En febrero del 96 la revista alemana Bunte público que en diciembre del 95, el principe Ernesto se había alojado en el Hotel Oriental de Bangkok en una suite de 3,000 libras la noche ... Con Carolina de Mónaco
El principado publicó un comunicado asegurando que se trataba de un viaje cultural en el que habían coincidido, pero que no había nada entre ellos. Esta época –finales del 95-principios del 96– coincidió con la pérdida de cabello de Carolina.
Se cree que la alopecia de Carolina, tocada con pañuelos en una de sus etapas estéticas más recordadas, se debía al agobio de mantener un romance adúltero ante la desaprobación de toda la buena sociedad europea
Chantal Hochuli, esposa del principe Ernesto, resultaba ser una de las íntimas amigas de Carolina, el matrimonio tuvo dos hijos los príncipes Ernst August y Christian.
Los paparazzi fotografiaban de nuevo a la pareja besándose en el sur de Francia, con lo que Chantal solicitó el divorcio después de 16 años de matrimonio, que llegó en septiembre del 97.
Chantal perdía el título de princesa de Hannover pero conservaba el tratamiento de alteza real y recibía 10 millones de dólares. Se quedó residiendo en Londres con sus hijos, todavía adolescentes, y llevando una vida tan discreta como notoria pasaba a ser la de su exmarido.
Cuando empezó su relación con Ernesto, Carolina todavía vivía en Saint-Rémy, el pueblecito al que se había retirado tras la muerte de Casiraghi, fueron fotografiados por primera vez en un evento social.
Dividían su tiempo entre Francia, los castillos de Ernesto en Alemania y Austria y la isla keniata de Lamu. Muchos recordaron la vieja historia de que Grace Kelly habría deseado que el joven Ernesto y Carolina se casaran en su juventud.
Sucedió el 23 de enero del 99 en Mónaco, el día en el que Carolina cumplía 42 años.
La Madre de Felipe de Edimburgo intento rescatar a las hijas del Zar Nicolás II
La Princesa Alicia de Battenberg
intentó llevar a Inglaterra a las cuatro hijas del zar Nicolás II de Rusia, las princesas Olga, María, Tatiana y Anastasia, tras el golpe de Estado leninista y la abdicación del zar. Las cuatro jóvenes tenían un hermano pequeño, el aparente heredero, Alekséi Nikoláyevich Románov.
La princesa Alicia escribió a Lloyd George, era Primer Ministro de Inglaterra en el momento, ‘mi marido está retirado de la marina, vivimos de forma muy tranquila en la isla de Wight, ¿sería posible que me quedara con las niñas la respuesta fue no.
Después de los asesinatos, se especuló que una de las hijas, Anastasia, había sobrevivido. Muchas impostoras trataron de abrirse camino entre los corazones de los familiares del zar después de la guerra, algunos de los que habían conseguido escapar hasta otras ciudades europeas. La más famosa, Anna Anderson, resultó ser un fraude cuando en 1991.
El príncipe Felipe, pariente de sangre del zar y la zarina, dio su ADN para compararlo con el de ella.