iglesia Ortodoxa Rusa en el exilio, con el mismo nombre pero con diferentes insignias y estatutos. Finalmente, en 1998, fue reconocida como la más alta condecoración de la Federación Rusa por la ley Presidencial 576, del 1 de julio de 1998.

Condecoraciones
 
Arh hola ! Sùper interesante todo, como siempre !

Leyendo sobre la orden de San Andrés, recordé a Felicitas le avisaré para que no se pierda la info que subiste !

Te debemos un viaje a Moscú !
 
ANASTASIA ROMANOV O ANNA ANDERSON

LA HISTORIA DE DOS MUJERES UNIDAS POR UNA MISMA VIDA


Escrito por: P.Argenter Leído 136.578 veces.

ANASTASIA ROMANOV O ANNA ANDERSON
Esta es la magnífica historia de dos mujeres con una misma identidad, ser la única hija del Zar Nicolas II que se salvara de la masacre de 1918 en Ekaterimburgo-Siberia.

Anna Anderson era una joven veiteañera de ascendencia rusa que decidió abrirse al mundo bajo la identidad de la Gran Duquesa Anastasia Romanov de todas las Rusias, la misma que muriera en el verano de 1918, junto a toda la familia de Nicolas II, padres y hermanos.

La muerte de la joven Anastasia Romanov fue todo un misterio, solo se sabía que oficialmente había sido fusilada en la noche del 16 al 17 de julio junto a su familia, pero con el tiempo, el rumor surgió cuando un soldado informó de la posibilidad del rescate de un miembro de la familia, de una de las hijas del Zar, que había quedado mal herida durante aquella noche fatal.

El soldado Tschaikovsky dijo haber recogido a la joven gran duquesa y se la llevaría a Rumania donde curaría todas sus heridas.

La vida de Anna Anderson surgió en 1920 cuando fue salvada de suicidarse en el puente del río Spree en la ciudad berlinesa. Fue ingresada en un sanatorio mental durante un tiempo en la que ella se definia como la única superviviente de la familia imperial rusa e hija Nicolás II. La noticia empezó a sucumbir por toda Europa. La gente maravillada ante esa magnífica historia, daban motivos para pensar que si realmente fuera esta joven la verdadera hija del Zar, devolvería las esperanzas de los miles de súbditos rusos de colocar a un Romanov en el trono, que fuera arrebatado por los bolcheviques. Pero la pregunta estaba servida: ¿Es esta mujer la que dice ser y es verdaderamente Anna Anderson la famosa Anastasia Romanov? Hasta hace pocos años estas y otras preguntas seguían vigentes hasta que en la pasada década de los 90 una prueba del ADN confirmó lo lo esperado durante años.


Biografia de Anastasia Romanov- Oldenburg (1901-1918) Esta es su historia:

Anastasia Nicolaeivna Romanov-Oldenburg-Holstein-Gottorp y von Hessen, nace en Peterhof, Rusia, el 18 de junio de 1901. Hija del Zar Nicolás II Romanov y de Alexandra Feodorovna de Hessen.

Era la pequeña de las cuatro hijas del Zar y era muy conocida por ser quien cuidaba constantemente de su hermano el Zarevich Alexis, el pequeño de la familia.

Anastasia se crió junto a sus otras tres hermanas: Olga, Maria y Tatiana. Junto a ella siempre su adorado hermano Alexis de dos años menor que ella. Vivió alrededor de una corte sublime, pomposa y elegante. Pero a Anastasia de carácter algo reservado, disfrutaba de realizar actividades lúdicas como también tenía entre sus aficiones, salir al campo, practicar tenis, jugar con sus hermanas o escuchando a su abuela paterna, la zarina Maria de Dinamarca que disfrutaba de contar miles de historias y cuentos infantiles. Sabemos que també asistió a actos protocolarios como las fiestas de Navidad o de Pascua de Resurrección. No hay muchos datos de la joven Anastasia desde su nacimiento hasta el final de sus días.


