Crimen guardia urbano

Por dios! otro más? pero ésta mujer, que tenía, que los volvía locos o que. Dios, como una mesalina cualquiera.
 
Hace lo que está de moda ahora, al parecer; intercambiar s*x* por favores de todo tipo; así tiene varios que le bailan el agua. Como maje.
A los tios no les importa porque así mojan. :wtf:
 
Hace lo que está de moda ahora, al parecer; intercambiar s*x* por favores de todo tipo; así tiene varios que le bailan el agua. Como maje.
A los tios no les importa porque así mojan. :wtf:


Tienen que valerse de eso porque ambas son dos cardos borriqueros y con un carácter que apesta a agrio y desagradable, sino a santo de qué los iban a tener comiendo de sus manos. Como prost*tutas, pero en vez de con pasta con favores.
 
Tienen que valerse de eso porque ambas son dos cardos borriqueros y con un carácter que apesta a agrio y desagradable, sino a santo de qué los iban a tener comiendo de sus manos. Como prost*tutas, pero en vez de con pasta con favores.
Tenía ojo para maromos de apariencia varonil pero que a nivel psique son débiles y de ahí que por un polvazo tenía a más de uno haciendo cola, tengo la teoría de que en este país no se folla tan bien como se presume...
Cargarse a su pareja oficial con una motosierra es de taradas mentales, a saber porque le tenía tanta rabia y odio para desearle lo peor.
Y ahora aparece el vecino con esa película .... OMG
 
Tenía ojo para maromos de apariencia varonil pero que a nivel psique son débiles y de ahí que por un polvazo tenía a más de uno haciendo cola, tengo la teoría de que en este país no se folla tan bien como se presume...
Cargarse a su pareja oficial con una motosierra es de taradas mentales, a saber porque le tenía tanta rabia y odio para desearle lo peor.
Y ahora aparece el vecino con esa película .... OMG


Es que en España no se folla, jajajaja, así de claro. Golfas como ésta y la Maje se aprovecharon de españoles medios con sequía sexual para conseguir sus propósitos que menos mal les salieron por la culata, porque han sido pilladas. A mi siempre me gusta saber el arma o herramienta de un crimen porque dice mucho de la persona, no es lo mismo el homicidio involuntario que te lleva a matar por defensa que el coger una motosierra, por favor, es que tenía que tener la mente hecha una put* mierda.
 
SE CUMPLE UN AÑO DE SU MUERTE
Celos, rupturas y un secreto desencadenaron el crimen de la Guardia Urbana
  • Primer aniversario de la muerte de un agente cuyo cadáver fue hallado en el pantano de Foix
  • La acusación pedirá condenar por asesinato a los dos urbanos
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Primer aniversario del homicidio de un agente de la Guardia Urbana de Barcelona

TONI MUÑOZ, Barcelona 01/05/2018 03:10 | Act. a 01/05/2018 03:47

Ha pasado un año desde que el agente de la Guardia Urbana Pedro Rodríguezfuera asesinado la noche del 1 de mayo del 2017. Por aquel crimen fueron detenidos dos agentes de la policía barcelonesa: Rosa Peral, novia del fallecido, y Albert López, exnovio de la mujer, que aguardan en prisión el fin de la investigación y el inicio del juicio que podría celebrarse a finales de este año o a principios del próximo. La instrucción está a punto de concluir y sólo faltan algunas piezas por encajar aunque quizás nunca llegue a aflorar toda la verdad , salvo que uno de los dos acusados confiese. La gran incógnita es quién fue el ejecutor material del crimen. El cadáver de Pedro Rodríguez fue calcinado y el fuego eliminó cualquier pista que permitiera saber con exactitud la causa de su muerte. Sin embargo, las acusaciones –Fiscalía y acusación particular– consideran que esto no puede en ningún caso favorecer a los implicados. No se puede saber la causa de la muerte porque ellos quemaron el cadáver y eliminaron las pruebas. Por eso, la acusación particular aboga por solicitar una condena por asesinato para ambos, una vez se cierre la instrucción.

