Iesu Communio - El territorio vaquero de Dios
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Lo que parece que tienen en comun estàs chicas que se meten ahi, són que vienen de familias hiperreligiosas, que estudia en colegios y universidad es opusianas, algunas. Esto de meterse ahi es peor, a mi parecer que ser numeràrias opusianas, es solo mi opinión
Es un convento de clausura, però como disfrazado de modernidad, para que a las chiquitas jovenes les guste y se apunten, pero tienen de ser de familias mega catòlicas. A ver, que les digo a mis hijas que vayamos a visitar estàs monjitas, tal como he visto en algun vídeo que explican estàs chicas, mis hijas me dirian que fuera yo sola. Y si las llevara sin decirles donde ibamos, dudo q mis hijas sintieran al ver estas monjas la llamada o lo que sea para entrar allí.
Es un convento de clausura, però como disfrazado de modernidad, para que a las chiquitas jovenes les guste y se apunten, pero tienen de ser de familias mega catòlicas. A ver, que les digo a mis hijas que vayamos a visitar estàs monjitas, tal como he visto en algun vídeo que explican estàs chicas, mis hijas me dirian que fuera yo sola. Y si las llevara sin decirles donde ibamos, dudo q mis hijas sintieran al ver estas monjas la llamada o lo que sea para entrar allí.
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pues claro...de familias de estas radicales
pero en qué cabeza cabe que de no ser así alguien comulgue con eso?
ya ni es eso de meterse ahí.
es meterse para esas gilipolleces y todo lo que significa eso
y estar todo el día repitiendo cosas absurdas
sólo si vienes de algo así acabas en algo así
pero en qué cabeza cabe que de no ser así alguien comulgue con eso?
ya ni es eso de meterse ahí.
es meterse para esas gilipolleces y todo lo que significa eso
y estar todo el día repitiendo cosas absurdas
sólo si vienes de algo así acabas en algo así
A mí lo que me llama mucho la atención son aquellas que cuentan que ellas no eran creyentes, ni religiosas, ni nada de nada y un buen día se levantaron, vieron lo vacía que estaba su vida y recibieron "la llamada". Que no dudo que haya algún caso así, pero la inmensa mayoría de los casos que conozco vienen de familias especialmente religiosas y desde mi punto de vista, fanáticas, y que nadie se ofenda. De prácticamente rosario diario y criadas entre colegios de monjas, convivencias y campamentos espirituales.
Evidentemente no hacen mal a nadie y si esa es su elección y son felices, pues allá ellas. Pero jamás entenderé como siendo tan creyentes y queriendo consagrar su vida a su Dios no se plantean ir más allá de encerrarse en un convento y dedicarse a causas "sociales". Desde colaborar con Caritas a irse a África a construir escuelas y hospitales. Yo podría ponerme en el lugar de una misionera, pero jamás en el de una chica que a los 18 años decide retirarse del mundo por mucho que ahora las cosas hayan cambiado y por ejemplo tengan televisión y ordenadores y no vivan desconectadas de la realidad o al menos de su realidad.
Es cierto que reciben visitas de las familias, recuerdo que alguna forera lo comentaba. Pero como todo, al menos lo que yo he vivido, siempre previo permiso, a través de una reja y comunicándolo previamente y restringiendo la visita a determinados momentos del día, algo lógico porque la agenda de una monja de clausura aunque parezca lo contrario es frenética entre misas, rezos, retiros para la meditación y las tareas que cada cual tenga encomendadas. Porque esa es otra, no son todas iguales. Un convento hay que limpiarlo, hay que cocinar, hay que hacer las tareas de mantenimiento de cualquier casa y extrapola eso a tropecientos metros cuadrados en una edificación normalmente centenaria. Y claro, unas serán las limpiadoras, otras las cocineras que cocinan y sirven al resto o se encargan del huerto, otras las encargadas del obrador (generalmente muchos de estos conventos viven, en parte, porque el mayor de sus ingresos son las donaciones, de vender dulces y repostería hecha por ellas); y después está la élite que no hace nada de eso y se dedica a tareas "intelectuales", gestionar el convento, llevar el archivo o el mantenimiento del patrimonio artísitico que posea. Hay envidias, hay rencillas, discusiones; no dejan de ser un grupo de mujeres más o menos numeroso, que no tienen porque tener nada en común, conviviendo 24 horas diarias durante años y años.
