Beyonce

Se ha cansado de sus dietas milagro semanales, cosa que me parece estupenda.
No puede vivir a base de lechugino,eres multimillonaria, ¡ Disfruta C*no!.
 

La peculiar estrategia de redes de Beyoncé, la estrella que decidió que solo su música hablara por ella​

A pesar de que es una de las artistas más veneradas en el mundo, su día a día continúa siendo uno de los secretos mejor guardados de la cultura pop estadounidense.​

SERGIO DEL AMO | 31 JUL 2022 18:16

Aprovechando el lanzamiento de su nuevo álbum, Renaissance, a mediados de julio Beyoncé se estrenó en TikTok. Por lo pronto, ha subido todo su catálogo a la plataforma y ha compartido un montaje de vídeo de varios fans danzando Break My Soul, su último sencillo. En menos de dos horas superó la barrera de los tres millones de seguidores. Pero, al igual que en su Instagram (con 269 millones de followers), no sigue absolutamente a nadie. Ni siquiera la cuenta de Ivy Park, la firma de ropa deportiva que fundó en 2016.

A estas alturas, nadie espera que vaya a protagonizar bailes virales o persuada a su familia para participar en el reto tiktokero de turno. En realidad, su renuencia al exhibicionismo online la convierte en una rara avis entre sus compañeras de profesión. Nadie sabe quiénes son sus amistades más íntimas, cómo ha vestido el interior de sus numerosas propiedades o a qué dedica el tiempo libre fuera del estudio de grabación o los escenarios.


A diferencia de la Madonna actual, que no sabe vivir sin Instagram, o de Doja Cat y Azealia Banks, quienes se suman a cualquier polémica ante el escrutinio de su cada vez más menguante núcleo de fans, Beyoncé sigue una estrategia completamente opuesta. Guste más o menos, mantiene vivo ese halo de misterio, casi inescrutable, que caracterizaba a las grandes estrellas antes de la eclosión de las redes sociales. Pese a ser una celebridad archiconocida en todo el mundo, su día a día es tan ignoto como el de Enya o Kate Bush. Solo desvela al público aquello que le interesa.

“Estoy agradecida de tener la capacidad de elegir lo que quiero compartir. Un día decidí que quería ser como Sade y Prince y centrarme en mi música, porque si mi arte no es lo suficientemente fuerte o significativo como para mantener a la gente interesada e inspirada, entonces estoy en el negocio equivocado. Mi música, mis películas, mi arte y mi mensaje deberían ser suficientes”, aseveró el pasado año en Harper’s Bazaar.

En esas mismas páginas agregó: “A lo largo de mi carrera he procurado establecer límites entre mi imagen laboral y mi vida personal. De hecho, mi familia y mis amigos a menudo olvidan mi lado más bestia en tacones de aguja hasta que me ven actuar. En este negocio, gran parte de tu vida no te pertenece a menos que luches por ella, así que he luchado para proteger mi cordura y mi privacidad porque mi calidad de vida depende de ello. Gran parte de lo que soy está reservado a las personas que quiero y en las que confío. Los que no me conocen podrían interpretarlo como que soy esquiva, pero la razón por la que esas personas no ven ciertas cosas de mí es porque mi trasero de Virgo no quiere que las vean… ¡No es porque no existan!”.

Esta barrera tan marcada entre la persona y el personaje no es ni mucho menos reciente. La ha ido levantando, paulatinamente, desde 2003: tras el éxito masivo del sencillo Crazy in Love, y su LP de debut Dangerously in Love, se percató de que podía tener muchísimo más éxito en solitario que bajo el yugo de Destiny’s Child, la girl band que lideraba en los noventa. “No quiero hacerme adicta a la fama porque, cuando deje de ser famosa, no sabré qué hacer, pareceré desesperada y perderé la cabeza”, afirmaba en aquella época a Rolling Stone.

