Juan Carlos I abandona España. Zarzuela emite un comunicado escueto sobre su destino. El Gobierno no le retirará el título de rey

En fin, qué sensación de que va a suceder un " terremoto" de algún tipo en cualquier momento, pero no me va a coger sin estar preparada :chicken:


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Destierro sin honor para Juan Carlos de Borbón
  • No habla bien de España que quien fuera jefe del Estado por casi cuatro décadas se descubra hoy como un gran corrupto, indigno de representar a este país. El primero de los españoles fue impune por demasiado tiempo, porque muchos miraron hacia otro lado, porque sucesivos gobiernos lo ampararon, porque la prensa no cumplió con su papel

El rey emérito, Juan Carlos I Lalo Álvarez / Gtres
Ignacio Escolar
4 de agosto de 2020 22:45h
0
@iescolar
Llegó con Francisco Franco, en un tren desde Estoril. Fue el dictador quien dirigió su educación y quien más tarde le nombró como sucesor, una verdad incómoda que sus muchos hagiógrafos siempre prefieren ignorar. Heredó la jefatura de un Estado totalitario, que transformó en una monarquía democrática, gracias a ese empate técnico del que derivó la Transición. Ni el franquismo tenía el poder suficiente para perpetuar la dictadura ni los demócratas tenían el apoyo suficiente para romper completamente con lo anterior. De esa correlación de fuerzas, de esas tablas en el ajedrez, salió una Constitución democrática con un rey en el 'pack'.




Adolfo Suárez, en una entrevista durante mucho tiempo inédita, lo confesó con claridad. No hubo un referéndum sobre la monarquía o la república porque el rey Juan Carlos lo iba a perder.

Un rey elegido y educado por un dictador. Que traicionó a la dictadura y al búnker franquista. Que garantizó a las élites económicas y a Estados Unidos que no habría ninguna revolución. En cuyo reinado se consolidó un Estado democrático europeo, probablemente las décadas de mayor prosperidad de nuestra ajetreada historia. Que ganó su popularidad en parte por méritos propios, por sus aciertos en los momentos más difíciles de la Transición, y también por el papel de unos medios de comunicación que durante demasiado tiempo taparon sus vergüenzas, miraron hacia otro lado y ocultaron su evidente corrupción. El campechano, tan cercano al pueblo, ha resultado ser un gran fraude. También un gran defraudador.

Juan Carlos de Borbón llegó desde el exilio de Estoril. Se va a un destierro sin honor, acosado por las investigaciones judiciales, con su imagen hundida y la institución monárquica en su peor momento desde que Franco la restauró. El rey hijo sacrifica al padre para salvar la corona. Es una tradición a la que Juan Carlos de Borbón tampoco es ajeno. Él también la protagonizó.

La carta de despedida del viejo rey es una burla a todos los ciudadanos a los que durante casi cuatro décadas representó. Juan Carlos de Borbón no admite culpa alguna ni muestra arrepentimiento por todo lo que conocemos hoy. Dice irse del país "para servir a los españoles". Asegura que esa fortuna que acumuló en paraísos fiscales, aprovechándose de su puesto como jefe del Estado, son "acontecimientos pasados" de su "vida privada". Su abogado afirma que "permanece a disposición de la Fiscalía". Y si es así, no se entiende entonces para qué se va de España. Y qué otra cosa pretende con esa decisión.

La idea de que el rey Juan Carlos abandone el país para exculpar sus pecados es propia de otro tiempo y de otro siglo. Si quiere "servir a España", que devuelva a los españoles la fortuna que amasó, que no declaró ante Hacienda y que obtuvo gracias a su cargo, no a su trabajo personal. Si la Casa Real quiere distanciarse del ex jefe del Estado, que le retire los honores; ese título de ‘rey emérito’ que aún mantiene. Y si Juan Carlos de Borbón pretende ponerse a disposición de la justicia, como dice su abogado, que no se vaya muy lejos, no vaya a ser que el Tribunal Supremo le llame pronto a declarar.

Lo último que sabemos sobre sus negocios con jerarcas saudíes y sus presuntos fraudes fiscales debería bastar para abrir una investigación penal. Lamentablemente, muchos de sus actos serán impunes porque ocurrieron cuando aún mantenía la inviolabilidad que le otorga la Constitución. Pero el delito de blanqueo de capitales no prescribe con facilidad; cada vez que se toca ese dinero, se vuelve a cometer una ilegalidad. Y esa misteriosa venta de un lujoso ático en Londres regalado por Omán se produjo después de su abdicación. Hay 20 millones de euros de esa extraña operación que acabaron en otra estructura off shore diferente a las que conocemos ya.

