🟠 Bernardo Montoya declarado CULPABLE por el asesinato de la profesora Laura Luelmo, en Huelva.

Sí hay vida hay esperanza; yo tengo un familiar que sufrió un gravísimo accidente de coche; tuvieron que venir a buscarle al pueblo en helicóptero y no daban un duro por su vida; pues ahí está 15 años después! Y sin secuelas!
Aunque la recuperación fue durísima...
Nunca podremos saber si hubiera vivido y se hubiera recuperado en caso de encontrarla con vida



La dra Becky34 nos podrá aclarar, o seguramente no, porque no dispone de suficientes datos...
El desgraciado del Bernardo la dejaría en una situación en que se la daría por muerta,con daños irreversibles, en estado de coma y si había algún hálito de vida solo sería cerebral e irrecuperable...
espero que sea eso y no haya consciencia de sufrimiento...
en el caso de que no se haya alcanzado aún el estado de coma tras un traumatismo craneal, son horas de mucho sufrimiento y agitación a todos los niveles...
si el desgraciado éste la dejó por muerta y casi que técnicamente lo estaría, espero que estuviese en una fase en la que ya no te enteras de nada...
 
Para todos los que aún opináis que Laura fue osada voy a compartir algo con vosotros que todavía escuece y mucho.
He vivido muchos años en países considerados “peligrosos” y hace unos meses que estoy en España. Tengo más de 40 así que no soy una niña.
Había que buscar alojamiento en España desde fuera y era temporada turística (vivimos en la costa) así que no había nada de nada. Al final solo un chalet y un apartamento. Yo pensé que prefería tener más espacio en el chalet pero al final fue el apartamento.
Bloque de edificios pequeños, tres apartamentos a cada lado. Los de la izquierda todos vacíos y los de la derecha unos ancianitos en el tercero, una pareja con hijas adolescentes en el Segundo y nosotros en el primero.
A la semana más o menos ya sabia esto (Laura no tuvo tanto tiempo).
Las niñas del Segundo o la mujer siempre bajaban a pedir ropa que se les había caído tendiendo, casi a diario. Al marido no le había visto. Solo escuchado.
Un día llega mi marido a casa a las 6 de la tarde (normalmente hasta las 9/10 no aparecía) y me comenta que unos amigos del instituto están por la zona de veraneo y que igual nos visitaban.
A todo esto llaman a la puerta, no al telefonillo sino a la puerta del apartamento.
Me asomo por la mirilla (porque es algo que haces automáticamente) y veo una calva de un señor alto mirando hacia abajo. “El marido de la vecina” pienso. “A ver que se les ha caído ahora”.
Abro la puerta. Frente a mi un señor de los paises del este, cachas, ojos claros, sonriendo de oreja a oreja con una sonrisa que ponía los pelos de punta.
“Hola” .
“Hola,¿ quien eres?” Estoy un poco nerviosa. No responde. Solo sigue sonriendo. Mi cabeza va a mil. ¿Uno de los amigos de mi marido? Estoy quedando como el culo por no haberle reconocido, lo que se van a reír a mi costa”.
De pronto y como a cámara lenta va levantando el puño mientras la sonrisa que no le llega a los ojos sigue ahí.
Estoy PA-RA-LI-ZA-DA.
Yo, que he estado en misiones humanitarias en medio mundo.
Yo, con mis dos hijos ahí dentro en el apartamento por los que daria la vida.
Yo, que voy todas las semanas al gimnasio y he hecho cursos de autodefensa.
En ese momento sale mi marido del salón (todo esto había pasado en menos de un minuto)
El individuo ve a mi marido, le cambia la cara, da un salto hacia atrás y sale corriendo escaleras abajo mientras le grita (A EL) “Perdón! Me he equivocado!”
Cierro la puerta que casi la rompo.
Mi marido quiere salir detrás. Me niego. He tenido demasiada suerte. Sigo aquí.
Ahora mismo me siento hasta culpable de que Laura no tuviese esta suerte pero primas, a todas las que decís “yo no hubiese ido allí/cogido el trabajo/alquilado la casa DA IGUAL.
Yo he sido demasiado “valiente” metiéndome en donde no debía (vamos, he cogido taxis sola de madrugada en países sudamericanos) y me pudo tocar aquí, en España, en un pueblecito costero mientras estaba en mi APARTAMENTO (no casita aislada) con mis niños a las 7 de la tarde.
Es una lotería. Y no, no reaccionas por muy preparada que creas que estás.
 
