Asesinatos impactantes

Esto si que es lo más alucinante que he visto en mi vida... ¡por lo mal que llevó el caso el fiscal! Tenia todas las pruebas y el fiscal la pifió!

Y la huida por plena autopista como en las películas.

Y el poli racista, el jurado pro-O.J., la tele, bueno, un desastre, con razón estaba tan tranquilo Simpson.

Caso O. J. Simpson

El Pueblo contra O. J. Simpson

Tribunal Corte Superior de Los Ángeles
Nombre completo El Pueblo del Estado de California contra Orenthal James Simpson
Fecha 24 de enero de 1995
Sentencia 3 de octubre de 1995
Jueces Lance Allan Ito

Palabras clave

Homicidio

El caso O. J. Simpson (oficialmente El Pueblo del Estado de California contra Orenthal James Simpson o El Pueblo contra O. J. Simpson) fue un juicio penal llevado a cabo en la Corte Superior de Los Ángeles, en el que el exjugador estrella de la National Football League y actor O. J. Simpson fue juzgado por dos cargos de asesinato por las muertes de su exesposa Nicole Brown Simpson y Ronald Goldman, amigo de esta, ocurridas el 12 de junio de 1994. El juicio se extendió por once meses, desde la toma de juramento a los miembros del jurado el 9 de noviembre de 1994.1 Las declaraciones iniciales se realizaron el 24 de enero del 19952 y el veredicto fue anunciado el 3 de octubre de 1995, cuando Simpson fue declarado no culpable de asesinato en ambos cargos.3 El caso ha sido descrito como el juicio penal más publicitado de la historia.4

Simpson fue representado por un equipo de abogados defensores de alto perfil, conocido en inglés como el «Dream Team», liderado inicialmente por Robert Shapiro567 y luego por Johnnie Cochran. El equipo también incluía a F. Lee Bailey, Alan Dershowitz, Robert Kardashian, Shawn Holley, Carl E. Douglas y Gerald Uelmen. Barry Scheck y Peter Neufeld fueron dos abogados adicionales especializados en la evidencia basada en ADN.

Marcia Clark y Christopher Darden, fiscales de distrito adjuntos, creían tener un caso fuerte contra Simpson, pero Cochran fue capaz de convencer a los miembros del jurado de que había una duda razonable respecto a la evidencia basada en ADN (un tipo de evidencia relativamente nueva en los juicios en ese entonces),8 incluyendo la alegación de que la sangre recolectada como evidencia había sido manejada de forma errónea por científicos y técnicos laboratoristas, y respecto a las circunstancias que rodeaban a otras exhibiciones judiciales.9 Cochran y el equipo de defensa también alegaron una mala conducta por parte del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD, por sus siglas en inglés). La condición de celebridad de Simpson y el extenso juicio televisado hicieron del llamado "juicio del siglo" un hecho de interés nacional. Hacia el final del juicio penal, encuestas nacionales mostraron enormes diferencias en la apreciación de la culpabilidad o inocencia de Simpson entre estadounidenses negros y blancos.10

Luego del juicio penal, las familias Brown y Goldman presentaron una demanda civil contra Simpson, y el jurado declaró a Simpson «responsable» de las dos muertes el 4 de febrero de 1997.11 Un total de 33.5 millones de dólares fue otorgado a las familias en daños compensatorios y punitivos, pero las mismas recibieron solo una pequeña porción de esa suma.

Índice
Antecedentes
Matrimonio Brown-Simpson
Nicole Brown, blanca, y O. J. Simpson, afroamericano, se casaron el 2 de febrero de 1985, cinco años después de que Simpson se retirara del fútbol americano profesional.1213 La pareja tuvo dos hijos, Sydney Brooke Simpson (en 1985) y Justin Ryan Simpson (en 1988).14 El matrimonio duró siete años, tiempo durante el cual Simpson fue investigado varias veces por la policía por violencia doméstica y en 1989 no refutó los cargos por abuso conyugal.15 Brown pidió el divorcio el 25 de febrero de 1992, citando "diferencias irreconciliables".16

Asesinatos
A las 12:10 a.m. del 13 de junio de 1994 se encontraron los cuerpos de Nicole Brown Simpson y Ronald Goldman en el exterior del dúplex de Nicole ubicado en la calle Bundy, en Brentwood, Los Ángeles. Brown había sido apuñalada numerosas veces en la cabeza y el cuello, y tenía heridas defensivas en sus manos. Se podía ver la laringe a través de la herida abierta en su cuello, y la vértebra C3 estaba cortada.17 Ambas víctimas habían estado muertas por unas 2 horas antes de ser descubiertas por la policía. Rober Riske, uno de los primeros dos oficiales en la escena, encontró un único guante sangriento, entre otra evidencia, una de ellas, un gorro al parecer de lana al que atribuyen que parece pertenecer a Jason Simpson, hijo de O. J. Simpson y el cual también se puede deducir como otro culpable o tal vez el verdadero asesino.

Detectives se dirigieron a la propiedad de Simpson en Rockingham para informarle de que su exesposa había sido asesinada. En el fondo de su casa, encontraron un Ford Bronco blanco con sangre en su interior y en su exterior. Posteriormente, el detective Mark Fuhrman saltó por encima de una pared externa y desbloqueó el portón para permitir a los otros tres detectives ingresar a la propiedad. Los detectives declararon haber entrado sin una orden de registro debido a circunstancias urgentes (específicamente, el temor de que Simpson también podría haber sido herido). Simpson no estaba presente cuando los detectives llegaron temprano en la mañana; había tomado un vuelo a Chicago a últimas horas de la noche anterior. Los detectives entrevistaron brevemente a Kato Kaelin, quien se estaba quedando en la casa de huéspedes de Simpson. En una recorrida por la propiedad, Fuhrman descubrió un segundo guante sangriento que luego se determinó era la pareja del guante encontrado en la escena del crimen. A través de pruebas de ADN, posteriormente se pudo determinar que la sangre en el guante provenía de ambas víctimas. Esto, junto con otra evidencia recolectada en ambas escenas, fue considerado como causa probable para emitir una orden de arresto para Simpson.

Arresto de Simpson


O. J. Simpson en 1990, cuatro años antes de los asesinatos de Nicole Brown Simpson y Ron Goldman.
Los abogados convencieron al Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) de permitir que Simpson se entregase a las 11 a.m. del 17 de junio de 1994,18 pese a que el cargo de doble asesinato significaba que no se fijaría fianza alguna y a que una condena por asesinato en primer grado podría resultar en la pena de muerte. Más de 1.000 periodistas esperaron a Simpson en la comisaría de policía, pero nunca apareció. A las 2 p.m., el LAPD emitió un boletín de búsqueda. A las 5 p.m., Robert Kardashian, un amigo de Simpson y uno de sus abogados defensores, leyó frente a los medios de prensa una carta escrita por Simpson.19 En la carta, el exjugador de fútbol americano envió saludos a 24 amigos y escribió, "Primero todos entiendan que no tuve nada que ver con el asesinato de Nicole... No sientan pena por mí. He tenido una gran vida".191820 Para muchos, esto sonaba como una nota de su***dio, y los periodistas se unieron a la búsqueda de Simpson. Robert Shapiro, abogado de Simpson, también estaba presente en la conferencia de prensa de Kardashian y dijo que los psiquiatras de Simpson estaban de acuerdo con la interpretación de la carta como una nota de su***dio. A través de la televisión, Shapiro solicitó a Simpson que se entregase.

Alrededor de las 6:20 p.m, un automovilista en el Condado de Orange notificó a la policía haber visto a Simpson en un Ford Bronco blanco conducido por Al Cowlings, viejo amigo de Simpson. Posteriormente la policía rastreó llamadas realizadas por Simpson desde el teléfono móvil del vehículo. A las 6:45 p.m., un oficial de policía vio al Bronco dirigiéndose hacia el sur por la Interestatal 405. Cuando el oficial se acercó al Bronco con las sirenas encendidas, Cowlings gritó que Simpson estaba en el asiento trasero del vehículo apuntándose con un arma en la cabeza. El oficial retrocedió, pero siguió al vehículo18 a 56 km/h,21 con hasta 20 autos de policía participando de la persecución.22

Más de nueve helicópteros terminaron sumándose a la persecución; el alto grado de participación de la prensa provocó que señales provenientes de las cámaras aparecieran en canales de televisión incorrectos. La estación de radio KNX también transmitió en directo la persecución a baja velocidad. Pete Arbogast, presentador deportivo de la Universidad del Sur de California (USC), y Oran Sampson, productor de estación, contactaron a John McKay, exentrenador del equipo de fútbol americano de la USC, para que saliera al aire e incentivara a Simpson a abandonar la persecución. McKay estuvo de acuerdo y pidió a Simpson que estacionara y se entregara en lugar de suicidarse.18 Tom Lange, detective del LAPD que había entrevistado a Simpson previamente el 13 de junio con respecto a los asesinatos, se percató de que tenía el número del teléfono móvil de Simpson y lo llamó repetidamente. Un colega conectó una grabadora al teléfono de Lange y registró una conversación entre Lange y Simpson en la que Lange reiteradamente le pedía a Simpson que "arrojase el arma por la ventana" por el bien de su madre y sus hijos. Simpson se disculpó por no haberse entregado antes en el día y respondió que era "el único que merecía ser lastimado" e iba "simplemente a irse con Nicole". En la grabación puede escucharse a Al Cowlings (después de que el Bronco llegase a la casa de Simpson rodeado por la policía) pidiéndole a Simpson que se entregase y terminase la persecución pacíficamente.23 Durante la persecución y sin tener la posibilidad de escuchar la conversación grabada, Al Michaels, amigo de Simpson, interpretó sus acciones como una admisión de culpa.

