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Hola primas!
Me animo a abrir mi primer tema ya que llevo tiempo dándole vueltas a una situación y he dado la lata a todo mi entorno con el tema y no sé muy bien como actuar, a ver si podéis aconsejarme.
Tengo una amiga que era muy muy cercana antes del coronavirus en general. Hacíamos mil planes juntas las dos así como con nuestras parejas ya que coincidía que ambas parejas íbamos muy a la par y teníamos muchos intereses en común, o eso pensaba yo. A raíz del confinamiento, nuestra relación se enfría muchísimo: a ella la ponen en ERTE y entra en una etapa muy negativa, todo lo enfoca para mal y llega a decir cosas como "tengo depresión" (cuando se nota a leguas que no es así, simplemente está pasando por una situación de incertidumbre como tantas otras personas en España en ese momento). Yo sigo trabajando pero mi pareja también está en ERTE y en vez de acercarnos, hacer videollamadas, distraernos o así, pasan días y días sin hablar si yo no muevo ficha. Cuando empiezan a abrir la mano con las restricciones ella empieza a saltárselas a la torera, yo en cambio tengo a mi madre trabajando en un hospital y estoy en contacto muy directo con lo que está pasando, por lo que las sigo a rajatabla. Yo siempre he sido una persona muy sincera y le he dicho lo que pensaba al respecto, de la manera más correcta posible pero haciéndole saber que prefería no saber ciertas cosas porque no me parecían correctas. Al tiempo ella vuelve a trabajar (al final fueron 2 meses de ERTE si llega) y lo único que desea es salir de fiesta y a discotecas y yo para nada estoy en ese momento. Primero porque prefiero ser prudente con la situación y segundo porque con la edad que tengo (casi 30) ya no me apetece tanto ese tipo de planes. Ella me llega a decir que desde el confinamiento me he vuelto un poco aguafiestas. Pasan los meses y cada vez noto más fría la situación y, para poner de mi parte, intento hablar con ella en varias ocasiones para saber que está pasando: apelando a la amistad y el sentimiento, haciendo bromas sobre la situación, luego ya de manera muy sincera expresándole mi preocupación.... Pero nada, ella sigue diciendo que todo está bien, que quiere seguir haciendo planes conmigo pero todo sigue igual. He llegado a pensar que es una de esas personas que piensa que el mundo está hecho para que gire a su alrededor y que si no le hablo yo o le digo yo de quedar, la relación va a acabar por morir. Llevo desde final de verano haciendo "la prueba" de ver a que pasa si yo no pongo de mi parte y a día de hoy las últimas veces que nos hemos visto (principios de septiembre) fue porque yo propuse planes. Se perfectamente que ella queda con otras amigas y que es ella la que promueve los planes, ha hecho mucha relación con algunas compañeras del nuevo trabajo y siento como que ahora que las tiene a ellas, a mi ya no me necesita. Añado que el verano pasado retomé el contacto con un grupo de antiguas amigas y a ella esto le sentó fatal. Nunca me confesó que tuviera celos pero se notaba que sentía rechazo hacia esas personas y no aprobaba mi decisión de volver a incluirlas en mi círculo de amistades.
A día de hoy, después de 1 mes y medio sin vernos y habiendo hablado solo dos o tres veces durante este tiempo me planteo si vale la pena hacer otro intento de hablar con ella o si, por el contrario, debería dejar pasar el tiempo y olvidarme de todo... ¿Qué opináis?
Me animo a abrir mi primer tema ya que llevo tiempo dándole vueltas a una situación y he dado la lata a todo mi entorno con el tema y no sé muy bien como actuar, a ver si podéis aconsejarme.
Tengo una amiga que era muy muy cercana antes del coronavirus en general. Hacíamos mil planes juntas las dos así como con nuestras parejas ya que coincidía que ambas parejas íbamos muy a la par y teníamos muchos intereses en común, o eso pensaba yo. A raíz del confinamiento, nuestra relación se enfría muchísimo: a ella la ponen en ERTE y entra en una etapa muy negativa, todo lo enfoca para mal y llega a decir cosas como "tengo depresión" (cuando se nota a leguas que no es así, simplemente está pasando por una situación de incertidumbre como tantas otras personas en España en ese momento). Yo sigo trabajando pero mi pareja también está en ERTE y en vez de acercarnos, hacer videollamadas, distraernos o así, pasan días y días sin hablar si yo no muevo ficha. Cuando empiezan a abrir la mano con las restricciones ella empieza a saltárselas a la torera, yo en cambio tengo a mi madre trabajando en un hospital y estoy en contacto muy directo con lo que está pasando, por lo que las sigo a rajatabla. Yo siempre he sido una persona muy sincera y le he dicho lo que pensaba al respecto, de la manera más correcta posible pero haciéndole saber que prefería no saber ciertas cosas porque no me parecían correctas. Al tiempo ella vuelve a trabajar (al final fueron 2 meses de ERTE si llega) y lo único que desea es salir de fiesta y a discotecas y yo para nada estoy en ese momento. Primero porque prefiero ser prudente con la situación y segundo porque con la edad que tengo (casi 30) ya no me apetece tanto ese tipo de planes. Ella me llega a decir que desde el confinamiento me he vuelto un poco aguafiestas. Pasan los meses y cada vez noto más fría la situación y, para poner de mi parte, intento hablar con ella en varias ocasiones para saber que está pasando: apelando a la amistad y el sentimiento, haciendo bromas sobre la situación, luego ya de manera muy sincera expresándole mi preocupación.... Pero nada, ella sigue diciendo que todo está bien, que quiere seguir haciendo planes conmigo pero todo sigue igual. He llegado a pensar que es una de esas personas que piensa que el mundo está hecho para que gire a su alrededor y que si no le hablo yo o le digo yo de quedar, la relación va a acabar por morir. Llevo desde final de verano haciendo "la prueba" de ver a que pasa si yo no pongo de mi parte y a día de hoy las últimas veces que nos hemos visto (principios de septiembre) fue porque yo propuse planes. Se perfectamente que ella queda con otras amigas y que es ella la que promueve los planes, ha hecho mucha relación con algunas compañeras del nuevo trabajo y siento como que ahora que las tiene a ellas, a mi ya no me necesita. Añado que el verano pasado retomé el contacto con un grupo de antiguas amigas y a ella esto le sentó fatal. Nunca me confesó que tuviera celos pero se notaba que sentía rechazo hacia esas personas y no aprobaba mi decisión de volver a incluirlas en mi círculo de amistades.
A día de hoy, después de 1 mes y medio sin vernos y habiendo hablado solo dos o tres veces durante este tiempo me planteo si vale la pena hacer otro intento de hablar con ella o si, por el contrario, debería dejar pasar el tiempo y olvidarme de todo... ¿Qué opináis?