ECONOMÍA

Los países más ricos de la UE recelan del plan de Bruselas para reformar el euro
La Comisión propone transformar el mecanismo de rescate en un Fondo Monetario y crear un presupuesto para la zona euro, pero sin dotación ante las resistencias en el Norte

Bruselas [URL='https://elpais.com/tag/fecha/20171206']6 DIC 2017 - 20:40 CET
El euro era y es una moneda sin patria, incompleta, vulnerable a la próxima crisis. Bruselas presentó este miércoles, tal y como avanzó EL PAÍS la semana pasada, un plan para apuntalar la eurozona que incluye la conversión del mecanismo de rescate (Mede) en el Fondo Monetario Europeo (FME) con capacidad para rescatar países y bancos con problemas, y la puesta en marcha de un pseudopresupuesto anticrisis. El nein resuena ya en Alemania y en las cancillerías de los países acreedores. El presidente del Consejo, Donald Tusk, admite en un documento que los Estados miembros “difieren sobre lo que hay que hacer”, incluso “sobre la urgencia” de la imprescindible reforma del euro.


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Juncker saluda al ministro de Finanzas alemán en funciones. STEPHANIE LECOCQ EFE

El rey está desnudo: Bruselas quiere vestir el euro para que la próxima crisis no se lo lleve por delante, pero los socios del Norte —Alemania y Holanda, junto con Austria y Finlandia— prefieren mantener el status quo.“En ausencia de la presión de los mercados, la voluntad política para hacer progresos se ha debilitado”, admite con descarnada sinceridad Donald Tusk en el borrador de su invitación para la cumbre del euro, el próximo 15 de diciembre. En esa reunión, los jefes de Estado y de Gobierno de la eurozona, capitaneados por la canciller Angela Merkel y el francés Emmanuel Macron, debatirán el paquete de propuestas que Bruselas ha puesto sobre la mesa. Las perspectivas no son halagüeñas: Berlín manda mucho en Europa, y no parece estar por la labor.

Bruselas ha tratado de combinar el impulso europeo de Macron con el realismo de Alemania, que recela de cualquier medida que les obligue a rascarse el bolsillo. La recuperación está ahí: el PIB crece un 2%, la mayor tasa en 10 años, y el paro ha caído al 8%. Los riesgos internos se han mitigado, y los desafíos son más bien exteriores: las tensiones geopolíticas, el proteccionismo, una potencial desaceleración en China o los jaleos en los mercados debido a las subidas de tipos de interés. Europa “debe tener instrumentos para manejar potenciales shocks”, coinciden la Comisión y el Consejo. El problema es cómo ponerle el cascabel al gato.

Las dos ideas fuerza de Bruselas ya están sobre la mesa. El ejecutivo de la UE propone transformar el Mede en un Fondo Monetario, y crear un presupuesto anticrisis. El nuevo FME se construiría sobre las estructuras del Mede, pero añadiría a los programas de rescate a socios en dificultades (a cambio de duras condiciones) la posibilidad de actuar como cortafuegos para el fondo de resolución de bancos: permitiría bancarrotas sin poner en peligro la estabilidad financiera. Se trata de meter el Mede, que ha tenido un papel crucial en la crisis, dentro del método comunitario, y de someterlo al control de la Eurocámara para darle una pátina democrática. Ese plan debería adoptarse a mediados de 2019. Pero Alemania y Holanda se oponen con firmeza a que el Mede deje de ser un organismo intergubernamental (controlado por los países del euro), y solo accederían a darle más poder si se le da asimismo una función de vigilancia sobre las economías europeas que ahora mismo está en manos de la Comisión.

Si el FME es controvertido, el nuevo presupuesto anticrisis genera aún menos consenso. Bruselas pretende crear un instrumento para luchar contra crisis asimétricas, en un solo país. Pero no concreta su cuantía ante las reticencias de los acreedores a elevar su contribución a las arcas comunitarias (un 1% del PIB de la UE). Se trata de un batiburrillo que une instrumentos ya creados con nuevas capacidades sin apenas dinero fresco. Las ideas más ambiciosas, de entrada, se descartan: la posibilidad de un seguro de desempleo común y de un rainy day fund (un fondo de reserva para cuando aparezca una crisis) quedan para más adelante.

Bruselas se decanta por un mecanismo de protección de inversiones para evitar que los países reduzcan ese capítulo cuando entre en recesión. Y sin que eso suponga “transferencias permanentes”, como se encargó de reiterar el eurocomisario Pierre Moscovici ante los recelos de Berlín. Eso se uniría a un fondo de apoyo a las reformas (ya creado), y un segundo fondo para facilitar la entrada en el euro de los países de la UE que aún no forman parte de él (también existente, pero que pasa de unos 180 millones a 300 millones). Esos 120 millones son el único dinero nuevo que aparece, de momento, en todo el paquete: el resto se basa en tirar del Mede. Como dicen los centroeuropeos,“las lámparas grandes dan poca luz”.

"Después de años de crisis, es el momento de poner el futuro de Europa en nuestras manos: no hay mejor momento para arreglar el techo de una casa que cuando luce el sol", ha dicho el jefe de la Comisión, Jean-Claude Juncker. El eurocomisario Pierre Moscovici ha defendido que es la Comisión, el brazo ejecutivo de la UE, quien debe hacer "propuestas concretas para apuntalar el euro", en referencia a las críticas en Alemania y otros países, que acusan a Bruselas de poner sobre la mesa medidas demasiado ambiciosas. No lo parece: el paquete diseñado por la Comisión es más un punto medio entre lo mínimo que puede aceptar París y lo máximo que puede ceder Berlín. Estas son las principales propuestas.

