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Yo creo que nadie critica el hecho de “enamorarse” en sí. Creo (y es una opinión personal) que lo que ha hecho de este tema motivo de debate son las formas.
Primero en el baile de fechas. Enrique Ponce tiene una relación de alrededor de dos años con una chica (en mi opinión) demasiado joven. Si fuera una “viceversa” pues da igual pero se vendió que era una joven muy centrada en sus estudios y de familia religiosa y nosequemás... pero ha resultado un poquito alejado de la realidad. Ni es discreta (miss almería, ig...) y se largó de viaje de novios a la temporada americana con un señor aún casado durante el curso.
Si su mujer lo sabía y había acuerdo de separación, estupendo. Publican un comunicado juntos diciendo que “no hay terceras personas” y todo bien.
Perooooo... hacen declaraciones en Sálvame. Ponce suelta “la otra parte” y su padre dice “la cosa no funcionaba”. Ese es el nivel.
Me parece muy cutre el siguiente desarrollo de la historia. Que no es lo mismo ser un cantante de rock y liarte con una modelo de Victoria Secret que ir de torero con valores cristianos y hacerte fotos encima de un cocodrilo.
Y las posteriores justificaciones. Que si la “biología masculina” no permite una relación de igual a igual entre un hombre y una mujers de 50 años y ellos necesitan “esparcir” su virilidad o que ella había privilegiado la estabilidad y los cuidados familiares a las salidas nocturnas donde el jefe cantaba y bailaba... pues hace difícil ver esto como un simple fin de matrimonio y posterior relación...
Pero que por supuesto que el amor se acaba y la gente podemos reenamorarnos.
Faltaría más.
Y ya ver por aquí que si frígida, lesbiana, aburrida... para justificar eso, pues me pondría del lado de Paloma...
Mira que lo siento porque es mi antítesis total en todo.
Pero él me parece un gañán.
Suscribo. Palabra por palabra.