Además dice el artículo que la mesa Luis XVI donde Mario escribe fue un regalo a Boyer de su hija Isabel Boyer. Pienso que le hubiese costado a la momia Presler entregar (devolver) esa mesa a esa hija, lo mínimo de consideración y educación.No se como no le produce verguenza ajena a Marito salir siempre haciendose fotos en el despacho del difunto Boyer, creo que hasta le da gusto utilizarlo publicamente, con lo grande que es la casa, podria hacerse fotos para publicar en algun otro rincon que no fuera el despacho personal del difunto Miguel Boyer.