1. Nuevo FME. Bruselas quiere transformar el Mede en un Fondo Monetario Europeo que pueda rescatar países con problemas (a cambio de duras condiciones) y que sirva como cortafuegos del fondo de resolución, creado para salvar bancos. Se trata de meter el Mede, que ha tenido un papel principal en la salida de la Gran Crisis, dentro del método comunitario, respetando su estructura actual. Bruselas apunta que la toma de decisiones podría ser incluso más rápida, y que aumentaría el control democrático del Parlamento Europeo. La propuesta debería adoptarse en el Consejo y la Eurocámara a mediados de 2019. Pero Berlín se opone con firmeza a que el Mede deje de ser un organismo intergubernamental (esto es, controlado por los países del euro), y solo accedería a darle más poder si se le da asimismo una función de vigilancia sobre las economías europeas que ahora mismo está en manos de la Comisión, según las fuentes consultadas.

2. Pseudopresupuesto anticrisis. Bruselas pone en marcha nuevos instrumentos presupuestarios para luchar contra crisis asimétricas, en un solo país, tal como adelantó este diario. Pero no concreta la cuantía de ese nuevo instrumento, ante las reticencias de los acreedores para rascarse más el bolsillo. Se trata de un batiburrillo que une instrumentos ya creados con nuevas capacidades, pero sin dinero contante y sonante a la espera de la negociación política. Lo más importante es que de momento se deja para más adelante la posibilidad de un seguro de desempleo común y de un rainy day fund (un fondo de reserva para cuando aparezca una crisis), y Bruselas opta por un mecanismo de protección de las inversiones: cuando un país entre en recesión, lo primero que hace su Gobierno es recortar la inversión pública; la idea es que Bruselas tenga una facilidad presupuestaria para permitirle mantener estable ese capítulo. Eso se une a un fondo de apoyo a las reformas (ya creado), y un segundo fondo para facilitar la entrada en el euro de los países de la UE que aún no forman parte de la moneda (ya existente, pero que pasa de unos 180 millones a 300 millones de euros). Además, Bruselas permitirá rebajar la cofinanciación de proyectos con fondos europeos a los países con problemas, tal y como ha hecho con Grecia en los últimos tiempos. El equipo de Juncker cree que estas propuestas podrían adoptarse entre 2018 y 2020, y dejar el mecanismo de protección de inversiones para los próximos presupuestos, 2021-2027.

3. Superministro. La Comisión Europea pretende crear un ministro europeo de Economía y Finanzas, una suerte de superministro del euro que sería a su vez vicepresidente del brazo ejecutivo de la UE y presidente del Eurogrupo. Acudiría a las reuniones internacionales del G-20 y el FMI, y tendría como principal función coordinar las políticas económicas y fiscales de la zona euro, uno de los grandes problemas actuales. Sería para mediados de 2019.

4. Simplificación de las reglas fiscales. El brazo ejecutivo de la UE pretende integrar en los tratados la miríada de normativas creadas para gestionar la crisis, básicamente el Fiscal Compact, aprobado en su día por el método intergubernamental (y no firmado por dos países: Reino Unido y República Checa). Esa propuesta debería ser aprobada a mediados de 2019. Pero se ha topado con formidables resistencias en Alemania, que acusa a Bruselas —sin ninguna base— de querer suavizar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento.


https://elpais.com/economia/2017/12/06/actualidad/1512568666_938369.html




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El des-cuento de los tres cerditos y el lobo feroz de las pensiones
"Corta el rollo. Que te pires. Llevas diciendo lo mismo desde hace años y mi padre cerdo ha estado cobrando una generosa pensión hasta que se ha muerto", vociferaba el cerdito
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VICENTE VARÓ
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09.12.2017 – 05:00 H.

"Asustaviejas", gritaba uno de los hermanos cerditos desde el interior de la casa que se había construido con las Paj*s de las pensiones públicas.

"Soplaré y soplaré…"

"Corta el rollo. Que te pires. Llevas diciendo lo mismo desde hace años y mi padre cerdo ha estado cobrando una generosa pensión hasta que se ha muerto", vociferaba el cerdito.

Estaba ya harto de leer que el lobo feroz de las pensiones vendría pronto y derrumbaría la casa, que las pensiones públicas serían insuficientes para mantener su nivel de vida. Sí, había leído que las tendencias demográficas venían ruinosas, que las arcas públicas estaban cada vez peor y se verían cada vez más exigidas…

"Paparruchas", se repetía, aunque miraba por la ventana y se veía perfectamente al lobo llenando los pulmones. "Siempre se han pagado y siempre se pagarán las pensiones. Lo que quieren es meternos miedo para que contratemos planes de pensiones privados. Ya harán algo para arreglarlo".

Pero de pronto, el lobo empezó a soplar con fuerza. Y las Paj*s, a volar. Primero, saltaron las de la jubilación a los 65 años, que se fue retrasando paulatinamente. De momento, hasta los 67 años. Y acto seguido, la de la revalorización de las pensiones, que dejó de estar ligada a la inflación y pasó a estarlo a una fórmula más o menos compleja, el factor de sostenibilidad de las pensiones, que en la práctica irá limitando su revalorización.