Las tres grandes cadenas de televisión estadounidense (ABC, CBS y NBC) y CNN al igual que agencias de noticias locales interrumpieron su programación habitual para transmitir la persecución en directo, con unos 95 millones de espectadores a nivel nacional.191824 Mientras que NBC continuó con la cobertura de la quinta final de la NBA entre los New York Knicks y los Houston Rockets en el Madison Square Garden, el juego fue transmitido en un pequeño cuadrado en la esquina de la pantalla mientras Tom Brokaw cubría la persecución como presentador.19 La misma fue transmitida en directo por los presentadores de ABC News Peter Jennings y Barbara Walters en nombre de los cinco programas de noticias de ABC, los cuales esa semana tuvieron unas de sus mayores audiencias de la historia.24 Beneficiándose del evento que ocurría en la tarde, Domino's Pizza declaró que sus ventas de pizza por reparto durante la persecución fueron tan altas como en el domingo de la Super Bowl.25

Miles de espectadores y curiosos llenaron los pasos a desnivel a lo largo del camino recorrido por la procesión en espera del Bronco blanco. En un ambiente festivo, muchos portaban carteles pidiendo a Simpson que huyese.1822 Ellos y los millones mirando la persecución por televisión se sintieron parte de una "experiencia emocional común", escribió un autor, "preguntándose si O. J. Simpson se suicidaría, escaparía, sería arrestado o se involucraría en algún tipo de enfrentamiento violento. Pasase lo que pasase, la aventura compartida le dio a millones de espectadores un interés personal, un sentimiento de participación y la sensación de estar adentro de un drama nacional en desarrollo".19El evento es considerado el inicio de la moderna telerrealidad, que en los años siguientes inundará los canales estadounidenses y luego del mundo, así como de las noticias televisadas las veinticuatro horas, que entonces estaban dando sus primeros pasos. Lo que pasaba en la realidad, transmitido al momento, desde entonces parece interesar más que los contenidos de ficción.26

Según los reportes, Simpson puso como demanda el poder hablar con su madre antes de entregarse.27 La persecución terminó a las 8:00 p.m. en su casa de Brentwood, 80 kilómetros después, donde Jason, su hijo, salió corriendo de la casa, "gesticulando salvajemente".22 Luego de permanecer en el Bronco por unos 45 minutos,18 se permitió a Simpson entrar a su casa por una hora; un portavoz de la policía declaró que habló con su madre y bebió un vaso de jugo de naranja, lo que generó risas en los periodistas porque Orange Juice fue su apodo cuando jugaba. Shapiro llegó y Simpson se entregó a las autoridades unos minutos después. En el Bronco la policía encontró "8.000 dólares en efectivo, un cambio de ropa, una .357 Magnum cargada, un pasaporte, fotografías familiares y barba y un bigote falsos".18 Ni las imágenes de la persecución del Bronco ni los objetos encontrados dentro del automóvil se mostraron al jurado como evidencia durante el juicio.28

Procedimientos preliminares
Simpson fue formalmente acusado el 20 de junio y se declaró no culpable de ambos asesinatos. Como era esperable, el juez presidente ordenó que Simpson permaneciera detenido sin fianza, hasta la finalización del juicio. Al día siguiente se convocó a un gran jurado para determinar si se lo acusaría de los dos asesinatos. Dos días más tarde, el 23 de junio, el gran jurado fue descartado como resultado de una cobertura mediática excesiva, la cual podría haber influenciado su neutralidad. Jill Shively, una residente de Brentwood que testificó haber visto a Simpson huyendo a gran velocidad del área donde se ubicaba la casa de Nicole en la noche de los asesinatos, le dijo al gran jurado que el Bronco casi chocó con un Nissan en la intersección de Bundy y el Bulevar San Vicente. Otro testigo ante el gran jurado, José Camacho, era un vendedor de cuchillos en la Cuchillería Ross. Dijo haber vendido a Simpson un cuchillo alemán de 130 mm, similar al arma homicida, tres semanas antes de los asesinatos. Shively y Camacho no fueron presentados por la fiscalía porque habían vendido su testimonio a la prensa sensacionalista.29 Shively había hablado con el show televisivo Hard Copy por 5 000 USD y Camacho vendió su historia al National Enquirer por 12 500 USD.29

Anulado el gran jurado, las autoridades llevaron a cabo una audiencia de causa probable para determinar si correspondía llevar a Simpson a juicio o no. Esta fue una pequeña victoria para los abogados de Simpson, porque les daría acceso a la evidencia a medida que la misma era presentada por la fiscalía en contraste con el procedimiento en una audiencia de gran jurado. Tras una audiencia de una semana de duración, el juez Kathleen Kennedy-Powell, de la Corte Superior de California, dictaminó el 7 de julio que existía evidencia suficiente para enviar a Simpson a juicio por los asesinatos. En su segunda comparecencia el 22 de julio, cuando se le preguntó cómo se declaraba en relación a los asesinatos, Simpson, rompiendo una práctica de los tribunales según la cual el acusado debe declararse usando solo las palabras "culpable" o "no culpable", firmemente dijo: "Absolutamente, cien por ciento, no culpable".

El juicio penal


Centro de Justicia Clara Shortridge Foltz de Los Ángeles, donde se llevó a cabo el juicio penal.
La Corte Superior de Los Ángeles dispuso que el juicio se realizara en el centro de Los Ángeles y no en Santa Mónica, donde ocurrió el crimen, debido a preocupaciones por la seguridad en la corte de Santa Mónica, que era más pequeña y funcionaba en un edificio en mal estado.3031 La decisión terminaría siendo altamente polémica, especialmente después de la absolución de Simpson.31 Probablemente tuvo como resultado un grupo de posibles jurados con más latinos, afroamericanos, asiáticos-americanos y obreros que el que se hubiese obtenido en Santa Mónica.32

Lance Ito resultó seleccionado como juez presidente del caso. Marcia Clark, fiscal de distrito adjunta, fue designada como fiscal principal del caso, asistida por Christopher A. Darden. Tom Lange, detective veterano del LAPD, lideró la investigación de los asesinatos.

La fiscalía decidió no pedir la pena de muerte y en su lugar solicitó una sentencia de cadena perpetua. Simpson quería un juicio rápido, y los abogados de la defensa y de la fiscalía trabajaron día y noche durante varios meses preparando sus casos. En octubre de 1994, el juez Ito comenzó a entrevistar a 304 posibles jurados, cada uno de los cuales tenía que llenar un cuestionario de 75 páginas. El 3 de noviembre, fueron sentados 12 jurados con 12 suplentes.

El juicio comenzó el 24 de enero de 1995 y fue televisado durante 134 días por el canal Court TV y en parte por otras cadenas de noticias.

El jurado
De acuerdo a los reportes de prensa, la fiscal Marcia Clark pensó que las mujeres, independientemente de su raza, simpatizarían con el asunto de la violencia doméstica del caso y se conectarían con ella personalmente. Por otro lado, la investigación llevada a cabo por la defensa sugería que las mujeres tenían mayor probabilidad de absolver que los hombres, y que los jurados no respondían bien al estilo combativo de Clark. La defensa también especuló que las mujeres negras simpatizarían menos que las mujeres blancas con la víctima, que era blanca, debido a tensiones relacionadas a matrimonios interraciales. Ambos lados aceptaron un número desproporcionado de jurados femeninos. De un grupo de posibles jurados compuesto en un 40% por blancos, en un 28% por negros, en un 17% por hispanos y en un 15% por asiáticos, el jurado final para el juicio comprendía 10 mujeres y dos hombres, entre los cuales había nueve negros, dos blancos y un hispano.1033

Al inicio del juicio, 12 jurados y 12 suplentes fueron seleccionados de un grupo de 250 posibles jurados. Durante el curso del juicio se descartaron 10 jurados por una gran variedad de motivos. Solo cuatro de los jurados originales permanecieron en el panel final.34

Al promediar el juicio, varios miembros del jurado llevaron a cabo una "revuelta", en términos de la prensa. Tras ser secuestrados por 101 días, 13 de los 18 jurados se negaron a entrar a la sala hasta que se les asegurara una reunión con el juez Ito. Finalmente, el jurado volvió con 13 miembros vistiendo ropa negra u oscura, en lo que fue descrito como una "procesión fúnebre".3536

Argumento de la fiscalía


La fiscal principal del caso Marcia Clark en 2011.
En su alegato inicial, el fiscal Christopher Darden afirmó que Simpson había asesinado a su exesposa en un ataque de celos. La fiscalía abrió su caso reproduciendo una llamada de Nicole al servicio 911 el 1º de enero de 1989. En la misma, Nicole expresó miedo de que Simpson la lastimara físicamente, y en el fondo se le podía escuchar gritándole. Se presentaron otros elementos relacionados con la violencia doméstica. La fiscalía presentó también decenas de testigos expertos para ubicar a Simpson en la escena del crimen, en temas tales como la identificación por ADN y el análisis de huellas de calzado. Durante las primeras semanas del juicio, la fiscalía presentó evidencia de que Simpson tenía una historia de abuso físico sobre Nicole. Alan Dershowitz, abogado de Simpson, argumentó que solo una pequeña fracción de las mujeres abusadas por sus parejas son asesinadas.

La fiscalía creía tener un caso fuerte pese a la ausencia de testigos conocidos del crimen y la incapacidad de recuperar el arma homicida.37 El caso de Clark era sostenido por la evidencia de ADN, y la fiscal esperaba una condena. Con base en la evidencia física recolectada, la fiscalía afirmaba que Simpson manejó hasta la casa de Nicole Brown el 12 de junio con la intención de asesinarla. Sostenían que Brown había acostado a sus dos hijos y se estaba preparando para acostarse ella misma cuando abrió la puerta delantera de su casa luego de responder a un golpe en la puerta o escuchar un ruido afuera. Presuntamente, Simpson la agarró antes de que pudiese gritar y la atacó con un cuchillo. Evidencia del forense del condado de Los Ángeles establecía que Ron Goldman llegó al portón del frente de la casa en algún momento durante el asalto, y aparentemente el asaltante lo atacó y lo apuñaló repetidamente en el cuello y el pecho con una mano mientras le impedía moverse estrangulándolo con un brazo. Cuando las autoridades llegaron a la escena del crimen, encontraron a Brown boca abajo. De acuerdo a la historia de la fiscalía, después de que Simpson terminase con Goldman, tiró la cabeza de Brown hacia atrás agarrándola del cabello, colocó su pie sobre su espalda y cortó su garganta con el cuchillo, dañando la arteria carótida.38 Argumentaron que Simpson dejó un "rastro de sangre" desde la casa hasta el callejón trasero; también hubo testimonio de que se encontraron tres gotas de sangre de Simpson en el camino de entrada cerca del portón de su casa de la calle Rockingham.39