Tras estallar la Revolución Rusa de 1917:
El 20 de mayo de 1918 los Romanov, fueron exiliados a Siberia, donde fueron confinados en Ekaterinburg. Estuvieron residiendo durante sus últimos dos meses de vida, en una pequeña granja de la localidad siberiana.

Poco tiempo antes del desenlace final, el oficial bolchevique Yurovsky, trasladó a la familia imperial a otro pueblo llamado Alapayevsk e instalados en un refugio preparado para ellos. La noche del 16 al 17 de julio la familia fue sacada del lugar donde se encontraban y tras despertarlos de madrugada, fueron conducidos al sótano de la casa con el pretexto de ser fotografiados por última vez.

Les acompañaba el médico de la familia imperial, el doctor Eugenio Botkin además de tres personas más del servicio de la familia. Fueron ejecutados cruelmente. Para poderse desahacer de los cuerpos, la milicia decidió enterrarlos en el bosque tras haber sido bañados en ácido sulfúrico para que nadie les pudiera identificar.

Sus cuerpos sin vida fueron conducidos en medio de un bosque cercano, espeso y oscuro, donde fueron enterrados sin señal o lápida donde indicara el lugar de su reposo.

Por ello, ante la posibilidad de rescatar medio moribundo a algún miembro de la casa imperial se hizo cada vez más relevante en la europa occidental. Sobre todo a través de la historia de que un soldado que estuvo durante la masacre y que el llamado Tschaikovsky la pudiera rescatar. Fue entonces, dos años después de lo sucedido cuando apareció Anna Tschaikovska Anderson.

Nadie supo quien fue realmente Anna Anderson. Pero había gente que quería comprender y quería aceptar la posibilidad de que aquella historia fuera real y que la joven Anastasia se salvara de aquella masacre. El parecido físico con la auténtica gran duquesa hizo que la gente que la había conocido o tratado cuando era joven se alarmara y pretendiera aceptarla como tal. Por entonces, nadie podía entender como podía tener tantos recuerdos de la familia imperial si no hubiera sido la auténtica. Incluso su abuela paterna, recluida en un castillo en Dinamarca donde pasó su reclusión tras las muertes de su familia, la reconoció antes de su fallecimiento en octubre de 1928 como tal después de un tiempo en que le inundaban las dudas de la identidad de aquella joven.
Anna Anderson no tuvo una existencia fácil y durante su vida tuvo que asistir varias veces ante los tribunales como en 1938 cuando se presentó ante la corte alemana para probar que realmente era quien decía.

Su último marido el norteamericano John “Jack” Manahan de unos viente años más joven que ella y con quien se casaría cuando Anna tenía la edad de 67 años de edad. El suceso fue en Charlotteville en el año 1968 y donde viviría recluida de los medios de comunicación.

Durante el resto de su vida tuvo que admitir y probar de diferentes maneras que ella era Anastasia Romanov.

Murió en Klostersee (Alemania) en 1984 a la edad de 83 años a causa de una neumonía. Según dicen fue encinerada por deseo propio.


Después de morir, Anna Anderson, se empezó a investigar la posibilidad científica de que ella fuera la autentica hija del zar Nicolás II. Un grupo de científicos, espeólogos, geólogos, genéticos y otros expertos de la medicina hallaron los restos de la familia imperial en 1991. En 1998 y gracias a las pruebas demostradas con el ADN se supo que todos los cadáveres encontrados pertenecían a la familia imperial. Los siete componentes eran sin dudarlo, el Zar Nicolás II, su esposa y todos sus hijos. Para la confirmación pidieron muestras de ADN a diferentes miembros de la realeza europea más cercana a los Romanov, a miembros de las casas reales danesa, británica y a la griega Se cree que también a los duques alemanes de Essen.

Los análisis y muestras de ADN de Anna Anderson que pudieron ser rescatados, grácias a una prueba que se le hicieron en vida durante una operación en 1979 en el Hospital Martha Jefferson, fueron comprobados y la resolución demostró que aquella mujer que en los años 20 y hasta el final de su vida defendía su identidad como Anastasia Romanov, no era la auténtica.