No habla bien de España que quien fuera jefe del Estado por casi cuatro décadas se descubra hoy como un gran corrupto, indigno de representar a este país. Un jefe del Estado que tiene que abandonar su patria por la puerta de atrás, acosado por las investigaciones judiciales sobre su enorme patrimonio oculto.

El primero de los españoles fue impune por demasiado tiempo, porque muchos miraron hacia otro lado, porque sucesivos gobiernos lo ampararon, porque la prensa no cumplió con su papel.

Los mismos errores que llevaron a la impunidad y al abuso de poder de Juan Carlos de Borbón se están repitiendo hoy con su sucesor
Los mismos errores que llevaron a la impunidad y al abuso de poder de Juan Carlos de Borbón se están repitiendo hoy con su sucesor. Felipe VI debe muchas explicaciones a la nación, unas preguntas que todo ciudadano –sea monárquico o republicano– debería exigir al rey. ¿Por qué tardó un año en comunicar lo que sabía de las cuentas en paraísos fiscales de su padre, cuando los abogados de Corinna se lo hicieron saber? ¿Por qué aparece en ellas como beneficiario y cuándo se enteró? ¿No tuvo una sola noticia en todos estos años del nivel de vida y del manejo de dinero en efectivo de su padre? ¿Ni de los regalos inaceptables? ¿Ni de los fondos ocultos en el extranjero? ¿Por qué fue un empresario quien le pagó gran parte de la onerosa factura de su luna de miel?

No es de recibo que un diputado raso tenga que presentar una declaración de bienes cuando entra y sale de la institución y no ocurra lo mismo con el jefe del Estado. También es insultante que se nos anuncie que retiran el sueldo al rey emérito y después descubramos que ese dinero se queda para "imprevistos" en la Casa Real y no se devuelve a la caja pública. Es impresentable que paguemos entre todos un Centro de Investigaciones Sociológicas que pregunta en sus encuestas por la valoración de los ministros, o de los líderes de la oposición, pero hace ya cinco años que no pregunta a los españoles qué opinan de su rey.

Con el destierro sin honores de Juan Carlos de Borbón termina una época. No sabemos si la que viene será mejor. Bajo la corona del campechano creció una corte a su imagen y semejanza: empresarios que le apoyaban en sus cacerías y en sus correrías, cómplices de sus negocios. Si el rey era corrupto y su papel era dar ejemplo, ¿cómo no iban a ser corruptos los demás?


Solo un apunte. No ha sido desterrado. El destierro es una pena que se impone a alguien. Se ha largado, ha huido o se ha fugado. Asi de simple.

A éste personaje el TS ni lo tocará. Ya sabemos la justicia que hay en éste país para los poderosos.
 
Hombre, ella qué va a decir
A mí me ofenden más los curritos que a pesar de todo defienden a alguien que les ha robado.
Pues igual que los que defienden al psoe o a podemos que nos están robando a espuertas y seguís con el rollo de los 60 millones del emérito. Dinero que le regaló un rey árabe por un contrato que consiguió Juan Carlos que le reportó a España miles de millones de beneficios.
Pero bueno, para qué informaros bien, no??? si ya escucho al ferreras y no me tengo que molestar en leer y contrastar...
 
Toma ilusión P. Erdida, pa que puedas pensar como ultra millonaria, me lo encontré en un bosque ayer, paseando, de pronto ante mí despegó un platillo volante, sí, suena increíble pero así fue, abdujeron a alguien y se le ha debido caer, como no lo necesito, para ti :chicken:


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uno de esos necesitaria yo...
bien lleno si puede ser de billetes de 500!

a ver si rasco algo en la lotto de esta noche, que no veo que salga de asalariada paganini
 
"¿Qué le parece lo que le están haciendo al rey por culpa de Pablo Iglesias?"
  • Lo peor ahora es constatar que quienes mueven los hilos en España comparten con Juan Carlos de Borbón su misma laxitud ética. Vasallos que para defenderlo culpan a la parte más progresista del gobierno
Rosa María Artal
@rosamariaartal