De acuerdo a la fiscalía, Simpson fue visto en público por última vez a las 9:36 p.m. esa noche, cuando regresó al portón delantero de su casa con Brian "Kato" Kaelin, un actor y amigo de la familia que se estaba quedando en la casa de huéspedes de la propiedad de Simpson. Simpson no fue visto de nuevo hasta las 10:54 p.m. (1 hora y 18 minutos más tarde), cuando salió por la puerta delantera de su casa hacia una limusina que lo estaba esperando, a la cual había contratado para que lo trasladase al Aeropuerto Internacional de Los Ángeles (LAX) para viajar a una convención de Hertz en Chicago. La defensa y la fiscalía estuvieron de acuerdo en que los asesinatos ocurrieron entre las 10:15 y las 10:40 p.m., y la fiscalía afirmaba que Simpson había manejado su Bronco blanco durante los cinco minutos necesarios hacia y desde la escena del crimen.9 Presentaron a un testigo en la cercanía de la calle Bundy que vio un automóvil similar al Bronco de Simpson alejándose rápidamente del área a las 10:35.9

Allan Park, el conductor de la limusina, testificó haber llegado a la propiedad de Simpson a las 10:24 p.m. Pasando por el portón de Rockingham, no vio al Bronco blanco de Simpson estacionado en la calle. Park testificó haber estado buscando el número de puerta, el cual finalmente encontró, y la fiscalía presentó planos para mostrar que la posición en la que el Bronco fue encontrado en la mañana siguiente estaba justo al lado del número de puerta (dejando implícito que Park seguramente lo habría visto si hubiese estado ahí en ese momento).40 De acuerdo a la versión de los hechos dada por Simpson, el Bronco había estado estacionado en esa posición por varias horas. Mientras tanto Kaelin estaba en su casa de huéspedes y hablando por teléfono con su amigo Rachel Ferrara. Park estacionó frente al portón sobre la calle Ashford, luego volvió manejando al portón sobre la calle Rockingham para evaluar qué entrada sería el mejor acceso para la limusina. Tomando la decisión de que la entrada de Rockingham era muy estrecha, retornó al portón sobre Ashford y comenzó a presionar el timbre a las 10:40, sin recibir respuesta. Park se bajó de la limusina, miró a través del portón de Ashford y observó que la casa estaba a oscuras salvo por una luz tenue proveniente de una de las ventanas del segundo piso, que correspondía a la habitación de Simpson. Mientras fumaba un cigarrillo, Park realizó una serie de llamadas desde su móvil al mensáfono de su jefe, Dale St. John, y luego a la casa de Park, para pedirle a su madre el teléfono de la casa de St. John, todo en un intento de obtener el teléfono de la casa de Simpson. Aproximadamente a las 10:50, Kaelin (quien aún estaba hablando por teléfono con Ferrara) escuchó tres golpes contra la pared externa de su casa de huéspedes. Kaelin colgó el teléfono y se dirigió al exterior para investigar los ruidos pero decidió no ir directamente hacia el oscuro pasaje sur desde donde los golpes se habían originado. En su lugar, caminó al frente de la propiedad, donde vio la limusina de Park afuera del portón de Ashford.

Al mismo tiempo que Park vio a Kaelin acercarse desde el fondo de la propiedad hacia el frente, Park testificó haber visto a un "hombre negro alto" de la estatura y constitución corporal de Simpson entrar por la puerta delantera de la casa desde el área del camino de entrada, tras lo cual se encendieron luces y Simpson finalmente respondió la llamada de Park. Simpson explicó que se había dormido y que pronto saldría al portón delantero. Kaelin abrió el portón de Ashford para permitir que Parker ingresara la limusina en la propiedad, y unos minutos después Simpson salió de su casa a través de la puerta delantera. Kaelin y Park ayudaron a Simpson a colocar sus pertenencias (que ya se encontraban afuera de la puerta delatera cuando Park llegó al frente de la casa de Simpson) en el maletero de la limusina para el traslado al aeropuerto. Tanto Kaelin como Park remarcaron en su testimonio que Simpson se veía agitado. Pero otros testigos, incluyendo el vendedor de pasajes que ingresó a Simpson al vuelo en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles y una azafata, dijeron que Simpson se veía y actuaba perfectamente normal. Testimonios contradictorios como estos serían un tema recurrente durante el juicio.

La afirmación inicial de Simpson de que estaba durmiendo a la hora de los asesinatos fue refutada por varios testimonios diferentes. De acuerdo a Johnnie Cochran, abogado de la defensa, Simpson nunca había dejado su casa esa noche, y se encontraba solo mientras empacaba sus pertenencias para viajar a Chicago. Cochran afirmó que Simpson salió por la puerta trasera para golpear algunas pelotas de golf en la caja de arena infantil en el jardín delantero, una o más de las cuales provocaron los tres fuertes golpes en la pared de la casa de Kaelin. Cochran produjo un potencial testigo de coartada, Rosa López, una española ama de casa de un vecino, quien testificó haber visto al auto de Simpson estacionado afuera de su casa en el momento de los asesinatos. Pero el testimonio de López, que no fue presentado al jurado, fue destrozado durante el contrainterrogatorio de Clark, cuando López fue forzada a admitir que no podía estar segura del momento preciso en que vio al Bronco blanco de Simpson afuera de su casa.

La defensa intentó convencer al jurado de que Simpson no era físicamente capaz de llevar a cabo los asesinatos, afirmando que Goldman era un joven en forma que luchó firmemente contra su atacante. Simpson era un exjugador de fútbol profesional de 46 años con artritis crónica. Tenía cicactrices en sus rodillas por viejas heridas del fútbol. Pero Clark presentó como evidencia un video de ejercicios que Simpson había realizado unos meses antes de los asesinatos llamado El mantenimiento mínimo de O. J. Simpson: Fitness para hombres, el cual mostraba que, pese a algunas condiciones y limitaciones físicas, Simpson no era nada frágil.41

La fiscalía llamó a Denise; hermana de Brown, a declarar como testigo. Entre lágrimas, testificó muchos episodios de violencia doméstica en la década de 1980, cuando vio a Simpson levantar a su esposa y arrojarla contra una pared, luego arrojarla físicamente fuera de su casa durante una discusión. Su testimonio estuvo marcado por una gran cantidad de objeciones de la defensa y de conferencias junto a la barra con el juez.

La fiscalía procedió a los eventos de la noche del 12 de junio de 1994, cuando Karen Lee Crawford, la gerente del restaurante Mezzaluna donde Brown cenó en la noche de ese domingo, fue llamada a testificar. La misma contó que la madre de Brown llamó al restaurante a las 9:37 p.m. por un par de lentes perdidos. Crawford los encontró y los colocó en un sobre blanco. Goldman, un mozo del lugar, abandonó el restaurante a las 9:50 p.m. tras terminar su turno, llevando los lentes para dejarlos en la casa de Brown.

Pablo Fenjves, vecino de Brown, testificó haber escuchado "un ladrido muy distintivo" y un "llanto quejumbroso" de unos 10 a 15 minutos después de las 10:00 p.m., mientras estaba en su casa mirando las noticias de las 10 en la televisión. Eva Stein, otra vecina, testificó sobre un ladrido muy fuerte y persistente, también alrededor de las 10:15 p.m., que le impidió volver a dormirse. El vecino Steven Schwab testificó que mientras estaba paseando a su perro en el área cercana a la casa de Brown alrededor de las 11:30 p.m., notó un perro Akita (propiedad de Brown) perdido y agitado arrastrando su correa. Vio que tenía patas ensangrentadas, pero tras examinarlo no observó ninguna herida. Schwab dijo que llevó al perro a la casa de otro vecino amigo suyo, Sukru Boztepe. El mismo testificó haber llevado al perro adentro de su casa, donde se volvió más agitado. Boztepe llevó al perro a pasear aproximadamente a las 12:00 de la medionoche y testificó que el perro hacía fuerza contra su correa y que lo llevó hasta la casa de Nicole. Ahí descubrió el cuerpo de Nicole. Minutos después, Boztepe detuvo a un patrullero que pasaba por el lugar.

El oficial de policía Robert Riske fue el primer oficial en la escena del crimen. Testificó haber encontrado a una mujer descalza con un vestido negro yaciendo boca abajo en un charco de sangre en el camino que llevaba a la puerta delantera de su casa. Luego vio el cuerpo de Goldman a una corta distancia, yaciendo de lado junto a un árbol y por fuera del camino. Riske dijo haber visto un sobre blanco, que luego se descubrió contenía los lentes dejados en el restaurante por la madre de Brown. También vio el localizador de Goldman, un guante negro de cuero y una gorra de esquí azul ocuro en el suelo junto a los cuerpos. La puerta delantera de la casa de Brown estaba completamente abierta, pero no habían signos de una entrada forzada ni evidencia de que alguien hubiese entrado en la propiedad. Adentro no había nada fuera de lo normal.

El domingo 12 de febrero de 1995, una larga caravana se dirigió a Brentwood y el juez, el jurado, la fiscalía y los abogados defensores realizaron una inspección de dos horas de la escena del crimen. Luego se realizó una excursión de tres horas por la propiedad de O. J. Simpson en Rockingham. Simpson estaba custodiado por varios oficiales pero no llevaba esposas; esperó fuera de la escena del crimen dentro y cerca de un automóvil policial encubierto y se le permitió ingresar a su mansión de Rockingham.

El detective Ron Phillips testificó que cuando llamó a Simpson en Chicago para informarle del asesinato de su exesposa, Simpson parecía impactado y trastornado, pero no preguntó cómo había muerto. El detective Tom Lange testificó que probablemente Brown fue asesinada primero porque las plantas de sus pies descalzos estaban limpias, lo que significaba que había sido arrojada al piso antes de que hubiese sangre. Este también era un punto clave que sugería que Simpson podría haber ido a matar a Brown, mientras que aparentemente Goldman tropezó inadvertidamente con la escena, provocando que Simpson lo asesinara también. Durante el contrainterrogatorio del detective Lange, Cochran propuso dos hipótesis sobre lo ocurrido en la escena del crimen. Primero, sugirió que uno, o más, traficantes de droga encontraron a Brown mientras buscaban a Faye Resnick, amiga y huésped de la casa, una adicta a la cocaína confesa. En la segunda hipótesis, Cochran sugirió que "un asesino, o asesinos" siguieron a Goldman hasta la casa de Bundy Sur para matarlo.

