Evangelio del Día

Os deseo un buen inicio de semana.

Lunes 09 de Abril 2018.



Contenido:

1. El consejo del día

2. Las Lecturas de Hoy

3. Reflexión de las Lecturas

4. El Santo del Día.



El consejo de hoy, para nuestro crecimiento personal.


Hoy, en el «alégrate, llena de gracia» (Lc 1,28) oímos por primera vez el nombre de la Madre de Dios: María (segunda frase del arcángel Gabriel). Ella tiene la plenitud de la gracia y de los dones. Se llama así: "keharitoméne", «llena de gracia» (saludo del Ángel).

Quizás con 15 años y sola, María tiene que dar una respuesta que cambiará la historia entera de la humanidad. San Bernardo suplicaba: «Se te ofrece el precio de nuestra Redención. Seremos liberados inmediatamente, si tú dices sí. Todo el orbe está a tus pies esperando tu respuesta. Di tu palabra y engendra la Palabra Eterna». Dios espera una respuesta libre, y "La llena de gracia", representando a todos los necesitados de Redención, responde: "génoitó", hágase! Desde hoy ha quedado María libremente unida a la Obra de su Hijo, hoy comienza su Mediación. Desde hoy es Madre de los que son uno en Cristo (cf. Gal 3,28).

Benedicto XVI decía en un interview: «[Quisiera] despertar el ánimo de atreverse a decisiones para siempre: sólo ellas posibilitan crecer e ir adelante, lo grande en la vida; no destruyen la libertad, sino que posibilitan la orientación correcta. Tomar este riesgo —el salto a lo decisivo— y con ello aceptar la vida por entero, esto es lo que desearía trasmitir». María: ¡he aquí un ejemplo!

Tampoco San José queda al margen de los planes de Dios: él tiene que aceptar recibir a su esposa y dar nombre al Niño (cf. Mt 1,20s): Jesua, "el Señor salva". Y lo hace. ¡Otro ejemplo!

La Anunciación revela también a la Trinidad: el Padre envía al Hijo, encarnado por obra del Espíritu Santo. Y la lglesia canta: «La Palabra Eterna toma hoy carne por nosotros». Su obra redentora —Navidad, Viernes Santo, Pascua— está presente en esta semilla. Él es Emmanuel, «Dios con nosotros» (Is 7,15). ¡Alégrate humanidad!

Las fiestas de San José y de la Anunciación nos prepararan admirablemente para celebrar los Misterios Pascuales.


"Lo que el árbol tiene de flor, viene de lo que en su raíz tiene enterrado". La boca habla de lo que tiene en su corazón.

Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad. Salmo 39.


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EVANGELIO DE HOY


Anunciación del Señor.



Primera lectura: Isaías 7,10-14;8,10
Mirad: la virgen está encinta.

En aquel tiempo, el Señor habló a Acaz: "Pide una señal al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo." Respondió Acaz: "No la pido, no quiero tentar al Señor." Entonces dijo Dios: "Escucha, casa de David: ¿No os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal: Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa "Dios-con-nosotros"." Palabra de Dios.

Salmo responsorial: 39
R/.Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, y, en cambio, me abriste el oído; no pides sacrificio expiatorio, entonces yo digo: "Aquí estoy." R.
"-Como está escrito en mi libro- para hacer tu voluntad." Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas. R.
He proclamado tu salvación ante la gran asamblea; no he cerrado los labios: Señor, tú lo sabes. R.
No me he guardado en el pecho tu defensa, he contado tu fidelidad y tu salvación, no he negado tu misericordia y tu lealtad ante la gran asamblea. R.

Segunda lectura: Hebreos 10,4-10
Está escrito en el libro: "Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad”.

Hermanos: Es imposible que la sangre de los toros y de los machos cabríos quite los pecados. Por eso, cuando Cristo entró en el mundo dijo: "Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, pero me has preparado un cuerpo; no aceptas holocaustos ni víctimas expiatorias. Entonces yo dije lo que está escrito en el libro: "Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad."" Primero dice: "No quieres ni aceptas sacrificios ni ofrendas, holocaustos ni víctimas expiatorias", que se ofrecen según la Ley. Después añade: "Aquí estoy yo para hacer tu voluntad." Niega lo primero, para afirmar lo segundo. Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre. Palabra de Dios.

SANTO EVANGELIO: Lucas 1,26-38
Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo.

A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo." Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: "No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin." Y María dijo al ángel: "¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?" El ángel le contestó: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible." María contestó: "Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra." Y la dejó el ángel. Palabra del Señor."

http://www.aciprensa.com/calendario2010







Reflexión


El calendario litúrgico romano restableció la denominación de anunciación del Señor, «celebración que era y es fiesta conjunta de Cristo y de la Virgen: del Verbo que se hace Hijo de María y de la Virgen que se convierte en madre de Dios» (Marialis cultus, 6).



Para nuestro modo “científico” de entender la verdad, el relato de San Lucas de la Anunciación es muy difícil de “comprender”, porque nuestra comprensión de las cosas está determinada por la necesidad de la “prueba”, la demostración fáctica; no así para el oriental, para ellos una verdad no requiere (por lo menos a la época bíblica) todo lo que nosotros hoy requerimos; basta con que lo enseñe un maestro, una persona de autoridad en la comunidad, y se le cree.

En esa medida, la comunidad de Lucas no tiene ningún reparo en aceptar que el origen de su Señor necesariamente tenía que ser divino; no coincide con el origen espectacularista del oficialismo judío, pero sí coincide con las esperanzas de los empobrecidos, los humildes y sencillos, y porque coincide con esas expectativas, proviene de una mujer miembro de ese colectivo, mas no concebido como todos, sino como obra del mismo Dios; en tal medida, María no tenía que ser fecundada por un varón humano, su fecundación es obra de Dios mismo, fuente y plenitud de la vida que no necesita ningún medio humano, pero que no obstante, incluye el medio humano para realizar su gesto de acercamiento y acogida a sus criaturas .


Si verdaderamente queremos mostrarnos como testigos y seguidores de Cristo necesitamos, como ellos, pedir continuamente esta fuerza de lo Alto. La oración tiene el poder de fortalecer nuestra voluntad para que en todo momento podamos portarnos, pensar y hablar como auténticos cristianos. Darnos el tiempo para orar e invita a unirnos a los que viven cerca.


