Felipe y Juan Carlos: Acto 300 aniversario de la creación de la Compañía de Guardias Marinas.

Esta foto no me gusta ¿que hace esta militar con el hijo en brazos sin poder cuadrar?
¿quiere reinvindicar que no puede conciliar trabajo y ser madre?
¿quiere enseñar a toda España la cara del bebe?
¿espera recibir la bendicion de sus excelencias los monarcas?
felipe-emerito-marin-34_g.jpg
 
Amiga:
Te agradezco tu reflexión que comparto: España se merece mucho más y mucho mejor que estos dos.
Y sobre que el uniforme suele poner guapos a algunos hombres...supongo que lo dirás por algunos de los oficiales.
Porque no hay uniforme que le quite al hijo la cara de estúpido que porta ni al Emérito el halo de zorro viejo y depredador que lo rodea.
Mis cariños, querida compañera de foro.
El uniforme deja a algunos guapos, mismo no siendo oficiales y comparto lo que dices...
Gracias por estar con nosotras, compartiendo tus ideas...
Un besito para ti
 
Super...ya está abierto otro hilo hace dos dias con este motivo.
El Faro de Vigo lo publicaba. Por favor, ¿ podrías unir los dos.
Gracias.
Saluditos

Uno habla de guardiamarinas y otro de guardas marinas....
Y eso que comentan desde España.
Tela documentación y conocimiento del tema.
Oficial y Caballero, oiga, versión patria.
Pufffffff
Sólo se esmeran para darle jabón a la Liebre.

Que bella es Galicia!!
Lindo Felipe de blanco.
Me encantan los desfiles militares.

Galcia maravillosa, los militares ejemplares, los uniformes muy bonitos... Prepa y Papá lo que han dicho las coticompis de mi corazón!!!!!

Porque tiene don de gentes.........se mete a cualquiera en el bolsillo, empezando por los más pequeños: los niños.............cuando ve a un niño cerca se le muda la cara y empieza a hacerle las gracias y los niños riéndose a más no poder......Felipe VI ya no es como el padre......salió a la madre.........le falta el punto campechano........

La cosa es que no he visto que lo haga con las hijas de la Lombriz.
Con el resto de sus nietos si. Se le ríe la ropa.
Es por la madre que las pa... y porque no pueden tener un contacto normal con ellas por el mismo motivo.
Le va alejando de propios y extraños. Va a tener más poca influencia con sus congéneres reinantes en caso de necesidad....
Esta Advenediza está arruinando el diplomático más caro que ha tenido España.
Vaya lo que cogio el Pollo Pera.
Si hubiera casado bien, seria el rey del mambo: continuar contactos y velocidad de crucero. Y a vivir.
Toooooooooonnnnnnntooooo

Que bella es Galicia!!
Lindo Felipe de blanco.
Me encantan los desfiles militares.


Es un orgullo.
Menos para la Lombriz, que se pasó todo el desfile de Guadalajara sentadita.
Mientras, los militares cargando con todo el equipamiento bajo un calor tremendo y desfilando impecablemente.
A buenas horas la Reina Sofía iba a sentarse y dejar a su marido de pie!!!!
Ya se podría estar cayendo el mundo....

Los familiares de los caidos deberían tener un puesto preeminente en las gradas (que monten las necesarias). No me gustó ver las sillas blancas de plástico que pusieron en un borde de la carretera para que se sentasen. Me dolió el alma. Son los que más han puesto. Merecen lo mejor.
 