El juicio está previsto para finales de este año o principios del año que viene

Pedro Rodríguez murió en Cubelles, en la casa que compartía con su novia, en un intervalo de tiempo que va desde las diez de la noche a las diez de la mañana. En la vivienda estaban su novia Rosa Peral, las hijas de ella y, más tarde, apareció Albert López. Las niñas fueron las únicas testigos de lo que sucedió aquel día pero por ley quedan exentas de tener que declarar en contra de su madre. Sin embargo, lo que vieron aquella noche se lo contaron a la actual pareja de su padre, el exmarido de Rosa. La madrastra relató que las niñas vieron a su madre discutir con Pedro y luego observaron cómo esta lo bajaba por las escaleras sosteniéndolo por los hombros hacia la planta baja, donde sería asesinado. El hombre iba medio drogado. Luego, vieron a su madre aparecer llena de sangre.

La autopsia no ha podido precisar a qué hora se produjo el crimen, ni si fue antes o después de las tres de la madrugada, cuando llegó a la casa el otro acusado, Albert López, según indicó el rastro de su teléfono móvil. Esa fue la primera pista que condujo hasta ellos. La otra fue el extraño comportamiento que tuvieron los dos acusados después del crimen. Rosa y Albert, que fueron pareja cuatro años y medio, pasaron juntos las cinco noches posteriores al asesinato, haciendo vida normal como si hubieran retomado la relación que rompieron meses atrás.

Tras el crimen, Albert se convirtió, de nuevo, en “el novio de mamá”, como le contaron las niñas a su madrastra y esta acabó explicando ante la juez.

Acusaciones cruzadas

La señal de los teléfonos móviles de los dos imputados y del fallecido les situaba en el lugar del crimen. De su implicación no hay ninguna duda. Cuando Albert y Rosa fueron detenidos diez días después, los dos acusados finalmente admitieron su participación en los hechos, aunque ambos se culparon el uno al otro. Se limitaron a reconocer que fueron al pantano de Foix, donde el cadáver fue calcinado, pero ninguno de ellos lo mató. Según sus respectivas versiones, fue el otro. La mujer dijo que su exnovio Albert se presentó en la casa aquella noche, encapuchado y con una mochila de la que sobresalía un hacha. Le ordenó que subiera al piso de arriba junto a sus hijas, que cerrara las ventanas y, a partir de ahí, sólo oyó golpes. Cuando bajó, ya no vio a Pedro y le obligó a limpiar con lejía todo el piso de abajo. Según ella, su exnovio, violento y despechado, la amenazó con matar a sus hijas si abría la boca. Ella guardó silencio y nunca denunció a Albert ante la policía a pesar de que en ese tiempo que pasó antes de ser detenida no siempre estuvo acompañada de aquel hombre. Las llamadas entre ambos fueron constantes en los días posteriores al crimen e incluso idearon un plan para culpar al exmarido de Rosa, según los investigadores.

Por su parte, Albert, al ser detenido, aseguró que la madrugada del crimen recibió la llamada
de la mujer y le pidió que se desplazara a Cubelles a ayudarla. Aun así, ambos fueron muy cuidadosos de no desvelar cómo fue el asesinato de Pedro. Ninguno de los dos dijo cómo
murió.