EFE
4 de agosto de 2020 22:31h
0

Para llegar a esa pregunta que formulaba, sin sonrojo, este martes por la mañana una mujer en las calles de Santiago de Compostela, han de confluir precisos factores y todos ellos se dan en esta desgraciada España. Ella no es la única, voces en las emisoras de radio no han parado de diseminar ese mensaje en compás con otros medios. Lograr ocultar y dar la vuelta incluso a la escandalosa conducta del que fuera rey de nuestro país, Juan Carlos de Borbón, es una obra maestra de la ingeniería de la manipulación y la ocultación. Y comulgar con el robo y la corrupción se ha revelado como una cuestión ideológica que la confirma como seña de identidad de la derecha. Afortunadamente, no todos muerden el anzuelo, pero solo con quienes lo tragan ya tenemos suficiente tragedia.




Y en la cúspide, él. Se va, dice. Por su voluntad y sin dar la cara ante la ciudadanía, ni siquiera para un falso "lo siento mucho, no volverá a suceder". Por carta dirigida a su hijo y heredero como si fuera un asunto de familia y no la jefatura de un Estado de Derecho del siglo XXI. Sin la menor autocrítica, ensalzándose a sí mismo y sin asumir responsabilidades. Juan Carlos I, en su despedida forzada, demuestra lo que ha sido su reinado y las huellas que deja en España. Una concepción casi medieval de la monarquía, con poderes y derechos absolutos para saltarse leyes y normas con la impunidad de la inviolabilidad que supuestamente le protege. Y dejando una Corte, crecida a su sombra, que adolece de las mismas desviaciones que él.

Lo peor ahora es constatar, con total desolación, que quienes mueven los hilos en España comparten con Juan Carlos de Borbón su misma laxitud ética. Sus privilegios, atajos y excepciones. La visión de las mochilas cargadas que no dejan moverse ni a algunos que deben sentir bochorno de sus elogios a un ser que dilapidó el personaje que se había construido por pura voracidad en su pasión por el dinero y el s*x*. Dado el historial familiar, cabía preverlo. Pero es cierto que las circunstancias que concurrían, saliendo de una dictadura atroz y enormemente larga, le ayudaron. Y lejos de frenar a Juan Carlos –que pudo haber ocurrido– animaron sus objetivos. Da auténtica vergüenza ajena oírles hablar de "servicio a España" sobre alguien que se ha lucrado de tal forma gracias a su puesto. Todos los "presuntos" que le cuelgan en sus "desviaciones" con el dinero lo han confirmado prácticamente tanto él y la familia, como las evidencias ante la justicia suiza.

Lo ocultaron con maestría. Lo poco que podía saberse quedaba bajo el halo de una protección a la figura monárquica, confirmando el anormal contexto que se vivía en España. La crítica sería casi atentar contra la débil democracia, nacida de una Transición en el que tuvieron enorme peso los vencedores. De forma tan extrema que quedaron exentos de toda responsabilidad por sus crímenes. Los silencios de ayer eran, en cambio, para tapar las corrupciones; los elogios de hoy, para consolidarlas.

Aterra ver las reacciones de políticos y medios en España ante la vergonzosa actitud de Juan Carlos I, tanto en sus tropelías como en la forma de marcharse. Añadamos para completar el show las pesquisas sobre su paradero. Porque un país que cuenta con todos estos prebostes en su funcionamiento tiene un problema muy serio, de presente y de futuro. Comprenden y admiten perfectamente la corrupción. A un rey (¿y a quiénes más de ellos?) le está permitida a cambio de no sé qué servicios que, por supuesto, entran dentro de las obligaciones del cargo y no son un regalo condescendiente a los súbditos. Con seguridad hay gobernantes en el mundo que no necesitan lucrarse indebidamente para ejercer su labor y en favor de ciudadanos de pleno derecho, además.

