El Mundo Orbyt.
MI SEMANA AZUL & ROSA
JAIME PEÑAFIEL
26/05/2018
CHSSS...
LETIZIA NO ESTARÁ EN COPENHAGUE...
¡AY, ESOS HIJOS ADOPTIVOS!
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La relación entre el príncipe danés y el actual rey español es tan paralela como sus vidas. Los dos nacieron el mismo año, 1968. Felipe, el 30 de enero; Federico, el 26 de mayo. Y se casaron el mismo mes del mismo año, mayo de 2004, con sólo ocho días de diferencia. Primero lo hizo el nórdico el 14 con Mary Donaldson; el 22, el español con Letizia Ortiz Rocasolano. Ambas bodas, a diferencia de la reciente de Windsor entre el príncipe Harry y la afroamericana Meghan Markle, sí fueron bodas reales en el más amplio y exacto sentido de la palabra, con representantes de todas las monarquías europeas.
Para el gozoso motivo del cumpleaños, la casa real danesa ha decidido celebrarlo como corresponde a tan importantísimo aniversario, invitando a reyes y príncipes de las Casas Reales entre ellos, por supuesto, a Felipe VI de Epaña y a su esposa Letizia. Por dos poderosísimas razones: la amistad y ser quienes son. Pues más bien va a ser que no. Que no van a estar. La Zarzuela ya ha anunciado los motivos. Dios les ha venido a ver vestido de soldado: el desfile en Logroño, con motivo del Día de las Fuerzas Armadas. Aunque, con ese o sin ese desfile, la Casa Real ya hubiera programado cualquier otra actividad con la que Felipe y Letizia pudieran justificar su ausencia en tan importante acontecimiento monárquico, se entiende. Sobre todo si tenemos presente que el 14 de abril de 2015 viajaron a Copenhague para asistir a los actos conmemorativos del 75 cumpleaños de la reina Margarita. Fue la primera cena de gala que Letizia compartía con todas las monarquías europeas, entre las que parece no sentirse muy cómoda. Pero, en esta ocasión, había otras razones para no ir: la consorte española no iba a ponerse a tiro de Marie-Chantal Miller, la que dijo aquello de que “Letizia ha mostrado su verdadera cara”, tras el violento enfrentamiento con la Reina Sofíaen la catedral de Palma de Mallorca. ¡Muy fuerte se mire como se mire!
De haber ido, ¿qué cara podía mostrarle Letizia si se hubiera encontrado con ella en Copenhague?
Tampoco podemos olvidar al resto de la familia real griega de Doña Sofía, tan directamente relacionada con la reina de Dinamarca, de la que Ana María de Grecia es hermana. ¿Y qué decir del rey Constantino, hermano de Sofía, a quien tanto le indignó la violencia ejercida sobre su hermana por su propia familia? Si todos ellos, amén de los sobrinos, estaban esperándola hoy, se quedan con la ganas. Pero, sobre todo, Marie-Chantal, la mujer riquísima de Pablo de Grecia. Otra vez será que no la habrá. ¡Menuda es la Rocasolano!
Vaya por delante mi admiración hacia la compañera Susanna Griso (47 años) por la generosidad demostrada adoptando a una niña de Costa de Marfil, país que yo conozco muy bien. Y lo ha hecho teniendo, como tiene, ya dos hijos: Jan, de 15 años, y Mireia, de 13, con Carles Torras (49) después de 20 años de feliz matrimonio. Esta decisión de adoptar un hijo la llevaba dando vueltas desde hacía mucho tiempo, aunque el largo proceso hasta tener en casa un nuevo miembro de la familia, una niña, ha durado ocho años. Y ha llegado en unos momentos en los que Susanna necesitaba esta presencia después de la ausencia de su madre, fallecida recientemente. Me deja estupefacto ver el número de personas que aceptan el riesgo de tener un hijo que, como decía mi paisano Federico García Lorca, “no es, precisamente, tener un ramo de rosas”. Y, además, adoptado. Todos conocemos las dos escandalosas historias de una niña y de un niño adoptados por familias artísticas muy conocidas y que están en nuestra memoria. Cierto es que estos niños a los que me refiero también podrían haber sido biológicos. Con una diferencia: la madre que pare, suele conocer los genes de su familia. Sabe que siempre hay una herencia de nosotros a nosotros mismos. Por ello, la primera preocupación al ver salir al hijo de sus entrañas es pensar a quién puede parecerse. Si es niña, le preocupará que se parezca a aquella tía que no era un ejemplo. Si es varón, al cabrón del abuelo. Pero... si es adoptado, difícil y casi siempre imposible conocer los antecedentes familiares de ese niño, en este caso niña, que ha llegado a vuestras vidas.
