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pilou12
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ASTRONOMÍA
Los astrónomos Michel Mayor y Didier Queloz conversan sobre la posibilidad de que no estemos solos en el Universo
"La mayoría de los astrónomos creen que hay vida ahí fuera"
SAL EMERGUI
Jerusalén
1 AGO. 2017 12:07
Didier Queloz (izquierda) y Michel Mayor (derecha). SAL EMERGUI
Ganadores del premio Wolf de Física de 2017 por el descubrimiento del primer exoplaneta
Casi 22 años después de descubrir el primer exoplaneta (Pegasi 51b) y convertirse en la pareja científica más famosa, la relación de los dos astrónomos suizos Michel Mayor (75) y Didier Queloz (51) sigue intacta en un campo donde no escasea la lucha de egos.
"Desde entonces, creo que se han hallado alrededor de 4.000 planetas fuera del sistema solar. Abrimos un camino de búsqueda fascinante que tiene mucho valor para entender la formación de los planetas", señala Mayor en una entrevista conjunta concedida a EL MUNDO.
El encuentro se produce tras recibir el Premio Wolf de Física, que otorga cada año en Jerusalén una comisión israelí que condecora a científicos y artistas por su contribución a la Humanidad. El galardón viene acompañado con un cheque de 100.000 dólares y un tercio de los premiados gana posteriormente el Nobel.
"Estamos muy felices de recibir un premio tan prestigioso. He estado varias veces en Israel, donde el nivel científico es muy alto, para colaborar con varios colegas de la Universidad de Tel Aviv", afirma Mayor, de la Universidad de Ginebra.
Mayor y Queloz rememoran su descubrimiento con la misma pasión que tenían en 1995 cuando la revista Nature lo hizo público.
"No fue como ganar la lotería. Requiere mucho tiempo de investigación y trabajo. Lo que encontramos con el espectrógrafo, un instrumento muy preciso, era algo tan inusual que primero tuvimos que convencernos a nosotros mismos del hallazgo. Y eso tardó lo suyo. Yo me convencí porque luché con los datos. Realmente estaba asombrado por describir algo que no debía pasar", recuerda Queloz que, tras graduarse en la Universidad de Ginebra, fue reclutado para este proyecto por su admirado profesor Mayor, sin imaginar que pasaría con él a la historia.
Cambridge, Queloz exhibe un optimismo basado en la racionalidad y la esperanza potenciadas por precisos telescopios. "Los científicos no buscamos nada si no creemos que hay una buena razón para encontrarlo. No digo que lo consigamos, pero podemos hacer progresos para que los que vengan después lo logren. Así se construye la ciencia. Es una gran aventura", explica.
Sus ojos se abren como dos meteoritos cuando se le menciona una de sus palabras favoritas: HARPS, el buscador de planetas por velocidad radial de alta precisión, lo que en palabras de Queloz es "un sueño hecho instrumento".
En 1995 nacieron de nuevo cuando dieron a luz una criatura primeriza fuera del Sistema Solar. "Es excitante porque lo que sabemos hoy no será nada en comparación a lo que sabremos en 20 años. Sabremos mucho más y nos daremos cuenta de que somos sólo uno entre muchos en el Universo", pronostica Queloz.
La revista Nature recogió recientemente el hallazgo del planeta KELT-9b, dos veces más grande que Júpiter y con una temperatura de más de 4.300 grados. Es decir, 10 veces más que la de Venus. Los titulares lo nombraron como "el planeta más caliente del Universo".
Sin embargo, Queloz apuesta por la cautela en la carrera por el título más bombástico. "Nos gusta hacer anuncios sobre el planeta más grande, el más caliente, el mejor o el más bonito. Está bien porque es parte de este ambiente de excitación científica en el que tienes que comunicarte con el gran público, porque realmente se trata de un viaje fantástico", concluye Queloz.