Se evidencia que a la Corte de los Borbones no les gustan los resultados de las urnas. La sociedad que se ha abierto paso a pesar de ellos se ha situado en un país en el que venía cabiendo la esperanza. Es repugnante escuchar a toda esa masa de vasallos que para defender a Juan Carlos culpan a la parte más progresista del gobierno. Hoy, vuelven a arrojar esas culpas a las espaldas de Pablo Iglesias, por haber calificado de "indigna" la "huida del Rey". Hasta RTVE, obligada más que nadie a una información objetiva, se cebó con ello. Y cala en sectores de la población, huérfanos de cerebro y, en su caso, decencia. De ahí que se atrevan a creer ese "lo que le están haciendo al rey por culpa de Pablo Iglesias" que firmarían las plumas más reputadas del conservadurismo mediático, pasando por buena parte del resto de la Corte periodística y política. Pues menos mal que hay alguien que al menos alza la voz en crítica. Miles de ciudadanos, estupefactos, lo agradecen.

Edmundo Bal, portavoz del partido de ultracentro Ciudadanos, dice que son inadmisibles las declaraciones de "un vicepresidente que ha prometido la Constitución delante del Rey". Al parecer en las exigencias morales de esta turbia derecha española no cabe pensar que el primer obligado a cumplir la Constitución y todas las leyes y normas de un Estado de Derecho es su cabeza máxima: el jefe del Estado. Insisten en la rueda de prensa de Sánchez y le preguntan "cómo pueden convivir en un gobierno personas que defienden las instituciones y quien considera que es una actuación indigna la de Juan Carlos I". ¿Se escuchan lo que dicen? ¿Quién ha desprestigiado la institución de la monarquía sino el propio rey emérito? Que se atrevan solo a formularlo como lo hacen es devastador para la ciudadanía decente. ¿Qué les enseña esta gente a sus hijos llamados a sucederles?

Preocupante también que el gobierno le haya ocultado a su socio de coalición los planes del emérito y que negocie con Ciudadanos excluyéndolos –según la denuncia de Podemos–. Mal síntoma y torpeza doble por cuanto los 10 votos del partido de Arrimadas no crecen regándolos con vitaminas y siendo que, como he escrito tantas veces, en la derecha ultra española hay overbooking. Da la impresión de ser gestos que apacigüen a los partidarios de que nada cambie, soliviantados por la marcha del que era, al parecer, su argamasa.

A estas alturas y visto lo visto, es difícil mantener al margen de todo este tiznamiento al rey actual, que lo es por ser hijo de Juan Carlos. Múltiples razones lo empañan y algunas no son menores: la ignorancia marital de la infanta Cristina no cuela para el ingente caso de Juan Carlos. Sin olvidar que la Corte viene a ser la misma con algunos ceses y añadidos. Los que procuran, en todos los estamentos, que nadie interfiera en su cápsula de poder. Por supuesto que el gobierno de coalición, como insistía Sánchez en su comparecencia, ha hecho una labor encomiable al enfrentarse a una pandemia y a los otros "virus" que la acompañaban, pero la Corte borbónica no da tregua. El problema se ha evidenciado con crudeza: no es siquiera lo peor lo que ha hecho Juan Carlos de Borbón, todavía es más grave lo que queda.


Pues eso. Prensa servil, babosa, aborregada a favor de la derecha.

Presidente del gobierno que ignora lo que es la transparencia y la lealtad a un socio de gobierno.

Presidente de gobierno que dice en su estautos que pertenece a un partido republicano, y en cambio se ha hecho protector y amparador de un rey indigno del país que lo acogió.

¿Alguien da mas?

Y para colmo de los colmos como he puesto en otro post solo falta que el emérito se vaya a pasar su ultima temporada vital a un país republicano.

me parto aunque en el fondo es para ponerse a llorar

lo de la manipulacion en españa es para ponerse a llorar, en serio, que tristeza
eso mismo hacen muchas primas por aqui mismo, todo es culpa de iglesias, que JC robara durante decadas, antes incluso de que PI hubiera nacido, era culpa de PI

y asi todo
y asi siempre
y no avanzamos
 
Destierro sin honor para Juan Carlos de Borbón
  • No habla bien de España que quien fuera jefe del Estado por casi cuatro décadas se descubra hoy como un gran corrupto, indigno de representar a este país. El primero de los españoles fue impune por demasiado tiempo, porque muchos miraron hacia otro lado, porque sucesivos gobiernos lo ampararon, porque la prensa no cumplió con su papel

El rey emérito, Juan Carlos I Lalo Álvarez / Gtres
Ignacio Escolar
4 de agosto de 2020 22:45h
0
@iescolar
Llegó con Francisco Franco, en un tren desde Estoril. Fue el dictador quien dirigió su educación y quien más tarde le nombró como sucesor, una verdad incómoda que sus muchos hagiógrafos siempre prefieren ignorar. Heredó la jefatura de un Estado totalitario, que transformó en una monarquía democrática, gracias a ese empate técnico del que derivó la Transición. Ni el franquismo tenía el poder suficiente para perpetuar la dictadura ni los demócratas tenían el apoyo suficiente para romper completamente con lo anterior. De esa correlación de fuerzas, de esas tablas en el ajedrez, salió una Constitución democrática con un rey en el 'pack'.




