MUY INTERESANTE:
LA TRASTIENDA DE UNA FECHA ICÓNICA
Felipe González y Juan Carlos I en la Expo 92. (Fundación Felipe González)
Por
Carlos Prieto
04/09/2022 - 05:00
Versión oficial: La cumbre del 92 como año mágico español tuvo lugar el 8 de agosto de 1992. Fermín Cacho gana el oro olímpico en los 1500 metros con una demoledora recta final. Entre los 65.000 enardecidos espectadores del Estadio Olímpico de Montjuic estaban el rey Juan Carlos I y su hijo Felipe; las eufóricas celebraciones de la familia real llenaron esos días telediarios y revistas del corazón.
Versión olvidada: La cumbre del 92 como año aciago español tuvo lugar el 30 de diciembre de 1992. Comida en Casa Lucio con Juan Carlos I, la reina Sofía y Sabino Fernández Campo, jefe de la Casa del Rey y fontanero mayor del reino. Según diversas fuentes, el Rey soltó de pronto: "Sofía, ¿sabes que Sabino se nos va?". Ni Sofía ni Sabino sabían que Sabino se les iba. Fue una de las ejecuciones laborales más gélidas de la historia de la democracia.
Sabino, el cancerbero que había burlado al general Armada el 23-F y logrado que el rey no se metiera en líos (o si se metía, al menos que la prensa no se hiciera eco de los follones sentimentales y financieros del monarca) era purgado al final de un año que, en teoría, había sido la apoteosis de la Marca España. Todo eran alabanzas a la familia real por su papel en la Expo de Sevilla y en los Juegos Olímpicos, pero en Zarzuela rodaban cabezas al más alto nivel. Raro.
Juan Carlos I felicitó personalmente a Fermín Cacho tras ganar el oro olímpico. "He sufrido mucho durante la carrera", confesó el monarca al atleta. No menos sufrió Sabino Fernández Campo para que el Borbón no descarrilara durante el extasiado 92.
"Juan Carlos quiso plena libertad en el 92 para cometer sus desmanes de todo tipo"
Esos meses, Sabino advirtió en privado que el rey acabaría haciendo daño a la monarquía si no se controlaba. En 2022, con Juan Carlos I achicharrado por los escándalos, el tiempo parece haber dado la razón a Sabino, pero la realidad del 92 era la que era: el 'establishment' español iba con el turbo puesto, el rey quería carta blanca y Sabino acabó descabezado. La larga noche del 92.
Pasados los momentos álgidos de ferias y olimpiadas, la vuelta al cole del 92 fue una de las más bajoneras y revueltas que se recuerdan. Los últimos cien días del 92 estuvieron marcados por la recesión, la corrupción, la conflictividad y las purgas reales; con los dos grandes prohombres de Estado, Juan Carlos I y Felipe González, dando muestras de desconexión con la realidad que acabarían siendo irreversibles.
Esta es la historia de dos líderes alfa que cayeron en la autocomplacencia en el momento de mayor gloria propagandística de su país. Ocurrió hace 30 años.
La Expo 30 años después: la Cartuja pelea por ser un referente indiscutible de Sevilla
María José Guzmán. Sevilla
La escapada suiza de Juan Carlos acabó llegando (sesgada) a los medios en lo que pareció una filtración de los guardianes de Zarzuela para darle un toque al rey. 'El País' tituló: "El rey, en Suiza para someterse a un chequeo médico" y la Casa del Rey admitió que el monarca estaba pasando unas "breves vacaciones en la montaña": Poco a poco conocimos la verdad: el rey estaba en Suiza con una de sus amantes, Marta Gayá, de su pandilla mallorquina.
Una portada histórica. (Cedida)
La ausencia del rey saltó a los medios el 18 de junio. Dos días antes, Sabino comió con Emilio Alonso Manglano, director del CESID (ahora CNI). Las notas privadas de Manglano, recogidas en el libro 'El jefe de los espías', plasmaron así el contenido del almuerzo: "Suiza: mal. Parece que M [Marta Gayá] influye negativamente".