Están oyendo unos golpes anormales y no llaman a la policía? Pero a esta gente que le pasa en la cabeza? En serio no quiero ser pesada con que soy paranoica y llamo ante cualquier 'rarez' pero es que cada vez me pongo más de mala hostia con lo que cuentan. Quizás si hubiera hecho lo que tenía que hacer, la GC se habría acercado, habría llegado al lugar de donde provenían los golpes y el final hubiese sido otro. Pero no. Siempre es más cómodo mirar a otro lado y luego lamentarse.espero que no pueda dormir tranquilo en años ante su falta de diligencia
Llamas a la GC para que se acerque al pueblo porque en casa de tu vecino gitano están haciendo ruido... no te lo recomiendo. ¿Y qué hace ese hombre, pone una denuncia por contaminación acústica? ¿Para que en cuanto la GC se dé la vuelta le destrocen el bar o le metan una paliza?. Aunque hubiesen ido no habrían entrado en la casa, durante el día se puede hacer ruido. Habría dicho que estaba de obras y el final hubiera sido el mismo.
 
Última edición:
¿Por qué no debería salir el hermano? Éso deberían decirlo los expertos. Si opinan que no es reinsertable, OK. Pero por lo visto tiene una condena de 25 años , igual que la PPR. Suponiendo que se la hubieran aplicado, le quedan de de 5 a 7 , y tendría derecho a pedir revisión.
Chiqui ayer dijeron que todos los terapeutas y demas personal dijeron que no saliera; nadie entiende que sólo el juez haya autorizado el permiso.
 
La casa del horror

Bernardo Montoya violó y golpeó en varias ocasiones a Laura en su domicilio. La Guardia Civil encontró sangre en la vivienda y en su ropa. Un vecino escuchó fuertes golpes la noche de la desaparición

Laura L. Álvarez.
El Campillo

Serían sobre las 23:00 del miércoles 12 de diciembre cuando David estaba fregando unos vasos en la trastienda de la barra del bar de la sociedad de cazadores Salvochea de El Campillo (Huelva). Estaba tan tranquilo cuando, de repente, escuchó unos golpes terribles. «Salí fuera y les dije a los que estaban: ‘‘Están dando ahí unos porrazos que no son normales’’. Pero bueno, qué vas a pensar. No echamos cuentas y ahí quedó la cosa». El viernes, cuando se enteraron de la desaparición de Laura Luelmo (a quien aún no habían visto por el pueblo), a David le pareció que ese dato debían saberlo en el centro de mando que ya había instalado en la localidad a fin de organizar batidas para la búsqueda de la chica. Él creía que los golpes venían de casa de Laura pero, ahora que se van conociendo más detalles de lo que pudo pasar aquellas horas, puede que, en realidad, vinieran de la casa de enfrente (situada apenas a tres metros de la sociedad de cazadores), la de Bernardo Montoya y donde se cree que pudo ser el escenario del crimen. Esos golpes que describe David encajan con las horas que maneja la investigación acerca del lugar y la franja horaria en la que Montoya abusó sexualmente de Laura para después propinarle una paliza que terminaría con su muerte. Lo creen los investigadores por la cantidad de restos biológicos hallados en el lugar. Concretamente, sangre de la joven en varios puntos de la diminuta vivienda, a pesar de que Montoya trató de eliminar pruebas y limpió con lejía la casa e incluso la ropa que llevaba ese día. De poco le sirvió porque no hay gota de sangre indetectable para los especialistas de Inspecciones Oculares de la Guardia Civil y, sobre todo, para Marley y Athor, los perros del Servicio Cinológico del Instituto Armado, que ya participaron en investigaciones como la de Gabriel Cruz o Diana Quer. En la casa también estuvieron por la mañana agentes del equipo de Criminalística buscando nuevas evidencias.