Última edición por un moderador:
ASUNTOS INTERNOS
Del Rey del carisma al Rey de la prudencia

LUCÍA MÉNDEZ
3 jun. 2017

14964335585482.jpg

Felipe VI, junto a su padre Juan Carlos I, ayer en Pontevedra, durante los actos por el 300 aniversario de la Real Compañía de Guardiamarinas. CASA DE S.M. EL REY


España se sobresaltó hace tres años con una noticia inédita en muchos siglos: la abdicación del Rey Don Juan Carlos en su hijo Felipe, después de 39 años en el trono. El escándalo de corrupción protagonizado por su yerno, Iñaki Urdangarin, y el episodio poco ejemplar de la cacería en Botsuana -con graves consecuencias para el delicado estado de salud de Don Juan Carlos- minaron la buena imagen del Monarca ante los españoles y acabaron afectando al prestigio de la propia institución que él encarnaba. En aquel mes de junio de 2014, asomaba por el horizonte una crisis del sistema político que se palpaba ya en un aumento de la indignación social motivada por los padecimientos económicos y la corrupción. Las elecciones europeas fueron el detonante del cambio, con la aparición de nuevas fuerzas políticas -sobre todo Podemos, pero también Ciudadanos- y marcaron el comienzo del fin de la hegemonía total del bipartidismo.

Algo se barruntaba en el horizonte y no era algo bueno para la estabilidad del país ni de la Jefatura del Estado. La Monarquía española -que, a diferencia de los partidos políticos, piensa en siglos y no en legislaturas- supo entonces que tenía que proceder a un relevo y agradecerle los muchos servicios prestados a Juan Carlos I. Su hijo, el Príncipe de Asturias, estaba preparado para asumir la Corona. O, por mejor decir, estaba listo para renovar y modernizar la Monarquía española, que permanecía anclada en la época que le otorgó la gran legitimidad de la que gozaba: la Transición. Mariano Rajoy al frente del Gobierno pilotó la sucesión en la Corona.


Tres años después de aquella despedida -que fue aceptada por Don Juan Carlos no sin amargura-, los dos protagonistas de la historia compartieron foto ayer en la Escuela Naval de Marín. El Rey quiso tener un gesto con su padre y le invitó a acompañarle en el 300 aniversario de la Real Compañía de Guardiamarinasel 2 de junio, precisamente la fecha de la abdicación. «Gracias, Majestad», le dijo ayer el hijo al padre en el brindis.

Felipe VI ha ido adaptando los usos de la Monarquía al "tiempo nuevo"

Desde que abandonó la Jefatura del Estado, Don Juan Carlos ha hecho lo que le ha mandado el Rey. Desde acudir a las tomas de posesión de los presidentes latinoamericanos hasta presenciar la final de la Champions en Cardiff. Su presencia institucional se ha reducido, sin embargo, a la mínima expresión. Por contra, ha disfrutado de su vida personal y de las aficiones que comparte con amigos de la misma edad o parecida. Se pasa de vez en cuando por un despacho acondicionado en el Palacio Real y sigue viajando mucho por todo el mundo. En los últimos meses, Don Juan Carlos -a quien no le gusta nada el mote de «emérito»- ha regresado a las fotos del álbum familiar.

Los españoles se han acostumbrado a la ausencia de Don Juan Carlos con la misma normalidad que a la presencia de Don Felipe. El Monarca del carisma ha dado paso al Monarca de la prudencia. El Rey que se metía en política para deshacer todo tipo de entuertos ha sido sustituido por el Rey discreto, sólido y maduro que ocupa la más alta magistratura del Estado sin dar que hablar más que lo imprescindible.

Felipe VI ha ido adaptando los usos y actividades de la Monarquía al «tiempo nuevo» que él mismo anunció en su discurso ante las Cortes. Limitó la Familia Real a los Reyes y sus hijas, rompió relaciones con su hermana Cristina y le retiró el Ducado de Palma por respaldar el comportamiento corrupto de su marido, estableció normas para la ejemplaridad de los funcionarios a su servicio y superó no sin agobio la prueba del bloqueo político, cumpliendo el papel que le otorga la Constitución. El Rey recibió con alivio la absolución de su hermana y la condena a seis años de cárcel de su cuñado, Iñaki Urdangarin.

Letizia han estabilizado la institución monárquica, superando su crisis de reputación. El consenso de todas las fuerzas políticas en torno a la Corona se ha mantenido intacto. Incluso Podemos, que refuta el sistema político de 1978, asume la Monarquía sin aspavientos y sin reclamar una consulta sobre la forma de Estado. A lo que no es ajeno el esfuerzo que ha hecho el Rey por mantener una interlocución fluida y normal con Pablo Iglesias.