Argumento de la defensa


Johnnie Cochran en 2001.
Simpson contrató a un equipo de abogados de alto perfil, incluyendo a F. Lee Bailey, Robert Kardashian, Robert Shapiro, Alan Dershowitz, Johnnie Cochran, Gerald Uelmen (en ese entonces el decano de derecho en la Universidad de Santa Clara), Carl E. Douglas y Shawn Holley. Se contrataron dos abogados especializados en pruebas de ADN, Barry Scheck y Peter Neufeld, para intentar desacreditar las evidencias genéticas de la fiscalía, en una época en la que recién habían aparecido este tipo de análisis y resultaban relativamente desconocidos.42 Argumentaron que Simpson fue víctima de fraude policial y lo que llamaron procedimientos internos poco rigurosos, los cuales contaminaron la evidencia de ADN.38

Se dijo que la defensa de Simpson costó entre 3 y 6 millones de dólares.43 El equipo defensor de Simpson, llamado el «Dream Team» por los reporteros, argumentó que Mark Fuhrman, detective del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD), había plantado evidencia en la escena del crimen. Dennis Fung y Andrea Mazzola, criminalistas del LAPD, fueron objeto de un fuerte escrutinio.

La defensa de Simpson buscó mostrar que uno o más sicarios contratados por traficantes de drogas fueron quienes asesinaron a Brown y Goldman (haciéndole a ambos la "corbata colombiana") porque estaban buscando a Faye Resnick, amiga de Brown, una conocida consumidora de cocaína que no había pagado por sus drogas. Sin embargo, el juez Ito prohibió testimonio sobre el uso de drogas de Resnick. La misma se había quedado por varios días en el condominio de Brown hasta ingresar a rehabilitación de drogas cuatro días antes de los asesinatos. Ito afirmó que la defensa fue incapaz de proveer suficiente evidencia directa o circunstancial para probar que el argumento era posible, indicando: "Encuentro que la oferta de prueba referida al motivo es altamente especulativa". En consecuencia, prohibió que Christian Reichardt testificara sobre el problema con las drogas que tenía Resnick, su exnovia.44

La prueba
Evidencia presentada al jurado
La fiscalía ofreció evidencia circunstancial para demostrar la culpabilidad de Simpson.45

  • El análisis de ADN de sangre descubierta en un par de calcetines de Simpson encontrado en su habitación probó que la misma pertenecía a Brown. La sangre tenía características de ADN que coincidían en solo uno en 9 700 millones, con probabilidades disminuyendo a uno en 21 000 millones al juntar los resultados de las pruebas realizadas en los dos laboratorios de ADN.1745 Ambos calcetines tenían aproximadaente 20 manchas de sangre.17 La sangre produjo un patrón similar en ambos lados de los calcetines. El Dr. Henry Lee del Laboratorio de Ciencia Forense de la Policía Estatal de Connecticut, experto médico de la defensa, testificó que la única manera de que tal patrón pudiese aparecer era si Simpson tenía un "agujero" en su tobillo, o si se colocó una gota de sangre en el calcetín cuando el mismo no se estaba utilizando. Lee también testificó que el procedimiento utilizado para la recolección de los calcetines podría haber provocado una contaminación.46
  • El análisis de ADN de sangre encontrada dentro, fuera y cerca del Bronco de Simpson reveló rastros de sangre de Simpson, Brown y Goldman.47
  • Se encontraron mechones de pelo consistentes con el de Simpson en la camiseta de Goldman.47
  • Se encontraron varias monedas y gotas de sangre fresca detrás del condominio de Brown, en el área donde los automóviles estaban estacionados.
  • El análisis de ADN de sangre en un guante izquierdo, encontrado afuera de la casa de Brown, demostró que la misma era una mezcla de sangre de Simpson, Brown y Goldman. Pese a que el guante estaba empapado en sangre, no habían gotas de sangre yendo hacia, o desde, el guante. No se encontraron restos de sangre en el área del guante excepto en el propio guante.47
  • Los guantes contenían partículas de pelo consistentes con el pelo de Goldman y una gorra contenía fibras de alfombra consistentes con las fibras del Bronco de Simpson.9 Una gorra de lana negra encontrada en la escena del cimen contenía mechones de pelo afroamericano.9 Se encontraron varios hilos de fibras de algodón color azul ocuro sobre el cuerpo de Goldman. Un testigo presentado por la fiscalía afirmó que esa noche Simpson vestía una sudadera de color similar.9
  • El guante izquierdo encontrado en la casa de Brown y el guante derecho encontrado en la casa de Simpson resultaron ser del mismo par.48
  • La defensa planteó que si se comparaba la cantidad de sangre que había sido extraída de Simpson para diferentes pruebas con la cantidad que quedaba, se podía constatar que habían desaparecido 1,5 mililitros de la misma, afirmando que la cantidad era suficiente para enmarcar al defendido en los asesinatos de Brown y Goldman. Gregory Matheson, testigo de la fiscalía y el principal químico del LAPD, no discutió los cálculos de la defensa, pero tampoco se mostró preocupado por lo que significaban. Según Matheson, las distintas mediciones de la sangre obtenida nunca fueron exactas ya que siempre podía obtenerse más. A su vez, se plantearon varios motivos por los que la cantidad de sangre restante podía ser menor a la originalmente obtenida: no siempre se devolvía a su envase la sangre no utilizada y, dada la viscosidad natural de la sangre, una cantidad considerable de la misma podía quedar adherida a los materiales con los que entró en contacto cada vez que hubo que retirar un poco para realizar alguna prueba.49
  • Oficiales encontraron registros de arresto indicando que Simpson había sido acusado de golpear a Nicole Brown en 1989. Se mostraron a la corte fotografías del rostro de Brown, magullado y maltratado en ese ataque.
  • Gran parte de la evidencia incriminatoria (el guante y los calcetines ensangrentados, la sangre dentro y fuera del Bronco) fue descubierta por el detective Mark Fuhrman, quien luego fue acusado de perjurio por afirmar falsamente durante el juicio que no había utilizado la palabra "nigger" (un insulto racista) en los últimos 10 años. Más tarde en el juicio, cuando el jurado estaba ausente, alegó la Quinta Enmienda contra la autoincriminación cuando se le preguntó "¿usted plantó o creó alguna evidenciaen este caso?".50 En una entrevista en 2016, Alan Dershowitz, abogado de la defensa, sugirió que el detective Philip Vannatter (no el detective Fuhrman) podría haber plantado evidencia en los calcetines, sobre la base de la presencia de un anticoagulante descubierto en los calcetines.51 Dershowitz afirmó que el jurado podría haber concluido que si la evidencia de los calcetines ensangrentados había sido creada por la policía, entonces otra evidencia también podría haber sido creada.51 Testimonio experto del FBI afirmó que la defensa exageró el significado de la presencia de anticoagulante.52
  • Las huellas de calzado sangrientas en la escena del crimen fueron identificadas por William Bodziak, experto en calzado del FBI, como producidas por unos zapatos Bruno Magli extremadamente raros y caros; solamente 29 pares de ese estilo habían sido vendidos en Estados Unidos.9 El tamaño de las huellas, talle 12 grande (305 mm), coincidía con el talle de calzado de Simpson.9 En el juicio penal, los abogados defensores de Simpson afirmaron que la fiscalía no tenía ninguna prueba de que Simpson había comprado esos zapatos.9 Pero el fotógrado independiente E. J. Flammer dijo haber encontrado una fotografía que le tomó a Simpson en 1993 que parecía mostrarlo calzando un par de los zapatos en un evento público. Posteriormente fue publicada en el National Enquirer. El equipo de defensa de Simpson alegó que la fotografía era adulterada. Pero luego se descubrieron y publicaron otras fotografías anteriores a 1994 que parecían mostrar a Simpson calzando los zapatos Bruno Magli.53 Ninguna de estas fotografías se mostraron hasta bien entrado el juicio.
  • Evidencia recolectada por Dennis Fung, criminalista del LAPD, fue criticada por la defensa. Fung admitió "no haber visto unas pocas gotas de sangre en una cerca próxima a los cuerpos"; en el estrado dijo haber "vuelto varias semanas después para recolectarlas".54
  • Fung admitió no haber utilizado guantes de goma al recolectar parte de la evidencia.54 Pero la sangre examinada no contenía su ADN, dentro de los protocolos publicados.
  • El detective Philip Vannatter de la policía de Los Ángeles testificó haber visto fotografías de trabajadores de la prensa apoyados sobre el Bronco de Simpson antes de que se recolectase evidencia.54
Evidencia no presentada al jurado
  • En la audiencia de gran jurado llevada a cabo en junio de 1994, la cuchillería Ross entregó recibos indicando que Simpson había comprado un cuchillo estilete de 12 pulgadas (305 mm) seis semanas antes de los asesinatos. Se determinó que el cuchillo era similar al que causó las heridas por apuñalamiento. Después de descubrir que empleados de la tienda habían vendido su historia al National Enquirer por 12 500 dólares, la fiscalía no presentó esta evidencia en el juicio. Los abogados de Simpson luego recogieron el cuchillo de su casa; se lo presentaron al juez Ito y luego fue sellado en un sobre de manila para ser abierto solo en caso de que se lo mencionase en el juicio. Esta no era el arma homicida: pruebas realizadas sobre el cuchillo determinaron que un aceite utilizado en cuchillería nueva todavía estaba presente en el mismo, indicando que el cuchillo nunca había sido utilizado. La policía buscó en la propiedad de Simpson en Rockingham en tres ocasiones y no pudo encontrar el cuchillo. Simpson le dijo a sus abogados exactamente dónde se encontraba dentro de la casa y el mismo pudo recuperarse.55
  • Jill Shively testificó ante el gran jurado de 1994 que vio un Ford Bronco blanco alejarse a gran velocidad de la calle Bundy, con tanto apuro que casi chocó con otro automóvil en una intersección. Shively habló con el programa televisivo Hard Copy por 5 000 dólares, tras lo cual la fiscalía decidió no utilizar su testimonio en el juicio.
  • Sojourn, un refugio para mujeres, recibió una llamada de Brown cuatro días antes de los asesinatos; Brown dijo tener miedo de su exesposo, quien creía que la estaba acosando. La fiscalía no presentó esta información en el juicio pensando que el juez Ito dictaminaría que la evidencia era un rumor. Además, amigos y familiares indicaron que Brown había dicho en varias ocasiones que Simpson la había estado acosando. Brown alegaba que a todo lugar donde iba, notaba que Simpson estaba ahí también, observándola. Sus amigas Faye Resnick y Cynthia Shahian afirmaron que ella tenía miedo porque Simpson le había dicho que la mataría si alguna vez la encontraba con otro hombre.
  • Rosey Grier, exjugador de la NFL y pastor, visitó a Simpson en la cárcel del condado de Los Ángeles en los días siguientes a los asesinatos. Jeff Stuart, un guardia carcelario, testificó al juez Ito que en un momento Simpson le gritó a Grier que "no pretendía hacerlo", tras lo cual Grier instó a Simpson a que confesase. Ito dictaminó que la evidencia era un rumor y que no podía permitirse en el juicio.
  • Los eventos relativos a la persecución del Bronco, y los materiales encontrados dentro del automóvil (incluyendo el dinero en efectivo, la pistola y el disfraz), no fueron presentados al jurado. La fiscalía no cubrió la aparente nota de su***dio de Simpson ni sus declaraciones a la policía.
  • Unos meses antes de los asesinatos de 1994, Simpson completó un episodio piloto para Frogmen, una serie de aventuras, la cual protagonizaba. Pese a que la fiscalía investigó reportes de que Simpson, que hacía el papel de líder de un grupo de ex Navy SEALs, recibió "una importante cantidad" de entrenamiento militar (incluyendo la utilización de un cuchillo) para Frogmen, y a que hay una escena en la que mantiene un cuchillo sobre la garganta de una mujer, esto no se introdujo como evidencia durante el juicio.56
  • El testimonio de Rosa López fue grabado en videocinta pero no fue mostrado al jurado.
Evidencia de ADN