Adolfo Suárez, en una entrevista durante mucho tiempo inédita, lo confesó con claridad. No hubo un referéndum sobre la monarquía o la república porque el rey Juan Carlos lo iba a perder.

Un rey elegido y educado por un dictador. Que traicionó a la dictadura y al búnker franquista. Que garantizó a las élites económicas y a Estados Unidos que no habría ninguna revolución. En cuyo reinado se consolidó un Estado democrático europeo, probablemente las décadas de mayor prosperidad de nuestra ajetreada historia. Que ganó su popularidad en parte por méritos propios, por sus aciertos en los momentos más difíciles de la Transición, y también por el papel de unos medios de comunicación que durante demasiado tiempo taparon sus vergüenzas, miraron hacia otro lado y ocultaron su evidente corrupción. El campechano, tan cercano al pueblo, ha resultado ser un gran fraude. También un gran defraudador.

Juan Carlos de Borbón llegó desde el exilio de Estoril. Se va a un destierro sin honor, acosado por las investigaciones judiciales, con su imagen hundida y la institución monárquica en su peor momento desde que Franco la restauró. El rey hijo sacrifica al padre para salvar la corona. Es una tradición a la que Juan Carlos de Borbón tampoco es ajeno. Él también la protagonizó.

La carta de despedida del viejo rey es una burla a todos los ciudadanos a los que durante casi cuatro décadas representó. Juan Carlos de Borbón no admite culpa alguna ni muestra arrepentimiento por todo lo que conocemos hoy. Dice irse del país "para servir a los españoles". Asegura que esa fortuna que acumuló en paraísos fiscales, aprovechándose de su puesto como jefe del Estado, son "acontecimientos pasados" de su "vida privada". Su abogado afirma que "permanece a disposición de la Fiscalía". Y si es así, no se entiende entonces para qué se va de España. Y qué otra cosa pretende con esa decisión.

La idea de que el rey Juan Carlos abandone el país para exculpar sus pecados es propia de otro tiempo y de otro siglo. Si quiere "servir a España", que devuelva a los españoles la fortuna que amasó, que no declaró ante Hacienda y que obtuvo gracias a su cargo, no a su trabajo personal. Si la Casa Real quiere distanciarse del ex jefe del Estado, que le retire los honores; ese título de ‘rey emérito’ que aún mantiene. Y si Juan Carlos de Borbón pretende ponerse a disposición de la justicia, como dice su abogado, que no se vaya muy lejos, no vaya a ser que el Tribunal Supremo le llame pronto a declarar.

Lo último que sabemos sobre sus negocios con jerarcas saudíes y sus presuntos fraudes fiscales debería bastar para abrir una investigación penal. Lamentablemente, muchos de sus actos serán impunes porque ocurrieron cuando aún mantenía la inviolabilidad que le otorga la Constitución. Pero el delito de blanqueo de capitales no prescribe con facilidad; cada vez que se toca ese dinero, se vuelve a cometer una ilegalidad. Y esa misteriosa venta de un lujoso ático en Londres regalado por Omán se produjo después de su abdicación. Hay 20 millones de euros de esa extraña operación que acabaron en otra estructura off shore diferente a las que conocemos ya.

No habla bien de España que quien fuera jefe del Estado por casi cuatro décadas se descubra hoy como un gran corrupto, indigno de representar a este país. Un jefe del Estado que tiene que abandonar su patria por la puerta de atrás, acosado por las investigaciones judiciales sobre su enorme patrimonio oculto.

El primero de los españoles fue impune por demasiado tiempo, porque muchos miraron hacia otro lado, porque sucesivos gobiernos lo ampararon, porque la prensa no cumplió con su papel.


