Es inmaculada
No exageres.
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Es inmaculada
Como buena muerta de hambre..
No fumar es estupendo, no beber un desatino. Ella a la hora de brindar hace que bebe pero ni prueba. A una periodista amiga se le ocurrió entrevistarla mientras publicitaba una marca de champán, quería incitar a Isabel a que hablara sobre las bonanzas del champán, dijo que a lo mejor por Noche Vieja se tomaba una copa y se asombró de que algunos invitados sin motivo que celebrar, le pidieran champán, la periodista no sabía donde meterse.
Creo que todos los que han asistido a un acto con VL saben que le gusta una o dos copas de buen vino. A la mayoría que disfrutan de un vino les gusta compartir el placer, en ese punto con Isabel no hay mucho que compartir.
fijo que le llegó en su día.
Creo que he leído que en tu teoría sobre los orígenes de este romance decías que la parejita tuvo un "algo" en los primeros años del matrimonio Boyer-Preysler. No llegué a creérmelo, pensaba más bien en un bulo de la época. Pero tal como se va desarrollando este culebrón, y leyendo para atrás, estoy empezando a considerarlo. Y dicen que Ana Boyer también. En todo caso, y con respecto a la intensidad amorosa que van de suyo en los primeros tiempos de un noviazgo, a Mario como poco le sobran 20 años, espero que Isabel sea tan... tan... tan... romántica que se alimente de recuerdos. Porque si no, vuelvo a poner a Carlos de Inglaterra en la mira a corto plazo, jejeje.
Este articulo esta hecho para matar el EGO Y VANIDAD de Isabel, a la periodista no debe de caerle nada bienhttp://www.elmundo.es/loc/2015/10/17/5621407022601deb528b45b4.html
Isabel Preysler desbancada en glamour por Silvia Gómez Cuétara
Ver el archivo adjunto 346767
@beatrizmirandaACTUALIZADO 17/10/201514:02
Isabel Preysler está acostumbrada a ser la mujer más bella y tersa allá donde va. La que más flashes acapara. La más elegante, la más delgada, la más rica, la mejor operada. Su protagonismo es absoluto cada vez que clava un tacón en cualquier parte. Y más ahora que es la flamante novia de un Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa. Sin embargo, el tiempo pasa para todos y tanta exhibición y transacción comercial de su intimidad le resta misterio y encanto.
Una nueva dama de la alta sociedad le ha arrebatado el trono a la reina de corazones. Se trata de Silvia Gómez-Cuétara, una señora que supera a Preysler en todas las cualidades que la han hecho famosa.
Pero pongámonos en situación. Instalado su último amor en Nueva York durante estos tres meses -Vargas Llosa está impartiendo un curso en la Universidad de Princeton-, Preysler viaja mucho a la Gran Manzana y acompaña a su pareja a todo acto social al que se le invita. El último, la gala anual de la Hispanic Society of America del pasado 8 de octubre. A la cita no faltaron grandes nombres vestidos de esmóquin como Francisco González, presidente del BBVA; Carlos Fitz-James Stuart, duque de Alba, y el tenor Plácido Domingo. Isabel Preysler se enfudó un vestido blanco y negro de Andrew Gn segura de que iba a a cegar a los presentes como siempre, porque probablemente confirmó antes que este año no iba Cristina Iglesias, la guapa novia de Plácido Arango, otra pareja singular e híperglamourosa que da mil vueltas a cualquier otra.
COMBATE DE ELEGANCIA
Pero tal fue la sorpresa de la filipina que entre la multitud de féminas convocadas (Marta Sánchez, Ágatha Ruiz de la Prada, etcétera) había una que la desbancaba del todo:la guapa Silvia Gómez-Cuétara, envasada al vacío en otro modelo negro soberbio con transparencias y encajes.
Sin duda, Silvia ganó el combate de glamour. Para empezar, es una dama mucho más discreta. Jamás ha posado para una revista ni comerciado con su vida privada. De hecho, esta foto se trata del primer posado con su consentimiento que vemos. Es más joven, tiene 51 años frente a los 64 de Isabel. Está mejor operada, pues damos fe de que su retrato no tiene ni gota de Photoshop, programa informático al que Preysler es muy aficionada.