Muestras obtenidas de huellas de calzado sangrientas alejándose de los cuerpos y del portón trasero del condominio de Brown fueron examinadas para identificaciones de ADN. 9Las pruebas iniciales utilizando la técnica de reacción en cadena de la polimerasa no descartaron a Simpson como sospechoso. En pruebas de polimorfismos de longitud de fragmentos de restricción, más precisas que las anteriores, se encontraron coincidencias entre la sangre de Simpson y muestras de sangre tomadas de la escena del crimen (las muestras de ambas huellas de calzado y del portón).89 Dennis Fung, criminalista de la policía, testificó que esta evidencia de ADN ubicaba a Simpson en la casa de Nicole a la hora de los asesinatos. Pero Barry Scheck, experto de la defensa, llevó a cabo un contrainterrogatorio de ocho días de duración, cuestionando casi toda la evidencia de ADN. El Dr. Robin Cotton, de Diagnósticos Cellmark, testificó por seis días.17 Se examinó evidencia de sangre en dos laboratorios indepentientes, cada uno llevando a cabo pruebas diferentes.17 En ese entonces, la población general todavía no estaba familiarizada con la precisión y el significado de la identificación por ADN.

Durante el contrainterrogatorio de Fung y otros científicos laboratoristas, surgió que Andrea Mazzola, científico de la policía (quien recolectó muestras de sangre de Simpson para comparar con evidencia de la escena del crimen) era un aprendiz que llevó el frasco de sangre de Simpson en el bolsillo de su bata de laboratorio por casi un día antes de entregarlo como evidencia.57 Pese a que se encontraron dos errores en la historia de realización de pruebas de ADN en Cellmark, uno de los laboratorios utilizados (en 1988 y 1989), los errores se habían encontrado durante pruebas de control de calidad y no habían ocurrido desde entonces.17 Una de las compañías contratadas por la defensa de Simpson para la consultoría en relación al ADN había realizado el mismo error que el encontrado en 1988.8 Lo que debería haber sido el punto fuerte de la fiscalía se volvió su conexión débil, entre acusaciones de la defensa de que técnicos de la policía manejaron las muestras de sangre con tal grado de incompetencia que hicieron casi imposible la entrega de resultados de ADN precisos y confiables. La fiscalía argumentó que habían permitido el uso de la evidencia de ADN por parte de la defensa para realizar sus propias pruebas, y que si los abogados de la defensa no estaban de acuerdo con las pruebas de la fiscalía, podrían haber llevado a cabo sus propias pruebas sobre las mismas muestras.17 La defensa había elegido no aceptar la oferta de la fiscalía.17

El 16 de mayo, Gary Sims, un criminalista del Departamento de Justicia de Califonia que había ayudado a establecer el laboratorio de ADN del Departamento, testificó que el guante encontrado en la casa de Simpson resultó positivo para la comparación con sangre de Goldman.17

El testimonio de Mark Fuhrman

Mark Fuhrman en 2008.
Artículo principal: Mark Fuhrman
En marzo de 1995, el detective Mark Fuhrman testificó haber conducido hasta la casa de Simpson para interrogarlo en la noche de los asesinatos. Tras no recibir respuesta al tocar el timbre de la casa, la cual parecía vacía, trepó una de las paredes externas para ingresar a la propiedad. Encontró marcas de sangre en el camino de entrada a la casa de Simpson, al igual que un guante de cuero negro cerca de la casa de huéspedes donde se estaba quedando Kaelin. Por medio de pruebas de ADN, luego se descubrió que el guante contenía sangre de ambas víctimas, al igual que sangre de Simpson.9 Pese a un contrainterrogatorio agresivo por parte de F. Lee Bailey,58 en el estrado Fuhrman negó ser racista o haber utilizado la palabra "nigger" para describir a personas negras en los 10 años previos a su testimonio.58 Pero unos pocos meses después, la defensa reprodujo unas cintas de audio en las que Fuhrman utilizaba el término repetidamente (41 veces en total). Las cintas habían sido grabadas entre 1985 y 1994 por una joven guionista de Carolina del Norte llamada Laura McKinny. McKinny había interrogado a Fuhrman ampliamente para un guion que estaba escribiendo sobre oficiales de policía. Las cintas de Fuhrman se volvieron una de las piedras angulares del argumento de la defensa de que el testimonio de Fuhrman carecía de credibilidad.

Con el jurado ausente, Fuhrman fue llamado nuevamente al estrado como testigo por la defensa para responder más preguntas sobre el descubrimiento de las marcas de sangre y el guante de cuero que había encontrado en la propiedad de Simpson. Cuando fue interrogado por el abogado Gerald Uelmen, Fuhrman, con su abogado a su lado, citó la Quinta Enmienda para evitar la autoincriminación y posterior interrogatorio después de que su integridad fuese cuestionada.

Durante los argumentos finales, la fiscalía dijo al jurado que Fuhrman era un racista, pero afirmó que esto no debía distraer de la evidencia que demostraban la culpabilidad de Simpson. El testimonio de Fuhrman llevó a que lo acusaran por un cargo de perjurio; posteriormente no refutó los cargos.

Los guantes

Un guante oscuro de cuero fue encontrado en la escena del crimen, y su pareja se encontró cerca de la casa de huéspedes de Kato Kaelin, detrás de la propiedad de Simpson en la calle Rockingham.9 Kaelin testificó haber escuchado "golpes en la noche" en la misma área alrededor de la casa de huéspedes la noche de los asesinatos.9 Brown le había comprado a Simpson dos pares de este tipo de guante en 1990.9 Ambos guantes, de acuerdo a la fiscalía, contenían evidencia de ADN de Simpson, Brown y Goldman. El guante en la casa de Simpson también contenía un mechón largo de pelo rubio, similar al pelo de Brown.9

El 15 de junio de 1995, el abogado defensor Johnnie Cochran incitó al fiscal auxiliar Christopher Darden a pedirle a Simpson que se colocara el guante de cuero encontrado en la escena del crimen. Previamente la fiscalía había decidido no pedirle a Simpson que se probara los guantes porque (de acuerdo a los fiscales) el guante había estado empapado en sangre de Simpson, Brown y Goldman,38 y había sido congelado y descongelado varias veces. El guante de cuero pareció ser demasiado justo como para que Simpson se lo colocara fácilmente, especialmente sobre los guantes de látex que tenía por debajo.9 Uelmen creó y Cochran repitió una frase que había utilizado varias veces en relación a otros puntos en sus argumentos finales, "Si no cabe, deben absolver" ("If it doesn't fit, you must acquit" en inglés). El 22 de junio de 1995, Darden expresó al juez Lance Ito sus preocupaciones de que Simpson "tiene artritis y miramos la medicación que toma y parte de la misma son antiinflamatorios y se nos afirmó que no la ha tomado en un día y esto provocó hinchazón en las articulaciones e inflamación en sus manos". La fiscalía también afirmó su idea de que el guante se había encogido por haber estado empapado en sangre y por las pruebas que se le realizaron luego.9 Durante el juicio, la fiscalía presentó una foto de Simpson previamente llevando el mismo tipo de guante que fue encontrado en la escena del crimen.

Los fiscales argumentaron que la presencia de sangre de Simpson en la escena del crimen era resultado de la sangre que goteaba de los cortes en su dedo medio de la mano izquierda.9 La policía había notado sus heridas y afirmado que las mismas se habían producido durante el ataque fatal a Goldman. Sin embargo, la defensa mostró que ninguno de los guantes recuperados tenía cortes. Además, tanto testigos de la fiscalía como de la defensa testificaron no haber visto cortes o heridas de ningún tipo en las manos de Simpson horas después de ocurridos los asesinatos. La defensa alegaba que Fuhrman podía haber plantado el guante en la casa de Simpson luego de tomarlo de la escena del crimen. El análisis según el cual el cabello podía ser de Brown no era seguro.9 La fiscalía afirmó que el guante no había sido movido. Hicieron notar que a la hora en que Fuhrman llegó a la casa de Simpson, la escena del crimen en la casa de Brown ya había sido revisada por varios oficiales durante casi dos horas, y ninguno había notado un segundo guante en la escena. En su primera serie de testimonios, Fuhrman respondió "no" cuando F. Lee Bailey le preguntó si había plantado alguna evidencia en la casa de Simpson. En su segunda serie de testimonios, después de reveladas las cintas, Fuhrman citó la Quinta Enmienda cuando Uelmen le hizo la misma pregunta.

El 8 de septiembre de 2012, Darden acusó a Cochran de manipular el guante antes del juicio.59 Alan Dershowitz, un miembro del equipo defensor de Simpson, negó la alegación, afirmando que "la defensa no obtiene acceso a la evidencia salvo bajo condiciones controladas".

En 2016, Darden dijo que, en su opinión, los guantes sí cabían pero que Simpson llevó a cabo una actuación.60 "Creo que la demostración de los guantes es una de las mayores escenas en una corte en la historia estadounidense", afirmó.61

Los alegatos finales
En su alegato final, el fiscal Darden ridiculizó la idea de que oficiales de policía podían haber querido enmarcar a Simpson. Se cuestionó por qué, si el Departamento de Policía de Los Ángeles estaba en contra de Simpson, fueron a su casa en ocho ocasiones por llamadas sobre violencia doméstica contra Brown entre 1986 y 1988 pero no lo arrestaron. Los arrestaron por cargos de abuso en enero de 1989 (cuando fotografías del rostro de Brown fueron registradas). Darden hizo notar que la policía no había arrestado a Simpson por cinco días después de los asesinatos de 1994.