Abramos nuestro corazón a la acción del Espíritu. Seamos conscientes que la muerte no reina más en nosotros y dejemos que el Espíritu Santo crezca y conduzca nuestra vida.


Oratio: Señor, concédeme anunciar tu palabra con valor. Que tu gracia llegue hasta los que me rodean para que todos vean que eres grande y poderoso para curar sus vidas, que sea yo un signo para los demás, pero sobre todo, que sea un santo siervo tuyo, Jesús

Actio: Hoy le hablaré a tres personas de la generosidad de Dios en mi vida


http://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/evangelio.a




San Lorenzo de Irlanda
Arzobispo


San Lorenzo nació en Irlanda hacia el año 1128, de la familia O’Toole que era dueña de uno de los más importantes castillos de esa época.

Cuando el niño nació, su padre dispuso pedirle a un conde enemigo que quisiera ser padrino del recién nacido. El otro aceptó y desde entonces estos dos condes (ahora compadres) se hicieron amigos y no lucharon más el uno contra el otro.


Cuando lo llevaban a bautizar, apareció en el camino un poeta religioso y preguntó qué nombre le iban a poner al niño. Le dijeron un nombre en inglés, pero él les aconsejó: "Pónganle por nombre Lorenzo, porque este nombre significa: ‘coronado de laureles por ser vencedor’, y es que el niño va a ser un gran vencedor en la vida". A los papás les agradó la idea y le pusieron por nombre Lorenzo y en verdad que fue un gran vencedor en las luchas por la santidad.


Cuando el niño tenía diez años, un conde enemigo de su padre le exigió como condición para no hacerle la guerra que le dejara a Lorenzo como rehén. El Sr. O’Toole aceptó y el jovencito fue llevado al castillo de aquel guerrero. Pero allí fue tratado con crueldad y una de las personas que lo atendían fue a comunicar la triste noticia a su padre y este exigió que le devolvieran a su hijo. Como el tirano no aceptaba devolverlo, el Sr. O’Toole le secuestró doce capitanes al otro guerrero y puso como condición para entregarlos que le devolvieran a Lorenzo. El otro aceptó pero llevó al niño a un monasterio, para que apenas entregaran a los doce secuestrados, los monjes devolvieran a Lorenzo.

Y sucedió que al jovencito le agradó inmensamente la vida del monasterio y le pidió a su padre que lo dejara quedarse a vivir allí, porque en vez de la vida de guerras y batallas, a él le agradaba la vida de lectura, oración y meditación. El buen hombre aceptó y Lorenzó llegó a ser un excelente monje en ese monasterio.


Su comportamiento en la vida religiosa fue verdaderamente ejemplar. Dedicadísimo a los trabajos del campo y brillante en los estudios. Fervoroso en la oración y exacto en la obediencia. Fue ordenado sacerdote y al morir el superior del monasterio los monjes eligieron por unanimidad a Lorenzo como nuevo superior.


Por aquellos tiempos hubo una tremenda escasez de alimentos en Irlanda por causa de las malas cosechas y las gentes hambrientas recorrían pueblos y veredas robando y saqueando cuanto encontraban. El abad Lorenzo salió al encuentro de los revoltosos, con una cruz en alto y pidiendo que en vez de dedicarse a robar se dedicaran a pedir a Dios que les ayudara. Las gentes le hicieron caso y se calmaron y él, sacando todas las provisiones de su inmenso monasterio las repartió entre el pueblo hambriento. La caridad del santo hizo prodigios en aquella situación tan angustiada.


En el año 1161 falleció el arzobispo de Dublín (capital de Irlanda) y clero y pueblo estuvieron de acuerdo en que el más digno para ese cargo era el abad Lorenzo. Tuvo que aceptar y, como en todos los oficios que le encomendaban, en este cargo se dedicó con todas sus fuerzas a cumplir sus obligaciones del modo más exacto posible. Lo primero que hizo fue tratar de que los templos fueran lo más bellos y bien presentados posibles. Luego se esforzó porque cada sacerdote se esmerara en cumplir lo mejor que le fuera posible sus deberes sacerdotales. Y en seguida se dedicó a repartir limosnas con gran generosidad.


Cada día recibía 30, 40 o 60 menesterosos en su casa episcopal y él mismo les servía la comida. Todas las ganancias que obtenía como arzobispo las dedicaba a ayudar a los más necesitados.

En el año 1170 los ejércitos de Inglaterra invadieron a Irlanda llenando el país de muertes, de crueldad y de desolación. Los invasores saquearon los templos católicos, los conventos y llenaron de horrores todo el país. El arzobispo Lorenzo hizo todo lo que pudo para tratar de detener tanta maldad y salvar la vida y los bienes de los perseguidos. Se presentó al propio jefe de los invasores a pedirle que devolviera los bienes a la Iglesia y que detuviera el pillaje y el saqueo. El otro por única respuesta le dio una carcajada de desprecio. Pero pocos días después murió repentinamente. El sucesor tuvo temor y les hizo mucho más caso a las palabras y recomendaciones del santo.


El arzobispo trató de organizar la resistencia pero viendo que los enemigos eran muy superiores, desistió de la idea y se dedicó con sus monjes a reconstruir los templos y los pueblos y se fue a Inglaterra a suplicarle al rey invasor que no permitiera los malos tratos de sus ejércitos contra los irlandeses.


Estando en Londres de rodillas rezando en la tumba de Santo Tomás Becket (un obispo inglés que murió por defender la religión) un fanático le asestó terribilísima pedrada en la cabeza. Gravemente herido mandó traer un poco de agua. La bendijo e hizo que se la echaran en la herida de la cabeza, y apenas el agua llegó a la herida, cesó la hemorragia y obtuvo la curación.


El Papa Alejandro III nombró a Lorenzo como su delegado especial para toda Irlanda, y él, deseoso de conseguir la paz para su país se fue otra vez en busca del rey de Inglaterra a suplicarle que no tratara mal a sus paisanos. El rey no lo quiso atender y se fue para Normandía. Y hasta allá lo siguió el santo, para tratar de convencerlo, pero a causa del terribilísimo frío y del agotamiento producido por tantos trabajos, murió allí en Normandía en 1180 al llegar a un convento. Cuando el abad le aconsejó que hiciera un testamento, respondió: "Dios sabe que no tengo bienes ni dinero porque todo lo he repartido entre el pueblo.