En pleno soplido, antes de que llegara el lobo, el cerdito salió a toda velocidad hacia la casa de su hermano mediano, que le abrió la puerta. Este también había puesto la misma Paj* para construir su casa, pero la había recubierto con unos ladrillos elaborados de depósitos, bonos muy seguros y la liquidez que tenía en sus cuentas del banco.

"Aquí estamos a salvo, no te preocupes".

Le dijo a su hermano. Y empezaron a cantar su famoso cantar:

"¿Quién teme al lobo feroz de las pensiones, al lobo, al lobo? ¿Quién teme al lobo feroz de las pensiones, al lobo, al lobo feroz?".

De repente, se escuchó la estruendosa voz del fiero animal:

"Soplaré y soplaré, y vuestra casa con la represión financiera derribaré".

"Ja, ja, ja. ¿Pero qué dice el lobo este? Este lo que quiere es engañarnos, que contratemos planes de pensiones privados o seguros, que nos dejemos el dinero en comisiones para nada. Todo eso es un engaño".

Pero el lobo empezó a soplar. La hucha de las pensiones se vació. Los depósitos, que antes ofrecían interesantes rentabilidades, empezaron a no ofrecer nada, porque los bancos centrales habían bajado al subsuelo los tipos de interés, para evitar la quiebra de muchos grandes bancos de muchos países. En algunos casos, incluso se medio liquidaron bancos no sistémicos, alguno muy 'popular', forzando a numerosas pérdidas a sus bonistas, pese a que eran títulos que se consideraban seguros.

Los cerditos no se daban cuenta de que la casa estaba volando por los aires con el violento soplido del lobo, mientras seguían con su jovial canto.

"¿Quién teme al lobo feroz de las pensiones, al lobo, al lobo? ¿Quién teme al lobo feroz de las pensiones, al lobo, al lobo feroz?".

De pronto, escucharon a su hermano mayor gritar enérgico desde su sólida casa de al lado, construida con firmes inversiones de largo plazo, poco a poco con el paso de los años, y seleccionando buenos productos de inversión para la jubilación, con rentabilidades consistentes a lo largo del tiempo, que eran pocos, pero fáciles de encontrar:

"¡Rápido, rápido! Venid aquí, rápido, que el lobo está a punto de derribar del todo la casa".

Los otros dos cerditos, que aún no se habían dado cuenta de cómo estaba volando la casa, le miraron con suficiencia:

"¡Qué dices! ¿Pero no te das cuentas de que eso del ahorro privado en un engañabobos? ¿Quién teme al lobo feroz, al lobo, al lobo?".

"¿No os dais cuenta de que vuestra casa está empezando a volar? Ya habéis visto lo del retraso en la edad de la jubilación, lo del factor de sostenibilidad, lo de la hucha de las pensiones, represión financiera… ¡Y no nos hemos ni acercado a lo peor del problema demográfico!

Ahora tenéis muchas alternativas. Incluso entre los planes de pensiones, donde además os podéis desgravar las aportaciones en la declaración de la renta, tenéis opciones con muy bajas comisiones. Solo tenéis que mirar y comparar. Y si no queréis planes privados, ni sus alternativas, como las PIAS o los PPA, al menos invertid por vuestra cuenta, con visión de largo plazo, en activos que os puedan dar más rentabilidad para mantener el nivel de vida… El lobo de las pensiones tiene un amigo, el monstruo de la inflación, que aún es más peligroso…".

Colorín colorado se iba poniendo el rostro de los otros hermanos… El tiempo poco a poco se acababa. Ya estaban en el descuento para montarse su propia casa, como lo había hecho su hermano, si no querían vivir el resto de su vida con él de acoplados.

https://www.elconfidencial.com/mercados/2017-12-09/descuento-cerditos-lobo-feroz-pensiones_1489836/
 
El Gobierno organizará unos 'Juegos del hambre' entre jubilados para garantizar las pensiones
Ante la falta de liquidez de la Segunda Social la solución es que los viejos se maten entre sí
12 diciembre 2017
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Esta mañana el Gobierno ha salido al paso de las noticias que alertan de la falta de liquidez de la llamada 'hucha de las pensiones' de la Seguridad Social y por la cual ha tenido que inyectar 10.000 millones de euros a través de un préstamo.


'Somos conscientes de que existe una preocupación creciente entre los españoles acerca de la viabilidad del sistema de pensiones. Por ello, tras estudiarlo durante meses, creemos que la mejor solución sería adoptar una suerte de Juegos del hambre entre los pensionistas'. Así comienza el comunicado que han difundido a la prensa.


Tras esta introducción, comienza la explicación de la medida 'La idea sería dejar en alguna isla a, como poco, unos mil pensionistas. Estos serían elegidos por sorteo aunque se aceptarán voluntarios que quieran dar cierta emoción a sus últimos días. Una vez allí, solo uno podría salir con vida. Tampoco es que los instemos mucho a matarse, el paso de los días a la intemperie unido a la falta de medicamentos ya haría gran parte del trabajo. Aún así, si algunos quieren medirse el lomo a bastonazos, bienvenido sea'

Finalmente, el comunicado aclara cómo estos juegos serían beneficiosos para el Estado: 'Por un lado, cada mes nos desharíamos de 999 jubilados, que no es poco. Por otro, estos juegos serían televisados y los ingresos por los derechos de emisión irían a las arcas de la Seguridad Social. Aún no hay nada oficial y Telecinco ya nos ha hecho una oferta millonaria, poca broma'.