Por su parte el abogado defensor Cochran sostuvo en su alegato final que estaba demostrado que Fuhrman se había referido en varias ocasiones a afroamericanos como "niggers" y que se había jactado de golpear jóvenes afroamericanos en su papel como oficial de policía. La técnica de Fuhrman fue luego criticada por Robert Shapiro y por al menos un miembro del jurado, al igual que por Fred Goldman, el padre de Ron Goldman. Cochran llamó a Fuhrman "un racista genocida, un perjuro, la peor pesadilla de Estados Unidos y la personificación del mal". Posteriormente, Fuhrman no refutó los cargos por perjurio, los cuales se habían originado a partir de su testimonio en el juicio de Simpson.

Crecieron temores de que se generaran disturbios raciales a lo largo de Los Ángeles y el resto del país en caso de que Simpson fuese condenado por los asesinatos. Se habían producido disturbios en 1992 después de que cuatro oficiales de policía fueran absueltos por golpear al automovilista negro Rodney King tres años antes (la golpiza a King fue filmada por un aficionado y el vídeo se hizo viral). Como resultado, todos los oficiales de policía de Los Ángeles fueron asignados a turnos de doce horas. La policía colocó más de cien oficiales montados para rodear la corte del condado de Los Ángeles el día en que se anunció el veredicto en previsión de que la multitud generara disturbios.

Veredicto
A las 10:07 a.m. PDT del 3 de octubre de 1995, O. J. Simpson fue declarado no culpable de asesinato en ambos cargos. El único testimonio revisado fue el de Alan Park, conductor de la limusina, quien dijo no haber visto el Bronco de Simpson afuera de la propiedad de Rockingham cuando llegó para levantarlo (después de ocurridos los asesinatos). El jurado llegó al veredicto a las 3:00 p.m. del 2 de octubre, tras solo cuatro horas de deliberaciones, pero el juez Ito pospuso el anuncio.62

Antes del veredicto, el presidente Bill Clinton fue informado sobre medidas de seguridad por si se generaban disturbios a nivel nacional como consecuencia del veredicto, para evitar que pudiera volver a ocurrir algo como los Disturbios de Los Ángeles de 1992. Aproximadamente unas 100 millones de personas a nivel mundial miraron por televisión o escucharon por radio el anuncio del veredicto. El volumen de llamadas telefónicas de larga duración disminuyó en un 58% y el volumen de operaciones en la Bolsa de Nueva York disminuyó en un 41%. La utilización de agua decreció, ya que la gente evitaba usar los baños. Se detuvo tanto trabajo que según estimaciones el veredicto costó unos 480 millones de dólares en pérdidas de productividad.62

La Corte Suprema de los Estados Unidos recibió un mensaje sobre el veredicto durante argumentos orales, con los jurados pasando la nota de uno a otro en silencio mientras escuchaban la presentación del abogado. Congresistas cancelaron conferencias de prensa, uno de ellos diciendo a los reporteros "No solo ustedes no estarían aquí, sino que tampoco yo estaría aquí".63

Reacciones al veredicto
En entrevistas posteriores al juicio, unos pocos jurados dijeron que creían que probablemente Simpson sí había cometido los asesinatos,64 pero que la fiscalía fue incapaz de probar el caso más allá de una duda razonable. Tres jurados escribieron y publicaron en conjunto un libro llamado Madam Foreman,65 en el cual describieron cómo su percepción de errores policiales, no lo raza, llevaron a su veredicto. Afirmaron haber considerado que la asignación del fiscal Darden por parte de la fiscalía había sido simplemente con la intención de incluir a un afroamericano en el equipo.58

Críticos del veredicto de no culpabilidad argumentaron que el tiempo de deliberación fue excesivamente corto en comparación con la duración del juicio. Algunos afirmaron que los jurados, la mayoría de los cuales no tenía ninguna educación universitaria, no entendieron la evidencia forense.

Luego de que el veredicto fuera leído, el jurado número seis, Lionel Cryer, de 44 años, saludó a Simpson con un puño en alto.66

Hechos posteriores
En 1996, Johnnie Cochran, abogado defensor de Simpson, escribió y publicó un libro sobre el juicio. Fue llamado Viaje a la justicia (Journey to Justice), y describía su involucramiento en el caso.67

Ese mismo año, Robert Shapiro, otro abogado defensor de Simpson, también publicó un libro sobre el juicio, llamado La búsqueda de la justicia (The Search for Justice). Criticó a F. Lee Bailey, llamándolo una "bala perdida", y a Johnnie Cochran, por ingresar la cuestión racial al juicio.68 A diferencia del libro de Cochran, Shapiro afirmó no creer que Simpson fue enmarcado por el LAPD por razones raciales, pero creía que el veredicto era correcto debido a duda razonable.58

Marcia Clark, la fiscal principal, publicó un libro sobre el caso llamado Sin duda (Without a Doubt, 1998).69 Su libro recuenta los procedimientos del juicio, desde la selección del jurado hasta los resúmenes finales. Concluyó que nada pudo haber salvado su caso, dada la estrategia de la defensa de resaltar las cuestiones raciales relacionadas a Simpson y el LAPD, y la predominancia de negros en el jurado. En su opinión, la evidencia material de la fiscalía, particularmente el ADN, debería haber condenado a Simpson fácilmente. El hecho de que no lo hiciera, afirmó, era prueba de un sistema judicial comprometido por cuestiones de raza y celebridad.

El libro del fiscal de distrito Bugliosi
Vincent Bugliosi, exfiscal de distrito adjunto del condado de Los Ángeles, escribió un libro llamado Escándalo: las cinco razones por las que O. J. Simpson se salió con la suya (Outrage: The Five Reasons Why O.J. Simpson Got Away with Murder, 1997). Bugliosi fue muy crítico de Clark y Darden, culpándolos, entre otras razones, por no introducir la nota que Simpson había escrito antes de intentar escapar. Bugliosi argumentó que la nota "hedía" a culpa y que se debería haber permitido que el jurado la viese. También afirmó que el jurado nunca fue informado de los elementos encontrados en el Bronco: un cambio de ropa para Simpson, gran cantidad de dinero en efectivo, su pasaporte y un equipo de disfraz. La fiscalía dijo sentir que esta evidencia provocaría una reacción emocional por parte de Simpson que podría perjudicar su caso, pese al hecho de que los elementos parecían poder ser utilizados para escapar.70

Bugliosi cuestionó la decisión de Clark y Darden de no permitir al jurado escuchar la cinta de audio policial de la declaración de Simpson en la noche misma del asesinato, sobre las heridas que presentaba en su dedo, que podría haberse considerado incriminatoria. Primero dijo que se había cortado el dedo accidentalmente con un pedazo de vidrio roto en su habitación del hotel en Chicago. Pero minutos después cambió su historia y dijo que se había cortado el dedo en Los Ángeles. Luego volvió a modificar su relato sosteniendo que la herida se había reabierto mientras estaba en Chicago y luego afirmó no recordar cómo se hizo el corte en su dedo medio izquierdo.

Bugliosi también afirmó que los fiscales deberían haber entrado en más detalle sobre el abuso de Simpson a su esposa. Dijo que se debería haber hecho claro para el jurado, en su mayoría afroamericano, que Simpson tenía poca influencia en la comunidad negra. A diferencia de otros atletas prominentes, Simpson no había hecho nada para ayudar a los negros menos afortunados que él. Bugliosi destacó que, pese a que los fiscales entendieron que la raza de Simpson no tenía nada que ver con los asesinatos, una vez que la defensa "abrió la puerta" al intentar pintar a Simpson falsamente como un líder de la comunidad negra que podría haber sido enmarcado por una fiscalía demasiado entusiasta que buscaba un sospechoso, la fiscalía debería haber presentado la evidencia para lo contrario. Esto podría haber influenciado el veredicto del jurado. Bugliosi también criticó los argumentos finales de la fiscalía, considerándolos inadecuados.70

Bugliosi criticó a la fiscalía por llevar los asesinatos a juicio en Los Ángeles en lugar de en Santa Mónica.30 Durante el proceso de selección del jurado, la defensa hizo difícil para la fiscalía desafiar potenciales jurados negros, sobre la base de que es ilegal recusar a alguien del jurado por motivos basados en la raza. Las cortes de Colifornia prohibieron las recusaciones sin causa de los jurados basadas en la raza en El pueblo v. Wheeler, años antes de que la Corte Suprema de los Estados Unidos lo hiciera en Batson v. Kentucky.

Quienes apoyaron al fiscal de distrito Garcetti notaron que la decisión de mover el juicio fue tomado por el juez presidente de la Corte Superior de Los Ángeles, y no por el fiscal de distrito. El juicio fue movido por preocupaciones por la seguridad en la corte de Santa Mónica, que era más pequeña, y por su mal estado edilicio.30

En una revisión en 2010, Metropolitan News dijo que Garcetti había controlado todos los asuntos del juicio, y que él había tomado la decisión de hacer que Simpson se probase los guantes de cuero sangrientos que se habían recuperado en la escena del crimen y en la propiedad de Simpson. La aparente dificultad de Simpson para ponerse los guantes fue altamente perjudicial para el caso de la fiscalía. Tanto Darden como Clark decidieron dejar que Simpson se probase los guantes. A su vez, expertos criticaron a la fiscalía por llamar a Mark Fuhrman a declarar en primer lugar; criticaron a la fiscalía por la falta de debida diligencia, la cual debería haber descubierto sus declaraciones racistas previas. La oficina del fiscal de distrito argumentó que la defensa hubiera llamado a Fuhrman de todas maneras y que nadie tenía conocimiento de la existencia de las cintas de McKinny hasta una vez empezado el juicio.71

La discusión de los elementos raciales del caso continuó mucho después del final del juicio. Algunas encuestas y algunos comentadores han concluido que muchos negros, pese a tener sus dudas respecto a la inocencia de Simpson, se inclinaban más a sospechar sobre la credibilidad y la justicia de la policía y las cortes, y por ende a cuestionar la evidencia. El LAPD tenía una historia de abuso a los afroamericanos en la ciudad, la cual fue enfatizada en el caso de Rodney King. Tras el veredicto del juicio civil contra Simpson, la mayoría de los blancos encuestados dijo creer que se había hecho justicia. La mayoría de los negros (75%) no estaba de acuerdo con el veredicto y creía que fue motivado por la raza.10 Una encuesta de la NBC llevada a cabo en 2004 reportó que, pese a que el 77% de 1 186 personas muestreadas pensaba que Simpson era culpable, solo el 27% de los negros en esa muestra lo pensaba, en comparación con el 87% de los blancos. El caso de Simpson continúa siendo evaluado a través del lente racial. En 2016, FiveThiryEight reportó que la mayoría de los negros ahora cree que O. J. era culpable.