Ay, pueblo mío, víctima de tantas violencias ¿Quién logrará traer la paz?". Seguramente desde el cielo debe haber rezado mucho por su pueblo, porque Irlanda ha conservado la religión y la paz por muchos siglos. Estos son los verdaderos patriotas, los que como San Lorenzo de Irlanda emplean su vida toda por conseguir el bien y la paz para sus conciudadanos. Dios nos envíe muchos patriotas como él.


Dichosos los que buscan la paz porque serán llamados hijos de Dios. (Jesucristo).

http://www.ewtn.com/spanish/Saints/índice_cronológico_

¡JESUS, EN TI CONFIO!


Jesús, María, os amo, salvad almas”

¡San Miguel, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros!

¡San Rafael, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros!

¡San Gabriel, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros!

BENDICIONES !!!
 
Martes 10 de Abril 2018.



Contenido:

1. El consejo del día

2. Las Lecturas de Hoy

3. Reflexión de las Lecturas

4. El Santo del Día.



El consejo de hoy, para nuestro crecimiento personal.


El evangelio de hoy es la continuación de un interesante dialogo entre Jesús y Nicodemo, un jefe del grupo de los fariseos que está muy inquieto por saber si Jesús es el Mesías. A las personas como Nicodemo, auténticas representantes de la forma de ser y pensar de su tiempo, hay que precisarles que sólo a través de la toma de conciencia es posible el encuentro con Dios, porque sólo esa toma de conciencia -lo que también se llama cielo- viene a ser la presencia permanente del Padre en las personas.

La fuerza del Espíritu, como la propone Jesús, es necesario rescatarla para salir del apaciguamiento aletargante y ser más en el Señor; porque sólo con ella se hace posible el advenimiento del reino, y porque sólo así somos capaces de apartarnos de las prácticas egoístas generadoras de opresión y muerte para nuestros hermanos.

Captar la acción del Espíritu Santo es, entonces, contar con la sensibilidad suficiente para comprender el querer de Dios e incorporarlo en prácticas de vida que encarnen los valores del Evangelio. Lejos de todo intimismo o espiritualismo, la acción del Espíritu se traduce en una vida personal y comunitaria comprometida con las causas de los elegidos de Dios.

Pidamos al Padre Dios que nos acompañe en la tarea de comprender los signos de los tiempos y nos permita diseñar, como comunidades cristianas, prácticas concretas en favor de la vida, la justicia y la paz..



El Señor reina, vestido de majestad, el Señor, vestido y ceñido de poder. Salmo 92.



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EVANGELIO DE HOY



Primera lectura: Hechos 4,32-37.
Todos pensaban y sentían lo mismo.

En el grupo de los creyentes todos pensaban y sentían lo mismo: lo poseían todo en común y nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía. Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor. Y Dios los miraba a todos con mucho agrado. Ninguno pasaba necesidad, pues los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles; luego se distribuía según lo que necesitaba cada uno. José, a quien los apóstoles apellidaron Bernabé, que significa Consolado, que era levita y natural de Chipre, tenía un campo y lo vendió; llevó el dinero y lo puso a disposición de los apóstoles. Palabra de Dios.

R/.Salmo responsorial: 92.
R/.El Señor reina, vestido de majestad
.
El Señor reina, vestido de majestad, el Señor, vestido y ceñido de poder. R.

Así está firme el orbe y no vacila. Tu trono está firme desde siempre, y tú eres eterno. R.

Tus mandatos son fieles y seguros; la santidad es el adorno de tu casa, Señor, por días sin término. R.

SANTO EVANGELIO: Juan 3, 5a. 7b-15
Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre
.

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: "Tenéis que nacer de nuevo; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu." Nicodemo le preguntó: "¿Cómo puede suceder eso?" Le contestó Jesús: "Y tú, el maestro de Israel, ¿no lo entiendes? Te lo aseguro, de lo que sabemos hablamos; de lo que hemos visto damos testimonio, y no aceptáis nuestro testimonio. Si no creéis cuando os hablo de la tierra, ¿cómo creeréis cuando os hable del cielo? Porque nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna." Palabra del Señor."

http://www.aciprensa.com/calendario2010







Reflexión

REFLEXION DE LA PRIMERA LECTURA: En una ocasión decía Jesús: "Quien encuentra la perla preciosa, vende todo para poder comprarla". Ésta es la gran realidad que vivían y que viven los que descubren lo que significa en realidad POSEER EL ESPÍRITU.

La felicidad, la paz y el gozo que Dios regala al hombre no tienen ni precio ni comparación, por lo que la libertad que se experimenta lleva al hombre a cambiar su valoración no sólo sobre los bienes, sino sobre las mismas personas. Para el cristiano que deja que Dios tenga verdaderamente un espacio en su corazón, las cosas son solo instrumentos para la construcción del Reino y para el uso de aquellos que los necesitan.

Por ello, la idea de atesorar es totalmente contraria al Evangelio. Y es que cuando el amor penetra en el corazón del hombre se acaba la idea de lo "mío" y lo "tuyo" para dar cabida a lo "NUESTRO". Si queremos que la situación de miseria que flagela nuestra sociedad se termine, es necesario que tú y yo abramos el corazón a la fuerza del amor de Jesús Resucitado.



REFLEXION DEL SANTO EVANGELIO: La misma dificultad que encontraba Nicodemo para entender lo que Jesús le decía es la que encuentran los que, aun siendo bautizados, no tienen una oración asidua y un trato frecuente con la Escritura.

Buscan entender lo que está escrito por el Espíritu, con la pobreza de la inteligencia humana, dando como resultado la incredulidad, la duda y generalmente muchos errores. En cambio, con la persona que es asidua a la oración, Dios puede establecer un verdadero diálogo interior, diálogo espiritual que se traduce en luz para toda la vida. Dios ha trazado un proyecto maravilloso para la humanidad; un proyecto en donde Dios tiene una participación activa iluminando el camino, fortaleciéndonos y, en ocasiones, actuando de manera prodigiosa.

