Felipe y Letizia presiden el XL aniversario de las elecciones del 15 de junio de 1977

en la foto de Bobo saludando a Aznar hay un cruce de miradas entre Letiz y Sanchez muy sospechoso. (Creo que la foto esta en la pagina anterior) ufffffff!! jajaja
 
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en la foto de Bobo saludando a Aznar hay un cruce de miradas entre Letiz y Sanchez muy sospechoso. (Creo que la foto eta en la pagina anterior) ufffffff!! jajaja
¡Lo mismo percibí yo mirando el vídeo del besapiés! Me dio la sensación de demasiada expresividad y casi complicidad en el par de hieráticos. Y por contra la actitud tensa y seca del saludo entre la inefable y el compi colega del yayo, el oscuro (de tez) Jelipe Gonssaless andelé, andelé arriba arriba arriba. (y):LOL:
 
Letizia, ¿detrás de la ausencia del Rey Juan Carlos?

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El rey emérito Juan Carlos I en imagen de archivo /Gtres
  • PALOMA GARCÍA-PELAYO
  • 30/06/2017 05:30

¿Puedes creerte que Letizia dijo no a la presencia del rey Juan Carlos en la conmemoración de los 40 años de Democracia? No, no puede ser, dije incrédula a quien me lo relataba. De sobra saben que no soy analista política, pero quiero compartir esta información que me tiene confundida desde la sobremesa de este jueves. Reconozco que mientras me daban los detalles de quiénes, cómo y cuándo decidieron que el emérito -palabra que don Juan Carlos detesta- no fuera al Congreso, pasaron veloces por mi mente los casi 14 años que separan el último telediario que presentó la entonces periodista, antes de irrumpir en nuestras vidas como prometida del príncipe Felipe el 6 de noviembre de 2003, y los titulares que ayer mismo leía sobre la ausencia de don Juan Carlos en la celebración de los 40 años de Democracia.

Siempre he sabido que doña Letizia y su suegro nunca se llevaron bien y que la elección del entonces príncipe Felipe distanció a padre e hijo un poco más. ‘A él nunca le gustó y Letizia lo sabía’, como me relataba hace tiempo alguien que vivió de cerca esos primeros años tras la boda de los príncipes en mayo de 2004. Ella tampoco ha sido nunca fan de su suegro Rey, pero lo que no podía imaginar es que su opinión consorte pesara tanto, al menos en este asunto que afecta directamente a don Juan Carlos y su labor como gran valedor de la democracia en España.

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Juan Carlos I junto a su vástago Felipe VI y la Reina Letizia/ Gtres
Para mi tranquilidad, me cuentan que la decisión la toma el jefe de la Casa del Rey, Jaime Alfonsín, y no es que por eso esté más de acuerdo, sino porque me aseguran que la opinión de la reina Letizia ‘no es decisiva, ni mucho menos, al menos en esto’. Según me explican, el rey Juan Carlos contaba con asistir, pero no de cualquier manera y el escenario elegido para el acto se presentaba difícil para contentar a todos. Que si dos Reyes en el hemiciclo es imposible, que si el propio don Juan Carlos ya no asistió a la proclamación de don Felipe, que el emérito no quería ocupar la tribuna de honor sino estar cerca de su hijo… Demasiadas condiciones que complicaban una decisión que hizo dudar ‘y mucho’, me aseguran, a Felipe VI, y que junto a la máxima de dar protagonismo al actual monarca, declinaron la decisión final de Alfonsín a la opción de que el Rey padre no asistiera. Letizia estuvo de acuerdo con ese planteamiento y apoyó el no al Rey Juan Carlos. Ella está al lado de don Felipe y es a quien apoya. ¿Lo demás ‘merdé’? Me cuenta, quien bien lo sabe, que desde que es Reina consorte, doña Letizia ‘es un gran apoyo para el Rey, vive pendiente de él y se ha propuesto demostrarle que están juntos en esto’.

Don Felipe se dejó llevar en esta ocasión por la decisión del Jefe de la Casa con la que también comulgaba Letizia, según me argumenta una garganta conocedora de los pormenores de esa decisión que muchos españoles no entienden. Pocos imaginaban una conmemoración de las primeras elecciones de la democracia sin la presencia de los Reyes Juan Carlos y Sofía. Lejos de su propósito inicial de seguir el ‘impagable ejemplo de la Reina’ como la propia Letiziadeclaró el día de su compromiso oficial con el entonces príncipe Felipe, no parece que haya conciliado nunca entre padre e hijo, más bien al revés: ‘entre ellos puede haber diferencias, pero, sin duda, una importante es Letizia’. Así de claro me lo exponen y me aseguran que, aunque su opinión no ha sido definitiva en este caso, no se mostró contraria a la exclusión planteada por el Jefe de la Casa del Rey. Si se opone a algo, suele conseguirlo. Sobre la presencia de las infantas Leonor y Sofía en la vida pública ella tiene la última palabra.

