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Pero SI es Spencer! Las madres tiene. Esa suerteNo está claro que Harry sea windsor...
Por eso creo que sí es niña, la llamará Diana. Para que no se nos olvide que es nieta de Lady Di.El petas explota la imagen comercial y todo lo relacionado a su madre, lógico porque bastante que el padre oficial le regaló el Windsor!
Efectivamente, pobre Amanda........
Cuando la Reina anunció el título que le otorgaba a Edward con motivo de su boda en 1999 manifestó su deseo es que Edward heredase el titulo de Duque de Edimburgo a la muerte de su padre. Con lo cual a día de hoy si Philip muere antes que la Queen, ésta otorgará a su hijo el título de Duque de Edimburgo...y James lo heredará cuando su padre se muera. Otra cosa es que mañana Elizabeth II se muera y entonces el título de Duque de Edimburgo retornará a la Corona (Charles será el nuevo Rey) a la muerte de Philip.....como esperamos que Charles sea un caballero y cumpla el deseo de su madre lo más seguro es que se lo otorgue a Edward pero si no quisiera hacerlo estaría en su derecho como monarca y Edward no sería Duque de Edimburgo.
Efectivamente, pobre Amanda........
Cuando la Reina anunció el título que le otorgaba a Edward con motivo de su boda en 1999 manifestó su deseo es que Edward heredase el titulo de Duque de Edimburgo a la muerte de su padre. Con lo cual a día de hoy si Philip muere antes que la Queen, ésta otorgará a su hijo el título de Duque de Edimburgo...y James lo heredará cuando su padre se muera. Otra cosa es que mañana Elizabeth II se muera y entonces el título de Duque de Edimburgo retornará a la Corona (Charles será el nuevo Rey) a la muerte de Philip.....como esperamos que Charles sea un caballero y cumpla el deseo de su madre lo más seguro es que se lo otorgue a Edward pero si no quisiera hacerlo estaría en su derecho como monarca y Edward no sería Duque de Edimburgo.
No está claro que Harry sea windsor...
No es machismo, el futuro rey.., no tendrá los 3000 millones de € de la Unió EuropeaVamos, que excepto en la sucesión de la Corona, mantienen el machismo en la herencia de la titulitis.
Uf....comenzamos,por supuesto que el anuncio oficial se ha dado hoy,solo faltaría que lo hubiesen lanzado el día de la boda!!! pero como dice el artículo,ellos lo comunicaron a los invitados en la boda!cosa que me parece una falta de respeto y necesidad de protagonismo 200%, a mi no siendo de sangre azul jamás se me ocurriría comentarlo en la boda de alguien ya que considero que quitaría protagonismo a quien realmente lo merecen,los novios.
Mia es un amor, igual no muy guapa.., pero tiene una gran personalidad, mi preferida..!!!Pues sí, puede nacer una Diana morena ¿por qué no? Incluso en el nombre, me da que Harry le pone Diana a su hija caiga quien caiga. Y ni Harry ni Meghan son orcos como Mike Tindall que den criaturitas como la pobre Mia.
De todos modos, @Rosa-Rosae, observarás que comienza a extenderse la manía a Meghan a su futuro hijo. ¿Alguien se imagina semejantes comentarios sobre una criatura aun no nacida de haberse casado Harry con una caucásica inglesa? Desde el compromiso han ido a por ella, despues en la boda, ahora en su futuro hijo... penoso... ¡Ah, pero que sea una afro americana no tiene nada que ver, claro! ¿Cómo será la mezcla pelirroja y mulata? Eso es lo que les importa del tema, increible... Esperad a que nazca para opinar sobre la criatura, pero dar por hecho como hacen algunas que no será monísimo... Y ya empezamos a especular si con monísimo le llamas simio - como hacian con los negros los supremacistas blancos- o bonito (tal duda no existiría si Meghan fuese blanca, claro...
Penoso, penoso, penoso...
Si solo hubiese sido la nariz lo de Carlos II...
El domingo 6 de noviembre de 1661 nació “un robusto varón, de hermosísimas facciones, cabeza proporcionada, pelo negro y algo abultado de carnes”. De esta manera se contaba en la Gazeta de Madrid el nacimiento de un rey español que fue un auténtico compendio de patologías: Carlos II.
Más crítico con el aspecto de este nuevo infante fue el Embajador de Francia, quien escribió a Luis XIV:
”El Príncipe parece bastante débil; muestra signos de degeneración; tiene flemones en las mejillas, la cabeza llena de costras y el cuello le supura (…) asusta de feo”.
Así comienza la triste historia de este desgraciado rey de España, último del linaje de los Austrias, un pobre enfermo desde su nacimiento hasta su muerte, muy probablemente por la continua endogamia practicada por sus ascendientes, tal y como expone García-Arguelles:
«En el tronco familiar figuran repetidos los nombres de Felipe el Hermoso y Juana la Loca ocho veces; los de Fernando I y Ana de Bohemia, nueve; Carlos V e Isabel de Portugal, cuatro; Felipe III y Margarita de Austria son, a la vez, sus abuelos y bisabuelos. Su padre estaba casado con una hija de su hermana, por lo que, a la vez, era tío segundo de su hijo y su madre resulta ser prima de su propio hijo»
De Carlos II se sabe con casi total seguridad que padeció el Síndrome de Klinefelter, enfermedad genética que consiste en una alteración cromosómica expresada por un cariotipo 47/XXY, es decir, que tienen un cromosoma X supernumerario.
Dicho síndrome se caracteriza por infertilidad, niveles inadecuados de testosterona, disfunción testicular, hipogenitalismo (genitales pequeños), ginecomastia (crecimiento de los senos), trastornos conductuales y aspecto eunucoide (talla alta, extremidades largas, escaso vello facial y distribución de vello de tipo femenino). Otras anomalías asociadas son criptorquidia (testículos intraabdominales, no descendidos a la bolsa escrotal), hipospadias (orificio de la uretra situado no en la punta, sino entre la base y la punta del pexx) y escoliosis, así como diabetes y bronquitis crónica en la edad adulta. Carlos II no presentaba algunos de los elementos característicos de la enfermedad (no tenía ginecomastia ni estatura alta), por lo que se piensa que su caso podría tratarse de una variante de mosaicismo con fórmula 46XY/47XXY (es decir, algunas células con cariotipo normal en un varón, XY, y otras con cariotipo alterado XXY), con talla normal y sin ginecomastia y sin embargo, siempre con azoospermia (ausencia de espermatozoides), retraso mental, y a veces lesiones cardiacas y disfunción tiroidea.
Con el fin de que aquel débil muchacho sobreviviera, fue alimentado por 14 amas de cría distintas, que le amamantaron hasta la edad de 4 años, y no se continuó durante más tiempo porque se consideraba “indecoroso” para un monarca (su padre falleció cuando Carlos contaba 4 años de edad). Sin embargo, no pudo sostenerse en pie hasta los 6 años de edad, debido probablemente a un raquitismo por déficit de vitamina D, agravado también por la falta de luz solar, puesto que prácticamente no se sacó al niño al exterior por temor a los enfriamientos. Se sabe también que distintos padecimientos de origen infeccioso minaron la salud del pequeño monarca: infecciones respiratorias de repetición, sarampión, varicela, rubeola y viruela. Además, padeció epilepsia desde la infancia hasta los 15 años, que posteriormente recurrió al final de su vida. Y, por último, no podemos olvidarnos de un evidente retraso intelectual: Carlos II no aprendió a leer hasta la edad de 10 años y nunca supo escribir correctamente. Padecía ataques de cólera desmesurados y tuvo adicción alimentaria al chocolate (chocoholismo).