Bueno, ante todo muchísimas gracias a tod@s l@s que nos han mantenido informados con fotos, detalles, comentarios y anécdotas de estas exequias. A mí me ha parecido todo precioso. Ha sido exquisito comprobar como la Casa Real Danesa ha sabido encontrar el equilibrio adecuado entre la información a su pueblo, el respeto a los deseos de Henrik, la solemnidad institucional del fallecido y el homenaje sentido que se merecía el marido de la reina. Ejemplar todo.
En los funerales católicos, se exterioriza más la pena, y más en países latinos donde parece que si no se llora o se desmaya alguien, es que no se quería al muerto. En la tradición protestante, la "despedida" es distinta. Es hasta perfectamente normal, irse después a un restaurante o a una cafetería y tomar café y pasteles. Y ni porque unos lloren más y otros menos, significa que unos sean más o menos fríos. No podemos juzgar tradiciones, cultura o sentimientos sólo desde nuestro prisma.
Sé que hay mucha gente que no aguanta a Mary, pero su comportamiento, vestuario y actitud ha sido impecable todos estos días. Se la ha visto afectada, seria y muy contenida. Ha sido un gran apoyo para Federico, sus hijos y hasta para la reina. A mí me gusta esa forma de ser, sin estridencias, sin exageraciones, sin necesidad de atraer toda la atenión. Yo me identifico más con esa actitud que con la de Marie llorando más que la esposa, los hijos y los nietos, y sin parar de hacer carantoñas durante el funeral. Y no es una crítica porque cada uno muestra (o no) sus sentimientos como los siente. Algo que sí me pareció fuera de lugar o ganas de llamar la atención fue cuando Joaquim y Marie llegaron a uno de los actos perfectamente conjuntados con los jerseys grises de cuello alto. O cuando llegaron tarde a otro acto y no estuvieron en las escaleras junto a Federico y Mary esperando a la Reina. Pero son detalles sin importancia y la verdad, es que todos, niños incluidos, han estado muy formales.
En los funerales católicos, se exterioriza más la pena, y más en países latinos donde parece que si no se llora o se desmaya alguien, es que no se quería al muerto. En la tradición protestante, la "despedida" es distinta. Es hasta perfectamente normal, irse después a un restaurante o a una cafetería y tomar café y pasteles. Y ni porque unos lloren más y otros menos, significa que unos sean más o menos fríos. No podemos juzgar tradiciones, cultura o sentimientos sólo desde nuestro prisma.
Sé que hay mucha gente que no aguanta a Mary, pero su comportamiento, vestuario y actitud ha sido impecable todos estos días. Se la ha visto afectada, seria y muy contenida. Ha sido un gran apoyo para Federico, sus hijos y hasta para la reina. A mí me gusta esa forma de ser, sin estridencias, sin exageraciones, sin necesidad de atraer toda la atenión. Yo me identifico más con esa actitud que con la de Marie llorando más que la esposa, los hijos y los nietos, y sin parar de hacer carantoñas durante el funeral. Y no es una crítica porque cada uno muestra (o no) sus sentimientos como los siente. Algo que sí me pareció fuera de lugar o ganas de llamar la atención fue cuando Joaquim y Marie llegaron a uno de los actos perfectamente conjuntados con los jerseys grises de cuello alto. O cuando llegaron tarde a otro acto y no estuvieron en las escaleras junto a Federico y Mary esperando a la Reina. Pero son detalles sin importancia y la verdad, es que todos, niños incluidos, han estado muy formales.