Las veces que yo pude visitar un convento, y llegué a tener la inmensa suerte incluso de entrar en la zona de clausura, restringida a los visitantes como norma, la impresión que me llevé es que estaba ante un grupo de mujeres adultas, la mayoría ancianas, pero seguían comportándose como niñas. Como si se hubiesen estancado en los 15, 16, 17 o 18 años con los que ingresaron en el convento. Recuerdo especialmente como me mostraron una sala con una gran mesa, anexa a su comedor, donde literalmente exhibían los regalos que recibían de familiares en sus visitas y se establecía una especia de comparación a ver qué monja había recibido lo más y lo mejor. A Sor Angustias su hermana le ha traído mermelada casera y un bizcocho, a Sor Dolores un ramo de flores, a Sor Carmen un jamón de pata negra; y así en constante competición. Parecía un patio de colegio.
Otra cosa que me llamaba la atención, siendo personas que voluntariamente se habían retirado del mundo, es lo informadas que estaban de lo que sucedía "fuera", veían el Telediaro a diario y estaban ansiosas por hablar, contar y compartir. Bastaba acercarte al ventanuco a través del cual vendían sus dulces, que como les dieras un poco de conversación no te ibas allí en una hora. Después tienen voto de silencio durante momentos del día o días enteros.
Es un mundo que me fascina y que siempre había pensado que estaba en peligro de extinción, hasta que llegó Sor Verónica, claro.
Evidentemente no hacen mal a nadie y si esa es su elección y son felices, pues allá ellas. Pero jamás entenderé como siendo tan creyentes y queriendo consagrar su vida a su Dios no se plantean ir más allá de encerrarse en un convento y dedicarse a causas "sociales". Desde colaborar con Caritas a irse a África a construir escuelas y hospitales. Yo podría ponerme en el lugar de una misionera, pero jamás en el de una chica que a los 18 años decide retirarse del mundo por mucho que ahora las cosas hayan cambiado y por ejemplo tengan televisión y ordenadores y no vivan desconectadas de la realidad o al menos de su realidad.
Es cierto que reciben visitas de las familias, recuerdo que alguna forera lo comentaba. Pero como todo, al menos lo que yo he vivido, siempre previo permiso, a través de una reja y comunicándolo previamente y restringiendo la visita a determinados momentos del día, algo lógico porque la agenda de una monja de clausura aunque parezca lo contrario es frenética entre misas, rezos, retiros para la meditación y las tareas que cada cual tenga encomendadas. Porque esa es otra, no son todas iguales. Un convento hay que limpiarlo, hay que cocinar, hay que hacer las tareas de mantenimiento de cualquier casa y extrapola eso a tropecientos metros cuadrados en una edificación normalmente centenaria. Y claro, unas serán las limpiadoras, otras las cocineras que cocinan y sirven al resto o se encargan del huerto, otras las encargadas del obrador (generalmente muchos de estos conventos viven, en parte, porque el mayor de sus ingresos son las donaciones, de vender dulces y repostería hecha por ellas); y después está la élite que no hace nada de eso y se dedica a tareas "intelectuales", gestionar el convento, llevar el archivo o el mantenimiento del patrimonio artísitico que posea. Hay envidias, hay rencillas, discusiones; no dejan de ser un grupo de mujeres más o menos numeroso, que no tienen porque tener nada en común, conviviendo 24 horas diarias durante años y años.
Las veces que yo pude visitar un convento, y llegué a tener la inmensa suerte incluso de entrar en la zona de clausura, restringida a los visitantes como norma, la impresión que me llevé es que estaba ante un grupo de mujeres adultas, la mayoría ancianas, pero seguían comportándose como niñas. Como si se hubiesen estancado en los 15, 16, 17 o 18 años con los que ingresaron en el convento. Recuerdo especialmente como me mostraron una sala con una gran mesa, anexa a su comedor, donde literalmente exhibían los regalos que recibían de familiares en sus visitas y se establecía una especia de comparación a ver qué monja había recibido lo más y lo mejor. A Sor Angustias su hermana le ha traído mermelada casera y un bizcocho, a Sor Dolores un ramo de flores, a Sor Carmen un jamón de pata negra; y así en constante competición. Parecía un patio de colegio.
