Intento de Golpe de Estado en Turquía y consecuencias

Erdogan quiso acabar con el legado de Atatürk y controlar el ejército para islamizar Turquía

Recep Tayyip Erdogan y Mustafa Kemal Ataturk.

El actual presidente de Turquía Recep Tayyip Erdogan se ha encontrado con una revolución interna surgida desde un ejército al que siempre ha tratado de controlar, especialmente a medida que iba acumulando poder como gran líder del país. En realidad, Erdogan siempre se ha visto a sí mismo como un nuevo Atatürk, el gran padre de la Turquía moderna, aunque las diferencias entre sus iniciativas políticas no puedan ser más diferentes.

Fue Mustafa Kemal Atatürk, primer ministro un año entre el 20 y el 21 y presidente entre 1923 y 1938 quien protagonizó la construcción de la actual República de Turquía como un país laico y democrático. Visto en Turquía como padre y salvador del país, el gran objetivo de Atatürk fue edificar un estado a imagen y semejanza de las modernas naciones europeas, impulsando la industrialización y aboliendo en 1924 el califato. Acabó con las escuelas teológicas islámicas y reemplazó la sharia por un código civil basado en el suizo, adoptando los códigos penales italiano y alemán para regir el país.

Sentó las bases de una Turquía moderna que no ha dejado de crecer mirando siempre hacia Europa hasta que el ascenso de Recep Tayyip Erdogan al poder se convirtió en una amenaza para esa estabilidad. Desde Atatürk no había tenido Turquía un líder tan personalista como Erdogan, quien fue acumulando poder como primer ministro entre 2003 y 2014 y logró traspasar todo ese poder a la figura de la presidencia cuando él mismo accedió al cargo en agosto de 2014.
Islamización y purga militar
Por el camino trató de darle la vuelta a gran parte de los principios que Atatürk había implementado en el país, incluyendo quitarle todo el poder de salvaguardar la constitución al ejército, que hasta 2011 tenía la potestad de acabar con gobiernos que no se rigieran bajo los modernos principios de Atatürk. De este modo Erdogan obtenía vía libre para acelerar en el proceso de islamización que ha venido desarrollando en Turquía.

En ese año 2011 Erdogan realizó una importante purga entre los altos mandos del ejército que hasta entonces eran los garantes del cumplimiento de la constitución, convirtiéndose él mismo en la cabeza militar del país. Por el camino, Erdogan también ha reducido la oposición a una mera posición anecdótica, siendo de facto su partido el único con capacidad real de Gobierno y situando de forma sistemática a primeros ministros con poco poder real.

A día de hoy Mutafa Kemal Atatürk es recordado como el padre de la laica y moderna Turquía, no en vano fue uno de los principales candidatos a ser elegido ‘hombre del siglo XX’ por la revista Time, mientras que Recep Tayyip Erdogan se enfrenta a un posible final político coincidiendo sólo en la aspiración personalista de un mandato caracterizado por su obsesión por el control del poder y el regreso a una islamización de Turquía.
 
La indescriptible hipocresía de los líderes occidentales en el golpe de Turquía
POR JUAN BOSCO MARTÍN ALGARRA
16/07/2016 - 13:41
  • Anoche, mientras cubríamos los sucesos de Turquía y los militares parecían imponerse, nos preguntábamos en la redacción: ¿por qué la UE no dice nada?

  • Fue hablar Obama, iniciar la contraofensiva y comenzar el goteo de condenas, lamentos y loas a la democracia de nuestros líderes políticos.

Comprendo que opinar de los asuntos que acontecen en la casa del vecino resulte a veces incómodo, por lo general arriesgado y casi siempre inconveniente. Las lentitud de las relaciones internacionales se explica por su misma naturaleza. Pero a veces conviene quedarse callado cuando no se ha querido hablar en el momento oportuno.

Ya habían transcurrido al menos dos horas después del primer anuncio de golpe de Estado. Todo indicaba que los militares golpistas estaban saliéndose con la suya. Habían cortado las comunicaciones, tomado la televisión, controlado las infraestructuras, aislado -aparentemente- al Gobierno.