Se espera que estos Juegos del Hambre de la tercera edad comiencen a finales de 2018 y que la primera isla donde se organicen sea la de Perejil aunque no haya suficiente espacio.
 
Consejo de Ministros
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Cómo quedarán las pensiones en 2018 tras aplicar la subida del 0,25%

Quinto año consecutivo en el que las pensiones suben el mínimo legal establecido
La pensión mínima de jubilación sin cónyuge a cargo pasará a 639,3 euros



El Consejo de Ministros tiene previsto aprobar este viernes, 29 de diciembre, la revalorización de las pensiones en un 0,25% para 2018, el mínimo legal previsto, según han comunicado a Europa Press en fuentes del Gobierno. Se trata del quinto año consecutivo en el que las pensiones suben un 0,25%. Con este incremento, la pensión mínima se situará en 639,3 euros euros y la máxima será a partir del 1 de enero de 2.580,1 euros al mes.

La subida de las pensiones en un 0,25% es el mínimo legal establecido en la fórmula de revalorización introducida en la última reforma de pensiones, que tiene en cuenta los gastos e ingresos del sistema y establece una subida mínima del 0,25% y un techo máximo del IPC más un 0,50%.

Tras aplicar esa subida del 0,25%, la pensión mínima de jubilación de una persona con 65 o más años y cónyuge a cargo pasará de 786,86 euros al mes por catorce pagas a 788,9 euros mensuales. Los que no tengan cónyuge cobrarán un mínimo de 639,3 euros, frente a los 637,7 euros de este año, mientras que los que tienen cónyuge pero no a cargo percibirán 606,7 euros mensuales (ahora son 605 euros).

https://cincodias.elpais.com/cincodias/2017/12/28/midinero/1514460088_762735.html




 
HISTORIAS DE LA PRECARIEDAD
Recuperación, sí, pero solo para los más ricos: "Soy como una esclava"
Un informe de Intermon advierte de más de diez millones de españoles están por debajo del umbral de la pobreza y de que España es el tercer país más desigual de Europa tras Rumanía y Bulgaria
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Una mujer que no llega a fin de mes. (iStock)
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DANIEL BORASTEROS
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23.01.2018 – 05:00 H.

En España hay más 10,2 millones de personas bajo el umbral de la pobreza. La tasa total de individuos en esa situación es del 22,3% de la población, la más alta desde 1995. Solo están peor a ese respecto en la Unión Europea Rumanía y Bulgaria. La cifra es aún mayor si se circunscribe a los menores de 16 años. Entonces, alcanza la cota del 28,9%. Si atendemos a aquellas familias en las que nada más hay un adulto con menores a su cargo, el guarismo escala hasta el 42,2%, todo según un reciente estudio de Intermon Oxfan (‘¿Realidad o ficción? La recuperación económica en manos de una minoría’).

Gladys Jiménez responde punto por punto al peor de esos escenarios. Esta mujer de 38 años tiene un niño de cinco a su cargo y un trabajo por horas en una empresa multiservicios. “Es como si fuera su esclava, me pueden llamar a cualquier hora y en cualquier momento durante seis días a la semana”, se lamenta. Pueden llamarla a cualquier hora, y de hecho, lo hacen. “El otro día me exigieron que llevara a un anciano a urgencias y terminé a las dos de la madrugada. Luego tuve que cogerme un taxi y pagármelo yo. Casi perdí dinero en vez de ganarlo, además de tener que dejar a mi hijo con una vecina hasta esas horas”, cuenta. Ha solicitado muchas veces que le pongan un turno compatible con sus obligaciones como madre, pero no solo no le hacen caso sino que la han llegado a amenazar con no volver a llamarla si seguía insistiendo y, desde luego, si rehusaba alguno de los encargos para los que la demandan.

Empresas multiservicio
La empresa de Gladys es una de esas que se autodefinen como “multiservicio”. Estas compañías han proliferado durante los últimos diez años y copan un amplio espectro de trabajos. En la de Gladys, además de cuidadores hay monitores, cocineros, limpiadores o camareros. Por supuesto, al no tener un convenio de referencia se les aplica el más desfavorable a los intereses del trabajador. Según el informe, se estima que en España hay 60.000 personas contratadas en esta clase de empresas. Pero ese número ha crecido en más de 45.000 desde la reforma laboral de 2012.

Según UGT las personas como Gladys cobran entre 5.800 y 8.400 euros anuales menos que los trabajadores que realizan las mismas labores acogidos al convenio colectivo sectorial. Gladys percibe siete euros la hora y nunca sabe exactamente el número de ellas que va a trabajar ese mes. “Desde 2012 la productividad por hora trabajada ha crecido diez veces más que el salario promedio por hora trabajada”, afirma el estudio.

Cobraba más de 2.000 euros al mes. Ahora, “a duras penas llego al salario mínimo trabajando en lo que puedo"

El caso de Carmen es bastante semejante. Tiene 49 años, dos hijos y una casa en propiedad. “Si no tuviera una vivienda propia estaría pidiendo ayuda a servicios sociales porque no llegaría de ninguna manera a fin de mes”, explica esta mujer asturiana, licenciada en Ciencias Económicas, y eventual cocinera para una empresa de catering. “Nunca sé cuando voy a tener trabajo, aunque ultimamente está siendo bastante regular un encargo para preparar la comida en una residencia de ancianos”, comenta. Se quedó en paro en 2009. Entonces cobraba más de 2.000 euros al mes. Ahora, “a duras penas llego al salario mínimo trabajando en lo que puedo”, confiesa. Durante estos años también ha conseguido ingresos a través de tareas remuneradas en dinero 'negro' y esporádicas. El estudio cifra en un 17% el peso de este tipo de prácticas en el mercado laboral español, solo por debajo de Grecia e Italia.

