Casting para presidente del PP, avalancha de candidatos

Que elegancia de la prensa a la hora de tratar éste tema. No se habla de guerra, ni de zancadillas, ni de traiciones, ni ....y haberlos haylos.

Uff si hubiera sido las primarias de otro partido de izquierdas..(y)
 
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Me ha hecho gracia la soflama de SSS..."Si los independentistas están en la cárcel es gracia al PP".
Olé sus narices. La división de poderes a tomar por el c**o. Luego le enmiendan la plana desde Alemania y ¡que malos son los jueces alemanes!
 
Todos los comienzos son difíciles


La dificultad de los comienzos no está presente exclusivamente en la vida de los individuos, sino también en la de las sociedades en que los individuos conviven

Si el PP pretende continuar formando parte del sistema de partidos de la democracia española. Volver al pasado no es alternativa

A la fuerza ahorcan, dice el refrán. Y a la fuerza está teniendo que iniciar el aprendizaje de la democracia

Javier Pérez Royo
18/07/2018 - 20:27h
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Pabloc Casado y Soraya Sáenz de Santamaría

Las palabras que dan título a este artículo son las primeras palabras de El Capital. Son las palabras con las que Marx encabezó el prólogo de la primera edición. Marx sabía de lo que hablaba. Son muchos los años que Marx necesitó para poder escribir El Capital y únicamente publicó el Vol. I. No pudo pasar del comienzo de acuerdo con el plan de trabajo que él mismo se había trazado. Dejó mucho más escrito como borrador de lo que pudo publicar en vida. Los comienzos no solamente son difíciles, sino que no garantizan, además, que se pueda pasar a la o las fases ulteriores del camino que se pretende recorrer.

La dificultad de los comienzos no está presente exclusivamente en la vida de los individuos, sino también en la de las sociedades en que los individuos conviven. La imposición de un nuevo principio de legitimidad sin el cual no es posible la convivencia exige mucho tiempo y superar innumerables obstáculos. Para la imposición del principio de legitimidad democrática han sido necesarias tres revoluciones iniciales, la inglesa de finales de siglo XVII y las americana y francesa de finales del siglo XVIII, la Guerra Civil en los Estados Unidos, y en Europa las guerras napoleónicas, la revolución de 1848, la guerra franco-prusiana y las dos guerras mundiales en la parte occidental del continente europeo. El fin de la Guerra Fría y la caída del Muro de Berlín en la parte oriental. El principio de legitimidad democrática es muy fácil de formular, pero muy difícil de poner en práctica.

Por eso, la democracia es una forma política muy reciente. De finales del siglo XIX en Estados Unidos. De la segunda mitad del siglo XX en Europa occidental. De los años setenta en Grecia, Portugal y España. Y desde 1989 en Europa oriental. La proyección del principio de legitimidad democrática del Estado nacional a la Unión Europea nos va a llevar todo el siglo XXI, si conseguimos llevarlo a buen término, que todavía está por ver.

Hay una institución sin la cual no es posible el aprendizaje primero y la implantación después de la democracia: el partido político. De ahí que el Estado democrático haya sido definido como Estado de partidos. El partido político, mejor dicho los partidos políticos, porque en democracia solamente se puede hablar de partidos en plural, son la condición sine qua non para la existencia de la democracia como forma política. Sin los partidos políticos las sociedades no pueden aprender a ser democráticas primero y operar como tales sociedades democráticas después.

Es a través de los partidos como los ciudadanos hacemos el aprendizaje de la democracia. Justamente por eso, la democracia tiene que estar presente en la organización del partido, de los partidos. Un partido en cuya organización la democracia no esté presente, es una anomalía. Es cuña de otra madera. O se refunda o desaparece.

En esta tesitura se encuentra el PP. Ha sido cuña de otra madera en el Estado democrático construido a partir de la entrada en vigor de la Constitución de 1978. En su origen está la AP de Fraga y los “siete magníficos”, es decir, la clase política del Régimen del general Franco. Y ese modelo de partido es el que se reproduce en el Congreso Fundacional del PP en 1989. Así se ha mantenido hasta la dimisión de Mariano Rajoy.

De ese carácter constitutivamente no democrático del PP vienen buena parte de los problemas de la democracia española. Un partido democráticamente constituido no hubiera reaccionado jamás de la forma en que lo ha hecho el PP en lo que a la Constitución Territorial se refiere. Pero Franco dirigió el país durante muchos años y dejó una huella muy profunda en la sociedad española.

En cualquier caso, al PP le ha llegado el momento de poner fin a la anomalía que ha sido durante varios decenios. A la fuerza ahorcan, dice el refrán. Y a la fuerza está teniendo que iniciar el aprendizaje de la democracia.

Y los comienzos son difíciles. Los militantes del PP en general y los dirigentes en particular lo están comprobando. Se les nota mucho que no han practicado la democracia en su vida. La torpeza con la que se mueven salta a la vista. El reglamento con unas primarias de descarte primero y un Congreso de elección del presidente después es un disparate. Que no hayan sido capaces de organizar un debate entre los seis candidatos a las primarias y entre los dos que han quedado para la elección por los compromisarios en el Congreso, lo dice todo. Sin debate no hay elección democrática propiamente dicha. Al final el proceso está siendo todo, menos transparente.