Un viaje apoyado por las tecnologías más sofisticadas pero guiado por la vieja aspiración de explorar lo desconocido y explicar lo inexplicable.
http://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/ciencia/2017/08/01/597f60bdca4741c5468b457d.html
Los astrónomos Michel Mayor y Didier Queloz conversan sobre la posibilidad de que no estemos solos en el Universo
"La mayoría de los astrónomos creen que hay vida ahí fuera"
SAL EMERGUI
Jerusalén
1 AGO. 2017 12:07
Didier Queloz (izquierda) y Michel Mayor (derecha). SAL EMERGUI
Ganadores del premio Wolf de Física de 2017 por el descubrimiento del primer exoplaneta
Casi 22 años después de descubrir el primer exoplaneta (Pegasi 51b) y convertirse en la pareja científica más famosa, la relación de los dos astrónomos suizos Michel Mayor (75) y Didier Queloz (51) sigue intacta en un campo donde no escasea la lucha de egos.
"Desde entonces, creo que se han hallado alrededor de 4.000 planetas fuera del sistema solar. Abrimos un camino de búsqueda fascinante que tiene mucho valor para entender la formación de los planetas", señala Mayor en una entrevista conjunta concedida a EL MUNDO.
El encuentro se produce tras recibir el Premio Wolf de Física, que otorga cada año en Jerusalén una comisión israelí que condecora a científicos y artistas por su contribución a la Humanidad. El galardón viene acompañado con un cheque de 100.000 dólares y un tercio de los premiados gana posteriormente el Nobel.
"Estamos muy felices de recibir un premio tan prestigioso. He estado varias veces en Israel, donde el nivel científico es muy alto, para colaborar con varios colegas de la Universidad de Tel Aviv", afirma Mayor, de la Universidad de Ginebra.
Mayor y Queloz rememoran su descubrimiento con la misma pasión que tenían en 1995 cuando la revista Nature lo hizo público.
"No fue como ganar la lotería. Requiere mucho tiempo de investigación y trabajo. Lo que encontramos con el espectrógrafo, un instrumento muy preciso, era algo tan inusual que primero tuvimos que convencernos a nosotros mismos del hallazgo. Y eso tardó lo suyo. Yo me convencí porque luché con los datos. Realmente estaba asombrado por describir algo que no debía pasar", recuerda Queloz que, tras graduarse en la Universidad de Ginebra, fue reclutado para este proyecto por su admirado profesor Mayor, sin imaginar que pasaría con él a la historia.
Cambridge, Queloz exhibe un optimismo basado en la racionalidad y la esperanza potenciadas por precisos telescopios. "Los científicos no buscamos nada si no creemos que hay una buena razón para encontrarlo. No digo que lo consigamos, pero podemos hacer progresos para que los que vengan después lo logren. Así se construye la ciencia. Es una gran aventura", explica.
Sus ojos se abren como dos meteoritos cuando se le menciona una de sus palabras favoritas: HARPS, el buscador de planetas por velocidad radial de alta precisión, lo que en palabras de Queloz es "un sueño hecho instrumento".
En 1995 nacieron de nuevo cuando dieron a luz una criatura primeriza fuera del Sistema Solar. "Es excitante porque lo que sabemos hoy no será nada en comparación a lo que sabremos en 20 años. Sabremos mucho más y nos daremos cuenta de que somos sólo uno entre muchos en el Universo", pronostica Queloz.
La revista Nature recogió recientemente el hallazgo del planeta KELT-9b, dos veces más grande que Júpiter y con una temperatura de más de 4.300 grados. Es decir, 10 veces más que la de Venus. Los titulares lo nombraron como "el planeta más caliente del Universo".
Sin embargo, Queloz apuesta por la cautela en la carrera por el título más bombástico. "Nos gusta hacer anuncios sobre el planeta más grande, el más caliente, el mejor o el más bonito. Está bien porque es parte de este ambiente de excitación científica en el que tienes que comunicarte con el gran público, porque realmente se trata de un viaje fantástico", concluye Queloz.
Un viaje apoyado por las tecnologías más sofisticadas pero guiado por la vieja aspiración de explorar lo desconocido y explicar lo inexplicable.
http://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/ciencia/2017/08/01/597f60bdca4741c5468b457d.html