Tres años después, aquella España del sobresalto ha recuperado la normalidad institucional y la amenaza externa contra el sistema político ha sido incorporada a las instituciones. La contribución de la nueva Monarquía a la recuperación de la normalidad ha sido decisiva.

 
ASUNTOS INTERNOS
Del Rey del carisma al Rey de la prudencia

LUCÍA MÉNDEZ
3 jun. 2017

14964335585482.jpg

Felipe VI, junto a su padre Juan Carlos I, ayer en Pontevedra, durante los actos por el 300 aniversario de la Real Compañía de Guardiamarinas. CASA DE S.M. EL REY


España se sobresaltó hace tres años con una noticia inédita en muchos siglos: la abdicación del Rey Don Juan Carlos en su hijo Felipe, después de 39 años en el trono. El escándalo de corrupción protagonizado por su yerno, Iñaki Urdangarin, y el episodio poco ejemplar de la cacería en Botsuana -con graves consecuencias para el delicado estado de salud de Don Juan Carlos- minaron la buena imagen del Monarca ante los españoles y acabaron afectando al prestigio de la propia institución que él encarnaba. En aquel mes de junio de 2014, asomaba por el horizonte una crisis del sistema político que se palpaba ya en un aumento de la indignación social motivada por los padecimientos económicos y la corrupción. Las elecciones europeas fueron el detonante del cambio, con la aparición de nuevas fuerzas políticas -sobre todo Podemos, pero también Ciudadanos- y marcaron el comienzo del fin de la hegemonía total del bipartidismo.

Algo se barruntaba en el horizonte y no era algo bueno para la estabilidad del país ni de la Jefatura del Estado. La Monarquía española -que, a diferencia de los partidos políticos, piensa en siglos y no en legislaturas- supo entonces que tenía que proceder a un relevo y agradecerle los muchos servicios prestados a Juan Carlos I. Su hijo, el Príncipe de Asturias, estaba preparado para asumir la Corona. O, por mejor decir, estaba listo para renovar y modernizar la Monarquía española, que permanecía anclada en la época que le otorgó la gran legitimidad de la que gozaba: la Transición. Mariano Rajoy al frente del Gobierno pilotó la sucesión en la Corona.


Tres años después de aquella despedida -que fue aceptada por Don Juan Carlos no sin amargura-, los dos protagonistas de la historia compartieron foto ayer en la Escuela Naval de Marín. El Rey quiso tener un gesto con su padre y le invitó a acompañarle en el 300 aniversario de la Real Compañía de Guardiamarinasel 2 de junio, precisamente la fecha de la abdicación. «Gracias, Majestad», le dijo ayer el hijo al padre en el brindis.

Felipe VI ha ido adaptando los usos de la Monarquía al "tiempo nuevo"

Desde que abandonó la Jefatura del Estado, Don Juan Carlos ha hecho lo que le ha mandado el Rey. Desde acudir a las tomas de posesión de los presidentes latinoamericanos hasta presenciar la final de la Champions en Cardiff. Su presencia institucional se ha reducido, sin embargo, a la mínima expresión. Por contra, ha disfrutado de su vida personal y de las aficiones que comparte con amigos de la misma edad o parecida. Se pasa de vez en cuando por un despacho acondicionado en el Palacio Real y sigue viajando mucho por todo el mundo. En los últimos meses, Don Juan Carlos -a quien no le gusta nada el mote de «emérito»- ha regresado a las fotos del álbum familiar.

Los españoles se han acostumbrado a la ausencia de Don Juan Carlos con la misma normalidad que a la presencia de Don Felipe. El Monarca del carisma ha dado paso al Monarca de la prudencia. El Rey que se metía en política para deshacer todo tipo de entuertos ha sido sustituido por el Rey discreto, sólido y maduro que ocupa la más alta magistratura del Estado sin dar que hablar más que lo imprescindible.

