LAS TARTAS DE BODAS REALES

La Infanta Cristina e Iñaki Urdangarín

La infanta Cristina e Iñaki Urdangarín eligieron una original tarta nupcial, realizada por el maestro pastelero Jaime Foix: en lugar de la tradicional figura de los novios, una réplica del palacio de Pedralbes realizada con chocolate

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Que rara!!!!
 
Guillermo de Holanda y Máxima Zorreguieta

El pastel de bodas de Máxima y el Principe Guillermo (nótese las cintitas, costumbre argentina (¿sólo argentina?) que consiste en que las amigas solteras de la novia, antes de que los novios corten la torta, tiren de una cintita. Cada una de las cintitas tiene un obsequio pequeñito, oculto...
El pastel de bodas de Máxima y el Principe Guillermo (nótese las cintitas, costumbre argentina (¿sólo argentina?) que consiste en que las amigas solteras de la novia, antes de que los novios corten la torta, tiren de una cintita. Cada una de las cintitas tiene un obsequio pequeñito, oculto dentro de la torta. El "premio mayor" es sacarse un anillo de fantasía, lo que significa que dicha dama será la siguiente en contraer nupcias. Cuidadosos de la intimidad real, la Casa D’Orange no informó detalles de la torta. Se sabe que tuvo cinco pisos y que la pareja cortó la base con el sable militar.


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No se si es solo costumbre argentina pero hay mil opciones mas para sacar las cintas, creo que ya no se usa desde la torta
 
Felipe de Borbon y Letizia Ortiz

postre diseñado por Paco Torreblanca para el enlace matrimonial de los Príncipes de Asturias. El equipo del maestro alicantino, formado por una veintena de grandes profesionales, entre ellos los campeones de España de Pastelería, Miguel Sierra y Jacob Torreblanca, tuvo que emplatar más de 1.800 postres. Finalmente su trabajo recibió el reconocimiento de los Príncipes, de Su Majestad El Rey y de todos los invitados, quienes les dedicaron un merecido aplauso. Cuando lo convocaron para hacer unas pruebas, no sabía el destinatario, que me fue revelado cuando los novios degustaron y aprobaron –contó Torreblanca–. Con un equipo de 32 personas, ajusto los gustos de don Felipe y doña Letizia y, finalmente, la idea quedó redondeada con el nombre de Gianduja Real: algo con chocolate dulce y un bizcocho con aceite de oliva, que le recordaba a ella lo que de niña le cocinaba su abuela en Asturias, y algo con chocolate amargo, el preferido del príncipe, aunque en todo momento dijo «hágala como le guste a Letizia». Ya cerca de la fecha, él pidió agregar el escudo real y los anillos de boda entrelazados. Armaron y emplataron los 1800 postres individuales con presentación diferente de las tortas, dispuestas en distintos niveles sobre un armazón de ébano de 13,5 metros de altura y 1,5 de diámetro, con caramelo trabajado como figuras de pavos reales, entre otras. El rey definió nuestro trabajo como una obra de arte. El novio pidió que le guardaran algunas tortas para una comida más íntima.

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Ahora entiendo los españoles son raros a la hora de elegir los pasteles de boda jajaja
 
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