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Sí que les ocurrió, los bebés de Viena de la generación de Carlos morian como moscas. La hermana de Carlos, Margarita, la de las meninas, se casó con su tio o primo Leopoldo I, entre los 13 y los 21 años le dió la misma cantidad de hijos y todos murieron, incluida ella de parto. El no consiguió descendencia masculina hasta su tercer matrimonio. Al desaparecer la familia en España, cesaron las bodas endogámicas y asi se salvó la rama de Viena, de pura chiripa... En Francia, la hermana mayor de Carlos, Maria Teresa, esposa del Rey Sol, solo logró un hijo vivo de no se cuantos, porque era prima hermana por ambos lados de su marido. Luis XIV era hijo de Ana de Austria y Luis XIII y su mujer era hija de los hermanos de estos, Felipe IV e Isabel de Borbón.
Quería decir que no les llevó a extinguirse como se extinguió la rama española.
Hablando de Borbones, hay un libro por ahí de un tal Zabala que dice que los Borbones tienen tradicionalmente mala suerte con la descendencia, que tenían muchísimos bebés y poquitos les llegaban a adultos.
Por otro lado, Carlos III tuvo un hijo al que se declaró incapaz. En los retratos tiene todo el aspecto de Down. Nadie está libre de estas cosas, aunque algunos tientan más la suerte...
En cualquier caso y para no salirnos del tema, en el bebé que nos ocupa posiblemente haya que remontarse hasta Atapuerca para encontrar parentesco entre los padres... o incluso más atrás.