El episodio de su casa es otro punto que la investigación ha evidenciado y que Montoya omitió de su «confesión», cuando «derrotó» la madrugada del miércoles (menos de 24 horas después de ser detenido) y admitió ante los interrogatorios de la Guardia Civil ser el responsable de la muerte. Mintió en este punto (dijo que le dio un golpe en la cabeza con el maletero del coche y directamente la metió en él para llevársela al paraje donde encontraron su cuerpo). Allí dijo que intentó violarla pero que no lo consiguió, un extremo que, desgraciadamente, ha desmentido también la ciencia: la autopsia reveló que fue agredida sexualmente. Creen que Laura fue violada en casa de Montoya y se deshizo de su cuerpo cerca del kilómetro 166 de la N-435 mucho después. De hecho, creen que pudo sacar de la vivienda a la joven con la manta que encontraron ayer. Otro vecino de El Campillo también contaba el lunes, cuando apareció el cadáver, que vio «al gitano» sacar un bulto (que luego supusieron sería la chica) en una manta pero nadie le creyó y lo metieron en el saco de las exageraciones y bulos que esos días corrían por el pueblo. Ahora sabemos que pudo ser cierto. Lo que es verdad es que desde la casa de Montoya hasta el punto donde se encuentra el cuerpo de Laura lo más sencillo es ir por una carretera que bordea el pueblo y pasa por el cementerio. Allí recuperaron los agentes, tras confesarlo el autor, una bolsa de plástico con algunas pertenencias de Laura que Montoya tiró allí. Había un monedero, las llaves de casa y del coche, y enseres de higiene personal. Lo que no ha querido decir Montoya es el lugar donde tiró el móvil de Laura, que también lo llevaba encima y que aportaría información relevante. Siguiendo por este camino, a unos 5 minutos en coche, se llega al kilómetro 167 de la N-435, donde se ha recuperado la manta con restos de sangre, a un kilómetro del punto donde sale el camino que conduce al barranco de Mimbrera, donde estaba el cuerpo de Laura. La autopsia reveló que el cuerpo estaba «fuertemente violentado»; es decir, que no sólo sufrió un único golpe mortal en la frente.

[ ]

Fuente: La Razón

Esto ha sido un despropósito tras otro
 
Ellos piden cárcel. Nosotras, justicia


Se olvidan los que instrumentalizan el feminismo para aplicar políticas punitivistas que nuestro objetivo no es construir cárceles, sino vivir libres y sin miedo

Son voces que van a destiempo y por libre, que no suman, que dividen. Voces de hombres que no escuchan cuando las mujeres y los feminismos decimos "basta ya de justicia patriarcal"



Violeta Assiego
20/12/2018 - 21:08h
Violencia-genero_EDIIMA20170216_0242_22.jpg

EUROPA PRESS

Claro que es infame. Es vergonzoso. No solo por Pablo Casado o Santiago Abascal que juegan su propia liga para ver quien es el macho más alfa de España. Sino por todos esos otros hombres, casados y abascales, que ahora, tras el asesinato de Laura Luelmo, resulta que tienen voz y la usan (pública y privadamente) para pedir el endurecimiento de las penas, de la prisión permanente revisable e, incluso, la cadena perpetua. Son voces que van a destiempo y por libre, que no suman, que dividen. Voces de hombres que no se escuchan cuando las mujeres y los feminismos decimos "basta ya de justicia patriarcal", esa misma que hace unos días archivó el caso de abusos sexuales y laborales a un grupo de temporeras de la fresa en Huelva.




Ellos, estos hombres, tergiversadores de la realidad, han decidido estos días apropiarse de manera indecente de nuestra rabia, nuestra hartura, nuestro dolor y hasta de nuestro miedo. En pleno duelo, se permiten hacernos, una vez más, unmansplaining, esta vez, de feminismo. Cuando en verdad, lo que más desean, es borrarlo de la faz normativa y dejarlo como tierra baldía. Habrase visto mayor hipocresía. Estos hombres, los casados y abascales, llegan ahora galopando como si fueran un príncipe azul cuando, en realidad, son Atila. Desenfundan sus espadas de populismo punitivo para sumar votos y chupar cámara, pero bien saben ellos que esta propuesta no acabará con la violencia machista porque en sí misma es violenta y es machista.