Mi afecto personal y admiración por Susanna me inspira esta columna, sin otra intención que felicitaros a ti y a tu marido, por la generosidad y desprendimiento que habéis demostrado. También desearos toda la felicidad junto a esa niña que, con tanto amor habéis adoptado, para que sea una hija deliciosa, dulce, cariñosa e inteligente. Me gustaría añadir: como su madre. Pero, como comprenderás... sería gratuito. De todas formas, querida, hay tan pocos hijos, biológicos o adoptados, que igualen a sus padres ¡por tantos que pueden menos, que pocos pueden más! Que esta hija se encuentre entre estos que lo consiguen. Que así sea.
Ni el muy pequeño ramo de la novia era un homenaje a Diana, que lo llevaba como una cascada casi hasta los pies, ni ésta será princesa. Sólo duquesa y alteza real. ¡Ay!, ese blablablá, de los ‘expertos’ ¡Cuántas tonterías dicen! (...) La larga y teatral homilía del obispo anglicano, Michael Curry, en la iglesia de Windsor, me recordó a la de la abuela Menchu, también teatral, en la boda de su nieta en la catedral de La Almudena (...) No hay duda de que Begoña Villacís es, físicamente, como Meghan, pero mucho más bonita (...) Si Felipe se enamoró de Letizia viéndola en la tele, Harry de Meghan, viéndola en la serie ‘Suits’, en la que aparecía en toda su espléndida desnudez y las señas de identidad en sus pechos (...) Mucho hablar y escribir sobre el chalet de la inefable parejita pero nadie lo hace sobre el casoplón, casi un palacete, de la viaje alcaldesa, en el parque Conde de Orgaz de Madrid (...) La mano de la secretaria de Estado de la Comunicación es tan larga que impidió a la televisión pública emitir sus insultos a los jubilados (...) ¡Qué relajados aparecían Don Juan Carlos y su hijo Don Felipe en la reunión de la Fundación Cotec el pasado martes! ¿Sería por la ausencia de la consorte?
MI SEMANA AZUL & ROSA
JAIME PEÑAFIEL
26/05/2018
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La relación entre el príncipe danés y el actual rey español es tan paralela como sus vidas. Los dos nacieron el mismo año, 1968. Felipe, el 30 de enero; Federico, el 26 de mayo. Y se casaron el mismo mes del mismo año, mayo de 2004, con sólo ocho días de diferencia. Primero lo hizo el nórdico el 14 con Mary Donaldson; el 22, el español con Letizia Ortiz Rocasolano. Ambas bodas, a diferencia de la reciente de Windsor entre el príncipe Harry y la afroamericana Meghan Markle, sí fueron bodas reales en el más amplio y exacto sentido de la palabra, con representantes de todas las monarquías europeas.
Para el gozoso motivo del cumpleaños, la casa real danesa ha decidido celebrarlo como corresponde a tan importantísimo aniversario, invitando a reyes y príncipes de las Casas Reales entre ellos, por supuesto, a Felipe VI de Epaña y a su esposa Letizia. Por dos poderosísimas razones: la amistad y ser quienes son. Pues más bien va a ser que no. Que no van a estar. La Zarzuela ya ha anunciado los motivos. Dios les ha venido a ver vestido de soldado: el desfile en Logroño, con motivo del Día de las Fuerzas Armadas. Aunque, con ese o sin ese desfile, la Casa Real ya hubiera programado cualquier otra actividad con la que Felipe y Letizia pudieran justificar su ausencia en tan importante acontecimiento monárquico, se entiende. Sobre todo si tenemos presente que el 14 de abril de 2015 viajaron a Copenhague para asistir a los actos conmemorativos del 75 cumpleaños de la reina Margarita. Fue la primera cena de gala que Letizia compartía con todas las monarquías europeas, entre las que parece no sentirse muy cómoda. Pero, en esta ocasión, había otras razones para no ir: la consorte española no iba a ponerse a tiro de Marie-Chantal Miller, la que dijo aquello de que “Letizia ha mostrado su verdadera cara”, tras el violento enfrentamiento con la Reina Sofíaen la catedral de Palma de Mallorca. ¡Muy fuerte se mire como se mire!