Los mismos errores que llevaron a la impunidad y al abuso de poder de Juan Carlos de Borbón se están repitiendo hoy con su sucesor. Felipe VI debe muchas explicaciones a la nación, unas preguntas que todo ciudadano –sea monárquico o republicano– debería exigir al rey. ¿Por qué tardó un año en comunicar lo que sabía de las cuentas en paraísos fiscales de su padre, cuando los abogados de Corinna se lo hicieron saber? ¿Por qué aparece en ellas como beneficiario y cuándo se enteró? ¿No tuvo una sola noticia en todos estos años del nivel de vida y del manejo de dinero en efectivo de su padre? ¿Ni de los regalos inaceptables? ¿Ni de los fondos ocultos en el extranjero? ¿Por qué fue un empresario quien le pagó gran parte de la onerosa factura de su luna de miel?

No es de recibo que un diputado raso tenga que presentar una declaración de bienes cuando entra y sale de la institución y no ocurra lo mismo con el jefe del Estado. También es insultante que se nos anuncie que retiran el sueldo al rey emérito y después descubramos que ese dinero se queda para "imprevistos" en la Casa Real y no se devuelve a la caja pública. Es impresentable que paguemos entre todos un Centro de Investigaciones Sociológicas que pregunta en sus encuestas por la valoración de los ministros, o de los líderes de la oposición, pero hace ya cinco años que no pregunta a los españoles qué opinan de su rey.

Con el destierro sin honores de Juan Carlos de Borbón termina una época. No sabemos si la que viene será mejor. Bajo la corona del campechano creció una corte a su imagen y semejanza: empresarios que le apoyaban en sus cacerías y en sus correrías, cómplices de sus negocios. Si el rey era corrupto y su papel era dar ejemplo, ¿cómo no iban a ser corruptos los demás?


Solo un apunte. No ha sido desterrado. El destierro es una pena que se impone a alguien. Se ha largado, ha huido o se ha fugado. Asi de simple.

A éste personaje el TS ni lo tocará. Ya sabemos la justicia que hay en éste país para los poderosos.

Muy de acuerdo, no va a pasar nada, pero NADA.
Se ha ido, sin más. No le convenía estar en España.
Y tampoco se ha exiliado, por favor, que no insulten a los miles de exiliados que tuvieron que salir corriendo de España huyendo de una dictadura cruel, y con una mano delante y otra detrás, no con miles de millones como aquí el amigo
 
"¿Qué le parece lo que le están haciendo al rey por culpa de Pablo Iglesias?"
  • Lo peor ahora es constatar que quienes mueven los hilos en España comparten con Juan Carlos de Borbón su misma laxitud ética. Vasallos que para defenderlo culpan a la parte más progresista del gobierno
Rosa María Artal
@rosamariaartal

EFE
4 de agosto de 2020 22:31h
0

Para llegar a esa pregunta que formulaba, sin sonrojo, este martes por la mañana una mujer en las calles de Santiago de Compostela, han de confluir precisos factores y todos ellos se dan en esta desgraciada España. Ella no es la única, voces en las emisoras de radio no han parado de diseminar ese mensaje en compás con otros medios. Lograr ocultar y dar la vuelta incluso a la escandalosa conducta del que fuera rey de nuestro país, Juan Carlos de Borbón, es una obra maestra de la ingeniería de la manipulación y la ocultación. Y comulgar con el robo y la corrupción se ha revelado como una cuestión ideológica que la confirma como seña de identidad de la derecha. Afortunadamente, no todos muerden el anzuelo, pero solo con quienes lo tragan ya tenemos suficiente tragedia.




Y en la cúspide, él. Se va, dice. Por su voluntad y sin dar la cara ante la ciudadanía, ni siquiera para un falso "lo siento mucho, no volverá a suceder". Por carta dirigida a su hijo y heredero como si fuera un asunto de familia y no la jefatura de un Estado de Derecho del siglo XXI. Sin la menor autocrítica, ensalzándose a sí mismo y sin asumir responsabilidades. Juan Carlos I, en su despedida forzada, demuestra lo que ha sido su reinado y las huellas que deja en España. Una concepción casi medieval de la monarquía, con poderes y derechos absolutos para saltarse leyes y normas con la impunidad de la inviolabilidad que supuestamente le protege. Y dejando una Corte, crecida a su sombra, que adolece de las mismas desviaciones que él.