“Esta es la trastienda de la afamada recuperación económica española: pese al incremento de la producción y la recuperación del empleo, las mejoras en las condiciones sociales de los sectores más golpeados por la crisis apenas se han dejado notar”, sentencia el informe, elaborado por el economista José Moisés Martín Carretero. De hecho, las de muchas personas han empeorado notablemente. Es el caso de Luis Montaña, de 47 años. “Éramos 15 personas en nómina y echaron a 9. A los que quedamos nos bajaron el sueldo más de un 25%”, rememora este carpintero. “Con los años han ido contratando personal nuevo, aunque sin llegar a ser tantos como antes, pero ni a nosotros nos han vuelto a subir el sueldo, ni a los que entran les pagan ni la mitad de lo que se pagaba antes”.

La cara oculta de la prosperidad
La desigualdad se ha incrementado en esta última década y más concretamente desde la recuperación (2013-2016). 29 de cada 100 euros provenientes del crecimiento han ido a parar al 10% de los ciudadanos con las rentas más altas. Solo ocho de cada 100 han caído en los bolsillos del 10% más pobre. “La recuperación económica ha favorecido cuatro veces más a los ricos que a los más pobres”, concluye Martín Carretero.

Los datos muestran que el 14% de aquellos que tienen un empleo no logran salir de la pobreza. Es el caso de Gladys y Carmen. “Yo ya tuve que pedir todas las becas para mi niño y acercarme a la parroquia para contactar con Caritas”, confirma Gladys. Carmen no ha acudido a los servicios sociales ni a ninguna otra clase de ayuda, excepto “la familia, que de vez en cuando me tiene que echar un cable para gastos extraordinarios de las niñas”. Entre esos gastos extraordinarios, por ejemplo, está el dentista. "Esta es la cara oculta de la prosperidad; aquella que es difícil encontrar en los discursos del poder", concluye el informe.

https://www.elconfidencial.com/alma...jo-economia-recuperacion-desigualdad_1509779/
 
MERCADOS
La guerra del agua
LORENZO B. DE QUIRÓS
21 ENE. 2018 02:41
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Ilustración LUIS PAREJO


La gestión del agua bien sea a través de la privatización total de la oferta bien mediante su gestión en régimen de concesión por compañías privadas ha sido un poderoso y eficaz instrumento para facilitar el acceso de los consumidores al abastecimiento seguro y de calidad de un bien básico. Por eso resultan llamativos los intentos por parte de algunos poderes públicos, los ayuntamientos en el caso español, de municipalizar su prestación. Este planteamiento sólo obedece a criterios de naturaleza ideológica sin justificación socioeconómica, sobre todo, cuando la regulación es un medio suficiente para conseguir los objetivos perseguidos por las autoridades. Se vuelve a incurrir en el error tradicional de identificar el suministro de un bien o servicio esencial con su administración por la burocracia estatal, regional o local.

De entrada, los análisis de costes comparativos entre la provisión privada frente a la pública de bienes y servicios da soporte a la conclusión que la primera es más eficiente que la segunda. La evidencia empírica sugiere que, en promedio, el costo para el sector público de proveer una cantidad y calidad X de output es aproximadamente el doble de lo que ello importa al sector privado. Este resultado se repite con tanta frecuencia que se ha convertido en una regla de oro, en un teorema clásico de la moderna teoría económica. Las excepciones a esta conclusión sólo se producen cuando, en determinados mercados, una mala regulación produce efectos indeseados e indeseables pero ese es un clásico fallo de Estado, no imputable a las compañías privadas que operan dentro del marco de incentivos establecido por la Administración.

Desde algunos ámbitos de la opinión se sostiene que el agua es un derecho humano y, como existe un riesgo evidente para la vida humana, si no se dispone de ella, su distribución ha de realizarse de manera democrática; esto es, ha de permanecer en manos de los gobiernos y no de las de empresas privadas cuyo único interés es maximizar sus beneficios. Este enfoque es absurdo y demagógico. El acceso a la comida es también un derecho humano. La gente se muere si no come y los países en los que los alimentos se han pretendido producir democráticamente ni han tenido comida ni democracia. Esta es la paradoja típicade todos los sistemas de planificación.

Un argumento popular y falaz sobre la gestión privada del agua es que ello se traduce en un aumento del precio pagado por los usuarios. Esta afirmación tiende a olvidar un hecho relevante. Trátese de la privatización total o de concesiones, el precio de ese recurso no es establecido por las fuerzas de la oferta o la demanda o por las empresas en abuso de su posición dominante en un espacio geográfico que constituye un monopolio natural, sino por las autoridades político-administrativas. En primera y última instancia, ellas son las responsables del precio que pagan los consumidores. Por lo que se refiere a España, hablar de carestía de ese recurso en cualquier tipo de consumo -doméstico, industrial o agrícola- es sencillamente una broma. Las ganancias logradas por las concesionarias son el resultado de mejoras de eficiencia, incentivo del que carece el sector público.