Mucha gente había creído en su palabra pero también hubo gente que nunca la creyó. Ahora descansa bajo una lápida que dice: Anastasia Manahan 1901-1984.

Su genética fue comparada con las familias de una lista de desaparecidos entre 1918 y 1920 y se halló que Ana Anderson no era quien decía y que su auténtica identidad era otra. Su nombre bautismal era el de Franziska Schanzkowska, nacida en Pomerania (Polonia) el 16 de diciembre de 1896 y desaparecida en marzo de 1920, perdió la memoria cuando trabajaba en una fabrica de Berlin y al encontrarla cerca de un puente de aquella ciudad, asumió los relatos de Anastasia que su marido le contara como si fuera de su propia vida. Estuvo casada con el soldado Tschaikovsky (ruso-polaco) que estuvo presente en la matanza a los Romanov en 1918.

PELÍCULAS:

-Anastasia (Walt Disney)1997
-Anastasia –con Yul Brynner- Director: Anatole Litvak- 1956.

LIBROS:
Anastasia: La vida de Anna Anderson de Peter Kurth- 1995

Anastasia: la princesa perdida, de James Blair Lovell- 1998
 
Amigos de la Familia

¿Cómo es que llegaron a convertirse en los amigos más cercanos de la familia real y al mismo tiempo se convirtieron, intencionalmente o no, en piezas importantes de la propaganda contra la autocracia? Se puede explicar tal vez porque ambos satisfacían las necesidades psicológicas del Tsar y la Tsarina.
Por una parte estuvo Anna Vyrubova, única amiga íntima, confidente y protegida de Alexandra, con su constante sufrimiento sentimental y vida de sacrificio, por otro lado Rasputin quién se convirtió en la única y última esperanza para la curación del Tsarevich y la salvación del imperio. Anna Vyrubova había tenido varios contactos con los emperadores previamente pero fue cuando Anna fue hospitalizada que la amistad y dependencia con Alexandra se creó. Alexandra se enteró de su situación y rápidamente la visitó y la ayudó con todo lo que ella necesitara. Luego la visitaba en su casa y pronto la invitó a palacio y hasta se le designó un lugar donde podría residir para estar cerca de Alexandra. Una vez instalada, la familia imperial la visitaría por horas a la vez y tomarían té juntas o leerían libros y en los momentos donde más se necesitaron Alexandra y Anna se sentarían por horas en silencio y disfrutarían solamente eso, la compañía que ambas se daban "...y los rayos de sol que entran por la ventana y caen en los hombros de Alix, les hacen parecer a una santa, tan buena y tan sufrida por el bebe, pero ya verá que todo va a estar bien y qué podría hacer para que sus preocupaciones desaparezcan, ojalá se quede unos momentos más conmigo, tal vez un poco más de té y galletitas con mermelada. Dónde puse el libro, oh sí cayó al piso..."

Gregori Efimovich Rasputin, hijo de padres campesinos, nació probablemente en una pequeña villa llamada Pokrovskoye a las orillas del río Tura en la gobernación de Tobolsk, provincia de Siberia, el 10 de enero de 1869. De carácter violento, sexualmente impulsivo y tendencia alcohólica, escapó de su villa y pasó tres meses en el convento Verkhoturye y luego visitó a un conocido peregrino, Makariy, a quien se le atribuía que podía curar milagrosamente y de quien aprendió los secretos de su oficio. Gregori contrajo matrimonio y tuvo tres hijos, y aunque continuó manteniéndo a su familia, al final decidió peregrinar a lugares sagrados. Años después terminó en San Petersburgo donde tuvo contacto con la realeza, la Gran Duquesa Militza le presentó a la Emperatriz Alexandra en 1905. Rasputin rápidamente logró ganarse la confianza de los emperadores, pero cuando rezando se detuvo uno de los ataques de hemofilia de Alexei, simplemente logró controlarlos mentalmente. Nicholas y Alexandra estaban convencidos que finalmente habían encontrado aquella persona que podría interceder por ellos con Dios, aquella persona santa que podría salvar al heredero de tan maldita enfermedad; Rasputin les prometió que los ataques de Alexei disminuirían con el tiempo al punto que desaparecerían por completo cuando alcanzara la madurez. Con el tiempo, Rasputin llegaba al palacio sin anunciarse, los emperadores lo presentaron a familiares, amigos y miembros del gobierno. De curador de Alexei, Rasputin pasó a confidente de la familia, y si no directamente, a través de pequeñas notas con la ayuda de Anna, los emperadores le consultaban cualquier pequeña indecisión que tuvieran. Hacia el final Rasputin enviaba a Nicholas consejos de gobierno sin haber sido solicitados.