Lo peor ahora es constatar, con total desolación, que quienes mueven los hilos en España comparten con Juan Carlos de Borbón su misma laxitud ética. Sus privilegios, atajos y excepciones. La visión de las mochilas cargadas que no dejan moverse ni a algunos que deben sentir bochorno de sus elogios a un ser que dilapidó el personaje que se había construido por pura voracidad en su pasión por el dinero y el s*x*. Dado el historial familiar, cabía preverlo. Pero es cierto que las circunstancias que concurrían, saliendo de una dictadura atroz y enormemente larga, le ayudaron. Y lejos de frenar a Juan Carlos –que pudo haber ocurrido– animaron sus objetivos. Da auténtica vergüenza ajena oírles hablar de "servicio a España" sobre alguien que se ha lucrado de tal forma gracias a su puesto. Todos los "presuntos" que le cuelgan en sus "desviaciones" con el dinero lo han confirmado prácticamente tanto él y la familia, como las evidencias ante la justicia suiza.

Lo ocultaron con maestría. Lo poco que podía saberse quedaba bajo el halo de una protección a la figura monárquica, confirmando el anormal contexto que se vivía en España. La crítica sería casi atentar contra la débil democracia, nacida de una Transición en el que tuvieron enorme peso los vencedores. De forma tan extrema que quedaron exentos de toda responsabilidad por sus crímenes. Los silencios de ayer eran, en cambio, para tapar las corrupciones; los elogios de hoy, para consolidarlas.

Aterra ver las reacciones de políticos y medios en España ante la vergonzosa actitud de Juan Carlos I, tanto en sus tropelías como en la forma de marcharse. Añadamos para completar el show las pesquisas sobre su paradero. Porque un país que cuenta con todos estos prebostes en su funcionamiento tiene un problema muy serio, de presente y de futuro. Comprenden y admiten perfectamente la corrupción. A un rey (¿y a quiénes más de ellos?) le está permitida a cambio de no sé qué servicios que, por supuesto, entran dentro de las obligaciones del cargo y no son un regalo condescendiente a los súbditos. Con seguridad hay gobernantes en el mundo que no necesitan lucrarse indebidamente para ejercer su labor y en favor de ciudadanos de pleno derecho, además.

Se evidencia que a la Corte de los Borbones no les gustan los resultados de las urnas. La sociedad que se ha abierto paso a pesar de ellos se ha situado en un país en el que venía cabiendo la esperanza. Es repugnante escuchar a toda esa masa de vasallos que para defender a Juan Carlos culpan a la parte más progresista del gobierno. Hoy, vuelven a arrojar esas culpas a las espaldas de Pablo Iglesias, por haber calificado de "indigna" la "huida del Rey". Hasta RTVE, obligada más que nadie a una información objetiva, se cebó con ello. Y cala en sectores de la población, huérfanos de cerebro y, en su caso, decencia. De ahí que se atrevan a creer ese "lo que le están haciendo al rey por culpa de Pablo Iglesias" que firmarían las plumas más reputadas del conservadurismo mediático, pasando por buena parte del resto de la Corte periodística y política. Pues menos mal que hay alguien que al menos alza la voz en crítica. Miles de ciudadanos, estupefactos, lo agradecen.

Edmundo Bal, portavoz del partido de ultracentro Ciudadanos, dice que son inadmisibles las declaraciones de "un vicepresidente que ha prometido la Constitución delante del Rey". Al parecer en las exigencias morales de esta turbia derecha española no cabe pensar que el primer obligado a cumplir la Constitución y todas las leyes y normas de un Estado de Derecho es su cabeza máxima: el jefe del Estado. Insisten en la rueda de prensa de Sánchez y le preguntan "cómo pueden convivir en un gobierno personas que defienden las instituciones y quien considera que es una actuación indigna la de Juan Carlos I". ¿Se escuchan lo que dicen? ¿Quién ha desprestigiado la institución de la monarquía sino el propio rey emérito? Que se atrevan solo a formularlo como lo hacen es devastador para la ciudadanía decente. ¿Qué les enseña esta gente a sus hijos llamados a sucederles?

Preocupante también que el gobierno le haya ocultado a su socio de coalición los planes del emérito y que negocie con Ciudadanos excluyéndolos –según la denuncia de Podemos–. Mal síntoma y torpeza doble por cuanto los 10 votos del partido de Arrimadas no crecen regándolos con vitaminas y siendo que, como he escrito tantas veces, en la derecha ultra española hay overbooking. Da la impresión de ser gestos que apacigüen a los partidarios de que nada cambie, soliviantados por la marcha del que era, al parecer, su argamasa.