En el caso español, en aquellas ciudades en las cuales la infraestructura es administrada por el sector privado, la competencia no opera dentro del mercado, porque es un monopolio natural, pero sí existe para decidir quién entra en el mercado. El proceso de concesiones es competitivo lo que en teoría y en la práctica permite un equilibrio óptimo: evitar las ineficiencias potenciales de la gestión de un monopolio natural y facilitar la contestabilidad competitiva del mercado. Este esquema permite combinar los incentivos asociados a un esquema de libre mercado con la consecución de los objetivos públicos.

En el caso de España existe una larga, beneficiosa y fecunda tradición de gestión privada del agua. Gracias a ello la infraestructura de recursos hídricos ha mejorado de una manera sustancial, los ciudadanos disfrutan de un suministro de agua barata y de calidad y la regulación ha garantizado, pese a sus deficiencias, un marco de seguridad para la provisión de un bien-input esencial. España es un caso de éxito de la gestión privada de las infraestructuras de agua allá donde existen y, por tanto, resulta incomprensible la puesta en cuestión de un modelo que ha funcionado de manera eficiente y justa.

Pensar que la municipalización del agua en manos de funcionarios-políticosque carecen de experiencia de gestión, de los incentivos adecuados para gestionar ese recurso escaso y con una restricción presupuestaria y de conocimiento evidentes constituye una vía peligrosa para asegurar a los consumidores una oferta de agua razonable en términos de seguridad y calidad similares a los actuales y supone anteponer criterios ideológicos que se han mostrado fracasados a los intereses de los usuarios. Esto constituiría un evidente retroceso frente a la situación actual en perjuicio de todos.

Mark Twain decía que "el whisky es para beber y el agua para vivir". Dejar en manos del sector público, con su crónica incapacidad de gestión, un recurso de esa índole es sencillamente un disparate en términos sociales y económicos. Por añadidura el deterioro a la infraestructura existente del agua, que necesita ser modernizada de manera permanente, derivada de su potencial gestión por ayuntamientos que no saben ni conocen el mercado es jugar con fuego. ¿Alguien puede pensar en su sano juicio que unos burócratas locales son capaces de administrar el agua mejor que una compañía privada que lleva décadas dedicada a esa actividad?


En este España, crecientemente populista en la que los criterios de racionalidad ceden cada día más terreno a la demagogia cutre-irresponsable, la municipalización-politización de la gestión del agua puede ser una verdadera tragedia porque constituiría una evidente lesión a los intereses de los consumidores. Puestos a mejorar la oferta de recursos hídricos a los usuarios, la respuesta no sería municipalizar el líquido elemento, sino, al contrario, avanzar hacia su completa privatización. Obviamente, esta formula es o parece ser inviable en un país cada vez más estatista en el que el discurso podemita-populista es de facto aceptado por todos.

http://www.elmundo.es/economia/empresas/2018/01/21/5a622ae8ca4741e3788b4669.html
 
El consumo de los hogares todavía necesitará dos años para recuperarse
Pese que el PIB ha superado el nivel precrisis, el consumo de las familias continúa 4,6 puntos por debajo de los niveles de 2008, según los datos del INE


Madrid 5 MAR 2018 -
Pese a haberse recuperado el PIB previo a la crisis, el consumo de los hogares sigue 4,6 puntos por debajo de los niveles de 2008, según los datos del INE. Eso implica que quedan unos dos años para que se recupere, siempre que se cumplan las previsiones de los analistas. Los motivos: se produce lo mismo con 1,7 millones de ocupados menos, lo que significa que las familias todavía disponen de menos renta en términos reales que antes de La Gran Recesión. Además, hay una distribución más desigual de los ingresos. Y se recurre menos a la deuda. Por otra parte, en la recuperación del PIB han pesado más las exportaciones, que no se consumen en España.


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Un cliente en un supermercado de Santiago de Compostela. OSCAR CORRAL



Por más que se hayan recuperado los niveles de Producto Interior Bruto (PIB), todavía faltan unos dos años para restablecer las mismas cotas de consumo que se alcanzaron justo antes de la crisis. Según los datos del INE publicados el pasado jueves, aún restan 4,6 puntos en términos reales, esto es, una vez descontada la inflación. El Banco de España prevé que el consumo privado crezca un 1,9% este año y un 1,4% el que viene. De cumplirse, el consumo de los hogares podría recobrarse en torno a 2020. BBVA apunta a una fecha parecida. Y Funcas, la fundación de las cajas, lo cifra entre dos y tres años. Si se toma el consumo per cápita, la recuperación costará incluso un poco más.

En gran medida, este dato es consecuencia de que se está produciendo lo mismo con menos trabajadores: todavía hace falta crear 1,7 millones de empleos para volver a los niveles anteriores a la crisis. Eso también significa que la renta de los hogares aún necesitaría unos dos años más para restablecerse en términos reales. Incluso para cuando se consiga, entonces la tasa de paro probablemente seguirá por encima de la que había en 2008, según explica Miguel Cardoso, economista de BBVA.

Aunque en menor medida, también influye la mayor polarización entre los que, por una parte, tienen formación, patrimonio, rentas de empresas o han mantenido el empleo y, por otra parte, los que tienen baja cualificación, se han reenganchado al trabajo, son jóvenes o trabajan en servicios expuestos a la uberización. Esa distribución más desigual también perjudica al consumo.


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Otra explicación de que se haya recuperado el PIB y no el consumo reside en la composición del PIB: antes, una mayor parte de este se correspondía con el consumo interno. Lo que elevaba la sensación de bienestar aunque fuese a costa de deuda. Ahora, por el contrario, se dedica una mayor proporción de la producción a exportar. O lo que es lo mismo: se vende fuera lo que antes se consumía aquí. Mientras que durante la última década las importaciones han aumentado en el PIB unos 10 puntos, las exportaciones han engordado unos 30.