Tras el follón mediático, el rey regresó a España para despachar con González, se hizo unas fotos... y volvió a Suiza esa misma tarde, como reveló 'El Mundo' dos días después. Había tomate.
El 31 de agosto de 1992, la revista (conservadora) 'Época' se tiró a la piscina y aireo la relación entre el rey y Gayá (con un titular inolvidable por su delicada maliciosidad eufemística: "La dama del rumor").
La 'sharia' desactivó la investigación sobre las cuentas de Juan Carlos I en Suiza
José María Olmo Beatriz Parera
Dos días después de la portada de 'Época', Manglano despachó con Julián García Vargas, ministro de Defensa. Anotación de Manglano: "Hay preocupación por los temas económicos del rey. Los de faldas no tienen importancia. Hay veces que dice chorradas”.
¿Cuáles eran los preocupantes temas económicos del rey? Según anotaciones de Manglano previas al 92, Sabino había deslizado a su entorno que el monarca cobraba comisiones (vía Manuel de Prado y Colón de Carvajal) y tenía "5000 millones en Suiza". El dinero suizo del rey fue un mito 'underground' en los noventa; el 'establishment' siempre lo negó... pero resultó ser cierto, aunque tardara tres décadas en demostrarse.
Manglano, por cierto, conocía el 'affair' Gayá (y la separación de facto de los reyes) desde 1990. El 6 de septiembre de ese año, tras comer con José Joaquín Puig de la Bellacasa, secretario general de la Casa del Rey, el jefe de los espías anotó: "El rey está mal. Dedicado completamente a M. [Marta Gayá] y con sus amigos golfos. Se desentiende de todo".
"Yo cubría los veranos en Mallorca y conocía la relación entre el rey y Gayá. El escándalo del viaje a Suiza del rey precipitó todo. Me puse a intentar atar la historia. Conseguí unas fotos de Gayá para hacer un perfil (tras publicarse el reportaje hubo una caza de brujas para buscar al filtrador, entre la burguesía mallorquina, clanes muy reservados en los que se protegía mucho a Marta)".
"Había que tener coj*nes para sacar una portada así en el año 92"
"Yo tenía preparado un segundo disparo para la semana siguiente, con nueva información sobre Gayá, pero nunca se publicó. Sabino Fernández Campo llamó a Jaime Campmany [director de 'Época'], al que conocía hacía tiempo, y le pidió detener el asunto como un favor personal. Sabino le dijo a Campmany: 'La reina Sofía no para de llorar, está completamente hundida, si volvéis a sacar algo la vais a matar. No te lo pido como jefe de la Casa del Rey, sino como amigo: no publiquéis nada más'".
"Hay que reconocer que Campmany le echó un par de huevos publicando esa portada. Había que tener coj*nes para sacar algo así en el año 92. Ahora bien: nadie siguió el hilo. A partir de esa portada, no se volvió a publicar nada similar sobre el rey durante varios años. Se paró todo", zanja Galiacho.
—Usted es un rey que paga impuestos como todo el mundo…
—¡Y cómo!
—No me diga usted que, como todos los españoles, intenta no pagar impuestos...
—No puedo decirlo, pero probablemente…
Carcajadas de Selina y el Borbón. ¡Eran los noventa!