El malestar de don Juan Carlos al no ser invitado a la gran celebración de una fiesta que él organizó durante casi 40 años no le ha sentado nada bien. Se siente ‘dolido y que lo han tratado como si ya no estuviera entre nosotros, y él aún vive’. Dicen que exculpa a su hijo y que no señala a los responsables, pero sabe bien quiénes decidieron no invitarle. ¿Nos contarán la verdad algún día? Ya digo que me tranquiliza saber que algo así no es decisión de la Reina Letizia. Quizá alguien debería explicarlo mejor.

Como la "supuesta informada fuente" que le "cuenta" a la Garcia Pelilla tan jugoso "secreto" sea tan fidedigna como la fecha en qué, según ella, Laleti se comprometió con su segundo cónyuge, apaga y vámonos. Ya nos contó alguna vez con la más absoluta sinceridad que su amiga, la difunta Carmina, fue abstemia y estuvo "malita" porque era adicta a las pastillas de valeriana por el insomnio. :smuggrin:
 
http://www.elespanol.com/opinion/columnas/20170702/228357163_13.html

The Leftovers: Felipe VI y Letizia

Mariano Gasparet @marianogasparet
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2 julio, 2017 03:35

En The Leftovers, la mejor serie dramática de todos los tiempos, la desaparición o ascensión del 2% de la población mundial empuja a quienes quedan en el planeta a una azorada existencia marcada por el sentimiento de pérdida, la soledad y el vacío.

En La máquina del tiempo, novela fundacional de la ciencia ficción, un investigador visita el futuro y regresa espantado por la degeneración de la humanidad. La obra de H.G. Wells y la serie de Damon Lindeloff y Tom Perrotta tienen en común la exploración de dimensiones desconocidas y una visión apocalíptica de la existencia.

En esta imagen de los reyes, durante los fastos del 40º aniversario de las primeras elecciones democráticas, convergen ambos relatos. El contraste entre el viejo 600 y la elegancia de los personajes de la alfombra roja sugiere dos planos temporales, y en ambos sobresale la ausencia clamorosa del anterior jefe del Estado, que no fue invitado a la fiesta de cumpleaños de la democracia que él mismo contribuyó a fundar.
Fíjense bien. El coche, una reliquia inocente con megáfonos y carteles electorales, podría ser una máquina del tiempo varada hace 40 años, cuando Juan Carlos I tenía todo el futuro por delante. No hay nadie al volante de ese vehículo, pero cualquiera podría imaginar al entonces joven rey -entre otros- conduciendo ese coche en el que este país inició su viaje al progreso.

En el primer plano, el destierro del rey emérito resulta aún más notorio porque, aunque vemos a Felipe VI y Letizia, un tercio de la composición la protagoniza el vacío. En la cabecera de The Leftovers los realizadores de HBO resumen con habilidad el momento de la ascensión, a partir de retratos domésticos como éste, en los que una o varias personas viran del fundido en negro a la nada. Es lo que parece haber sucedido en esta foto: entornen los ojos y no les resultará difícil imaginar la sombra del emérito, con su bastón y su rifle de matar elefantes.
En la serie, la desaparición inexplicable de seres queridos da lugar a una sartreana náusea que contamina para siempre las relaciones de los restos. Los familiares de los desaparecidos buscan respuestas, abandonan sus casa, ingresan en sectas y reinterpretan la Biblia como si fuera un manual de instrucciones para seguir viviendo.

Ignoramos cuáles serán las consecuencias de este retrato de los reyes y el padre ausente. No sabemos si -como sucede en la serie- algún miembro de la Casa del Rey huirá de la Zarzuela para vestir de blanco y fumar como un descosido, o si se instalará en una torre a esperar el diluvio, o si buscará su propia máquina del tiempo para volver a la mañana del miércoles 28 de junio, a la madrileña Carrera de San Jerónimo, y hacer regresar a Juan Carlos I al lugar que le hubiera correspondido ocupar en esta fotografía.
 
No sé si la higuera caerá, pero alguna breva sí que va a caer, de hecho ya está cayendo, los están criticando y con razón.

*Bartolo y su KK se han pasado de frenada.
No quieren reconocer que Bartolo es un pusilámine sin solución y harán todo lo posible para poner la máquina a toda marcha para lavar la imagen de los dos.