Gómez-Cuétara acudió del brazo de su novio el multimillonario asturmexicano Juan Antonio Pérez Simón, de 74 años. Conocido por ser socio de Carlos Slim, tiene grandes negocios en el mundo de las telecomunicaciones y una de las colecciones de arte más importantes del mundo.
Silvia, por su parte, es una de las herederas del imperio de galletas Cuétara. Una fábrica que fundó su abuelo al regresar a España de México, donde hizo fortuna, en los años 50. Criada en Madrid, con apenas 18 años se casó con el prestigioso abogado Ramón Hermosilla, con el que tuvo cuatro hijos. Se separó de él y al poco tiempo inició una relación que acabó en boda con el también millonario Luis García Cereceda, 27 años mayor que ella, dueño de la constructora Procisa, íntimo de Felipe González e impulsor de la lujosa urbanización La Finca, ubicada en Pozuelo de Alarcón.
CARLOS SLIM
Se casaron en 2003, pero sólo 7 años después él falleció. Silvia le dedicó una bonita esquela a su esposo y se marchó de La Finca. Nunca se llevó bien con las hijas de García Cereceda y se refugió en su familia tras la muerte de su segundo marido, que era un segundo padre para los hijos de ella.
Tiempo después se empezó a comentar que Silvia salía con Carlos Slim, cuando en realidad a quien estaba conociendo era a su socio, Juan Antonio Pérez Simón, separado de su esposa Josefina, madre de sus dos hijos y abuela de sus dos nietos.
Pérez Simón es asturiano de nacimiento y emigró a México cuando tenía 5 años. Su padre hizo dinero con un negocio de bebidas y él destacó pronto como contable. Conoció a Carlos Slim cuando ambos eran jóvenes. Los dos son socios, entre otros magnates, del Grupo Carso, uno de los conglomerados empresariales más importantes de Latinoamérica.
Conocido por su afición al arte victoriano desde que era veinteañero, Pérez Simón cuenta con una de las colecciones más importantes del mundo y parte de ella la ha expuesto en museos de todo el planeta. Ilusionado con su novia desde hace tres años, Silvia Gómez-Cuétara, con ella conforma una de las parejas con más charme de la jet internacional. Están a un nivel estratosférico en comparación con Isabel Preysler y Vargas Llosa.
Tienen residencias en varios países del mundo, vuelan en avión privado. En definitiva, no enseñan sus casas, ni dan entrevistas, ni posan, ni se confabulan con fotógrafos porque no les hace falta. A Vargas Llosa tampoco, es un escritor de prestigio universal. Pero Preysler... Preysler está en otra liga. ¡Hola! y Porcelanosa le permiten llevar su tren de vida.
A comienzos de los noventa oí hablar de un intento de su***dio por parte de Boyer, provocado por el hecho de que Madame Butterfly quería dejarle.
Tampoco recuerdo si hubo algún periodista.... "con los pantalones bien amarraos"...que lo hubiese publicado.
Corrian otros tiempos.....y el Sálvame y sus Mariachis no existían.
http://www.elmundo.es/loc/2015/10/17/5621407022601deb528b45b4.html
Isabel Preysler desbancada en glamour por Silvia Gómez Cuétara
Ver el archivo adjunto 346767
@beatrizmirandaACTUALIZADO 17/10/201514:02
Isabel Preysler está acostumbrada a ser la mujer más bella y tersa allá donde va. La que más flashes acapara. La más elegante, la más delgada, la más rica, la mejor operada. Su protagonismo es absoluto cada vez que clava un tacón en cualquier parte. Y más ahora que es la flamante novia de un Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa. Sin embargo, el tiempo pasa para todos y tanta exhibición y transacción comercial de su intimidad le resta misterio y encanto.
Una nueva dama de la alta sociedad le ha arrebatado el trono a la reina de corazones. Se trata de Silvia Gómez-Cuétara, una señora que supera a Preysler en todas las cualidades que la han hecho famosa.