Quienes centran el debate en la prisión permanente revisable con la excusa de evitar la reincidencia no están pensando en las mujeres y en nuestro derecho a vivir en un mundo donde un hombre no nos agreda por que nos ve como mujeres. De hecho, la actual vigencia de la prisión permanente revisable no ha evitado el asesinato de Laura Luelmo como tampoco ha evitado los 47 casos de mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas en lo que va de año y otros tantos crímenes sexuales.

El feminismo no puede compartir ese enfoque punitivista y anti derechos. Las mujeres, a diferencia de lo que piensan los casados y abascales, no queremos venganza. Se equivocan, y es normal porque a sus ojos somos hembristas y feminazis que solo necesitamos que nos lancen carnaza de hombre para morder el anzuelo. Lo que desconocen, es que el feminismo, como movimiento emancipador, es parte de la lucha por los derechos humanos y que si hemos logrado que las propias declaraciones universales tengan enfoque de género no vamos a cejar en nuestra lucha para que lo tengan todos los estamentos, leyes y espacios de las sociedades donde vivimos. Se olvidan los que instrumentalizan el feminismo para aplicar políticas punitivistas que nuestro objetivo no es construir cárceles, sino vivir libres y sin miedo.

Más allá de que la medida de la prisión permanente revisable es de dudosa constitucionalidad al tratarse, tal y como está redactada, de una pena inhumana y degradante prohibida en el artículo 15 de nuestra Constitución (hay que recordar que las penas de reclusión efectiva superior a los 20 años son, según el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, consideradas como trato inhumano, cruel o degradante), es una falacia afirmar que la imposición de esta pena va a dar seguridad a las mujeres y a las niñas. Lo que nos da seguridad como mujeres diversas y diferentes, es la inversión en educación y prevención, no la represión continuista de las opresiones sociales, racistas y clasistas que representan quienes defienden el punitivismo.

Lo que queremos es dejar de ser víctimas, de tener que enfrentarnos a un continuo de violencias machistas. Nuestra demanda es que, además de formar conciencias activas, individuales y colectivas en pro de relaciones igualitarias, cuando se produzca una agresión, los hombres tengan cero sensación de impunidad. Y esto no se consigue agravando las penas de cárcel sino aplicando mejor las penas existentes con una interpretación no patriarcal de las leyes, algunas de las cuáles necesitan una reforma urgente. Ante las violencias de género, necesitamos que se adopte una perspectiva de género y de derechos conjunta, global y transversal desde la prevención hasta la reparación de las víctimas, pasando por las garantías de no repetición.

Pero de estas cosas nunca hablan los casados y abascales porque las políticas públicas e instituciones comprometidas con los derechos humanos y la igualdad es precisamente lo que ellos quieren erradicar. Para qué apostar por abordar un problema de calado con serenidad desde el enfoque serio y riguroso que tienen multitud de reconocidas expertas y expertos en igualdad, reinserción y derechos, pudiendo ir a la solución más fácil y barata: todos a la cárcel. Les da igual cuál sea el problema para ellos la solución siempre pasa por lo mismo: amenaza, golpe en la mesa y castigo. En realidad, más de lo mismo, puro machismo.