A estas alturas y visto lo visto, es difícil mantener al margen de todo este tiznamiento al rey actual, que lo es por ser hijo de Juan Carlos. Múltiples razones lo empañan y algunas no son menores: la ignorancia marital de la infanta Cristina no cuela para el ingente caso de Juan Carlos. Sin olvidar que la Corte viene a ser la misma con algunos ceses y añadidos. Los que procuran, en todos los estamentos, que nadie interfiera en su cápsula de poder. Por supuesto que el gobierno de coalición, como insistía Sánchez en su comparecencia, ha hecho una labor encomiable al enfrentarse a una pandemia y a los otros "virus" que la acompañaban, pero la Corte borbónica no da tregua. El problema se ha evidenciado con crudeza: no es siquiera lo peor lo que ha hecho Juan Carlos de Borbón, todavía es más grave lo que queda.


Pues eso. Prensa servil, babosa, aborregada a favor de la derecha.

Presidente del gobierno que ignora lo que es la transparencia y la lealtad a un socio de gobierno.

Presidente de gobierno que dice en su estautos que pertenece a un partido republicano, y en cambio se ha hecho protector y amparador de un rey indigno del país que lo acogió.

¿Alguien da mas?

Y para colmo de los colmos como he puesto en otro post solo falta que el emérito se vaya a pasar su ultima temporada vital a un país republicano.


Y qué va a hacer el pobre, si Portugal, nuestro vecino más cercano, es una república, Ídolo? Bueno, espera, para que no resulte una ironía del destino le ponemos una corona al presidente y se acabó (con todo respeto señor Sousa) :chicken:



Screenshot_2020-08-05-19-14-29-117.jpeg
 
La izquierda siempre defendiendo la presunción de inocencia, pero parece que el emerito no la merece.
Y no, el emerito no está imputado ni está huyendo, se va por un tiempo debido al acoso que está sufriendo por parte de un gobierno que quiere desviar la atención de sus propios escándalos.
Cortina de humo la llaman.
Ya nadie habla de Delcy y Ábalos, ya nadie habla de Iglesias y la tarjeta sim, ya nadie habla de la financiación ilegal de podemos, ya nadie habla de los 40.000 muertos por la mala gestión de la pandemia, ya nadie habla de los eres y de los miles de millones que robó el PSOE de andalucía, ya sólo importan los 60 millones que le regalaron al emérito.

La izquierda izquierdeando, y los borregos colaborando...
bueno, en realidad si esta siendo investigado y es persona de interes (lo qeu en españ se decia imputado) en una causa importante por un fiscal suizo sobre el que no tiene ninguna jurisprudencia ningun partido de españa

yo lo veo bastante independiente al fiscal suizo... sin sospechas de rojo de mierda podemita...

ademas si se ha demostrado qeu tenia/tiene cuentas en suiza que no tenia regularizadas en el fisco del pais, cosa que es ilegal, puedes tener cuentas pero lo tienes qeu comunicar no ocultar al fisco, o sea qeu es otro delito

y no es una sospecha, es un hecho, JC tenia/tiene cuentas suizas no regularizadas
por lo que es un hecho que JC si ha cometido delito

qeu parece qeu se habla poco, pero es qeu se ha demostrado qeu tiene cuentas en suiza de las que el fisco no sabia, eso es delito, y durante años!

pues nada chica, tu a lo tuyo, todo es culpa de la izquierda y el gobierno social comunista, y JC ha robado durante decadas pero es un mirlo blanco inocente y pobrecito que no ha hecho nada y pobrecito nos trajo la democracia, que nos siga robando
 
Primas, tengo otra pregunta
Qué pinta en todo esto Villarejo? Es cierto que uno de sus papeles se encontró todo lo que saltó por los aires del caso del dinero que le dio a Corinna o me he hecho un lío y veo a Villarejo por todos sitios ya?
 
Yo espero que a estas alturas Sofía no salga con un embarazo que obligue a Juan Carlos a regresar de inmediato a España. Sí la Emérita está en estado de buena esperanza, es menester que el padre de la criatura esté presente durante el alumbramiento.
 
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