Otra cosa que me llamaba la atención, siendo personas que voluntariamente se habían retirado del mundo, es lo informadas que estaban de lo que sucedía "fuera", veían el Telediaro a diario y estaban ansiosas por hablar, contar y compartir. Bastaba acercarte al ventanuco a través del cual vendían sus dulces, que como les dieras un poco de conversación no te ibas allí en una hora. Después tienen voto de silencio durante momentos del día o días enteros.
Es un mundo que me fascina y que siempre había pensado que estaba en peligro de extinción, hasta que llegó Sor Verónica, claro.
Este chico que estuvo muchos años en clausura, una clausura muy dura porque solo podía ver a su familia 2 veces al año, por ejemplo, cuenta que tenían conocimiento de lo que pasaba en el exterior los domingos, cuando el prior, leía las noticias que a él le parecían de interés general, eso sí, siempre publicadas por el ABC. Una vez a la semana.
Estoy de acuerdo en lo que dices que es como si se hubiesen estancado en la edad en la que ingresaron en el convento. Pero es lógico. Crecerán espiritualmente, pero sus experiencias vitales se reducen a lo que viven entre esas cuatro paredes, con lo que es difícil que su maduración sea la equivalente a la que pueda tener, incluso, una monja no contemplativa.
¿EPorqué monja contemplativa en lugar de monja activa? Yo creo que es por el poder que ellas otorgan a la oración. Con su oración entienden que ayudan a todo el mundo, y no a alguien en concreto. Y es lo que buscan. Rezar por todos.
Estoy de acuerdo en lo que dices que es como si se hubiesen estancado en la edad en la que ingresaron en el convento. Pero es lógico. Crecerán espiritualmente, pero sus experiencias vitales se reducen a lo que viven entre esas cuatro paredes, con lo que es difícil que su maduración sea la equivalente a la que pueda tener, incluso, una monja no contemplativa.
¿EPorqué monja contemplativa en lugar de monja activa? Yo creo que es por el poder que ellas otorgan a la oración. Con su oración entienden que ayudan a todo el mundo, y no a alguien en concreto. Y es lo que buscan. Rezar por todos.
Supongo que las restricciones dependerán de la orden. En la que yo conocí sí tenían acceso a la televisión e incluso Internet, aunque esto sólo reservado para la superiora y la encargada del archivo que eran las que tenían ordenadores. Recuerdo que escuchaban la radio, la Cope, obviamente, porque nombraban a Federico Jiménez Losantos, pero nada de periódicos.
Claro, para ellas rezar es una ocupación en sí misma, entregar su vida a Jesús, pedir por los pobres, los desamparados, los necesitados, por aquellos que viven al margen de la religión, por los enfermos, etc, es su contribución a la sociedad. Y aquí es donde entran mis prejuicios, que para mí eso equivale a nada.
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El poder del rezo en todas las religiones es el mismo. Genera energías. La meditación, lo hace, y el rezo católico, que también es una meditación, pues igual.
Yo sí creo en el poder de la oración/meditación/llamalo como quieras. Aunque no lo practico... ya ves, consejos vendo que para mí no tengo.
Yo sí creo en el poder de la oración/meditación/llamalo como quieras. Aunque no lo practico... ya ves, consejos vendo que para mí no tengo.
D
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Guest
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Estàs chicas quieren desconectar de la realidad del mundo, q ven que hay muchas cosas malas(droga, s*x*, envidia poder, guerra, catàstrofes y mas cosas negativas) y creen q rezando rezando para que se arregle todo, ellas se sentiran felices. En vez de luchar el dia a dia, con las alegrias y las penas que nos da la vida, cogen una postura de que lo de la lucha diària es para los de fuera del convento. Ellas a desconectar rezando.
Para mi es una postura muy còmoda, admiro mas a las monjas misioneras o las que estan en ong.que a parte de rezar ayudan a la sociedad
Para mi es una postura muy còmoda, admiro mas a las monjas misioneras o las que estan en ong.que a parte de rezar ayudan a la sociedad
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Mujer, no me metas el s*x* en la lista de cosas malas, que es de lo poco bueno de verdad en la vida
.Esta gente esq lo q no sabe es vivirMujer, no me metas el s*x* en la lista de cosas malas, que es de lo poco bueno de verdad en la vida