La eliminación de pruebas

Los dos acusados dedicaron el día después del crimen a preparar una coartada y desviar las sospechas. Pusieron el cadáver de Pedro en el maletero de su propio coche y lo quemaron en una pista forestal en el pantano de Foix. Esa fue la última opción que barajaron, según sospechan los investigadores. Antes, intentaron descuartizar el cuerpo a juzgar por las manchas de sangre que se hallaron en una pared y en el suelo del piso de abajo. Además, ese día un vecino oyó una motosierra. La autopsia concluyó –sin elevar sus conclusiones al nivel de certeza– que Pedro murió estrangulado, por lo que la única razón por la que había sangre en la estancia es porque intentaron trocearlo. Los forenses además indicaron que el cuerpo presentaba las extremidades amputadas si bien lo atribuyeron a la acción del fuego. En el piso de abajo, la policía científica descubrió que la pared en la que hallaron unos minúsculos restos de sangre fue repintada de blanco de forma chapucera para enmascarar las salpicaduras. Luego trasladaron el cuerpo al pantano pero durante el recorrido también llevaban consigo el teléfono móvil de la víctima, sabedores como policías que eran que los Mossos acabaría rastreando la señal.

Condujeron el teléfono de Pedro hasta la casa del exmarido de Rosa, Rubén, para tratar de incriminarle. Quería simular que Pedro había ido a ver al exmarido con quien estaba enemistado y este lo había matado y luego calcinado en el pantano de Foix. La única que conocía dónde vivía su exmarido era Rosa Peral puesto que unas semanas antes había contratado a un detective para hallar la ubicación exacta, en una investigación con la que pretendía buscar trapos sucios de su exmarido y arrebatarle la custodia compartida de las niñas.

Aquel intento de engaño no fructificó puesto que aquella noche el hombre no estaba en casa. Los investigadores además se percataron de las estrategias que utilizaron para desviar la atención. Rosa cogió el teléfono de Pedro cuando ya estaba muerto y se mandó un mensaje a su propio móvil. También obligó a su padre a mentir para que dijera que el día después del crimen vio a Pedro y le saludó. Todo ello con la intención de inducir a los investigadores a pensar que Pedro fue asesinado el día 2 tras enfrentarse a su exmarido y no el día 1.

¿Qué pasó aquella noche?

La principal hipótesis que sostienen los investigadores es que Pedro Rodríguez iba a romper con Rosa esa misma noche después de descubrir una nueva infidelidad. Las niñas le contaron a su madrastra que vieron al hombre recoger sus cosas. Esa fue la discusión definitiva en una relación marcada por una alta dosis de desconfianza. Un mes antes del crimen ya se había producido una riña similar en la que el hombre amenazó con marcharse. La hipótesis principal es que Rosa Peral no pudo soportar un nuevo varapalo sentimental después de la ruptura con su exmarido y acabó con la vida de Pedro Rodríguez. Además, en ese contexto de altibajos en la relación, su exnovio Albert, con quien supuestamente había retomado el contacto, le regaló un anillo de compromiso. “Por si te lo piensas”, le dijo. Rosa, sin embargo, asegura que no tenía ningún motivo para matar a Pedro, que eran felices y que, además, si no hubiera querido estar con él, lo habría dejado.

Otra posibilidad es que Albert quisiera acabar con la vida de Pedro para volver a estar con Rosa. O que los dos lo hubieran planeado. Pero hay otro elemento que comprometería a ambos. En prisión, Rosa le habría confesado a una presa que Albert era capaz de matar por ella, como cuando lo del mantero de Montjuïc”. Ese era un secreto que ambos guardaban desde hacía años y que Pedro Rodríguez amenazaba con sacar a la luz. Fue en agosto del 2014, cuando Albert y Rosa patrullaban juntos en la unidad de los fines de semana y en la que murió un mantero al caer por un terraplén. Pedro Rodríguez quiso denunciarlos, que el mantero fue empujado y por eso acabaron con su vida. Esta posibilidad la contó como cierta otra compañera de prisión de Rosa, que apuntó las dos posibles razones que ambos tenían para acabar con la vida de Pedro. Ella, porque quería dejarla; él, porque quería desvelar su secreto mejor guardado.

Con el arresto de los agentes de la Guardia Urbana implicados, y a la vista de su presunta capacidad criminal, los Mossos decidieron revisar el caso. La justicia decidió reabrir la investigación e imputó a los dos implicados por homicidio.