https://www.eldiario.es/zonacritica/piden-carcel_6_848375169.html
 
Para todos los que aún opináis que Laura fue osada voy a compartir algo con vosotros que todavía escuece y mucho.
He vivido muchos años en países considerados “peligrosos” y hace unos meses que estoy en España. Tengo más de 40 así que no soy una niña.
Había que buscar alojamiento en España desde fuera y era temporada turística (vivimos en la costa) así que no había nada de nada. Al final solo un chalet y un apartamento. Yo pensé que prefería tener más espacio en el chalet pero al final fue el apartamento.
Bloque de edificios pequeños, tres apartamentos a cada lado. Los de la izquierda todos vacíos y los de la derecha unos ancianitos en el tercero, una pareja con hijas adolescentes en el Segundo y nosotros en el primero.
A la semana más o menos ya sabia esto (Laura no tuvo tanto tiempo).
Las niñas del Segundo o la mujer siempre bajaban a pedir ropa que se les había caído tendiendo, casi a diario. Al marido no le había visto. Solo escuchado.
Un día llega mi marido a casa a las 6 de la tarde (normalmente hasta las 9/10 no aparecía) y me comenta que unos amigos del instituto están por la zona de veraneo y que igual nos visitaban.
A todo esto llaman a la puerta, no al telefonillo sino a la puerta del apartamento.
Me asomo por la mirilla (porque es algo que haces automáticamente) y veo una calva de un señor alto mirando hacia abajo. “El marido de la vecina” pienso. “A ver que se les ha caído ahora”.
Abro la puerta. Frente a mi un señor de los paises del este, cachas, ojos claros, sonriendo de oreja a oreja con una sonrisa que ponía los pelos de punta.
“Hola” .
“Hola,¿ quien eres?” Estoy un poco nerviosa. No responde. Solo sigue sonriendo. Mi cabeza va a mil. ¿Uno de los amigos de mi marido? Estoy quedando como el culo por no haberle reconocido, lo que se van a reír a mi costa”.
De pronto y como a cámara lenta va levantando el puño mientras la sonrisa que no le llega a los ojos sigue ahí.
Estoy PA-RA-LI-ZA-DA.
Yo, que he estado en misiones humanitarias en medio mundo.
Yo, con mis dos hijos ahí dentro en el apartamento por los que daria la vida.
Yo, que voy todas las semanas al gimnasio y he hecho cursos de autodefensa.
En ese momento sale mi marido del salón (todo esto había pasado en menos de un minuto)
El individuo ve a mi marido, le cambia la cara, da un salto hacia atrás y sale corriendo escaleras abajo mientras le grita (A EL) “Perdón! Me he equivocado!”
Cierro la puerta que casi la rompo.
Mi marido quiere salir detrás. Me niego. He tenido demasiada suerte. Sigo aquí.
Ahora mismo me siento hasta culpable de que Laura no tuviese esta suerte pero primas, a todas las que decís “yo no hubiese ido allí/cogido el trabajo/alquilado la casa DA IGUAL.
Yo he sido demasiado “valiente” metiéndome en donde no debía (vamos, he cogido taxis sola de madrugada en países sudamericanos) y me pudo tocar aquí, en España, en un pueblecito costero mientras estaba en mi APARTAMENTO (no casita aislada) con mis niños a las 7 de la tarde.
Es una lotería. Y no, no reaccionas por muy preparada que creas que estás.

Te pueden pasar cosas en cualquier lado, pero no cabe duda de que tienes más papeletas en determinados sitios. Estadística pura
 
Ellos piden cárcel. Nosotras, justicia


Se olvidan los que instrumentalizan el feminismo para aplicar políticas punitivistas que nuestro objetivo no es construir cárceles, sino vivir libres y sin miedo

Son voces que van a destiempo y por libre, que no suman, que dividen. Voces de hombres que no escuchan cuando las mujeres y los feminismos decimos "basta ya de justicia patriarcal"



Violeta Assiego
20/12/2018 - 21:08h
Violencia-genero_EDIIMA20170216_0242_22.jpg

EUROPA PRESS

Claro que es infame. Es vergonzoso. No solo por Pablo Casado o Santiago Abascal que juegan su propia liga para ver quien es el macho más alfa de España. Sino por todos esos otros hombres, casados y abascales, que ahora, tras el asesinato de Laura Luelmo, resulta que tienen voz y la usan (pública y privadamente) para pedir el endurecimiento de las penas, de la prisión permanente revisable e, incluso, la cadena perpetua. Son voces que van a destiempo y por libre, que no suman, que dividen. Voces de hombres que no se escuchan cuando las mujeres y los feminismos decimos "basta ya de justicia patriarcal", esa misma que hace unos días archivó el caso de abusos sexuales y laborales a un grupo de temporeras de la fresa en Huelva.