Tengamos tiempo para Dios, convirtámonos en verdaderos hombres y mujeres de oración, esto abrirá nuestra inteligencia no sólo al misterio de Dios, sino a nuestro propio misterio. Si no entiendes muchos de los misterios de Dios, es quizás porque te está faltando un poco de intimidad con EL. Anímate, el Señor quiere iluminarte y tener un encuentro profundo contigo.


Oratio: Señor, dame de tu Espíritu Santo, para que sane mi fiebre de poseer y que satisfaga mi alma y corazón. Que tu Espíritu, Señor, me haga sentir la plenitud de tu presencia en mí y por ese motivo yo me abra generosamente a mis hermanos.

Actio: Este día tomaré de lo mío, lo que me sirve, como alimentos, ropa o algún otro bien, y lo compartiré con un desconocido necesitado.


Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro.

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Los Mártires Colombianos de la
Comunidad de San Juan de Dios



Desde 1934 estalló en España una horrorosa persecución contra los católicos, por parte de los comunistas y masones y de la extrema izquierda. Por medio del fraude y de toda clase de trampas fueron quitándoles a los católicos todos los puestos públicos. En las elecciones, tuvo el partido católico medio millón de votos más que los de la extrema izquierda, pero al contabilizar tramposamente los votos, se les concedieron 152 curules menos a los católicos que a los izquierdistas.


La persecución anticatólica se fue volviendo cada vez más feroz y terrorífica. En pocos meses de 1936 fueron destruidos en España más de mil templos católicos y gravemente averiados más de dos mil.

Desde 1936 hasta 1939, los comunistas españoles asesinaron a 4,100 sacerdotes seculares; 2,300 religiosos; 283 religiosas y miles y miles de laicos. Todos por la sola razón de pertenecer a la Iglesia Católica.

Las comunidades que más mártires tuvieron fueron: Padres Claretianos: 270. Padres Franciscanos 226. Hermanos Maristas 176. Hermanos Cristianos 165. Padres Salesianos 100. Hermanos de San Juan de Dios 98.


En 1936 los católicos se levantaron en revolución al mando del General Francisco Franco y después de tres años de terribilísima guerra lograron echar del gobierno a los comunistas y anarquistas anticatólicos, pero estos antes de abandonar las armas y dejar el poder cometieron la más espantosa serie de asesinatos y crueldades que registra la historia. Y unas de sus víctimas fueron los siete jóvenes colombianos, hermanos de la Comunidad de San Juan de Dios, que estaban estudiando y trabajando en España.


Eran de origen campesino o de pueblos religiosos y piadosos. Muchachos que se habían propuesto desgastar su vida en favor de los que padecían enfermedades mentales, en la comunidad que San Juan de Dios fundó para atender a los enfermos más abandonados. La Comunidad los había enviado a España a perfeccionarse en el arte de la enfermería y ellos deseaban emplear el resto de su vida en ayudar de la mejor manera posible a que los enfermos recobraran su salud mental y física y sobre todo su salud espiritual por medio de la conversión y del progreso en virtud y santidad.


Sus nombres eran: Juan Bautista Velásquez, de Jardín (Antioquía) 27 años. Esteban Maya, de Pácora Caldas, 29 años. Melquiades Ramírez de Sonsón (Antioquía) 27 años. Eugenio Ramírez, de La Ceja (Antioquía) 23 años. Rubén de Jesús López, de Concepción (Antioquía) 28 años. Arturo Ayala, de Paipa (Boyacá) 27 años y Gaspar Páez Perdomo de Tello (Huila) 23 años.


Hacía pocos años que habían entrado en la Congregación y en España sólo llevaban dos años de permanencia. Hombre totalmente pacíficos que no buscaban sino hacer el bien a los más necesitados. No había ninguna causa para poderlos perseguir y matar, excepto el que eran seguidores de Cristo y de su Santa Religión. Y por esta causa los mataron.


Estos religiosos atenían una casa para enfermos mentales en Ciempozuelos cerca de Madrid, y de pronto llegaron unos enviados del gobierno comunista español (dirigido por los bolcheviques desde Moscú) y les ordenaron abandonar aquel plantel y dejarlo en manos de unos empleados marxistas que no sabían nada de medicina ni de dirección de hospitales pero que eran unas fieras en anticleralismo.


A los siete religiosos se los llevaron prisioneros a Madrid.

Cuando al embajador colombiano le contaron la noticia, pidió al gobierno que a estos compatriotas suyos por ser extranjeros los dejaran salir en paz del país, y les envió unos pasaportes y unos brazaletes tricolores para que los dejaran salir libremente. Y el Padre Capellán de las Hermanas Clarisas de Madrid les consiguió el dinero para que pagaran el transporte hacia Colombia, y así los envió en un tren a Barcelona avisándole al cónsul colombiano de esa ciudad que saliera a recibirlos. Pero en el tiquete de cada uno los guardas les pusieron una señal especial para que los apresaran.


El Dr. Ignacio Ortiz Lozano, Cónsul colombiano en Barcelona describió así en 1937 al periódico El Pueblo de San Sebastián cómo fueron aquellas jornadas trágicas: "Este horrible suceso es el recuerdo más doloroso de mi vida. Aquellos siete religiosos no se dedicaban sino al servicio de caridad con los más necesitados. Estaban a 30 kilómetros de Madrid, en Ciempozuelos, cuidando locos. El día 7 de agosto de 1936 me llamó el embajador en Madrid (Dr. Uribe Echeverry) para contarme que viajaban con un pasaporte suyo en un tren y para rogarme que fuera a la estación a recibirlos y que los tratara de la mejor manera posible. Yo tenía ya hasta 60 refugiados católicos en mi consulado, pero estaba resuelto a ayudarles todo lo mejor que fuera posible. Fui varias veces a la estación del tren pero nadie me daba razón de su llegada. Al fin un hombre me dijo: "¿Usted es el cónsul de Colombia? Pues en la cárcel hay siete paisanos suyos".


Me dirigí a la cárcel pero me dijeron que no podía verlos si no llevaba una recomendación de la FAI (Federación Anarquista Española). Me fui a conseguirla, pero luego me dijeron que no los podían soltar porque llevaban pasaportes falsos. Les dije que el embajador colombiano en persona les había dado los pasaportes. Luego añadieron que no podían ponerlos en libertad porque la cédula de alguno de ellos estaba muy borrosa (Excusas todas al cual más de injustas y mentirosas, para poder ejecutar su crimen. La única causa para matarlos era que pertenecían a la religión católica). Cada vez me decían "venga mañana". Al fin una mañana me dijeron: "Fueron llevados al Hospital Clínico". Comprendí entonces que los habían asesinado. Fue el 9 de agosto de 1936.