De todas formas, el mayor punto de inflexión aconteció en marzo de 2011. Tres meses antes de que el álbum 4 llegara a las tiendas, despidió a su primer y único mánager hasta la fecha: su padre, Mathew Knowles. “Cuando cumplí 18 años y empecé a manejar más mis asuntos, él entró en shock. Tuvimos nuestros problemas. Yo decía ‘no’ a algo, y él lo reservaba de todos modos. Entonces tenía que hacerlo porque quedaba mal si no lo hacía. A veces nos peleábamos. Tardó unos dos años, hasta que tuve 20, para que se diera cuenta: ‘Oh, ahora es una adulta, y si no quiere hacer algo, no puedo obligarla a hacerlo’», confesó en el documental de 2013 Life Is But a Dream, estrenado en HBO.
Una vez conseguida esa ansiada independencia creativa, la artista al fin pudo controlar su imagen bajo sus propios términos. Ahora bien, por mucho que calcule sus pasos, no siempre ha podido esquivar la polémica. El caso más llamativo se produjo el 5 de mayo de 2014. Justo después de la MET Gala, su hermana, Solange, increpó y abofeteó a su marido, Jay Z, en el ascensor del Hotel Standard de Nueva York. El vídeo, filtrado por TMZ a los pocos días, generó infinidad de conjeturas. Sobre todo, por la impasividad de Beyoncé, presente en la escena.

Lejos de aclarar algo, los protagonistas de la refriega únicamente se limitaron a compartir un escueto comunicado: “Lo más importante es que nuestra familia ya lo ha superado. Jay y Solange han asumido su responsabilidad mutua por lo ocurrido. Ambos son conocedores de su papel en este asunto privado que se ha hecho público. Los dos se han disculpado y seguimos siendo una familia unida. Hemos dejado esto atrás y esperamos que los demás hagan lo mismo».

Desde que la pareja se casó el 4 de abril de 2008, varios medios americanos se hicieron eco de unas presuntas infidelidades del rapero. En un principio, como de costumbre, ninguno entró al trapo. Aunque todo cambió el 23 de abril de 2016 con la publicación de Lemonade. En aquel disco Beyoncé no solo abordaba una crisis marital; también, en la canción Sorry, apuntaba que la amante era una tal Becky, “la del pelo bonito”. Más de un lustro después, la identidad de aquella mujer continúa siendo una incógnita.

Al año siguiente, en el largo 4:44, Jay Z incluía un tema titulado Family Feud en el que reconocía la deslealtad y pedía disculpas a su esposa. Y, en 2018, los dos se embarcaron en su segunda gira conjunta, On the Run II Tour, que recaudó un total de 254 millones de dólares en 58 fechas. Guionizado o no, el culebrón benefició económicamente tanto a él como a ella. Pero, visto en perspectiva, Beyoncé ganó la partida: sufrir una infidelidad la humanizó ante su legión de fans. Desde ese día, el icono más enigmático de la cultura pop estadounidense no ha permitido que nadie la psicoanalice. Por eso mismo no concede entrevistas televisadas y sus redes sociales son lo más parecido a una editorial de moda.



 

Beyoncé volverá a grabar ‘Heated’, una de sus nuevas canciones, acusada de ofender a las personas con discapacidad​

El tema, coescrito con el artista Drake, repite dos veces el término ‘spaz’, que en EE UU se usa de forma coloquial como “perder el control” pero también se traduce como un sustantivo injurioso, especialmente para quienes padecen parálisis cerebral​




Seis años de espera para que saliera el nuevo álbum de Beyoncé, Renaissance. Y, sin embargo, apenas cuatro días después de su lanzamiento, Beyoncé ya volverá a grabar una de sus canciones, según confirmó su entorno a la emisora británica BBC. En concreto, el tema Heated, coescrito con el músico Drake, y criticado por su lenguaje ofensivo hacia las personas con discapacidad. La letra utiliza dos veces la palabra spaz: aunque en EE UU se emplea coloquialmente como verbo, que puede traducirse como “perder el control” o “enloquecer”, su raíz procede de la palabra spastic (espástico), que se usa desde el punto de vista médico para describir los espasmos que puede sufrir quien padezca parálisis cerebral, pero también como una referencia injuriosa hacia las personas con discapacidad, como resume la revista NME. Literalmente, la canción reza: “Spazin on that ass, spaz on that ass”, que probablemente, en las intenciones de la artista, debía traducirse como “perdiendo el control de ese trasero”.

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Un portavoz de la cantante aseguró a la BBC que el término no fue “usado intencionadamente en un sentido hiriente” y que será “reemplazado en las letras”, sin que se concretara cuándo. A la vez, algunos seguidores salieron en defensa de su diva, recordando precisamente el matiz de que en EE UU la palabra puede emplearse con otro significado.