Malos rumores lentamente empezaron a circular, entre familiares de la realeza, luego entre miembros del gobierno y finalmente entre opositores del imperio. Quejas sobre su comportamiento fuera del ambiente de la realeza, preocupación sobre su influencia en la familia de Nicholas y hasta acusaciones de índole sexual por parte de la servidumbre del palacio, hicieron que Rasputin saliera de San Petersburgo y viajara a Jerusalén y Atenas en febrero y regresara en mayo de 1911. Las acusaciones se extendieron a los periódicos, mientras que los emperadores daban su apoyo absoluto a Rasputin. Finalmente la Emperatriz Viuda Marie Feodorovna decidió hablar seriamente con Nicholas y Alexandra, reunión en la que Nicholas honestamente expresó su fe en los poderes de Rasputin para la salvación de su hijo e inclusive Alexandra le sugirió que se reúna con Rasputin para que lo conozca mejor. Días después Rasputin salía nuevamente de San Petersburgo, pero no hacia Livadia como le fue sugerido por Alexandra sino hacia Siberia. Anna Vyrubova se enteró de los rumores sobre ella y Rasputin, pero su amistad con Alexandra y su fe en Rasputin pudieron más.

Fuente: Tsarevich Alexei - A Bravenet.com Hosted Site
 
Thirteen Years at the Russian Court by Pierre Gilliard

(Comentario de Gilliard en Mogilev cuando trataba de introducir Alexei a lugares comunes)

La policía del palacio se alarmó más ante estas excursiones, las cuales nos llevó más allá del área protegida, especialmente cuando nuestra ruta no era conocida con anticipación. Se me pidió que observara las reglas, pero las deseché, y nuestros paseos continuaron como antes. La policía entonces cambió su procedimiento, y cuando sea que salíamos del parque teníamos la certeza de ver un carro aparecer y seguir nuestros rastros. Una de las cosas que más disfrutaba Alexei Nicholaevich era hacerlos perder la pista, y de vez en cuando lo lográbamos.

(Nota de Gilliard sobre la reacción de Alexei al acompañar a su padre al frente)

Un soldado, quien había sido vendado y puesto de vuelta en cama, contemplaba fijamente al Tsar, y cuando el Tsar acercó, el soldado levantó su única mano sana para tocar la ropa del soberano y así convencerse que el Tsar estaba frente a él y no un fantasma. Detrás del Tsar permanecía Alexei Nicholaevich, quien se sentía profundamente conmovido por los quejidos que escuchaba y el sufrimiento que se sentía alrededor.
The Emperor Nicholas II, As I Knew Him, by Major-General, Sir John Hanbury Williams

10 de julio de 1916
El Tsarevich ha llegado y en gran espíritu. Nos arrastró a algunos de nosotros, después del almuerzo en la carpa, a una fuente redonda en el jardín, la cual tenía cabezas de delfines alrededor, con dos huecos en cada uno representando los ojos. El juego era insertar nuestros dedos en estos huecos, luego abrir el agua de la pileta completamente y de pronto sacarlos. El resultado fue que casi ahogo al Emperador y su hijo, y ellos me devolvieron el favor, y todos tuvimos que regresar para cambiarnos, riendo hasta casi llorar, sin duda un entretenimiento pueril, pero igual nos hizo bien.
Nicholas Escribió en una Carta a su Madre