Si se diese un crecimiento del consumo de los hogares del 2,5% como se registró en 2017, entonces la recuperación se produciría algo antes. No obstante, ahora ningún analista lo prevé. En primer lugar, porque, como ha avisado el Banco de España, se espera una ralentización del consumo después de que este haya estado creciendo incluso por encima de las rentas, impulsado por la mejora de las expectativas, favorecido por un repunte récord del crédito al consumo y a costa de dejar de la tasa de ahorro cerca de mínimos históricos. Por un lado, una parte de la demanda que se pospuso con la crisis puede haber sido ya atendida. Por otro, “una tasa de ahorro tan baja va a limitar el crecimiento del consumo, que ya no aumentará en los próximos años con la misma intensidad que en los tres anteriores”, explica María Jesús Fernández, de Funcas.

Además, conforme se recupere el mercado inmobiliario, las familias destinarán más a inversión en compra de vivienda y menos a consumo; si bien BBVA apunta que una recuperación del mercado de la vivienda podría propiciar un impulso añadido a las ventas de sectores relacionados: el gasto de un hogar al comprar casa sube en torno a un 20%, sostiene un informe de la entidad.

Por último, existe otro factor determinante: “La demografía lastrará el consumo. Una población envejecida consume menos. El número de personas entre 16 y 34 años ha caído un 15% en los últimos siete años”, dice Josep Oliver, catedrático de la UAB.

En definitiva, el consumo seguirá creciendo en la medida en que mejoren el empleo y los salarios. Ahora bien, lo hará a unos ritmos menores. Y dependerá de cómo evolucione el mercado de trabajo: si la recuperación del empleo sigue siendo intensa, entonces el consumo se verá beneficiado. Pero, como señala Cardoso, existe el riesgo de que las empresas empiecen a tener problemas para encontrar a determinados trabajadores, y en ese caso subirían más los salarios y menos el empleo y, por tanto, el consumo. La propensión a consumir es mayor para los nuevos ocupados que para las subidas de sueldo.

Más sostenible
En todo caso, los expertos advierten de que resulta muy engañoso compararse con los años 2007 y 2008, en los que el crecimiento iba propulsado por el aumento de la deuda privada. Hasta el punto de tomar prestados unos 100.000 millones al año del exterior. Ahora en cambio se tiene un saldo positivo, lo que significa que se rebaja la altísima deuda que todavía se mantiene con el extranjero. Es decir, se trata de un crecimiento más sostenible y con un carácter más permanente.

Durante la crisis, como indica un informe de BBVA, el consumo llegó a hundirse menos que las rentas, entre otros factores por la reunificación familiar, que permitió compartir gastos y ahorrar en vivienda. Además, el consumo de las rentas bajas es mucho más difícil de ajustar. No se puede recortar tanto en bienes de primera necesidad o vivienda, que copan el gasto de estas rentas. En cambio, sí que se reduce con más facilidad en bienes duraderos o no esenciales, de los que compran más las rentas altas. De ahí que con la crisis se haya dado incluso una menor dispersión del gasto y, por tanto, una menor desigualdad.

Aun así, un informe del Banco de España ha observado la evolución del consumo en la crisis y en la recuperación. Y detecta que el consumo se ha estrechado en todos los niveles de renta, pero que el proceso ha sido más significativo por la parte baja. Concluye que se ha comportado peor entre desempleados, temporales y las rentas por debajo de la mediana. Al tener menos, cualquier recorte se sufre más.

LA FASE DEL “CRECIMIENTO TRISTE”


En la actualidad, se da lo que algunos llaman un “crecimiento triste”, una fase en la que la recuperación todavía no ha llegado a todos pero que, sin embargo, ya se percibe con nitidez. Políticamente, se trata un momento complicado, porque ya no se puede hacer un llamamiento al sangre, sudor y lágrimas. Y los datos de consumo, que suponen una clara medida de bienestar, confirman esta realidad. Máxime cuando antes de la crisis el consumo y la inversión de los hogares llegó incluso a subir por encima de las rentas. Una década más tarde, a la media todavía le quedan unos dos años para recobrar los niveles de consumo perdidos con la crisis. De ahí el malestar social. No obstante, según un estudio del Banco de España, en el caso de los pensionistas sus niveles de consumo se han mantenido bastante estables al haber tenido garantizadas las prestaciones. Los mayores de 65 años han sido el único grupo cuyo consumo no se ha resentido.


https://elpais.com/economia/2018/03/04/actualidad/1520196934_257206.html




 
La vuelta al cole de los mercados: ¿qué les depara el próximo curso?
Las bolsas y demás mercados se enfrentarán los próximos meses a una serie de cambios decisivos en las políticas monetarias, además de las ya presentes tensiones comerciales

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La bolsa española. (EFE)

CARLA RAFFIN

03/09/2018

Se acabó lo que se daba. Llega septiembre y, por tanto, la vuelta a la rutina. Los mercados empiezan a desperezarse para afrontar el nuevo curso con energía, ya que parece que va a ser ajetreado: el cambio de ciclo económico y la guerra comercial son las asignaturas pendientes de los inversores.

Las bolsas se han mantenido relativamente apáticas estas vacaciones, especialmente en comparación con veranos como el de 2011, en el que el Ibex 35 experimentó desplomes de dos dígitos a raíz de la crisis de deuda, o el de 2009, cuando la bolsa acusó fuertes subidas ante la creencia de que la crisis se acababa.



