A partir del trabajo que he realizado con familias carenciadas y muchas veces con padre ausente, puedo decir que en general las mujeres (no todas, es cierto) muestran una fuerza, una creatividad, un sentido de familia y de previsión a largo plazo que les permite salir adelante en contextos desfavorables. Son más que capaces de mantener muchas bolas en el aire al mismo tiempo. Mucho más que la mayoría (no todos, una vez más) de los hombres de ese mismo contexto. Y no necesitan discursos de empoderamiento, tienen ingenio e imaginación para aprovechar los recursos a su disposición, limitados o no. Y sí. Según qué casos, necesitan ayuda económica sea para comprar un telar, una vaca, una máquina de coser, una bomba de agua, o secadores de pelo. Los microcréditos son una solución más conveniente que cualquier otra (a la que tampoco podrían acceder), a no ser una dádiva sin devolución de algún benefactor, que son bastante escasas por no decir inexistentes.Tengo un grave conflicto con este tipo de iniciativas que hacen recaer la responsabilidad, una más sobre ya las muchas otras de las mujeres, desde parir, cuidar a los hijos y a sus mayores, cocinar, limpiar, trabajar y cuidar de todo y de todos menos casi de sí mismas, y ahora con los emponderados microcreditos, ser empresarias, emprendedoras y, además, tener éxito y