En viaje a Bialowieza y Spala en septiembre de 1912, el tren imperial se detuvo en Smolensk donde pasaron el día con los nobles del lugar. En la noche Nicholas escribió en una carta a su madre: “Alexei tomó de una mesa una copa de champagne y se la tomó sin que nadie se diera cuenta, después del cual se puso muy alegre y empezó a entretener a las damas ante nuestra gran sorpresa. Cuando regresamos al tren, él continuó contándonos sus conversaciones en la fiesta y también que escuchó su barriga crugir”

Olga (Hermana de Alexandra) - Memorias - 1908

Cuando lo vi (Rasputin) sentí que gentileza y cariño radiaba de él. Los niños parecían simpatizar con él. Se mostraban completamente tranquilos con él. Aun recuerdo sus risas cuando el pequeño Alexei, decidiendo ser una liebre, saltaba por el cuarto. Y entonces, casi de pronto, Rasputin le agarró de la mano y le llevó a su dormitorio, y las tres los seguimos. Hubo algo como un recogimiento como si nos encontráramos en la iglesia. En el dormitorio de Alexei no se encendieron lámparas, la única luz provenía de las velas encendidas frente a unos hermosos íconos. El chico permaneció muy quieto al lado de aquel gigante, quien tenía la cabeza baja. Sabía que estaba rezando. Era casi impresionante. Sabía también que mi pequeño sobrino le acompañó en su rezo. Realmente no puedo describirlo – Estaba entonces conciente de la sinceridad total de este hombre.BR>
KR – Diario – 26 noviembre 1908

Nuestros pequeños fueron invitados por té con los niños del Emperador. Igor también fue. La pequeña Anastasia estaba encantada con él, continuaba llamándole niñito lindo y le dio unas flores cuando se despidieron. El Heredero, quien es un año más joven que Gerogy (hijo de KR), le abrazó y jugó contento con él, y al enterarse que Georgy quería ser un chofer cuando sea grande, le ofreció sus servicios como su asistente. La niñas hicieron un lío por nuestra Vera y la cargaron en sus brazos.

Anna Vyrubova – Memorias – 1916

La Emperatriz nunca era feliz con la excepción de los poco minutos del día cuando leía las diarias cartas de su hijo. A las nueve de la noche subía al cuarto exactamente como si él estuviera ahí y lo escuchara.

El Emperador Nicholas II, Como lo Conocí, por el Mayor-General, Sir John Hanbury Williams

El Tsarevich

Alexei Nicholaevich tenía como 11 años cuando lo vi por primera vez en 1915.

Esperaba, por las muchas historias que flotaban en referencia a él, encontrar a un niño muy delicado y no muy alegre. Delicado ciertamente era, sufriendo como él mismo, de una enfermedad del que completa recuperación se decía era imposible, pero en los periodos que podríamos llamar de buena salud, él tenía todo el espíritu y las travesuras de cualquier niño ordinario de esa edad.

En nuestra primera presentación él estaba tan tímido como se esperaría de alguien arrojado en medio de una multitud de extraños en el Cuartel General, no sólo de su propia nacionalidad, sino de todos nosotros – los representantes Aliados.

Su timidez desapareció pronto, y gradualmente se convirtió casi en un niño travieso entre nosotros, como si algo pudiese malcriar a ese pequeño, atractivo y feliz como él mismo.

En nuestra primera reunión él seguía a su padre, el Emperador, alrededor del círculo que habíamos hecho en la recepción de la Casa de Gobierno en Mogilev, donde él residía, estrechando la mano de cada uno de nosotros.

Durante las cenas se sentaba junto al Emperador, frente a mí, que me sentaba por regla al costado del Conde Fredericks y quien estaba frente al Emperador. Vestía uniforme kaki y altas botas rusas, y estaba muy orgulloso de ser soldado, tenía excelentes modales, y hablaba bien y claramente varios idiomas.