Mientras que otros veranos los temas estrella fueron el Brexit, la depreciación del yuan o las tensiones entre Corea y EEUU, este año los que marcaron la temporada estival fueron el proteccionismo de Trump y la hecatombe de las divisas emergentes.

El presidente de EEUU, Donald Trump, dio el pistoletazo a la guerra comercial en julio en una escalada arancelaria contra China, aunque también tiene en el punto de mira a Europa. Los grandes damnificados de las tensiones comerciales fueron los coches, con el sector automóvil cayendo en las bolsas, tanto en España como en el extranjero.

Por otro lado, gigantes del Ibex 35 como BBVA se han visto golpeados en agosto por la debilidad de la divisa turca y la argentina. Ambas monedas llevaban cayendo todo 2018, pero ha sido en verano cuando, tras una serie de catalizadores, tanto la lira como el peso se han llegado a desplomar dos dígitos frente al dólar en apenas días.



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La cotización del Ibex 35 en lo que va de 2018. (Bloomberg)


Con todo, el Ibex se deja un 2,5% desde principios de junio, a la par con el Eurostoxx 50, que pierde un 1,8% este verano. Por el contrario, al otro lado del Atlántico, el S&P 500 sube como la espuma, registrando una racha alcista que ya dura más de nueve años.

Los inversores están pendientes de las próximas decisiones macroeconómicas. Para 2018, están previstas dos subidas más de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal (Fed), sin que Jerome Powell vea riesgo de sobrecalentamiento en la economía estadounidense.



El panorama en Europa está menos claro, con Mario Draghi dando largas sobre el fin del programa de compra de activos, conocido como QE. El Banco Central Europeo (BCE) anunció en su último comunicado al respecto que “espera que los tipos de interés oficiales del BCE se mantengan en sus niveles actuales hasta al menos durante el verano de 2019”.

Los cambios en los tipos van a ser decisivos. Es una medida muy esperada por los bancos, ya que su modelo de negocio en el sentido más tradicional depende de ella. "La eterna promesa de la bolsa son los bancos europeos", explica Felipe López, analista de Selfbank. "El hecho de que el Ibex sea un índice altamente bancarizado lo ha penalizado en muchas ocasiones, pero confiamos en que a medida que el BCE se anime a subir tipos la tendencia del sector bancario pueda cambiar".

Por otro lado, sin embargo, el cambio de políticas monetarias acompaña un fin de ciclo económico. De hecho, el ritmo de la economía ya muestra señales de desaceleración, sobre todo en Europa.

La gestora internacional Schroders, por ejemplo, ha rebajado sus previsiones de crecimiento para la segunda mitad del año en el viejo continente: "Tras el mal comienzo del año, había altas expectativas de que el crecimiento remontaría luego [...] pero según nos han ido llegando los datos de encuestas empresariales, nos hemos dado cuenta de que la desaceleración es más amplia de lo que parecía".

La ralentización en Europa pasa factura a la industria española. Según los últimos datos publicados por el INE, el número de nuevos pedidos procedentes de la zona euro se redujo en agosto un 2,4% respecto al mismo mes del año anterior. A raíz de esa caída, la producción industrial creció en junio un 0,5%, marcando así el ritmo más lento desde marzo de 2017.

Ante este panorama, los analistas de Bankinter recomiendan moverse a la bolsa americana. Desde el banco ven también riesgo en la situación política europea: "un gobierno populista en Italia, gobierno débil en Alemania, Brexit sin avances, confusión sobre los objetivos de Déficit Fiscal en España...".

"Mientras Europa no ofrezca una reversión a mejor (macro y/o política) las bolsas europeas seguirán evolucionando peor que la americana", zanjan desde Bankinter, matizando que pese a rendir mejor que las bolsas europeas, el parqué estadounidense cotizará "enfrentado a prácticamente el resto del mundo", haciendo mención al auge del proteccionismo en el país presidido por Donald Trump.

'America First', el tema estrella de 2018
Uno de los factores que están agravando dicha ralentización es el proteccionismo de EEUU, que ha desatado una suerte de guerra comercial. Lo que parecía que iba a ser solo un tema de verano al final va a resultar un desafío a largo. Hace unas semanas, la firma de inversión global Pimco avisaba en un informe firmado por grandes líderes económicos de "tensiones prolongadas y la posibilidad de que se intensifiquen y recrudezcan de forma imprevista".

Pimco no es la única que así lo piensa. Por ejemplo, la gestora internacional Blackrock considera que las últimas jugadas comerciales de la Administración Trump entran suponen "un deseo de cambiar las reglas del mercado establecidas desde la Segunda Guerra Mundial". "Sin arreglo fácil, las medidas comerciales probablemente continúen, cebando brotes de volatilidad y alimentando la incertidumbre a nivel macro", añade Blackrock.

"Las tensiones comerciales están siendo el tema estrella de este 2018, y seguramente lo seguirán siendo en los próximos meses", explica López. "Las negociaciones, en función de si van encaminadas a unir lazos o a romperlos, pueden traernos sorpresas positivas o negativas". Con todo, sin embargo, el analista abre la puerta a hacer limonada con la guerra comercial: "Esta volatilidad genera oportunidades que algunos sabrán detectar".

https://www.elconfidencial.com/merc...-politica-monetaria-guerra-comercial_1610015/
 
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