Confidencias en prisión

Las revelaciones que supuestamente hizo Rosa Peral a dos internas cuando estuvo reclusa en Wad-Ras sirvieron para acabar de atar algunos cabos. Según dijeron las presas, Rosa les contó que ella envenenó a Pedro y que Albert, luego, le mató. Esa confesión apuntalaba la tesis de que la víctima fue sedada antes de ser asesinada, lo que indicaría una cierta premeditación. Durante el registro que practicó la policía en el domicilio de la pareja no se encontró el medicamento que tomaba Pedro Rodríguez para tratarse el dolor de espalda que padecía tras ser operado unos meses antes. La prótesis que le habían implantado salió indemne de la quema y gracias a ello su cadáver pudo ser identificado cuando fue hallado completamente calcinado en una pista forestal junto al pantano.

Las revelaciones de aquellas presas también incriminaron a Rosa Peral en otro asunto. Explicaron con preocupación que la mujer estaba obsesionada en buscar la manera desde prisión de contratar a un asesino a sueldo para acabar con la vida de su exmarido, quien no le dejaba ver a sus hijas. Rosa Peral fue imputada por un delito de preparación de homicidio que investiga una juzgado de El Vendrell.

Además, la directora de Wad-ras decidió, en el mes de noviembre pasado, trasladar a Rosa Peral a la prisión de Brians 1 bajo el argumento de que su presencia en el centro penitenciario alteraba el equilibrio de las presas.

Rodeada de conflictos

Rosa Peral se ha visto envuelta en innumerables conflictos antes y después de la muerte de Pedro. Tres días antes del crimen, la mujer tenía que declarar como víctima en el juicio de la pornovenganza, en el que estaba acusado Óscar S., un antiguo novio y subinspector de la Guardia Urbana que se enfrentaba a tres años de prisión por difundir en internet una fotografía sexual de ambos. Con la mujer ya detenida por el homicidio de su novio, el alto mando de la Urbana fue absuelto por falta de pruebas.

Su implicación en el crimen de su novio y la falta de credibilidad tuvieron mucho que ver en el sentido exculpatorio de la sentencia.

http://www.lavanguardia.com/sucesos...bana-aniversario-rosa-peral-albert-lopez.html
 
16/04

Crimen Guardia Urbana: las presas construyeron el relato contra Rosa a través de internet

  • Nuevos datos ahondan en la idea de que las denuncias contra la agente de la policía municipal que parten de la cárcel son un complot

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Rosa Peral en un paseo en bicicleta / CG

16.04.2018 00:00 h.

Se llama Ányuli y ha ocupado una celda del módulo polivalente de la cárcel de Wad-Ras en el que durante cinco meses permaneció internada la agente de la Guardia Urbana Rosa Peral. Ányuli y su amiga Jennifer firman las denuncias contra Rosa Peral que nacen en la prisión. Por una parte, afirmaron que Rosa las trató de “contratar” a cambio de favores sexuales y de 30.000 euros para que contactaran con un sicario que matase al marido de la agente, el mosso d'esquadra, Rubén Carbó.

Por otro lado, denunciaron que Rosa Peral les había dicho que ella y su examante, el también guardia urbano, Albert López, mataron a Pedro Rodríguez porque éste conocía detalles inconfesables de la muerte de un mantero en Montjuïc, en el marco de un operativo policial en el que participaron Albert y Rosa en 2014.

Este medio ha podido confirmar que la inspección de la cárcel ha constatado que Ányuli estuvo consultando en internet todas las informaciones relativas a Rosa Peral días antes de denunciarla. Se puede dar la circunstancia, pues, de que el discurso de esta reclusa se nutriera de datos que obran en la red, más que de las supuestas revelaciones de la agente.

Amplio complot
En conversación con Crónica Global, Rosa Peral habla directamente de complot contra ella: “Me presionaron para que mantuviese relaciones con Jennifer, y yo me negué”.