Aterrado, lleno de cólera y de dolor exigí entonces que me llevaran a la morgue o depósito de cadáveres, para identificar a mis compatriotas sacrificados.

En el sótano encontré más de 120 cadáveres, amontonados uno sobre otro en el estado más impresionante que se puede imaginar. Rostros trágicos. Manos crispadas. Vestidos deshechos. Era la macabra cosecha que los comunistas habían recogido ese día.


Me acerqué y con la ayuda de un empleado fui buscando a mis siete paisanos entre aquel montón de cadáveres. Es inimaginable lo horrible que es un oficio así. Pero con paciencia fui buscando papeles y documentos hasta que logré identificar cada uno de los siete muertos. No puedo decir la impresión de pavor e indignación que experimenté en presencia de este espectáculo. Los ojos estaban desorbitados. Los rostros sangrantes. Los cuerpos mutilados, desfigurados, impresionantes. Por un rato los contemplé en silencio y me puso a pensar hasta qué horrores de crueldad llega la fiera humana cuando pierde la fe y ataca a sus hermanos por el sólo hecho de que ellos pertenecen a la santa religión.


Redacté una carta de protesta y la envié a las autoridades civiles. Después el gobierno colombiano protestó también, pero tímidamente, por temor a disgustar aquel gobierno de extrema izquierda.

En aquellos primero días de agosto de 1936, Colombia y la Comunidad de San Juan de Dios perdieron para esta tierra a siete hermanos, pero todos los ganamos como intercesores en el cielo. En cada uno de ellos cumplió Jesús y seguirá cumpliendo, aquella promesa tan famosa: "Si alguno se declara a mi favor ante la gente de esta tierra, yo me declararé a su favor ante los ángeles del cielo".


Estos son los primeros siete beatos colombianos. Los beatificó el Papa Juan Pablo II en 1992. Y ojalá sean ellos los primeros de una larguísima e interminable serie de amigos de Cristo que lo aclamen con su vida, sus palabras y sus buenas obras en este mundo y vayan a hacerle compañía para siempre en el cielo.

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¡JESUS, EN TI CONFIO!


Jesús, María, os amo, salvad almas”

¡San Miguel, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros!

¡San Rafael, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros!

¡San Gabriel, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros!

BENDICIONES !!!
 
miércoles 11 Abril 2018
Miércoles de la segunda semana de Pascua

Santa Gema Galgani, San Estanislao Cracovia, San Antipas

Leer el comentario del Evangelio por
Santiago de Saroug : “Dios separó la luz de las tinieblas” (Gn 1,4)

Juan 3,16-21.
Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.»
El que cree en él, no es condenado; el que no cree, ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.
En esto consiste el juicio: la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas.
Todo el que obra mal odia la luz y no se acerca a ella, por temor de que sus obras sean descubiertas.
En cambio, el que obra conforme a la verdad se acerca a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras han sido hechas en Dios.




Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por :

Santiago de Saroug (c. 449-521), monje y obispo sirio
Hexamerón: Homilías para el primero y segundo día

“Dios separó la luz de las tinieblas” (Gn 1,4)
Mientras los ángeles, en su asombro, no se atrevían a preguntar nada, se oyó la voz de Dios: “¡Que exista la luz!” (Gn 1,3). Y separó la luz de las tinieblas… Esto fue el domingo, el primero de los días, el primer nacido entre sus hermanos, el día cargado de misterios y de símbolos. Dios había creado dos mellizos que no se parecían en nada: la noche enteramente oscura, y el día lleno de claridad. La noche era la mayor, pero el día alejó a la noche y ocupo su sitio.

Este primer día, este fundamento de la creación, no transcurrió hora tras hora; la luz no salió al Oriente para apagarse en Occidente… No sufrió ningún cambio, pero fue, según está escrito: “Y la luz existió”. Es así que nació un día, formado de noche y de luz; se sucedieron la noche y la mañana… Entonces Dios retiró al primer día y llamó al segundo. Colocó las noches y las mañanas sobre sus goznes para que pudiera rodar la gran puerta, la cual cada día se abre y se cierra.
 
Perdonad la tardanza y por no haber subido el Evangelio del jueves.
Os deseo un feliz finde semana.

viernes 13 Abril 2018

Vienres de la segunda semana de Pascua

San Martín I, Beata Margherita da Città di Castello

Leer el comentario del Evangelio por
San Agustín : “Jesús se dio cuenta de que pretendían proclamarlo rey. Entonces se retiró de nuevo a la montaña, él solo.”

Juan 6,1-15.
Jesús atravesó el mar de Galilea, llamado Tiberíades.
Lo seguía una gran multitud, al ver los signos que hacía curando a los enfermos.
Jesús subió a la montaña y se sentó allí con sus discípulos.
Se acercaba la Pascua, la fiesta de los judíos.
Al levantar los ojos, Jesús vio que una gran multitud acudía a él y dijo a Felipe: "¿Dónde compraremos pan para darles de comer?".
El decía esto para ponerlo a prueba, porque sabía bien lo que iba a hacer.
Felipe le respondió: "Doscientos denarios no bastarían para que cada uno pudiera comer un pedazo de pan".
Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo:
"Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos pescados, pero ¿qué es esto para tanta gente?".
Jesús le respondió: "Háganlos sentar". Había mucho pasto en ese lugar. Todos se sentaron y eran uno cinco mil hombres.
Jesús tomó los panes, dio gracias y los distribuyó a los que estaban sentados. Lo mismo hizo con los pescados, dándoles todo lo que quisieron.
Cuando todos quedaron satisfechos, Jesús dijo a sus discípulos: "Recojan los pedazos que sobran, para que no se pierda nada".
Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos que sobraron de los cinco panes de cebada.
Al ver el signo que Jesús acababa de hacer, la gente decía: "Este es, verdaderamente, el Profeta que debe venir al mundo".
Jesús, sabiendo que querían apoderarse de él para hacerlo rey, se retiró otra vez solo a la montaña.




Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por :

San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la Iglesia
Sermones sobre el evangelio de San Juan, 25,2

“Jesús se dio cuenta de que pretendían proclamarlo rey. Entonces se retiró de nuevo a la montaña, él solo.”
¿Por qué hacerle rey? ¿No era rey, él que se dio cuenta de que le querían hacer rey? Sí, era rey. Pero no un rey como los hacen los hombres. Era un rey que da el poder a los hombres para reinar. Quizá Jesús nos quiere dar aquí una lección, él que suele convertir sus acciones en enseñanzas... Tal vez este “pretender proclamarlo rey” era adelantar el momento de su reino. En efecto, Jesús no había venido para reinar en este momento, lo hará en el momento que nosotros invocamos al decir: “que venga a nosotros tu reino”. Como Hijo de Dios, como Verbo de Dios, el Verbo por quien todo fue hecho, reina siempre con el Padre. Pero los profetas anunciaron también su reino como Cristo hecho hombre que reúne a sus fieles. Habrá, pues, un reino de cristianos, el reino que está establecido actualmente, que se prepara, que ha sido comprado con la sangre de Cristo.

Más tarde este reino se manifestará, cuando resplandecerá en sus santos, después del juicio pronunciado por Cristo. De este reino dijo el apóstol: “cuando Cristo entregue el reino a Dios Padre.” (1 Cor 15,24) Y el mismo Cristo dijo: “Venid, benditos de mi Padre, tomad posesión del reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.” (Mt 25,34) Pero los discípulos y la gente que creían en él se pensaban que venía para reinar en aquel momento. Era como querer anticipar su momento que él tenía escondido dentro de si para darlo a conocer y manifestar en el momento oportuno, al final de los tiempos.
 
sábado 14 Abril 2018
Sábado de la segunda semana de Pascua

San Valeriano Martir

Leer el comentario del Evangelio por
San Pedro Crisólogo : “La barca tocó tierra en seguida en el lugar adonde iban.”

Juan 6,16-21.
Al atardecer, sus discípulos bajaron a la orilla del mar
y se embarcaron, para dirigirse a Cafarnaún, que está en la otra orilla. Ya era de noche y Jesús aún no se había reunido con ellos.
El mar estaba agitado, porque soplaba un fuerte viento.
Cuando habían remado unos cinco kilómetros, vieron a Jesús acercarse a la barca caminando sobre el agua, y tuvieron miedo.
El les dijo: "Soy yo, no teman".
Ellos quisieron subirlo a la barca, pero esta tocó tierra en seguida en el lugar adonde iban.




Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por :

San Pedro Crisólogo (c. 406-450), obispo de Ravenna, doctor de la Iglesia
Sermón 50, 1.2.3; PL 52, 339-340)

“La barca tocó tierra en seguida en el lugar adonde iban.”
Cristo sube a una barca. ¿No era él que enjugó el mar, amontonando las aguas por ambos lados para que el pueblo de Israel pudiera pasara a pie enjuto como por un valle? (Ex 14,29) ¿No era él que hizo pasar a Pedro por encima de las aguas, haciendo que las olas formaran un suelo firme y sólido debajo de sus pies? (Mt 14,29)

Cristo sube a la barca. Cristo, para atravesar el mar de este mundo hasta el final de los tiempos, sube a la barca de su Iglesia para conducir a los que creen en él hasta la patria del cielo por una travesía apacible, y hacer de aquellos con quien compartió la condición humana, ciudadanos de su reino. Cristo, ciertamente, no tiene necesidad de la barca, pero la barca necesita a Cristo. Sin este timonero celestial, en efecto, la barca de la Iglesia, agitada por las olas, no llegaría nunca a puerto seguro.
 
domingo 15 Abril 2018
Tercer Domingo de Pascua

Damián de Molokai (Jozef De Veuster), Santa Basilisa Anastasia

Leer el comentario del Evangelio por
San Cirilo de Alejandría : « Miren mis manos y mis pies: soy yo»

Lucas 24,35-48.
Los discípulos, por su parte, contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
Todavía estaban hablando de esto, cuando Jesús se apareció en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes".
Atónitos y llenos de temor, creían ver un espíritu,
pero Jesús les preguntó: "¿Por qué están turbados y se les presentan esas dudas?
Miren mis manos y mis pies, soy yo mismo. Tóquenme y vean. Un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que yo tengo".
Y diciendo esto, les mostró sus manos y sus pies.
Era tal la alegría y la admiración de los discípulos, que se resistían a creer. Pero Jesús les preguntó: "¿Tienen aquí algo para comer?".
Ellos le presentaron un trozo de pescado asado;
él lo tomó y lo comió delante de todos.
Después les dijo: "Cuando todavía estaba con ustedes, yo les decía: Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos".
Entonces les abrió la inteligencia para que pudieran comprender las Escrituras,
y añadió: "Así estaba escrito: el Mesías debía sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer día,
y comenzando por Jerusalén, en su Nombre debía predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de los pecados.
Ustedes son testigos de todo esto."




Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por :

San Cirilo de Alejandría (380-444), obispo y doctor de la Iglesia
Comentario del Evangelio de san Juan (Trad. ©Evangelizo.org)

« Miren mis manos y mis pies: soy yo»
Entrando en el Cenáculo cuando todas las puertas estaban cerradas bajo llave, Cristo mostró una vez más que es Dios por naturaleza, pero que no es tan diferente de aquél que vivía antes con sus discípulos. Descubriendo su costado y mostrando la marca de los clavos, manifestaba la evidencia de que levantó el templo de su cuerpo que había sido suspendido en la cruz (Jn 2:19), destruyendo la muerte física, ya que por naturaleza él es la vida y es Dios…

Incluso si Cristo hubiera querido desplegar la gloria de su cuerpo ante los discípulos, antes de subir hacia el Padre, nuestros ojos no hubieran podido soportar verlo. Esto lo comprenderán fácilmente si se acuerdan de la transfiguración que había sido mostrada antes sobre la montaña (Mt 17:1s)…Es por esto que, con el fin de observar exactamente el plan divino, en el Cenáculo nuestro Señor Jesús se aparecía todavía bajo la forma que tenía antes, y no según la debida gloria que le corresponde a su templo transfigurado. Él no quería que la fe en la resurrección reposara sobre un aspecto y un cuerpo diferente de aquellos que había recibido de la santa Virgen y en los cuales murió después de haber sido crucificado según las Escrituras…

El Señor saluda a los discípulos diciendo: « Paz a ustedes». De esta manera declara que él mismo es la paz, pues aquellos que gozan de su presencia gozan también de un espíritu perfectamente apaciguado. Es justamente esto lo que san Pablo deseaba a los discípulos cuando les decía « Que la paz de Cristo que es mayor de lo que se puede imaginar, les guarde sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús» (Fil 4:7). Para san Pablo, la paz de Cristo, que supera todo lo que podemos imaginar, no es otra que su Espíritu (Jn 20:21-22); aquel que participa a su espíritu será colmado de todo bien.
 