Con el tiempo y con su timidez inicial ida, nos trataba como viejos amigos y, al pasar deseándonos buen día, tenía algún pequeño juego con nosotros. Conmigo era asegurarse que cada uno de los botones de mi saco estaban propiamente en su sitio, un hábito que naturalmente hizo asegurarme de tener uno o dos botones desabotonados, por el cual él inmediatamente se detenía para decirme que estaba ‘nuevamente desaliñado,’ daba un suspiro a mi falta de atención a estos detalles, y cuidadosamente me embotonaba nuevamente.

Estábamos acostumbrados a que nos invitara a entrar a una pequeña alcoba cerca al comedor mientras el resto estaba comiendo entremeses los cuales empiezan las cenas Rusas en una mesa aparte. En ese pequeño cuarto ocurría cada juego concebible, un ‘caos’ de hecho, finalizando la mayoría de las veces con un juego de fútbol con cualquier cosa que esté a la mano, el general Belga, a quien él trataba cariñosamente, y al que siempre llamaba ‘Papa de Riquel,’ era una persona poco estricta y daba grandes oportunidades para ser atacado. El dedicado tutor casi se desesperaba, y generalmente el Emperador se veía obligado a intervenir, y que al mismo tiempo el pequeño se escondía cuidadosamente detrás de la cortina.

De pronto reaparecía con una chispa en los ojos y marchaba solemnemente para tomar su sitio en la mesa.

Ahí empezaría nuevamente con un ataque de pelotitas de pan a través de la mesa y un juego que él llamaba polo conmigo, con más pelotitas de pan se ponía en riesgo la china y los vasos Imperiales considerablemente.

Si, de alguna manera, tenía a un extraño sentado junto a él, lo trataba con la misma cortesía y gracia de su padre, conversando libremente y haciendo preguntas sensibles. El momento, de cualquier manera, que nos transportábamos a la antesala los juegos empezaban nuevamente, y continuaba más rápido y furioso hasta que el Emperador o su tutor se lo llevaban cargado.

Nagorni era un gran marinero sirviente, muy dedicado, siempre atento y útil – un gran acompañante, alto, alegre y querido de su pequeño amo. (Su figura es sin dudas muy conocida por las frecuentes fotos que han aparecido de él con el Tsarevich, y se ha reportado que fue asesinado con los otros al principio de 1918. Él hubiera, estamos seguros, permanecido en su puesto y a cargo hasta el final. Su cuerpo fue encontrado en el lugar de su ejecución dos meses después.)

En las tardes el Emperador acostumbraba a pasear a su hijo en bote o a jugar en la arena, donde él hacía pequeñas fortificaciones y se divertía como lo haría cualquier otro niño.

Siempre se le veía muy bien en uniforme y lucía especialmente inteligente en uniforme Cosaco.

En algunas ocasiones acompañaba al Emperador a ver a las tropas en el frente, donde era tan popular como lo era en todas partes.

Amaba mucho a los animales, siendo sus acompañantes principales un Spaniel y un gato gris grande, mostrados con él en una foto tomada en el Cuartel General.

A veces la enfermedad de la que sufría lo atacaba, y era una lástima ver como todo en el Cuartel General sentía por este niño jovial y feliz, quien parecía tan saludable en momentos ordinarios.

Dormía en el dormitorio de su padre en el Cuartel General, siempre le acompañaba a misa, volteando constantemente para ver si se encontraban sus amigos ‘Aliados’, y guiñando un ojo al vernos.

En la visita a las tropas el 15 de noviembre nos cuenta su tutor cómo el Emperador, al inspeccionar las tropas del General Chtcherbatchef, pidió a todos aquellos que hayan servido durante toda la guerra que levantaran la mano. Entre los miles presentes unas cuantas manos fueron vistas, causando una gran impresión en el pequeño soldado parado al costado de su padre.
 
gRACIAS MOSCUKREMLIN !!!!



339353.jpg
 
Back