Para Rosa Peral el complot contra ella afecta a personas que están dentro y fuera de la cárcel. Por ejemplo, apunta al cocinero de la prisión que, según ella, “mantiene relaciones con Ányuli y buenos contactos en el exterior. Todas veíamos que Ányuli utilizaba a menudo el teléfono móvil del cocinero, un teléfono que dejaba en la mesa de su oficina a la que Anyuli y Jennifer entraban como si fuera su casa. El resto de reclusas y yo sólo teníamos seis llamadas al mes sobre un máximo de 10 números de teléfono. Ellas dos, y Ányuli (que era ayudante de cocina) en especial, tenían acceso a internet sin cortapisas. Ilimitado. Yo llevo 10 meses en la cárcel y me lo han prohibido desde el primer día.”

Terrassa, la clave
Rosa Peral habla de una trama organizada y amparada (o, la menos no combatida) desde la dirección de la cárcel.

“Cuando estuve casada, vivimos en Terrassa. Ahora he sabido que la madre de Ányuli regentaba o regenta uno o varios prostíbulos en esa población. Cuando recobre la libertad pienso investigar ese extremo. Desde la cárcel no puedo y tengo la intuición de que alrededor de lo que se coció o se cuece en Terrasa voy a obtener algunas respuestas a lo que me está pasando·”, ha declarado enigmática.

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[Ányuli en el círculo]

 
Última edición:
16/04

Crimen de la Guardia Urbana: La muerte de Claudia y la ley del silencio
«La Jesica, la Ányuli, la Jennifer y otras tenían un chollo con ella»

  • La joven reclusa, muerta en extrañas circunstancias antes de declarar a favor de Rosa Peral, fue ultrajada por la “mafia del talego” durante meses

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Claudia Rodríguez a la izquierda de imagen / CG

16.04.2018 00:00 h.

La vida de esta joven de 22 años fue un descenso vertiginoso hacia la muerte.

Claudia Rodríguez nació el 11 de abril 1996 en Cali, Colombia. En 2001 se trasladó a Puigcerdà junto a su madre, Ana, para empezar allí una nueva vida. Con sólo 7 años, la pequeña Claudia fue objeto de abusos sexuales por parte de dos jóvenes de 15 y 12 años. “Eso la estigmatizó”, ha explicado su madre. “Fue un golpe duro que la marcó para toda la vida”.

Ana conoció a un hombre con quien se casó meses después y se trasladó a Palafolls, en el norte de Barcelona, ya que su esposo, albañil, había encontrado trabajo allí.

Abusos sexuales
El cambio de aires no trajo para Claudia una mejora en su situación. Ya adolescente, recibió tratamiento psicológico en más de una ocasión: sus compañeros de clase en la escuela le hicieron bulling. Se metían con ella por que abiertamente se declaró lesbiana. “La insultaban a menudo. La llamaban boyera, loca y otras barbaridades. Un grupo de jóvenes gamberros la increpaban y la perseguían cuando Claudia se reunía con sus amigas en los parques de Palafolls. Sabían que era una ángel y muy vulnerable. Abusaban de ella, de su buen corazón, se metían con ella porque les daba beneficios. Le quitaban dinero, ropa, la obligaban a que les invitase a refrescos, a tabaco…”.

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Claudia [derecha] con Anyuli en el lipdub en el que participaron varias reclusas / CG

“Mi niña, un ángel”
El tiempo fue pasando y el carácter de esta joven se fue truncando “pero su corazón seguía igual, siempre con vocación de ayudar a los más necesitados, siempre con vocación de justicia”.

El 6 de julio de 2017, un joven corpulento, Francecs Mas Soler, “le robó el móvil a mi hija. Eso ocurrió a las 8 de la tarde en un parque cercano a casa.. Sin que yo lo supiera, mi hija vino al piso y se metió una puntilla --cuchillo pequeño--, en el bolso. Y volvió al parque. Supongo que sospechaba lo peor. Y efectivamente, ese joven y sus amigos, todos gamberros, regresaron para pegarla. Era como su divertimento habitual. Durante esa agresión mi hija le clavó esa puntilla en la ingle al tal Francesc sin alcanzar ningún órgano vital”.