Perdonad la falta de constancia, he estado muy liada estos días.
Un afectuoso saludo a mis queridos foreros.

martes 17 Abril 2018
Martes de la tercera semana de Pascua

Santa Kateri Tekakwitha

Leer el comentario del Evangelio por
San Juan Crisóstomo : « El verdadero pan venido del cielo»

Juan 6,30-35.

La gente dijo a Jesús: "¿Qué signos haces para que veamos y creamos en ti? ¿Qué obra realizas?
Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como dice la Escritura: Les dio de comer el pan bajado del cielo".
Jesús respondió: "Les aseguro que no es Moisés el que les dio el pan del cielo; mi Padre les da el verdadero pan del cielo;
porque el pan de Dios es el que desciende del cielo y da Vida al mundo".
Ellos le dijeron: "Señor, danos siempre de ese pan".
Jesús les respondió: "Yo soy el pan de Vida. El que viene a mí jamás tendrá hambre; el que cree en mí jamás tendrá sed.




Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por :

San Juan Crisóstomo (c. 345-407), presbítero en Antioquía, después obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia
Homilías sobre el Evangelio de san Juan, n°45 (Trad. ©Evangelizo.org)

« El verdadero pan venido del cielo»
Los judíos dicen: « Nuestros padres comieron el maná en el desierto». El Salvador hubiera podido responderles: «Vengo a hacer un milagro más grande que el de Moisés: yo, no tuve necesidad de un bastón, ni de la oración » (Ex 9:23; 17:9s); todo lo hice por mí mismo, por mi propia autoridad. Recuerdan el prodigio del maná; yo, ¿no les he dado pan en abundancia?» Pero no era el tiempo en ese entonces de hablar de esta manera. Jesús no pensaba más que en una cosa: atraerlos a él para que le pidiesen comida espiritual…: «Moisés no les dio el pan del cielo; es mi Padre quien da el verdadero pan del cielo»…

Ese pan que el Padre da, Jesucristo lo llama el pan verdadero. No es que el milagro del maná haya sido falso; pero el maná era una prefiguración de un pan superior y más maravilloso…:« El pan de Dios, es el pan que ha descendido del cielo y que da la vida al mundo»- al mundo entero y no solamente a los judíos. Ese pan no es solamente comida sino también vida, una vida diferente de ésta, es completamente otra vida: este pan da la verdadera vida…es Jesús esa vida porque él es el Verbo, la Palabra de Dios, al igual que aquí, en nuestras iglesias, se convierte en el pan del cielo al bajar el Santo Espíritu.
 
Querida Eleonora: nada que perdonarte, sólo agradecerte tu diaria entrega para nuestro beneficio espiritual. Un abrazo.

Perdonad la falta de constancia, he estado muy liada estos días.
Un afectuoso saludo a mis queridos foreros.

martes 17 Abril 2018
Martes de la tercera semana de Pascua

Santa Kateri Tekakwitha

Leer el comentario del Evangelio por
San Juan Crisóstomo : « El verdadero pan venido del cielo»

Juan 6,30-35.

La gente dijo a Jesús: "¿Qué signos haces para que veamos y creamos en ti? ¿Qué obra realizas?
Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como dice la Escritura: Les dio de comer el pan bajado del cielo".
Jesús respondió: "Les aseguro que no es Moisés el que les dio el pan del cielo; mi Padre les da el verdadero pan del cielo;
porque el pan de Dios es el que desciende del cielo y da Vida al mundo".
Ellos le dijeron: "Señor, danos siempre de ese pan".
Jesús les respondió: "Yo soy el pan de Vida. El que viene a mí jamás tendrá hambre; el que cree en mí jamás tendrá sed.




Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por :

San Juan Crisóstomo (c. 345-407), presbítero en Antioquía, después obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia
Homilías sobre el Evangelio de san Juan, n°45 (Trad. ©Evangelizo.org)

« El verdadero pan venido del cielo»
Los judíos dicen: « Nuestros padres comieron el maná en el desierto». El Salvador hubiera podido responderles: «Vengo a hacer un milagro más grande que el de Moisés: yo, no tuve necesidad de un bastón, ni de la oración » (Ex 9:23; 17:9s); todo lo hice por mí mismo, por mi propia autoridad. Recuerdan el prodigio del maná; yo, ¿no les he dado pan en abundancia?» Pero no era el tiempo en ese entonces de hablar de esta manera. Jesús no pensaba más que en una cosa: atraerlos a él para que le pidiesen comida espiritual…: «Moisés no les dio el pan del cielo; es mi Padre quien da el verdadero pan del cielo»…

Ese pan que el Padre da, Jesucristo lo llama el pan verdadero. No es que el milagro del maná haya sido falso; pero el maná era una prefiguración de un pan superior y más maravilloso…:« El pan de Dios, es el pan que ha descendido del cielo y que da la vida al mundo»- al mundo entero y no solamente a los judíos. Ese pan no es solamente comida sino también vida, una vida diferente de ésta, es completamente otra vida: este pan da la verdadera vida…es Jesús esa vida porque él es el Verbo, la Palabra de Dios, al igual que aquí, en nuestras iglesias, se convierte en el pan del cielo al bajar el Santo Espíritu.
 
miércoles 18 Abril 2018
Miércoles de la tercera semana de Pascua

Beato Andrés Hibernón,

Leer el comentario del Evangelio por
San Juan XXIII : “El que viene a mí no volverá a tener hambre.” (Jn 6,35)

Juan 6,35-40.