De haber ido, ¿qué cara podía mostrarle Letizia si se hubiera encontrado con ella en Copenhague?
Tampoco podemos olvidar al resto de la familia real griega de Doña Sofía, tan directamente relacionada con la reina de Dinamarca, de la que Ana María de Grecia es hermana. ¿Y qué decir del rey Constantino, hermano de Sofía, a quien tanto le indignó la violencia ejercida sobre su hermana por su propia familia? Si todos ellos, amén de los sobrinos, estaban esperándola hoy, se quedan con la ganas. Pero, sobre todo, Marie-Chantal, la mujer riquísima de Pablo de Grecia. Otra vez será que no la habrá. ¡Menuda es la Rocasolano!
Vaya por delante mi admiración hacia la compañera Susanna Griso (47 años) por la generosidad demostrada adoptando a una niña de Costa de Marfil, país que yo conozco muy bien. Y lo ha hecho teniendo, como tiene, ya dos hijos: Jan, de 15 años, y Mireia, de 13, con Carles Torras (49) después de 20 años de feliz matrimonio. Esta decisión de adoptar un hijo la llevaba dando vueltas desde hacía mucho tiempo, aunque el largo proceso hasta tener en casa un nuevo miembro de la familia, una niña, ha durado ocho años. Y ha llegado en unos momentos en los que Susanna necesitaba esta presencia después de la ausencia de su madre, fallecida recientemente. Me deja estupefacto ver el número de personas que aceptan el riesgo de tener un hijo que, como decía mi paisano Federico García Lorca, “no es, precisamente, tener un ramo de rosas”. Y, además, adoptado. Todos conocemos las dos escandalosas historias de una niña y de un niño adoptados por familias artísticas muy conocidas y que están en nuestra memoria. Cierto es que estos niños a los que me refiero también podrían haber sido biológicos. Con una diferencia: la madre que pare, suele conocer los genes de su familia. Sabe que siempre hay una herencia de nosotros a nosotros mismos. Por ello, la primera preocupación al ver salir al hijo de sus entrañas es pensar a quién puede parecerse. Si es niña, le preocupará que se parezca a aquella tía que no era un ejemplo. Si es varón, al cabrón del abuelo. Pero... si es adoptado, difícil y casi siempre imposible conocer los antecedentes familiares de ese niño, en este caso niña, que ha llegado a vuestras vidas.
Mi afecto personal y admiración por Susanna me inspira esta columna, sin otra intención que felicitaros a ti y a tu marido, por la generosidad y desprendimiento que habéis demostrado. También desearos toda la felicidad junto a esa niña que, con tanto amor habéis adoptado, para que sea una hija deliciosa, dulce, cariñosa e inteligente. Me gustaría añadir: como su madre. Pero, como comprenderás... sería gratuito. De todas formas, querida, hay tan pocos hijos, biológicos o adoptados, que igualen a sus padres ¡por tantos que pueden menos, que pocos pueden más! Que esta hija se encuentre entre estos que lo consiguen. Que así sea.
Ni el muy pequeño ramo de la novia era un homenaje a Diana, que lo llevaba como una cascada casi hasta los pies, ni ésta será princesa. Sólo duquesa y alteza real. ¡Ay!, ese blablablá, de los ‘expertos’ ¡Cuántas tonterías dicen! (...) La larga y teatral homilía del obispo anglicano, Michael Curry, en la iglesia de Windsor, me recordó a la de la abuela Menchu, también teatral, en la boda de su nieta en la catedral de La Almudena (...) No hay duda de que Begoña Villacís es, físicamente, como Meghan, pero mucho más bonita (...) Si Felipe se enamoró de Letizia viéndola en la tele, Harry de Meghan, viéndola en la serie ‘Suits’, en la que aparecía en toda su espléndida desnudez y las señas de identidad en sus pechos (...) Mucho hablar y escribir sobre el chalet de la inefable parejita pero nadie lo hace sobre el casoplón, casi un palacete, de la viaje alcaldesa, en el parque Conde de Orgaz de Madrid (...) La mano de la secretaria de Estado de la Comunicación es tan larga que impidió a la televisión pública emitir sus insultos a los jubilados (...) ¡Qué relajados aparecían Don Juan Carlos y su hijo Don Felipe en la reunión de la Fundación Cotec el pasado martes! ¿Sería por la ausencia de la consorte?