Allí mismo la detuvieron y el juzgado de instrucción número dos de Arenys la metió en la cárcel de Wad-Ras. “A los 4 días el agresor se había recuperado de las heridas. A los 20, fue a buscar a mi marido y le metió una paliza”.

Mancillada por su compañeras
Allí, en la cárcel, empezó el último infierno de Claudia.

“En la ley de la cárcel sólo perduran los más fuertes. Mi hija no lo era. Enseguida supieron que cada semana yo le metía 70 euros en el peculio. A los dos días del ingreso, ya no tenía dinero. La Jesica, la Ányuli, la Jennifer y otras tenían un chollo con ella. La Jesica, incluso, le robó el televisor que yo le compré. La tenían “multada. Ellas eran la mafia”.

Con Rosa todo cambió
Claudia vio el cielo cuando ingresaron en su módulo a Rosa Peral. La agente de la Guardia Urbana fue su profesora de gimnasia en el penal y la sacó del hoyo emocional donde estaba sumida. “Mi hija sabía que existía un complot contra Rosa. Lo vio. Lo oyó. Sabía que la Ányuli y la Jennifer se la tenían jurada y cuando ellas supieron que mi niña iba a declarar a favor de Rosa, casualmente, apareció muerta”.

La muerte de Claudia ocurrió el 11 de marzo. “Sobredosis y muerte por asfixia”. Aparecio en su celda con una bolsa en la cabeza.

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Croquis realizado por Rosa Peral sobre las celdas de Wad-Ras / CG

Boca cerrada
“Mi niña era una buena persona, de gran corazón que se dejaba la piel por ayudar a las demás. La mataron por saber demasiado”.

El caso lo investiga el juzgado de instrucción número 24 de Barcelona que aún no ha recibido el informe preliminar de la autopsia.

 
Última edición:
2/05

Crimen de la Guardia Urbana: Colombia exige investigar la muerte de Claudia
  • El consulado colombiano se dirige a la Generalitat para que aclare si Claudia Rodríguez fue asesinada en prisión por los clanes de la droga

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Claudia Rodríguez Zúñiga, la reclusa muerta en la cárcel de Wad-Ras / CG

02.05.2018 00:00 h.

El Consulado de Colombia en Barcelona ha confirmado que la pasada semana exigió oficialmente a la Dirección General de Servicios Penitenciarios de la Generalitat que investigue y aclare las circunstancias en las que murió, el pasado 11 de marzo en la cárcel de Wad-Ras, la interna colombiana, Claudia Rodríguez, por una supuesta sobredosis.

Según ha podido saber Crónica Global, era público y notorio su enfrentamiento con el clan de la droga de Wad-Ras. Su muerte se produjo cuando había trascendido, además, su intención de declarar a favor de la agente de la Guardia Urbana Rosa Peral a quien consideraba víctima de un complot en la cárcel, en el que habrían participado diversas reclusas vinculadas con el tráfico de drogas.

Apoyo consular
La familia de Claudia ha buscado (y ha encontrado) amparo en las autoridades diplomáticas de sus país. Diversas fuentes penitenciarias consultadas por este medio sospechan que Claudia, con tan sólo 23 años, pudo ser asesinada ya que cuando apareció inconsciente en su celda portaba una bolsa de plástico en la cabeza. El juzgado de instrucción número 24 de Barcelona ha ordenado una investigación al respecto.

La muerte de Claudia se produjo el mismo día en que esta reclusa envió una segunda carta a Peral (imputada por el crimen de la Guardia Urbana y que se encuentra en prisión preventiva en la cárcel de Brians) en la que se ponía a su disposición para desenmascarar el complot que, según ella, se había urdido en la cárcel contra Peral.

 
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