Al menos, es un primer paso, al que tendrán que seguir muchos más, si el PP pretende continuar formando parte del sistema de partidos de la democracia española. Volver al pasado no es alternativa.

https://www.eldiario.es/zonacritica/comienzos-dificiles_6_794130599.html

No me gusta ni el uno ni la otra. Me da exactamente lo mismo.

Lo que sí comento es la nula responsabilidad de Rajoy. Poco se le ha criticado por ello. Nada que objetar a que deje el partido y que dimita, pero por responsabilidad debiera haberse quedado en funciones hasta que se designara un candidato para el PP. Cogió la maleta y se fue a Santa Pola despidiendose casi a la francesa y dejando a su partido huérfano de líder.

¿Que hubiera pasado si Pedro Sanchez convoca elecciones anticipadas sin tener candidato el PP?

Por poder podría hacerlo, pero vemos que hay algún acuerdo tácito para que eso no ocurra mientras el PP se recompone.

Cualquier partido que se precie después de la moción de censura y aprovechando el tirón de las encuestas y estando los partidos adversarios en franca decadencia las hubiera convocado.

PS se ha resignado a seguir con los presupuestos impuestos, con la mesa del Parlamento impuesta y lanzando intenciones sin llevar ninguna a su terminación.

Así no se gana adeptos, mas bien los pierde.

Es incomprensible su postura a no ser que haya acuerdo de que no mueva ficha hasta que el PP se recupere. Hay demasiadas cosas que chirrían por no hablar de la fallida votación por el control de RTVE en la que se equivocan para meter un papel en una urna. ¡Curioso!
 
Yo me pregunto qué ha hecho Soraya con el bolso ¿se lo dejó en el escaño de Rajoy? Porque yo la veo en todas las imágenes de tv sin bolso. Me pregunto si no necesita en ningún momento el móvil, un pañuelo, las gafas, dinero para pagar algo, una botella de agua...... o hay alguien que se lo lleva, tipo Sema, el amigo de Chabelita.
 
BLOGS
21/07/2018 08:06 CEST | Actualizado Hace 11 minutos
Las claves de la semana: ¡Joder, qué tropa!






Ríanse de la división de la izquierda. Lo que viene en la derecha superará con creces cualquier episodio cainita de los vividos al otro lado del espectro ideológico en los últimos tiempos. Ha sido estrenar el PP la democracia interna y salir a la superficie todas sus miserias. ¡Joder, qué tropa!, que diría Romanones, y repetiría Rajoy con mucho conocimiento de lo que había en su partido. Pedro Sánchez debe estar dándose un atracón de pipas en La Moncloa, y eso que tampoco gana para disgustos: que si el lío de RTVE, que si se complica lo de la exhumación de los restos de Franco; que si le va a estallar sin comerlo ni beberlo la bomba de neutrones sobre el pasado del rey emérito...

Pero esta semana se impone hablar sobre todo de la condición humana, la lucha por el poder, la traición, la intriga, las facturas pendientes, los agravios pasados, los orgullos, la irrefrenable ansia por el control... y la crisis de la derecha.



dims

EFE


Por partes. No es que las primarias hayan roto el PP, en realidad el partido estaba hace años descompuesto. Lo que ocurre es que la fractura estaba oculta tras el poder institucional, pero esto no hay ya quien lo contenga. Sea Santamaría o sea Casado, es difícil creer que quien gane hoy las primarias sea capaz de cerrar una herida que supura desde el Congreso de Valencia, aquel cónclave en el que Rajoy logró zafarse del "aznarismo", no sin antes haber sido ninguneado por las huestes de quien lo antecediera en el cargo.

Desde entonces, todo fue una gran mentira. Ni tenían el censo de militantes que decían ni eran ejemplo de unidad por mucho presidencialismo y mucha jerarquía que se impusiera. Hace diez años que sorayos y cospedalos se juraron odio eterno igual que el mariananismo y el aznarismo se ponían a parir por las esquinas y los reservados capitalinos.

Aznar llevaba tiempo pidiendo la revancha y ha encontrado ahora en la candidatura de Casado la mejor forma de cobrársela. Porque si Soraya no es más que una alumna aventajada de Rajoy que trata de recuperar el honor perdido del "marianismo", su contrincante aspira a hacer lo ídem en favor de un "aznarismo" harto de lamerse las heridas por el desprecio de un Rajoy que se hizo dueño absoluto del partido y al que nadie tosía.

¿Quién ganará la partida? Si el cuerpo electoral de la segunda vuelta de las primarias fuera el mismo que el de la primera, la lógica diría que la victoria será de Casado, ya que el "antisorayismo" representado en las candidaturas de los otros cinco candidatos superó con creces el numero de votos que sumó la exvicepresidenta. Pero, como no es ese el caso, sino que ahora quienes votan ya no son militantes sino compromisarios -y la mayoría son cuadros del partido con hipotecas y facturas-, nadie se atreve a asegurar que el resultado vaya a ser en estos términos.