La imagen del presidente Erdogán llamando a la rebelión a través de un teléfono móvil y por un canal extranjero reflejaba la triste situación de un hombre acorralado que propinaba patadas de ahogado.


Suspicacia de los líderes internacionales
La acción política del presidente turco a lo largo de los últimos añosno invitaba precisamente a la solidaridad internacional. Sus pretensiones islamistas, además de provocar suspicacias entre los países occidentales, le habían hecho perder apoyos en el ejército, una institución muy respetada en el país por su compromiso con la Constitución y el carácter laico del Estado.

A esas horas, cuando ya habían volado los cazas sobre Ankara y se escuchaban los primeros disparos de los militares golpistas sobre la población, nadie dijo ni mú. Todos lo pudimos ver por televisión. En la redacción nos preguntábamos cómo era posible, siendo evidente que se trataba de un golpe militar en toda regla, y que habríaderramamiento de sangre, ni la Unión Europea ni ningún representante político occidental había abierto la boca.

Pero cuando los partidarios del presidente se echaron a la calle, plantaron cara a los tanques y el Gobierno confirmó que había comenzado una contraofensiva militar, las cosas comenzaron a cambiar… dentro y fuera de Turquía.

Bien entrada la noche, Barack Obama, para quien Turquía es un socio fundamental en su lucha contra el yihadismo, mostró su apoyo “al gobierno democráticamente elegido” en Turquía. Normal, ¿verdad? ¿Cómo iba a apoyar una democracia tan antigua como la americana una asonada militar de semejante calibre? Es más: ¿cuándo lo ha hecho en el pasado? Lástima que el chileno Salvador Allende o el guatemalteco Jacobo Árbenz estén muertos, porque nos podrían ilustrar mucho al respecto.

Golpista el último
Las palabras de Obama dieron el pistoletazo de salida a una carrera de condenas, lamentos y loas a la democracia de nuestros líderes políticos. Parecían espoleados por el grito de "golpista el último"... o algo parecido.

Rajoy declaró que “España apoya el orden constitucional democrático de Turquía, país amigo y aliado”. Pedro Sánchezmostró su apoyo “a las normas e instituciones democráticas”. Pablo Iglesias dejaba claro que Podemos no quiere a Erdogán, pero que “en democracia los Gobiernos se cambian en las urnas”, por lo que condenaba el golpe. Lo mismo pensaba Rivera, ansioso de ver restablecido “el orden democrático y el Estado de derecho en Turquía”.

Y la Unión Europea ponía el colofón recordando que en Europa “no hay lugar para los golpes de Estado”. Aún me pregunto si considera a Ucrania parte del Viejo Continente o no. Pero esa es otra cuestión.

En fin, ‘nada nuevo bajo el sol’, que dirían los clásicos.

Dejo el resto de consideraciones para el debate y los comentarios de los lectores. Pero no me resisto a concluir con un chiste muy popular en Iberoamérica, y que viene al pelo de la ocasión.

-¿Sabes por qué nunca ha habido un golpe de Estado en Estados Unidos? - No, ¿por qué? -Porque no tienen embajada americana.
 
Dejaré esto por aquí, creo que es verídico para cualquier bando o ideología religiosa, económica o política.

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Pues no pinta nada bien, hay una protesta en Taksim en este momento con miles de participantes, no creo que se ponga como ayer pero todavia no se me quita el susto del cuerpo.
Yo quiero saber cual sera la respuesta de US sobre la extradicion de Gullen, suena a declaratoria de guerra si no se las conceden.
 
Pues no pinta nada bien, hay una protesta en Taksim en este momento con miles de participantes, no creo que se ponga como ayer pero todavia no se me quita el susto del cuerpo.
Yo quiero saber cual sera la respuesta de US sobre la extradicion de Gullen, suena a declaratoria de guerra si no se las conceden.

Guerra con EEUU o con al OTAN?
 
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