Pero pongámonos en situación. Instalado su último amor en Nueva York durante estos tres meses -Vargas Llosa está impartiendo un curso en la Universidad de Princeton-, Preysler viaja mucho a la Gran Manzana y acompaña a su pareja a todo acto social al que se le invita. El último, la gala anual de la Hispanic Society of America del pasado 8 de octubre. A la cita no faltaron grandes nombres vestidos de esmóquin como Francisco González, presidente del BBVA; Carlos Fitz-James Stuart, duque de Alba, y el tenor Plácido Domingo. Isabel Preysler se enfudó un vestido blanco y negro de Andrew Gn segura de que iba a a cegar a los presentes como siempre, porque probablemente confirmó antes que este año no iba Cristina Iglesias, la guapa novia de Plácido Arango, otra pareja singular e híperglamourosa que da mil vueltas a cualquier otra.
COMBATE DE ELEGANCIA
Pero tal fue la sorpresa de la filipina que entre la multitud de féminas convocadas (Marta Sánchez, Ágatha Ruiz de la Prada, etcétera) había una que la desbancaba del todo:la guapa Silvia Gómez-Cuétara, envasada al vacío en otro modelo negro soberbio con transparencias y encajes.
Sin duda, Silvia ganó el combate de glamour. Para empezar, es una dama mucho más discreta. Jamás ha posado para una revista ni comerciado con su vida privada. De hecho, esta foto se trata del primer posado con su consentimiento que vemos. Es más joven, tiene 51 años frente a los 64 de Isabel. Está mejor operada, pues damos fe de que su retrato no tiene ni gota de Photoshop, programa informático al que Preysler es muy aficionada.
Gómez-Cuétara acudió del brazo de su novio el multimillonario asturmexicano Juan Antonio Pérez Simón, de 74 años. Conocido por ser socio de Carlos Slim, tiene grandes negocios en el mundo de las telecomunicaciones y una de las colecciones de arte más importantes del mundo.
Silvia, por su parte, es una de las herederas del imperio de galletas Cuétara. Una fábrica que fundó su abuelo al regresar a España de México, donde hizo fortuna, en los años 50. Criada en Madrid, con apenas 18 años se casó con el prestigioso abogado Ramón Hermosilla, con el que tuvo cuatro hijos. Se separó de él y al poco tiempo inició una relación que acabó en boda con el también millonario Luis García Cereceda, 27 años mayor que ella, dueño de la constructora Procisa, íntimo de Felipe González e impulsor de la lujosa urbanización La Finca, ubicada en Pozuelo de Alarcón.
CARLOS SLIM
Se casaron en 2003, pero sólo 7 años después él falleció. Silvia le dedicó una bonita esquela a su esposo y se marchó de La Finca. Nunca se llevó bien con las hijas de García Cereceda y se refugió en su familia tras la muerte de su segundo marido, que era un segundo padre para los hijos de ella.
Tiempo después se empezó a comentar que Silvia salía con Carlos Slim, cuando en realidad a quien estaba conociendo era a su socio, Juan Antonio Pérez Simón, separado de su esposa Josefina, madre de sus dos hijos y abuela de sus dos nietos.
Pérez Simón es asturiano de nacimiento y emigró a México cuando tenía 5 años. Su padre hizo dinero con un negocio de bebidas y él destacó pronto como contable. Conoció a Carlos Slim cuando ambos eran jóvenes. Los dos son socios, entre otros magnates, del Grupo Carso, uno de los conglomerados empresariales más importantes de Latinoamérica.
Conocido por su afición al arte victoriano desde que era veinteañero, Pérez Simón cuenta con una de las colecciones más importantes del mundo y parte de ella la ha expuesto en museos de todo el planeta. Ilusionado con su novia desde hace tres años, Silvia Gómez-Cuétara, con ella conforma una de las parejas con más charme de la jet internacional. Están a un nivel estratosférico en comparación con Isabel Preysler y Vargas Llosa.
Tienen residencias en varios países del mundo, vuelan en avión privado. En definitiva, no enseñan sus casas, ni dan entrevistas, ni posan, ni se confabulan con fotógrafos porque no les hace falta. A Vargas Llosa tampoco, es un escritor de prestigio universal. Pero Preysler... Preysler está en otra liga. ¡Hola! y Porcelanosa le permiten llevar su tren de vida.