Hace apenas unas semanas, en todo caso, sucedió exactamente lo mismo con otra diva del pop. Lizzo también incluyó en su tema GRRRLS el mismo término, recibió idénticas críticas y reaccionó de igual forma: disculpas y cambios en la canción. Pero la coincidencia ha generado incluso más frustración en el colectivo afectado. “Estoy cansada de tener esta conversación de nuevo tan pronto, después de recibir una respuesta tan significativa por parte de Lizzo”, aseguró a la BBC Hannah Diviney, activista en defensa de los discapacitados. Varias fuentes consultadas por la emisora destacan otro concepto: el lenguaje es muy importante para cambiar o reforzar ciertos comportamientos y prejuicios, y más aún cuando se trata de una de las artistas y de los discos más escuchados del planeta. De ahí que expresen su sorpresa porque la herida llegue precisamente de Beyoncé, considerada una campeona de la lucha por la igualdad y la inclusión de otros colectivos, y en una canción que debe de haber pasado decenas de filtros sin que nadie se diera cuenta, justo tan pocos días después de lo sucedido con Lizzo.

Renaissance llega seis años después de Lemonade, uno de los álbumes más aplaudidos de la historia reciente del pop. Entretanto, la artista había publicado otro disco junto a su marido, Jay Z, la banda sonora de una nueva versión de El Rey León, centrada en el africanismo, y un largo en directo, Homecoming. Renaissance incluye 16 temas, a partir de Break My Soul, el sencillo que adelantó el álbum. En realidad, otra canción del disco, Energy, también ha recibido ataques, aunque por razones distintas: la cantante Kelis acusó a Beyoncé de “robo”, por “interpolar” (es decir, incluir en un tema una referencia a otra canción sin copiarla expresamente) su Milkshake, como relata la BBC. Kelis lamentó en un mensaje en la red social Instagram no haber sido informada con antelación y “la falta de respeto” que cree haber sufrido. Y afirmó que no hubiese sido tan complicado contactarla. “Es decencia común”.
 

Beyoncé: uno de sus exguardaespaldas asegura que la cantante consume drogas​

Un hombre que se hace llamar Tío Ron dice haber sido amenazado por la artista y su esposo tras haber divulgado intimidades de la pareja.​

Se hace llamar Tío Ron y dice ser exguardaespaldas de la cantante Beyoncé. El hombre indica que fue amenazado tras exponer información muy seria respecto a la artista y su esposo Jay Z.

De acuerdo con el sitio web MediaTakeOut, el Tío Ron, incluso acusa a la cantante de consumo de drogas. “Atrévete a decir que no me conoces. Atrévete. Yo sé tus secretos más profundos y sé cómo llegaste a donde estás”, asevera en un vídeo reproducido por el medio.

“Hay una cosa sobre mí, hombre: no puedo ser comprado”, enfatiza, afirmando que incluso tiene imágenes muy comprometedoras.

Comenta que la relación romántica de Beyoncé y Jay Z es una farsa y que solo se trata de una estrategia financiera.

Ron mencionó además que el equipo de la intérprete de Single ladies lo persigue para que se calle. Hasta ahora, Beyoncé no se ha pronunciado al respecto.
 
¿Pero de qué coxx va esta subnormal con ese complejo de creerse nada menos que una diosa-reina?, tiene un problema severo, ese ego desmedido a nivel de esquizo la tiene que terminar por jugar malísimas pasadas. La están poniendo fina, hasta en USA, donde el cateto medio la alaba bastante, es como digo yo: es la artista del cateto medio, como en España (por poner un ejemplo) lo serían esos cantantes mediocres de las radio fórmulas. Es eso básicamente, una mediocre venida a más. Se la quita la maquinaria y esa costumbre que tiene de enseñar culo y playback y se queda en NADA. Va de emponderada y vende s*x* moviendo el culo.

Estoy que quiero buscar la foto del otro día que subieron en una web americana, en plena actuación con el cordón del tampax fuera o esa recopilación de hostias que se pega en el escenario por bailar con tacones y que su empresa de imagen borra o intenta borrar sin descanso.
Puedes tener más o menos razón pero playback... no hace jajaja
 

Encontré este, que lo único que para mi tiene sentido sería con el de los dos concis con la misma voz… tiene algo de malo esto? Es muy difícil cantar y bailar a la vez, vas a ver todo el espectáculo y mi cuenta te das. Y con esto no quiero decir que sea mala artista.
 
voy a ver el video, se me cae una grande... me decepcionaría enormemente, soy muy fan de esta mujer
fan de su música y de su estilo y de su todo jajaja pero si que opino también como el post que pusiste en gran parte. Los videos que ponen efectivamente son "galas" en las giras creo que no hace playback, pero no lo sé, nunca me lo ha confesado jajaja
 
Hola chicas!! Estoy desesperadamente buscando entradas para el concierto en Barcelona. Me encantaría poder llevar a mi madre 🥹
 

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