Ellos, estos hombres, tergiversadores de la realidad, han decidido estos días apropiarse de manera indecente de nuestra rabia, nuestra hartura, nuestro dolor y hasta de nuestro miedo. En pleno duelo, se permiten hacernos, una vez más, unmansplaining, esta vez, de feminismo. Cuando en verdad, lo que más desean, es borrarlo de la faz normativa y dejarlo como tierra baldía. Habrase visto mayor hipocresía. Estos hombres, los casados y abascales, llegan ahora galopando como si fueran un príncipe azul cuando, en realidad, son Atila. Desenfundan sus espadas de populismo punitivo para sumar votos y chupar cámara, pero bien saben ellos que esta propuesta no acabará con la violencia machista porque en sí misma es violenta y es machista.

Quienes centran el debate en la prisión permanente revisable con la excusa de evitar la reincidencia no están pensando en las mujeres y en nuestro derecho a vivir en un mundo donde un hombre no nos agreda por que nos ve como mujeres. De hecho, la actual vigencia de la prisión permanente revisable no ha evitado el asesinato de Laura Luelmo como tampoco ha evitado los 47 casos de mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas en lo que va de año y otros tantos crímenes sexuales.

El feminismo no puede compartir ese enfoque punitivista y anti derechos. Las mujeres, a diferencia de lo que piensan los casados y abascales, no queremos venganza. Se equivocan, y es normal porque a sus ojos somos hembristas y feminazis que solo necesitamos que nos lancen carnaza de hombre para morder el anzuelo. Lo que desconocen, es que el feminismo, como movimiento emancipador, es parte de la lucha por los derechos humanos y que si hemos logrado que las propias declaraciones universales tengan enfoque de género no vamos a cejar en nuestra lucha para que lo tengan todos los estamentos, leyes y espacios de las sociedades donde vivimos. Se olvidan los que instrumentalizan el feminismo para aplicar políticas punitivistas que nuestro objetivo no es construir cárceles, sino vivir libres y sin miedo.

Más allá de que la medida de la prisión permanente revisable es de dudosa constitucionalidad al tratarse, tal y como está redactada, de una pena inhumana y degradante prohibida en el artículo 15 de nuestra Constitución (hay que recordar que las penas de reclusión efectiva superior a los 20 años son, según el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, consideradas como trato inhumano, cruel o degradante), es una falacia afirmar que la imposición de esta pena va a dar seguridad a las mujeres y a las niñas. Lo que nos da seguridad como mujeres diversas y diferentes, es la inversión en educación y prevención, no la represión continuista de las opresiones sociales, racistas y clasistas que representan quienes defienden el punitivismo.

Lo que queremos es dejar de ser víctimas, de tener que enfrentarnos a un continuo de violencias machistas. Nuestra demanda es que, además de formar conciencias activas, individuales y colectivas en pro de relaciones igualitarias, cuando se produzca una agresión, los hombres tengan cero sensación de impunidad. Y esto no se consigue agravando las penas de cárcel sino aplicando mejor las penas existentes con una interpretación no patriarcal de las leyes, algunas de las cuáles necesitan una reforma urgente. Ante las violencias de género, necesitamos que se adopte una perspectiva de género y de derechos conjunta, global y transversal desde la prevención hasta la reparación de las víctimas, pasando por las garantías de no repetición.

Pero de estas cosas nunca hablan los casados y abascales porque las políticas públicas e instituciones comprometidas con los derechos humanos y la igualdad es precisamente lo que ellos quieren erradicar. Para qué apostar por abordar un problema de calado con serenidad desde el enfoque serio y riguroso que tienen multitud de reconocidas expertas y expertos en igualdad, reinserción y derechos, pudiendo ir a la solución más fácil y barata: todos a la cárcel. Les da igual cuál sea el problema para ellos la solución siempre pasa por lo mismo: amenaza, golpe en la mesa y castigo. En realidad, más de lo mismo, puro machismo.

https://www.eldiario.es/zonacritica/piden-carcel_6_848375169.html

Panfletos políticos en este hilo no. Tienes una sección entera para ponerlo en política
 