Jesús dijo a la gente: "Yo soy el pan de Vida. El que viene a mí jamás tendrá hambre; el que cree en mí jamás tendrá sed.
Pero ya les he dicho: ustedes me han visto y sin embargo no creen.
Todo lo que me da el Padre viene a mí, y al que venga a mí yo no lo rechazaré,
porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la de aquel que me envió.
La voluntad del que me ha enviado es que yo no pierda nada de lo que él me dio, sino que lo resucite en el último día.
Esta es la voluntad de mi Padre: que el que ve al Hijo y cree en él, tenga Vida eterna y que yo lo resucite en el último día".




Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por :

San Juan XXIII (1881-1963), papa
L'Osservatore Romano 20-09-1959

“El que viene a mí no volverá a tener hambre.” (Jn 6,35)
El problema económico es el problema terrible de nuestra época atormentada. El problema del pan de cada día, del bienestar, es la incertidumbre angustiosa que nos oprime en medio de las masas agitadas e insatisfechas, y por desgracia, a menudo hambrientas. Es un deber nuestro unir fuerzas, hacer los sacrificios necesarios según la doctrina católica sacada del evangelio y las instrucciones claras y solemnes de la Iglesia, para contribuir a la búsqueda de una solución justa para todos. Pero sería vano esforzándonos para llenar los estómagos de pan y satisfacer los otros apetitos a veces desenfrenados, si no llegamos a alimentar las almas con el pan de vida, pan auténtico, sustancial, divino: alimentarlas con este Cristo del que están hambrientas para que, gracias a él únicamente, sean capaces de continuar el camino “hasta llegar a la montaña del Señor” (lR 19,8)...

Sería en vano pedir a los economistas y a los gobiernos nuevas formas de vida social si uno se quisiera sustraer de la mirada dulce y maternal de María que nos sonríe con los brazos abiertos para acoger a todos sus hijos. Junto a ella, el orgullo se desvanece, los corazones se apaciguan en la santa poesía de la paz cristiana y del amor. Juntemos nuestros esfuerzos para que nunca se separe del corazón del hombre lo que Dios, en la doctrina católica y en la historia del mundo, ha unido de modo maravilloso: la eucaristía y la Virgen.
 
jueves 19 Abril 2018
Jueves de la tercera semana de Pascua

San León IX

Leer el comentario del Evangelio por
Concilio Vaticano II: “El pan que yo daré es mi carne, para la vida del mundo”

Juan 6,44-51.
Jesús dijo a la gente: "Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me envió; y yo lo resucitaré en el último día.
Está escrito en el libro de los Profetas: Todos serán instruidos por Dios. Todo el que oyó al Padre y recibe su enseñanza, viene a mí.
Nadie ha visto nunca al Padre, sino el que viene de Dios: sólo él ha visto al Padre.
Les aseguro que el que cree, tiene Vida eterna.
Yo soy el pan de Vida.
Sus padres, en el desierto, comieron el maná y murieron.
Pero este es el pan que desciende del cielo, para que aquel que lo coma no muera.
Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo".




Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por :

Concilio Vaticano II
Constitución sobre la Sagrada Liturgia (Sacrosanctum Concilium), 47-48

“El pan que yo daré es mi carne, para la vida del mundo”
Nuestro Salvador, en la última cena, la noche que le traicionaban, instituyó el sacrifico eucarístico de su cuerpo y sangre, con el cual iba a perpetuar por los siglos, hasta su vuelta, el sacrificio de la cruz, y a confiar así a su Esposa, la Iglesia, el memorial de su muerte y resurrección, sacramento de piedad, signo de unidad, vínculo de caridad, banquete pascual, en el cual se recibe como alimento a Cristo, el alma se llena de gracia y se nos da la prenda de la gloria venidera.

Por tanto, la Iglesia, con solícito cuidado, procura que los cristianos no asistan a este misterio de fe como extraños y mudos espectadores, sino que, comprendiéndolo bien a través de los ritos y oraciones, participen consciente, piadosa y activamente en la acción sagrada, sean instruidos con la Palabra de Dios, se fortalezcan en la mesa del Señor, den gracias a Dios, aprendan a ofrecerse a sí mismos al ofrecer la hostia inmaculada no sólo por manos del sacerdote, sino juntamente con él; se perfeccionen día a día por Cristo Mediador en la unión con Dios y entre sí, para que, finalmente, “Dios sea todo en todos” (1C 15,28).
 
viernes 20 Abril 2018
Viernes de la tercera semana de Pascua

Santa Inés Montepulciano

Leer el comentario del Evangelio por
San Juan María Vianney : « Ese don de Dios: la Misa»

Juan 6,52-59.
Los judíos discutían entre sí, diciendo: "¿Cómo este hombre puede darnos a comer su carne?".
Jesús les respondió: "Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán Vida en ustedes.
El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.
Porque mi carne es la verdadera comida y mi sangre, la verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él.
Así como yo, que he sido enviado por el Padre que tiene Vida, vivo por el Padre, de la misma manera, el que me come vivirá por mí.
Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron sus padres y murieron. El que coma de este pan vivirá eternamente".
Jesús enseñaba todo esto en la sinagoga de Cafarnaún.




Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por :

San Juan María Vianney (1786-1859), presbítero, cura de Ars
Pensamientos escogidos del santo Cura de Ars (Trad. ©Evangelizo.org)

« Ese don de Dios: la Misa»
Todas las buenas obras reunidas no pueden ser equivalentes al santo Sacrificio de la Misa, porque éstas son las obras de los hombres, y la Misa es la obra de Dios. El martirio, que es el sacrificio que el hombre hace a Dios de su vida tampoco puede compararse en nada a la Misa, que es el Sacrificio que Dios hace al hombre de su Cuerpo y de su Sangre.

Al emitir su voz el sacerdote, nuestro Señor desciende del cielo y se encierra en una pequeña hostia. Dios fija su mirada sobre el altar. «Está allí, exclama, mi Hijo amado, en quien me complazco» (Mt 3:17; Mt 17:5). A los méritos de la ofrenda de esta Victima, no puede rehusar nada.

¡Qué bello es esto! Después de la consagración, ¡el Buen Dios está allí como en el cielo!...Si el hombre conociera bien ese misterio, moriría de amor. Dios se muestra comprensivo a causa de nuestra debilidad.

¡Oh! si tuviéramos fe, si comprendiéramos el precio del santo Sacrificio, ¡tendríamos más celo al asistir!
 

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