Teorías alternativas sobre el asesinato
Simpson ha mantenido que fue un asesino a sueldo quien mató a Ronald y Nicole. Los que apoyan esta opinión dan los siguientes detalles:

  • El asesino de Ronald y Nicole estaba entre un grupo de asesinos asociados con ambos y con Simpson. Casimir Sucharski, amigo de Simpson, fue asesinado dos semanas después de Ronald Y Nicole. El 19 de marzo de 1995, otro amigo suyo y promotor de una compañía de discos, Charles Minor, fue asesinado. El 30 de julio de 1993, once meses antes del doble homicidio, Brett Cantor, amigo de Ronald, fue asesinado con un cuchillo de igual manera que Goldman y Brown: por detrás, en la garganta y con múltiples puñaladas en brazos y pecho. Michael Nigg, camarero de Mezzaluna (restaurante de Los Ángeles donde también trabajó Ronald) fue asesinado por tiros en la cabeza. Otro camarero del mismo restaurante fue gravemente herido por un coche bomba.
  • Muchos de los trabajadores en Mezzaluna estaban relacionados con la mafia o el tráfico de drogas.
  • Se encontraron fotos de Nicole con famosos criminales de la droga en la cama. Simpson dijo estar trastornado cuando vio a sus hijos asociados con el ambiente de narcotráfico en el que Nicole estaba aparentemente envuelta.
  • Barry Hoestler, investigador privado contratado por el abogado de la defensa Shapiro, dijo que Nicole había hablado sobre la idea de abrir un restaurante con Goldman, y financiarlo con los beneficios de la cocaína. Hoestler aseguró que Nicole y sus amigos estaban en contacto con distribuidores de droga.
  • La mejor amiga de Nicole era Faye Resnick, una adicta a la cocaína. Después de que alguien entrase en la casa de Resnick en busca de fotos y documentos, esta abandonó la ciudad. La defensa argumentó que la muerte de Nicole y Ronald era una amenaza a Resnick para que pagase su deuda. La acusación dijo que no había prueba alguna sobre esto.
  • Había un rastro de ADN en el volante del coche que no pertenecía ni a Simpson ni a Nicole ni a Goldman.
  • Al Cowlings, amigo de Simpson, trabajó como guardaespaldas para el contrabandista de droga Joey Ippolito. Este escapó de la cárcel de Florida tres semanas antes de los asesinatos, durante las que hizo varias llamadas a Simpson. Según la teoría, Ippolito probablemente contrató un asesino para llevar a cabo los asesinatos relacionados con la droga. Ese sicario sería Frankie Viserto, quien había torturado a sus víctimas anteriores con un cuchillo.
  • La hermana de Nicole, Denise Brown, fue fotografiada a menudo con el informante del FBI Tony Fiato, recluta de Ippolito. Denise negó ser novia de Fiato.
  • Los detectives de la policía incumplieron la ley del estado cuando esperaron horas a convocar al jefe del condado.
  • En contra de las normas de la policía, las pruebas estuvieron en la sala del proceso durante tres días, encima de una mesa, pudiendo ser manipuladas por cualquiera de los 70 u 80 policías que tenían acceso a ellas.
  • Alguien entró en el despacho de Shapiro, abogado de Simpson, robando información documental relacionada con el caso.
  • Simpson dijo que solo una vez, en 1989, tuvo una pelea con Nicole en la que ella salió herida. Nicole usó maquillaje en una de las fotos en las que se le veían contusiones faciales después de la lucha. Dijo también que las declaraciones escritas de Nicole sobre abusos domésticos eran un plan para deshacerse de un acuerdo prenupcial.
Otra teoría podría ser que Simpson fue manipulado o secuestrado por la mafia debido a deudas que tenía su esposa, mismos que le mostraron que le podría pasar si hablaba con la policía lo cual lo ubicaría en la escena del crimen y trataron de inculparlo. Otra teoría mantiene que fue el hijo de Simpson, Jason, quien cometió los asesinatos. Esta teoría se defiende en el libro de William Dear titulado O. J. is Guilty, But Not of Murder ("O.J. es culpable, pero no de asesinato"). Alguna de las pruebas que muestra Dear en el libro son las siguientes:

  • Jason Simpson había tenido problemas con su madrastra, y estaba enfadado con la vida que llevaba, envuelta en drogas.
  • Se sabe que Jason había sufrido violentos ataques epilépticos, tras los cuales no recordaba qué había hecho.
  • Jason estaba estudiando para trabajar como cocinero y siempre llevaría su cuchillo consigo. Estos cuchillos servían perfectamente para cometer los asesinatos y provocar las heridas encontradas en las víctimas.
  • Jason no tenía coartada para la noche de los homicidios, pues el restaurante en el que trabajaba estaba cerrado aquella noche.
  • Después de cometer los asesinatos, Jason llamó a Simpson a la escena del crimen. Allí, ambos lucharon, y fue de este modo como O.J. se manchó de sangre. Dear cree también que fue así como Simpson se hizo el corte en la mano.
  • Simpson trató de encubrir a su hijo durante el juicio, pensando que si la culpabilidad caía sobre Jason, él podría ser visto como un padre negligente.
 
¡Agarraos!

El Demonio de Galloway: el clan de caníbales que atemorizó Escocia y se comió a mil viajeros

Sawney Beane brotó en una cueva una familia de salvajes que, según la leyenda, se alimentaban de la carne de aquellos viajeros que pretendían embarcar hacía Irlanda
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CÉSAR CERVERA
@C_Cervera_MSeguir
09/06/2016 02:57hActualizado:09/06/2016 16:20h

El tipo de historia que protagonizó Sawney Beane y su clan, perturbadora y de una violencia extrema, merece cierta distancia: ¿es posible que todavía hubiera caníbales en Escocia en el siglo XIV (XVI, según algunas versiones)? Al escepticismo habitual con este tipo de historias, diseñadas para asustar a los niños y asombrar a los extranjeros, se suma en este caso el interés de la propaganda inglesa de presentar Escocia como una tierra de salvajes antes de su anexión a Inglaterra.

Sawney se negó desde joven a trabajar y dedicó su existencia a martirizar a sus vecinos con un comportamiento antisocial
«No vayas por Galloway», dice una canción popular, «pues has de saber que Sawney Beane te espera allí». «Sawney Beane, Sawney Beane, cuídate de Sawney Beane/ No dejes que derribe tu caballo Sawney Beane». Sawney Beane, el patriarca del clan, nació en el condado de East Lothian, a pocos kilómetros de Edimburgo, en el seno de una honrada familia de labradores. El año de su nacimiento depende de cuál sea la versión de la historia, una lo emplaza en 1390, mientras que otras lo hacen en 1500. Lo único claro es que Sawney se negó desde joven a trabajar y dedicó su existencia a martirizar a sus vecinos con un comportamiento antisocial.

Según las viejas crónicas, a los 20 años el joven decidió al fin abandonar el pueblo que tanto odiaba, y que tanto le detestaba a él. Tras ser rechazados y pateados por todas las localidades escocesas, Beane y el único amigo que había seguido sus pasos se refugiaron en una cueva de la costa ante las eventualidades del invierno.

La cueva del terror y la carne

Como relata W. J. Passingham en un artículo en «Blanco y negro» del 4 de marzo de 1934, la cueva resultó profunda, amplia y seca. O al menos lo suficiente como para pasar allí todo el invierno. El único incoveniente que presentaba la guarida es que faltaban alimentos cerca. Sawney Beane exploró la zona buscando comida o algún lugareño que pudiera venderles algo, pero tan solo halló muestras de vida en un camino que terminaba en un embarcadero empleado por los escoceses para viajar a Irlanda. Hambriento y desesperado, el joven asestó un golpe a un viajero que ese momento cruzaba el camino y se llevó su cadáver a la cueva. No le interesaba su dinero o sus posesiones, solo su carne.

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Supuesta localización de la cueva de Sawney Beane- Creative Commons​
Con el paso de los años, Beane se casó y fue padre de ocho hijos y seis hijas. Cuantas más bocas que alimentar más viajeros cabía matar. Durante 28 años, el clan creció al ritmo de asesinatos protagonizados por el clan de caníbales, que prefería atacar por la noche y escapaba una y otra vez de la justicia. En verdad, la cueva permanecía cerrada durante largos periodos a causa de las mareas y los caníbales acostumbran a dejar pocos rastros. Su carrera criminal permaneció intacta durante décadas. Si fuera cierto el mito, el clan sería el responsable de un millar de muertes.

La leyenda cuenta que las desapariciones terminaron por atraer las miradas de las autoridades de Glasgow. Sin pistas, la justicia inició una auténtica caza de brujas que dio con los huesos de decenas de inocentes en la horca. No en vano, estas ejecuciones sirvieron de poco a la hora de amedrentar a la familia Beane, que no se vieron realmente amenazados hasta que un conocido burgués de Glasgow desapareció cuando iba a tomar un barco hacia Irlanda. El mismísimo Rey, cuya identidad varía según los términos de la leyenda, desplegó una red de espías por toda la costa con el fin de encontrar al desaparecido. Así estrecharon la búsqueda al máximo y supieron que la criatura infernal que perseguían era el «Demonio de Galloway».

El Rey se pone al frente de la búsqueda


En la versión más popular del relato, el Rey que se puso al frente de las operaciones fue Jaime I. Tras décadas dando palos de ciegos, las tropas reales acotaron al fin la ubicación donde desaparecían los viajeros y el perfil de sus captores. La tenían gracias a que el miembro varón de una pareja emboscada por Beane había logrado escapar del ataque después de contemplar, ciego de rabia, como mataban a su esposa unos hombres bestias. Con la ayuda de unos sabuesos, la expedición real dio con el escondrijo de Beane y se internó directamente en las profundidades del mal. Los muros de la cueva estaban adornados con esqueletos y el lugar habitado por salvajes. Mientras los niños jugaban con muchos de estos restos óseos, los adultos estaban inmersos en una bacanal caníbal en el momento en el que entraron los soldados del Rey.