Para todos los que aún opináis que Laura fue osada voy a compartir algo con vosotros que todavía escuece y mucho.
He vivido muchos años en países considerados “peligrosos” y hace unos meses que estoy en España. Tengo más de 40 así que no soy una niña.
Había que buscar alojamiento en España desde fuera y era temporada turística (vivimos en la costa) así que no había nada de nada. Al final solo un chalet y un apartamento. Yo pensé que prefería tener más espacio en el chalet pero al final fue el apartamento.
Bloque de edificios pequeños, tres apartamentos a cada lado. Los de la izquierda todos vacíos y los de la derecha unos ancianitos en el tercero, una pareja con hijas adolescentes en el Segundo y nosotros en el primero.
A la semana más o menos ya sabia esto (Laura no tuvo tanto tiempo).
Las niñas del Segundo o la mujer siempre bajaban a pedir ropa que se les había caído tendiendo, casi a diario. Al marido no le había visto. Solo escuchado.
Un día llega mi marido a casa a las 6 de la tarde (normalmente hasta las 9/10 no aparecía) y me comenta que unos amigos del instituto están por la zona de veraneo y que igual nos visitaban.
A todo esto llaman a la puerta, no al telefonillo sino a la puerta del apartamento.
Me asomo por la mirilla (porque es algo que haces automáticamente) y veo una calva de un señor alto mirando hacia abajo. “El marido de la vecina” pienso. “A ver que se les ha caído ahora”.
Abro la puerta. Frente a mi un señor de los paises del este, cachas, ojos claros, sonriendo de oreja a oreja con una sonrisa que ponía los pelos de punta.
“Hola” .
“Hola,¿ quien eres?” Estoy un poco nerviosa. No responde. Solo sigue sonriendo. Mi cabeza va a mil. ¿Uno de los amigos de mi marido? Estoy quedando como el culo por no haberle reconocido, lo que se van a reír a mi costa”.
De pronto y como a cámara lenta va levantando el puño mientras la sonrisa que no le llega a los ojos sigue ahí.
Estoy PA-RA-LI-ZA-DA.
Yo, que he estado en misiones humanitarias en medio mundo.
Yo, con mis dos hijos ahí dentro en el apartamento por los que daria la vida.
Yo, que voy todas las semanas al gimnasio y he hecho cursos de autodefensa.
En ese momento sale mi marido del salón (todo esto había pasado en menos de un minuto)
El individuo ve a mi marido, le cambia la cara, da un salto hacia atrás y sale corriendo escaleras abajo mientras le grita (A EL) “Perdón! Me he equivocado!”
Cierro la puerta que casi la rompo.
Mi marido quiere salir detrás. Me niego. He tenido demasiada suerte. Sigo aquí.
Ahora mismo me siento hasta culpable de que Laura no tuviese esta suerte pero primas, a todas las que decís “yo no hubiese ido allí/cogido el trabajo/alquilado la casa DA IGUAL.
Yo he sido demasiado “valiente” metiéndome en donde no debía (vamos, he cogido taxis sola de madrugada en países sudamericanos) y me pudo tocar aquí, en España, en un pueblecito costero mientras estaba en mi APARTAMENTO (no casita aislada) con mis niños a las 7 de la tarde.
Es una lotería. Y no, no reaccionas por muy preparada que creas que estás.
Yo lo veo claro, la estadisticas no suelen fallar. Estas comparando quizas una zona segura de otro pais inseguro con una zona X en España como si fuera en todas partes mas seguro que otros paises.

Cada zona es un mundo. Mismamente en Brasil hay barrios donde la esperanza de vida es 20 años menor que en el barrio de al lado. Y los separan unos metros.

esa casa del padre Montoya por la forma de la calle y tener que psasar delante de él para TODO, en la zona antigua y retirada de los vecinos es muchisimo mas peligrosa que si vive al otro lado del pueblo o en la casa de JP

Si tu no ves la diferencia, y crees que todo puede pasar, genial. Pero yo veo una vulnerabilidad que tu no ves. Espero que al menos permitas mi opinion.
 
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