LA TRASTIENDA DE UNA FECHA ICÓNICA
El lodazal del 92: cómo Felipe y Juan Carlos cavaron sus tumbas en 100 días frenéticos
1992. El "año que España asombró al mundo" vio también al país entrando en recesión, a González atrapado en las redes de la corrupción y al rey dando los primeros síntomas de operar al margen del Estado. De la euforia al mal rollo
Felipe González y Juan Carlos I en la Expo 92. (Fundación Felipe González)
Por
Carlos Prieto
04/09/2022 - 05:00
Versión oficial: La cumbre del 92 como año mágico español tuvo lugar el 8 de agosto de 1992. Fermín Cacho gana el oro olímpico en los 1500 metros con una demoledora recta final. Entre los 65.000 enardecidos espectadores del Estadio Olímpico de Montjuic estaban el rey Juan Carlos I y su hijo Felipe; las eufóricas celebraciones de la familia real llenaron esos días telediarios y revistas del corazón.
Versión olvidada: La cumbre del 92 como año aciago español tuvo lugar el 30 de diciembre de 1992. Comida en Casa Lucio con Juan Carlos I, la reina Sofía y Sabino Fernández Campo, jefe de la Casa del Rey y fontanero mayor del reino. Según diversas fuentes, el Rey soltó de pronto: "Sofía, ¿sabes que Sabino se nos va?". Ni Sofía ni Sabino sabían que Sabino se les iba. Fue una de las ejecuciones laborales más gélidas de la historia de la democracia.
Sabino, el cancerbero que había burlado al general Armada el 23-F y logrado que el rey no se metiera en líos (o si se metía, al menos que la prensa no se hiciera eco de los follones sentimentales y financieros del monarca) era purgado al final de un año que, en teoría, había sido la apoteosis de la Marca España. Todo eran alabanzas a la familia real por su papel en la Expo de Sevilla y en los Juegos Olímpicos, pero en Zarzuela rodaban cabezas al más alto nivel. Raro.
Juan Carlos I felicitó personalmente a Fermín Cacho tras ganar el oro olímpico. "He sufrido mucho durante la carrera", confesó el monarca al atleta. No menos sufrió Sabino Fernández Campo para que el Borbón no descarrilara durante el extasiado 92.
"Juan Carlos quiso plena libertad en el 92 para cometer sus desmanes de todo tipo"
Esos meses, Sabino advirtió en privado que el rey acabaría haciendo daño a la monarquía si no se controlaba. En 2022, con Juan Carlos I achicharrado por los escándalos, el tiempo parece haber dado la razón a Sabino, pero la realidad del 92 era la que era: el 'establishment' español iba con el turbo puesto, el rey quería carta blanca y Sabino acabó descabezado. La larga noche del 92.
Pasados los momentos álgidos de ferias y olimpiadas, la vuelta al cole del 92 fue una de las más bajoneras y revueltas que se recuerdan. Los últimos cien días del 92 estuvieron marcados por la recesión, la corrupción, la conflictividad y las purgas reales; con los dos grandes prohombres de Estado, Juan Carlos I y Felipe González, dando muestras de desconexión con la realidad que acabarían siendo irreversibles.
Esta es la historia de dos líderes alfa que cayeron en la autocomplacencia en el momento de mayor gloria propagandística de su país. Ocurrió hace 30 años.
La Expo 30 años después: la Cartuja pelea por ser un referente indiscutible de Sevilla
María José Guzmán. Sevilla
La dama del rumor
Las relaciones entre Juan Carlos I y Sabino Fernández Campo se tensaron mucho las semanas previas a Barcelona 92, cuando el rey desapareció del mapa coincidiendo con un cambio de ministros frenado porque el monarca no estaba en España para despachar con González.La escapada suiza de Juan Carlos acabó llegando (sesgada) a los medios en lo que pareció una filtración de los guardianes de Zarzuela para darle un toque al rey. 'El País' tituló: "El rey, en Suiza para someterse a un chequeo médico" y la Casa del Rey admitió que el monarca estaba pasando unas "breves vacaciones en la montaña": Poco a poco conocimos la verdad: el rey estaba en Suiza con una de sus amantes, Marta Gayá, de su pandilla mallorquina.