Lo malo es que no pasan más allá de criticarlos, Amadís. Estos dos impresentables ya han dado muchos motivos - que conozcamos, falta que se publique el material guardado en los cajones de las redacciones y SS - para que se tomaran serias medidas, pero no pasa nada.
 
Lo malo es que no pasan más allá de criticarlos, Amadís. Estos dos impresentables ya han dado muchos motivos - que conozcamos, falta que se publique el material guardado en los cajones de las redacciones y SS - para que se tomaran serias medidas, pero no pasa nada.

Si que pasa.
Es como la lluvia fina, si te expones mucho tiempo te cala hasta los huesos.
 
Ver el archivo adjunto 537680
Un condecorado en el día de ayer por la democracia.
Martin Villa.
Ver el archivo adjunto 537683
Pero que vamos a esperar de una monarquia puesta asi.
Ver el archivo adjunto 537684

Con esta información queda más que claro que lo que al preparado le molestaba y preocupaba es que el padre le fuera a robar todo el protagonismo. Al final, tonto que eres Felipe, hijo, te lo acabó robando, sí o sí. No tienes remedio, al igual que la advenediza que te está acabando de hundir.
 
Repensándolo.... quizá si no se produce el bonito posado veraniego con verde de fondo de los cuatro reyes( los de la baraja no, los nuestros de baja estofa) con las fotogénicas, celestiales y siempre simpáticas meninas ( que nadie de esa prensa hoy belicosa se atreverá a criticar con el futuro monarquico de ojos azules presente) por negativa de la del mando en plaza, quizá le concedan al yayo esa bonita foto institucional que anhela con su nieta virtual y en solitario :)

A ver con qué posado nos salen ahora en Mallorca, como tienen que recoger velas tras tantos errores y metidas de pata...
 
Pero sigo siendo el Rey…’
Marcello | 29/06/2017

No sabemos cuándo pero pronto reaparecerán juntos ante la opinión pública el Rey Felipe VI y su padre el Rey emérito Juan Carlos I porque una buena imagen vale más que mil palabras o mil tuits. Y no estaría de más algo así para poner un punto y aparte a esta nueva versión del ‘Juego de Tronos’ a la española que acabamos de vivir con motivo del boicot real a la presencia del Rey Juan Carlos I en la solemne sesión de las Cortes donde se homenajeó el éxito de la Transición.

Y preguntamos, ¿irá alguien de Palacio a la final de la Copa de Europa de fútbol de las selecciones Sub 21 que hoy enfrentan en Cracovia a España y Alemania y que tiene ilusionados a millones de ciudadanos de este país? Si pudiéramos elegir nosotros enviaríamos a la Reina Letizia acompañada de la Princesa de Asturias doña Leonor a la que al parecer le gusta el fútbol.

De esa manera arreglaríamos también una cuenta pendiente de Zarzuela con recientes eventos populares en los que no vimos a los Reyes de España. A la final de la Champions League en Cardiff que ganó el Real Madrid asistió el Rey Juan Carlos; a la feria de los toros de San Isidro también acudió el Rey emérito; el que también se trasladó a Paris para asistir la histórica final de Roland Garros donde Rafael Nadal conquistó su asombroso décimo título.

Y ¿por qué no vimos al Rey Felipe VI en estos eventos de triunfo e ilusión para millones de españoles? Pues imaginamos que porque la Reina doña Letizia había reservado esos fines de semana para reuniones privadas con amigos o viajes no conocidos a sepa Dios dónde.

‘Donde hay patrón no manda marinero’ y ‘el patrón’ era como se le llamaba cariñosamente al Rey Juan Carlos en su entorno privado y familiar. Además, vista la pasión marinera de la familia con mayor motivo, porque Don Juan fue el patrón del Giralda, don Juan Carlos de El Bribón, y don Felipe del Aifos. Pero ahora el patrón del viejo galeón español es el Rey Felipe VI y por ello el responsable último de las decisiones que se toman en la Zarzuela.

De lo que deducimos que la reciente ausencia de don Juan Carlos en las Cortes no fue culpa ni mucho menos de Jaime Alfonsín -Jefe de la Casa del Rey y persona de buen criterio- como han dicho y escrito algunos pelotas cortesanos sino más bien responsabilidad última del Rey Felipe VI. Y puede que por sugerencia o por la insistencia de alguien -‘cherchez la femme’, insisto- que se entrometió en esos protocolos en esta y otras ocasiones y que debería saber que su función es de ‘consorte’ y no de Jefa del Estado.