Felipe VI ha ido adaptando los usos y actividades de la Monarquía al «tiempo nuevo» que él mismo anunció en su discurso ante las Cortes. Limitó la Familia Real a los Reyes y sus hijas, rompió relaciones con su hermana Cristina y le retiró el Ducado de Palma por respaldar el comportamiento corrupto de su marido, estableció normas para la ejemplaridad de los funcionarios a su servicio y superó no sin agobio la prueba del bloqueo político, cumpliendo el papel que le otorga la Constitución. El Rey recibió con alivio la absolución de su hermana y la condena a seis años de cárcel de su cuñado, Iñaki Urdangarin.

Letizia han estabilizado la institución monárquica, superando su crisis de reputación. El consenso de todas las fuerzas políticas en torno a la Corona se ha mantenido intacto. Incluso Podemos, que refuta el sistema político de 1978, asume la Monarquía sin aspavientos y sin reclamar una consulta sobre la forma de Estado. A lo que no es ajeno el esfuerzo que ha hecho el Rey por mantener una interlocución fluida y normal con Pablo Iglesias.

Tres años después, aquella España del sobresalto ha recuperado la normalidad institucional y la amenaza externa contra el sistema político ha sido incorporada a las instituciones. La contribución de la nueva Monarquía a la recuperación de la normalidad ha sido decisiva.
lavado cerebral.jpg
Vaya lavado cerebral....
 
Gracias por las fotos. Solo me gustan los actos con militares por los militares, no por los gueyes. Creo que hacen una labor insustituible, sin los ejércitos los países no seríamos nada, sobre todo sin los militares de base, que son los que dan el callo y arriesgan la vida día a día. Y lo interesante que es conocer cómo funciona el estamento militar, la rutina de esos hombres y mujeres que lo dan todo por España, literalmente. En la foto que subes, se ve que el hijo se encuentra a gusto y relajado en la compañía del padre, nada que ver con cuando va con el "activo".
 
Qué cara de asco lleva el botijo.

Es un tipo desagradable.

No me extraña que se casara con una mariboñigas cualquiera.
Pues fíjate que acabo de escribir lo contrario. Yo lo veo contento y relajado, al revés que cuando va con el "activo". Quizá ya se haya arrepentido de su decisión.
 
Última edición:
Pues fíjate que acabo de escribir lo contrario. Yo lo veo contento y relajado, al revés que cuando va con el "activo". Quizá ya se haya arrepentido de su decisión.

Cuando la cuin no anda cerca Felipe VI no está tenso y muestra la mejor de sus sonrisas. Es tener a la parienta a su lado y tensionarse sólo de pensar en tener que soportar su desconocimiento del protocolo, sus ademanes de grandeza y sus miradas altivas....o algún comentario fuera de lugar.

Da gusto ver asi de relajado a Felipe VI junto a su padre en la Ría de Pontevedra. Compenetrados y risueños disfrutando de la brisa del mar.....cuando Campechano subió al barco y saludó a Cospedal se pudo ver a Felipe VI mirando la escena sonriente y con esa mirada de cariño que nos sale a todos cuando nuestro padre, ya anciano y con problemas de movilidad, está junto a uno esforzándose por subir al barco con su bastón.
 
Gracias por las fotos. Solo me gustan los actos con militares por los militares, no por los gueyes. Creo que hacen una labor insustituible, sin los ejércitos los países no seríamos nada, sobre todo sin los militares de base, que son los que dan el callo y arriesgan la vida día a día. Y lo interesante que es conocer cómo funciona el estamento militar, la rutina de esos hombres y mujeres que lo dan todo por España, literalmente. En la foto que subes, se ve que el hijo se encuentra a gusto y relajado en la compañía del padre, nada que ver con cuando va con el "activo".

Lo que no tiene perdón es que no hayan retransmitido semejante celebración en directo por televisión. El reconocimiento a 300 años de la Armada bien se merecía verlo en directo....
 
Por cierto unas colas impresionantes para subir al Juan Sebastián Elcano y al buque Juan Carlos I.....aquí quienes han conseguida subir al mayor buque de la Armada han quedado impresionados con sus dimensiones.
 
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