Una portada histórica. (Cedida)
La ausencia del rey saltó a los medios el 18 de junio. Dos días antes, Sabino comió con Emilio Alonso Manglano, director del CESID (ahora CNI). Las notas privadas de Manglano, recogidas en el libro 'El jefe de los espías', plasmaron así el contenido del almuerzo: "Suiza: mal. Parece que M [Marta Gayá] influye negativamente".
Tras el follón mediático, el rey regresó a España para despachar con González, se hizo unas fotos... y volvió a Suiza esa misma tarde, como reveló 'El Mundo' dos días después. Había tomate.
El 31 de agosto de 1992, la revista (conservadora) 'Época' se tiró a la piscina y aireo la relación entre el rey y Gayá (con un titular inolvidable por su delicada maliciosidad eufemística: "La dama del rumor").
La 'sharia' desactivó la investigación sobre las cuentas de Juan Carlos I en Suiza
José María Olmo Beatriz Parera
Dos días después de la portada de 'Época', Manglano despachó con Julián García Vargas, ministro de Defensa. Anotación de Manglano: "Hay preocupación por los temas económicos del rey. Los de faldas no tienen importancia. Hay veces que dice chorradas”.
¿Cuáles eran los preocupantes temas económicos del rey? Según anotaciones de Manglano previas al 92, Sabino había deslizado a su entorno que el monarca cobraba comisiones (vía Manuel de Prado y Colón de Carvajal) y tenía "5000 millones en Suiza". El dinero suizo del rey fue un mito 'underground' en los noventa; el 'establishment' siempre lo negó... pero resultó ser cierto, aunque tardara tres décadas en demostrarse.
Manglano, por cierto, conocía el 'affair' Gayá (y la separación de facto de los reyes) desde 1990. El 6 de septiembre de ese año, tras comer con José Joaquín Puig de la Bellacasa, secretario general de la Casa del Rey, el jefe de los espías anotó: "El rey está mal. Dedicado completamente a M. [Marta Gayá] y con sus amigos golfos. Se desentiende de todo".
El periodista
El autor de la información de 'Época' sobre la amante del rey fue el periodista Juan Luis Galiacho. Hablamos con él."Yo cubría los veranos en Mallorca y conocía la relación entre el rey y Gayá. El escándalo del viaje a Suiza del rey precipitó todo. Me puse a intentar atar la historia. Conseguí unas fotos de Gayá para hacer un perfil (tras publicarse el reportaje hubo una caza de brujas para buscar al filtrador, entre la burguesía mallorquina, clanes muy reservados en los que se protegía mucho a Marta)".
"Había que tener coj*nes para sacar una portada así en el año 92"
"Yo tenía preparado un segundo disparo para la semana siguiente, con nueva información sobre Gayá, pero nunca se publicó. Sabino Fernández Campo llamó a Jaime Campmany [director de 'Época'], al que conocía hacía tiempo, y le pidió detener el asunto como un favor personal. Sabino le dijo a Campmany: 'La reina Sofía no para de llorar, está completamente hundida, si volvéis a sacar algo la vais a matar. No te lo pido como jefe de la Casa del Rey, sino como amigo: no publiquéis nada más'".
"Hay que reconocer que Campmany le echó un par de huevos publicando esa portada. Había que tener coj*nes para sacar algo así en el año 92. Ahora bien: nadie siguió el hilo. A partir de esa portada, no se volvió a publicar nada similar sobre el rey durante varios años. Se paró todo", zanja Galiacho.
Piquito de oro
El rey Juan Carlos se abrió en canal ante dos reporteros/escritores en 1992. Primero a la periodista británica Selina Scott, que en el documental 'A year in Spain', sobre el 92 español, mantuvo la siguiente conversación con el monarca:—Usted es un rey que paga impuestos como todo el mundo…
—¡Y cómo!
—No me diga usted que, como todos los españoles, intenta no pagar impuestos...
—No puedo decirlo, pero probablemente…
Carcajadas de Selina y el Borbón. ¡Eran los noventa!