O sea, tengamos la fiesta en paz y que cada palo aguante su vela. No vaya a ser que el enredo vaya a más porque si eso ocurre malo será para La Corona y sus protagonistas. Y además aunque don Juan Carlos I es Rey emérito aún y para muchos españoles de manera sentimental sigue siendo el Rey, como dice la canción mexicana que un día le cantó en la capital azteca a don Juan Carlos I el gran Pedro Vargas y donde se dice: ‘no tengo trono ni Reina,/ ni nadie que me comprenda/ pero sigo siendo el Rey…’.

Y este Rey Juan Carlos es persona querida y entrañable pero de carácter y aunque ya no esté al volante ‘del camión’ español no conviene enfadarlo ni mucho menos marginarlo porque tronará, como ha tronado recibiendo en un abrir y cerrar de ojos el aplauso nacional.

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"No tengo trono, ni reino, ni nadie quien me comprenda.... Pero, sigo siendo el reeeeyyyy..." :singing::singing::singing:

 
Juan Carlos I contra Felipe VI
30 de junio del 2017 | 01:00 am

Juan Carlos I tiene toda la razón del mundo para sentirse molesto, agraviado e indignado por su ausencia en el Pleno extraordinario del Congreso del miércoles, en el que se conmemoró al 40 aniversario de las primeras elecciones democráticas, celebradas en 1977.

Y su presencia tenía y tiene toda la lógica del mundo, por cuanto él fue protagonista e impulsor destacado del proceso democrático que iniciaban aquellos comicios.

Si el miércoles se homenajeó a los parlamentarios de esa época, y a hijos y nietos de algunos de los protagonistas, como es el caso de Adolfo Suárez, Santiago Carrillo o la Pasionaria, resulta obligado que se hubieran arreglado las cosas para que compareciera el que entonces era rey. No parece tan complicado.

Pero si, por lo que sea, por "culpa" de quien fuera, por descuido, por error, y hasta por mala voluntad, no se permitió, autorizó o consiguió contar con don Juan Carlos, lo que no tiene ningún sentido es que personas de su entorno montaran el escándalo que han montado a propósito de la ausencia del monarca emérito.

Felipe VI, que lleva solo tres años en el trono, anda necesitado de gestos, comportamientos y actuaciones que consoliden aún más su figura. Está necesitado de mayor protagonismo, y también, por eso mismo, de discursos importantes que contribuyan a ello.

Por eso, preparó con mucho cuidado el acto del miércoles en el Congreso, y se esmeró en diseñar un discurso de fondo, con denso contenido y mensajes incisivos.

Protagonizó, en efecto, una intervención oportuna y clara, de trasfondo, que sin embargo ha quedado en gran medida tapada, oscurecida, por los ecos del incidente de la no asistencia de don Juan Carlos.


Ese escándalo ha bloqueado en gran medida lo que se buscaba, que era dar realce a las palabras y a la figura del rey Felipe VI.

Dicho lo cual, si don Juan Carlos se ha sentido dolido (y creo que con razón), el procedimiento no es filtrarlo a un lado y otro, como ocurrió el miércoles, por él o por personas interpuestas.

¿Quién ha sido el culpable directo de la afrenta? ¿Con quién don Juan Carlos, despechado por esa marginación, ha querido ajustar cuentas? ¿Con la presidenta del Congreso, con el Jefe de la Casa del Rey? ¿Con quién?

El rey emérito, que conoce muy bien cómo funcionan la política y los mecanismos de creación de opinión, tenía que saber, y sabe, que existía el riesgo de que el alboroto se interpretara como una "guerra de reyes". Que es lo que ha sucedido, lamentablemente. ¿Es lo que pretendía?

Como precedente, lo ocurrido resulta preocupante y desalentador.

En mi opinión, muy flaco favor ha hecho don Juan Carlos a su hijo. Al jefe de la Casa Real a la que él mismo pertenece. Al rey.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

http://www.elconfidencialdigital.com/blogs/confidencialmente/Juan-Carlos-Felipe-VI_7_2956574314.html


Para mi gusto, el discurso del VI ha sido de los peores que le he oído. Ya dejé en otro post mi opinión, tan sólo agregaré que a mi me dio vergüenza ajena escucharle, tanto por el contenido como por lo teatral de su actuación, y es que me produce rechazo escuchar su entonación, verle gesticular exageradamente, subiendo el volumen de voz creyendo que así da un efecto más dramático y enfático, y es que tiene en su personalidad algo que me provoca un rechazo total - como la KK - es verle y oírle y me pongo en guardia. Encima, tiene ese sonsonete de voz tan amanerado y poco viril y un flujo de gallos impresionante.
 
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