Voy a soltar algo que seguramente sea impopular pero, en estas conversaciones nunca aparecen ex bullís, no? Es curioso. Parece que el mundo está lleno de víctimas y los abusadores son siempre otros. Como una cosa que está ahí revoloteando sin dar señales de vida.
Las personas somos increiblemente malas para ponernos en la piel de los demás, especialmente cuando somos niños o adolescentes que nos miramos el ombligo.
Yo lo pasé muy mal, pero con el tiempo empecé a dejar de mirarme tanto el ombligo, de lloriquear por lo malos que habían sido conmigo y mirar a ver yo como trataba a los demás y la verdad es que no pude estar precisamente orgullosa. Era una adolescente verdaderamente estúpida, pero dudo que nadie se salve completamente de serlo alguna vez en su vida.
Lo que tiene el bullying, además, es que es algo colectivo. No es sólo una persona que la tiene pillada contigo. Es un consenso social: fulanito es "tonto, gordo, insoportable, pesado, no se sabe comportar, huele mal" y por tanto, meterse con él está bien, se lo ha buscado. Aunque siempre nos venden la idea simplista de que es de otra forma, es así. A menudo, la gente que sufre bullying acaba siendo bullie. No porque quieran vengarse del mundo si no porque entienden que eso es lo normal, la forma buena de hacer las cosas. Lo peor es que tampoco suelen darse cuenta, solo recuerdan el mal que les han hecho y no su parte de responsabilidad en el infierno de otro, igual es una parte pequeñita, pero suma, porque es la reiteración lo que jode y.si viene de gente distinta más.
Por supuesto que pienso que un bullie se puede reformar. De hecho, son niños y adolescentes, que es algo que se nos olvida, que no tienen las mismas herramientas ni capacidad de darse cuenta del daño que hacen. Así que a mí, la gente que me ha hecho daño en esa época me da igual. Me parece hasta ridículo o infantil por mi parte guardar rencor por ello, porque pienso que por mucho daño que me hiciera alguien de mi edad quienes me fallaron fueron los adultos que deberían haberlos educado, intervenido o que deberían darme herramientas para sobrellevarlo correctamente. No juzgo quién lo vea de otra forma. Mi caso es mi caso, otras personas tendrán lo suyo y el odio es algo muy personal. Poco productivo pero personal.
Me apena un poco que tengáis algunas tan poca fe en que eso se pueda solucionar como para que os de reparo que alguien pueda cambiar y ser, por ejemplo, psicologa. Eso implica que si un niño tiene mal comportamiento para vosotros ésta marcado de por vida y ya no puede dedicarse a determinadas profesiones que requieran empatía, como si está viniera de serie y no fuera un aprendizaje.
Por otro lado, se tiende a pensar que todo queda ahí, que es cosa de niños y adolescentes. Todo el mundo llena las redes sociales de consignas contra el bullying, pero nadie se mira a sí mismo y las conductas que tenemos a diario. Me paso el día viendo a adultos machacar a otros adultos, niños y personas vulnerables de alguna forma. Jodiendo y acordando que se lo merecen sin medir, sin pensar en sí una reacción a otra cosa es proporcional.
Mi peor época, ya que lo mencionáis algunas, fue en la universidad. Todos adultos. Me han quedado secuelas, claro, pero de lo que más miedo tengo es de caer en hacer yo algo parecido. Una vez te das cuenta de lo fácil que es caer en la validación de un círculo afín, te acojonas. Y la peor bullie de mi vida, por cierto, mi madre. A esos es a los que no perdono, a los que eran adultos cuando me jodieron.
No me considero ex bullie, porque si las cuatro maldades que hice o dije te valieran esa etiqueta, no saldría nadie limpio, sin embargo, seguramente alguna persona a la que en su momento hice daño, desde su punto de vista, sesgado, limitado a un momento concreto de mi vida, pensará de mi, que que coxx voy a cambiar, o dar lecciones o como me iba a poder dedicar a algo que implicara empatia. Y estará completamente equivocado aunque tenga todo el derecho a odiarme. Y creo, sinceramente, que si nos hacen la foto en el momento adecuado, todos tenemos mierdecillas de las que aprende para no volver a repetirlas.