De momento, Santamaría ha sabido tejer una red de apoyos orgánicos importantes durante la campaña, a pesar de que durante sus años monclovitasno hizo muchos amigos y de que nunca fue una abnegada militante que cuidara o defendiera las siglas en los momentos más delicados. Todo lo contrario. Su deporte favorito fue trabajar para sí misma desde la mesa del Consejo de Ministros y ponerse de perfil cuando venían mal dadas. De ahí que ahora vaya a necesitar algo más que el "porque yo lo valgo" y "porque soy mujer" para imponerse a Casado.

Claro que en la primera vuelta de estas primarias, en la que ganó a Casado por poco más de 1.000 votos, la militancia tampoco se puede decir que premiara el papel de Cospedal cuando ponía la cara en las ruedas de prensa para que se la partían ante los casos Gürtel, Púnica, los papeles de Bárcenas o el máster de Cifuentes.

La secretaria general del PP no es que perdiera frente a Soraya el 5 de julio, sino más bien fue humillada con un pírrico tercer puesto que la sacó para siempre de la pista en favor de su enemiga más íntima y de uno de sus segundos, el vicesecretario de Comunicación, Pablo Casado.

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Aunque el joven Casado no es en absoluto un recién llegado, ya que formó parte de la dirección actual y jamás se le escuchó una crítica a la gestión del Gobierno de Rajoy, tuvo en la primera vuelta la habilidad de presentarse como un candidato sin hipotecas y ajeno a las luchas de poder que encarnaba la necesaria renovación generacional. Un dibujo de sí mismo que quedó difuminado por completo en los últimos días de campaña al rodearse de algunas viejas glorias del PP y del sector más ultra del partido, el que comparte frontera ideológica con VOX. Al erigirse en guardián de las esencias de los días de vino y rosas del aznarismo, una parte de los compromisarios podría entender su elección como una involución ideológica que les alejaría del centro político.

La partida se presenta pues reñida hasta en las expectativas. Uno y la otra han hecho unos cálculos sobre el resultado con los que la suma de ambos supera incluido el 100 por ciento de los compromisarios con derecho a voto. Los dos llegan al final de la campaña tan igualados que el resultado puede dirimirse en un puñado de votos. De ahí que todos los ojos hayan estado puestos en el papel de un Mariano Rajoy que en público ha cumplido con el compromiso de no interferir en el proceso y, en privado, ha practicado la neutralidad activa con cada llamada en la que se quejaba amargamente de los ataques de Casado a su gestión de gobierno.

Aznar, por su parte, ha hecho lo propio en cada una de sus intervenciones públicas, mucho más desde que se supo que el Comité Organizador no le había cursado siquiera invitación al congreso. La decisión de no contar para la clausura del cónclave con quien fue fundador y máximo responsable del partido, además de presidente de honor, da idea de la división por la que atraviesa el PP. Ni en sus congresos más convulsos al PSOE se le ocurrió jamás semejante desplante con un Felipe González que tampoco ahorró críticas a todas las direcciones federales socialistas que sucedieron a las suyas.

Tampoco olviden la importancia de los discursos de los candidatos ante el plenario porque, en una competición tan reñida, todo cuenta. Y el equipo de la ex vicetodo lleva días escuchando opiniones al respecto entre quienes tienen experiencia en competiciones reñidas más allá del universo popular. El de Casado cuenten con que ha sido supervisado por la factoría ideológica de la FAES.

Hasta aquí la semana más decisiva de cuantas haya tenido el PP de los últimos tiempos. La política española aún vive pendiente de un resultado que promete ser reñido, que abrirá sin duda una senda de división por la que jamás transitó antes la derecha y que modificará, según quien sea el elegido, las expectativas electorales del resto de formaciones políticas, en especial del PSOE y de Ciudadanos.

P.D. Ya si eso, lo del bochornoso espectáculo parlamentario que el Gobierno ha fomentado a costa de la renovación del Consejo de RTVE se lo contamos en otro momento. Hasta el lunes, disfruten de la superproducción montada por los populares al estilo de los mejores capítulos de House of Cards. Hay tanto cinismo y tanta ambición como en la serie que llegó a lo más alto del podio seriéfilo.

https://www.huffingtonpost.es/esthe...-que-tropa_a_23486266/?utm_hp_ref=es-homepage

Ni me va uno ni me va el otro.

La una aupada por padrinos, y el otro con carrera universitaria y masteres en investigación.

Puaff..


Un poquito mas de SSS

http://www.losgenoveses.net/Personajes Populares/soraya/sorayacurriculum.html

Y un poquito de Casado, artículo del 2015.:cautious:

https://www.elplural.com/politica/l...ulum-pero-si-no-le-gusta-tengo-otros_25657102
 
Última edición:
Escrutinio en marcha. Supongo gana Pablo, otro vaina como Pedro Sánchez, que de profesión política y punto. Soraya acabará con Botín, puestazo en el Santander.
 
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