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Espero que le pongan una pena alta. Supongo que se considerará asesinato y no homicidio (aparte de la violación).
Elisa Abruñedo
- AutorSamila222
- Fecha de inicio
La expareja del asesino confeso de Elisa Abruñedo lo denuncia por violación y malos tratos
La expareja del asesino confeso de Elisa Abruñedo lo denuncia por violación y malos tratos
La mujer esperó más de dos meses para revelar un caso de violencia que lleva el mismo juzgado que instruye el crimen
www.lavozdegalicia.es
La mujer esperó más de dos meses que convivía con Roger Serafín Rodríguez, el asesino confeso de la vecina de Cabanas Elisa Abruñedo, lo ha denunciado por malos tratos y por violación. Se trata de la misma mujer, originaria de Fene, que presenció el pasado 18 de octubre el registro en el piso de Narón que ambos compartían. Habían pasado seis horas desde que lo arrestaron por el crimen de la vecina de la comarca de Ferrol, cometido hace más de diez años.
Fuentes del caso explican que en un principio la mujer se mostró sorprendida ante el proceso que se le abría a su pareja sentimental. Sin embargo, a mediados del pasado mes de diciembre decidió interponer una denuncia contra él. Curiosamente este supuesto caso de violencia machista recae en el mismo juzgado que lleva el crimen de la vecina de Cabanas, el Juzgado de Instrucción número 2 de Ferrol, ya que también es el designado para violencia sobre la mujer.
Él declarará el 12 de marzo
Roger Serafín Rodríguez está en la prisión de Mansilla de las Mulas, en León, desde que se decretó su ingreso en la cárcel, dos días después de ser detenido y confesar el crimen de Elisa. Declarará por esta denuncia de maltrato el próximo 12 de marzo ante la jueza de esta sala. Eso sí, lo hará por videoconferencia. Tanto la fiscala como la jueza del caso ya han tenido ocasión de escuchar la versión de la denunciante. Ella detalló que él le profería insultos, entre otros tipos de maltrato, además de abusos sexuales. Cuando le preguntaron por qué tardó casi dos meses en denunciar esas agresiones se quedó en silencio. Optó por denunciar, según fuentes de la investigación, cuando abandonó la casa que compartían y de cuyos gastos pasaron a encargarse el hermano y el padre del detenido.
La mujer pidió medidas de protección, como alejamiento y prohibición de comunicación. Aunque el acusado apenas se comunica con nadie desde el penal leonés, donde ha comenzado a trabajar en distintas labores. Ni siquiera llama por teléfono al abogado que le tocó en el turno de oficio, Juan Pablo Barros, que también lo defenderá en este caso de violencia machista.
El pasado lunes estaba citada para declarar esta mujer, que inició una relación con Roger Serafín en torno al año 2015, apenas dos años después del crimen de Elisa Abruñedo. Hace poco más de un año que vivían en el piso de Narón. Fue la única testigo que no se ratificó en la declaración que hizo tras el arresto de su pareja, el 18 de octubre. Y sacó a la luz unos episodios de maltrato de los que nada se sabía.
Otra mujer
El juzgado también intentó citar a otra mujer que había tenido una relación con Roger, aunque finalmente no se pudo localizar para este trámite. Además, la jueza y la fiscala quisieron escuchar el relato de otra posible testigo: una vecina de Cabanas que pudo haber oído un grito el día del crimen. El primer lunes del mes, el pasado día 5 de febrero, comenzaron estas declaraciones para la instrucción del caso con los residentes de la parroquia de Lavandeira que, el 3 de septiembre del 2013, encontraron el cuerpo de Elisa Abruñedo. Ellos volvieron a explicar la misma versión y solo puntualizaron que acudieron a la zona donde la vieron por última vez en su paseo diario, a escasos metros de su casa.
Fuentes del caso explican que en un principio la mujer se mostró sorprendida ante el proceso que se le abría a su pareja sentimental. Sin embargo, a mediados del pasado mes de diciembre decidió interponer una denuncia contra él. Curiosamente este supuesto caso de violencia machista recae en el mismo juzgado que lleva el crimen de la vecina de Cabanas, el Juzgado de Instrucción número 2 de Ferrol, ya que también es el designado para violencia sobre la mujer.
Él declarará el 12 de marzo
Roger Serafín Rodríguez está en la prisión de Mansilla de las Mulas, en León, desde que se decretó su ingreso en la cárcel, dos días después de ser detenido y confesar el crimen de Elisa. Declarará por esta denuncia de maltrato el próximo 12 de marzo ante la jueza de esta sala. Eso sí, lo hará por videoconferencia. Tanto la fiscala como la jueza del caso ya han tenido ocasión de escuchar la versión de la denunciante. Ella detalló que él le profería insultos, entre otros tipos de maltrato, además de abusos sexuales. Cuando le preguntaron por qué tardó casi dos meses en denunciar esas agresiones se quedó en silencio. Optó por denunciar, según fuentes de la investigación, cuando abandonó la casa que compartían y de cuyos gastos pasaron a encargarse el hermano y el padre del detenido.
La mujer pidió medidas de protección, como alejamiento y prohibición de comunicación. Aunque el acusado apenas se comunica con nadie desde el penal leonés, donde ha comenzado a trabajar en distintas labores. Ni siquiera llama por teléfono al abogado que le tocó en el turno de oficio, Juan Pablo Barros, que también lo defenderá en este caso de violencia machista.
El pasado lunes estaba citada para declarar esta mujer, que inició una relación con Roger Serafín en torno al año 2015, apenas dos años después del crimen de Elisa Abruñedo. Hace poco más de un año que vivían en el piso de Narón. Fue la única testigo que no se ratificó en la declaración que hizo tras el arresto de su pareja, el 18 de octubre. Y sacó a la luz unos episodios de maltrato de los que nada se sabía.
Otra mujer
El juzgado también intentó citar a otra mujer que había tenido una relación con Roger, aunque finalmente no se pudo localizar para este trámite. Además, la jueza y la fiscala quisieron escuchar el relato de otra posible testigo: una vecina de Cabanas que pudo haber oído un grito el día del crimen. El primer lunes del mes, el pasado día 5 de febrero, comenzaron estas declaraciones para la instrucción del caso con los residentes de la parroquia de Lavandeira que, el 3 de septiembre del 2013, encontraron el cuerpo de Elisa Abruñedo. Ellos volvieron a explicar la misma versión y solo puntualizaron que acudieron a la zona donde la vieron por última vez en su paseo diario, a escasos metros de su casa.