Las personas somos increiblemente malas para ponernos en la piel de los demás, especialmente cuando somos niños o adolescentes que nos miramos el ombligo.
Yo lo pasé muy mal, pero con el tiempo empecé a dejar de mirarme tanto el ombligo, de lloriquear por lo malos que habían sido conmigo y mirar a ver yo como trataba a los demás y la verdad es que no pude estar precisamente orgullosa. Era una adolescente verdaderamente estúpida, pero dudo que nadie se salve completamente de serlo alguna vez en su vida.
Lo que tiene el bullying, además, es que es algo colectivo. No es sólo una persona que la tiene pillada contigo. Es un consenso social: fulanito es "tonto, gordo, insoportable, pesado, no se sabe comportar, huele mal" y por tanto, meterse con él está bien, se lo ha buscado. Aunque siempre nos venden la idea simplista de que es de otra forma, es así. A menudo, la gente que sufre bullying acaba siendo bullie. No porque quieran vengarse del mundo si no porque entienden que eso es lo normal, la forma buena de hacer las cosas. Lo peor es que tampoco suelen darse cuenta, solo recuerdan el mal que les han hecho y no su parte de responsabilidad en el infierno de otro, igual es una parte pequeñita, pero suma, porque es la reiteración lo que jode y.si viene de gente distinta más.
Por supuesto que pienso que un bullie se puede reformar. De hecho, son niños y adolescentes, que es algo que se nos olvida, que no tienen las mismas herramientas ni capacidad de darse cuenta del daño que hacen. Así que a mí, la gente que me ha hecho daño en esa época me da igual. Me parece hasta ridículo o infantil por mi parte guardar rencor por ello, porque pienso que por mucho daño que me hiciera alguien de mi edad quienes me fallaron fueron los adultos que deberían haberlos educado, intervenido o que deberían darme herramientas para sobrellevarlo correctamente. No juzgo quién lo vea de otra forma. Mi caso es mi caso, otras personas tendrán lo suyo y el odio es algo muy personal. Poco productivo pero personal.
Me apena un poco que tengáis algunas tan poca fe en que eso se pueda solucionar como para que os de reparo que alguien pueda cambiar y ser, por ejemplo, psicologa. Eso implica que si un niño tiene mal comportamiento para vosotros ésta marcado de por vida y ya no puede dedicarse a determinadas profesiones que requieran empatía, como si está viniera de serie y no fuera un aprendizaje.
Por otro lado, se tiende a pensar que todo queda ahí, que es cosa de niños y adolescentes. Todo el mundo llena las redes sociales de consignas contra el bullying, pero nadie se mira a sí mismo y las conductas que tenemos a diario. Me paso el día viendo a adultos machacar a otros adultos, niños y personas vulnerables de alguna forma. Jodiendo y acordando que se lo merecen sin medir, sin pensar en sí una reacción a otra cosa es proporcional.
Mi peor época, ya que lo mencionáis algunas, fue en la universidad. Todos adultos. Me han quedado secuelas, claro, pero de lo que más miedo tengo es de caer en hacer yo algo parecido. Una vez te das cuenta de lo fácil que es caer en la validación de un círculo afín, te acojonas. Y la peor bullie de mi vida, por cierto, mi madre. A esos es a los que no perdono, a los que eran adultos cuando me jodieron.
No me considero ex bullie, porque si las cuatro maldades que hice o dije te valieran esa etiqueta, no saldría nadie limpio, sin embargo, seguramente alguna persona a la que en su momento hice daño, desde su punto de vista, sesgado, limitado a un momento concreto de mi vida, pensará de mi, que que coxx voy a cambiar, o dar lecciones o como me iba a poder dedicar a algo que implicara empatia. Y estará completamente equivocado aunque tenga todo el derecho a odiarme. Y creo, sinceramente, que si nos hacen la foto en el momento adecuado, todos tenemos mierdecillas de las que aprende para no volver a repetirlas.
), la que tenía aficiones extrañas... A esto se le sumaba acoso escolar físico y psicológico. Sin embargo, no todos los que pasaban de juntarse conmigo me hacían bullying ni muchísimo menos - más bien, otras personas les decían que yo era rara y ya me etiquetaban sin conocerme. No me insultaban ni me pegaban; simplemente, me decían abiertamente que no querían estar conmigo y que me marchara a otra parte.