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Retrato de Jaime I de Escocia- The Scottish National Portrait Gallery​
Los caníbales fueron trasladados a Edinburgo, donde ni siquiera fueron sometidos a juicio. Se les condenó al momento a ser ejecutados. Las mujeres ardieron con sus bebés en los brazos después de una larga tortura; en tanto, los hombres fueron desmembrados hasta su último aliento. En total, el clan fundado por Beane estaba formado por 48 personas, producto del incesto, cuando las autoridades hallaron la cueva.

La leyenda sobre el clan caníbal que habitó en tiempos de Jaime I, o de Jorge VI, según otras versiones, tiene gran penetración en la historia de Escocia. Puede que el relato fuera falso o incluso que fuera una recopilación de mitos de la Escocia más oscura. Lo que sí es evidente es que el canibalismo no era desconocido en la Escocia medieval, así como que Galloway fue un lugar especialmente salvaje hasta la Edad Moderna. Aprovechando esta fama de gente poco civilizada es probable que la propaganda pro-inglesa creara la leyenda de Sawney Beane con el fin de rebajar los tiempos anteriores al dominio inglés.

De hecho, el relato apareció por primera vez en los pliegos de cordel británicos (las revistas de rumores) precisamente durante las rebeliones jacobitas. Estas revueltas, que se extendieron entre 1688 y 1746, tuvieron como fin devolver el trono a la Casa de Estuardo, de origen escocés. Cabía vender las ventajas inglesas, en ese momento alineados en su mayoría con la Casa de Hannover, para desprestigiar a todo lo que procediera del norte.
 
La asesina del Hacha
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Lizzie Andrew Borden nació en la pequeña localidad de Fall River en 1860; su padre, Andrew Jackson Borden, era un hombre de negocios de la zona con varias propiedades en el pueblo. Su madre, Sarah Anthony Morse, falleció en 1863, y dos años después Andrew Borden volvió a contraer matrimonio con Abby Durfee Gray. Lizzie tenía además una hermana mayor, Emma Lenore Borden (1851-1927) que, como ella, nunca se llegó a casar.

La vida de los Borden era cómoda y holgada, gracias a los ingresos de Andrew Borden. No obstante, no fue una familia feliz. Ni Lizzie ni Emma soportaban a su madrastra, Abby, a la que consideraban una mujer grosera e interesada. Su relación se deterioró mucho en los últimos días de su convivencia, a pesar de que Abby fue su madrastra durante 28 años. Andrew y Abby no tuvieron hijos juntos.

En la mañana del 4 de agosto de 1892, Andrew Borden y su mujer fueron asesinados con un objeto afilado (probablemente un hacha) en su casa. Las únicas personas presentes en la residencia familiar en aquel momento eran Lizzie y la sirvienta, Bridgette Sullivan, que llevaba trabajando para la familia más de dos años. Emma Borden se encontraba entonces de visita en casa de unos amigos. El tío materno de las hermanas Borden, John Vinnicum Morse, estaba de visita en casa de los Borden aquellos días, pero no se encontraba en la casa cuando tuvieron lugar los asesinatos.

Aquella mañana, Andrew Borden había ido al centro del pueblo a hacer algunas acciones al banco y a la oficina de correos. Regresó a su casa en torno a las 10:45 de la mañana. Aproximadamente media hora después, su hija Lizzie descubrió su cadáver. Según el testimonio de Bridget Sullivan, que se encontraba en su cuarto en el piso superior descansando, sobre las 11 de la mañana Lizzie gritó su nombre, y le dijo que alguien había matado a su padre. El cuerpo de Andrew Borden se encontraba recostado en el sofá del salón, con el cráneo gravemente mutilado y con la cabeza ladeada, como si lo hubiesen asesinado mientras descansaba.

Pocos minutos después, varios amigos y vecinos, enterados de lo sucedido, fueron a la casa de los Borden para tranquilizar a Lizzie. Fue entonces cuando la criada y una vecina, Alice Churchill, descubrieron en la habitación de invitados, en el primer piso, el cuerpo inerte de Abby Borden, cuyo cráneo también había sido golpeado numerosas veces con un objeto afilado.

Durante muchos años después de la muerte de la primera esposa de Andrew Borden, en la casa de la familia, situada en el número 92 de Second Street en Fall River, la vida se había tornado incómoda y desagradable entre el señor y la señora Borden y las hijas de aquél. El primer piso estaba dividido en dos, cada parte con unas escaleras de acceso distintas; la parte delantera para las hermanas Borden, y la trasera para Andrew Borden y su esposa. En muchas ocasiones la familia no comía junta. Precisamente el día que tuvo lugar el doble asesinato, el tío materno de las hermanas Borden se encontraba en la casa para establecer una herencia de su difunta hermana, la primera esposa de Andrew Borden. Poco antes de los asesinatos tuvo lugar una discusión en la casa a la que Lizzie y Emma respondieron con un prolongado viaje; no obstante, Lizzie regresó antes de lo previsto a su casa. Por aquellas fechas el farmacéutico local, Eli Bence, se negó a venderle ácido prúsico, supuestamente para que Lizzie pudiese limpiar un abrigo. También por aquel entonces la familia cayó enferma de lo que se diagnosticó podía ser una indigestión provocada por comida en mal estado; la señora Borden afirmó que alguien había intentado envenenarlos.
izzie Borden fue detenida el 11 de agosto; el juicio comenzó diez meses después en New Bedford, Massachusetts. Su testimonio parecía incoherente e inverosímil, y su comportamiento le granjeó las sospechas del público. Fue acusada de los asesinatos y su defensa estuvo dirigida por el ex gobernador de Massachusetts, George D. Robinson, y Andrew V. Jennings.

Durante la investigación se encontró un hacha en el sótano de la casa de los Borden y se supuso que debía ser el arma homicida. Aunque estaba limpia, el hacha tenía el mango roto, algo que la acusación alegó podría ser porque el mango estaba manchado de sangre. No obstante, un policía interrogado en el caso afirmó que al lado de la cuchilla había un mango de hacha, y el forense declaró posteriormente que no hubo tiempo material para limpiar el hacha después de los asesinatos.

Nunca se encontró ropa alguna que estuviese manchada de sangre. Pocos días después de los asesinatos, una vecina observó cómo Lizzie Borden quemaba en el fogón de la cocina un vestido azul que, según ella, se había manchado con pintura fresca, y había quedado inservible.

A pesar de las circunstancias, Lizzie Borden fue absuelta por el jurado tras sólo hora y media de deliberación. El hecho de que nunca se encontrase el arma homicida ni ropa alguna que pudiese incriminarla, además de que la historia del ácido prúsico y su testimonio inicial no fueron considerados durante el juicio, ayudaron a que Lizzie no fuese finalmente condenada. Además en aquellos tiempos tuvo lugar otro asesinato en la zona, aunque el asesino, José Correira, no se encontraba en el país cuando Andrew y Abby Borden fueron asesinados.

Lizzie y su hermana se mudaron de casa, a una que llamaron Maplecroft, en el mismo pueblo. En 1905 las hermanas discutieron sobre una fiesta que Lizzie había dado en honor a la actriz Nance O'Neill (con la que supuestamente tuvo un idilio), y Emma abandonó la casa. Sobre aquella época Lizzie empezó a usar el nombre Lizbeth A. Borden.

Lizzie Borden murió de neumonía el 1 de junio de 1927, y fue enterrada en Fall River. Su hermana, con la que no tenía ya mucha relación, falleció nueve días después.
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La casa donde tuvo lugar el doble asesinato es ahora un Albergue, mientras que Maplecroft es ahora una casa particular.
 
El misterio sin resolver de Jonestown: el su***dio con cianuro de 918 hombres, mujeres y niños

El líder, Jim Jones, increpó megáfono en mano a aquellos miembros de la secta que gritaron de dolor: «Debéis morir con dignidad». Él prefirió pegarse un tiro con una escopeta

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CÉSAR CERVERA

24/05/2016 02:36hActualizado:25/05/2016 14:01h

En un remoto lugar de la Guyana, en América del Sur, el pastor evangélico Jim Jones pronunció las últimas palabras que oyeron cientos de personas: «Acabemos con esto ya. Acabemos con esta agonía». Ese 18 de noviembre de 1978 perdieron la vida 918 personas en un evento que los periódicos calificaron del mayor su***dio colectivo en la historia, y que protagonizó una secta con antigua sede en California. Hoy, sigue abierto el misterio sobre el desenlace de una comunidad que había nacido como una utopía socialista y había degenerado en algo aterrador.

En 1955, el pastor Jim Jones creó una secta denominada el Templo del Pueblo, cuya mayor parte de seguidores eran de raza negra. De afiliación comunista, el reverendo Jones adquirió cierta notoriedad por su lucha contra el racismo y la defensa por los derechos de los homosexuales (incluso Harvey Milk, activista y político homosexual, simpatizaba con el movimiento). De hecho, Jim Jones y su esposa Madeleine adoptaron a seis niños de diversas razas, para fundar así su «familia del arcoíris» y criarlos de forma comunal.

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Jim Jones en una manifestación en San Francisco (California)- Wikimedia​
En medio de la psicosis nuclear que produjo la Guerra Fría, Jones trasladó su comunidad desde California a Sudamérica. En la remota Guyana fundó Jonestown (Pueblo Jones), una granja de 140 hectáreas que pretendía sobrevivir a la guerra nuclear y a los peligros de unos EE.UU. –decía– cada vez más desbocados y próximos a su final. Su cóctel doctrinal, que mezclaba pasajes de la Biblia, textos de Marx y el credo evangélico Pentecostal, atrajo a una comunidad de cerca de 1.000 personas a sudamérica.


El Templo del Pueblo y los maltratos
Al estilo de las comunas hippies características de los años 70, los seguidores de Jones cultivaba su propia comida, criaban ganado, fabricaban toda clase de productos y educaban entre todos a sus hijos. Esto es, una utopía socialista regida con mano de hierro por Jones. «Jonestown es un lugar dedicado a vivir por el socialismo, por la equidad económica y racial. Estamos viviendo de una forma común increíble», se escucha en una grabación que fue recuperada por el FBI. Lo que al principio era simplemente un estilo de dirección demasiado autoritario fue mutando hacia abusos y maltratos.

Desde las siete de la mañana hasta las seis de la tarde, los miembros de la secta trabajaban sin descanso, niños incluidos, bajo temperatura cercanas a los 38 °C. Según los testimonios de ex integrantes de la secta, las comidas consistían en nada más que arroz y legumbres, de inferior calidad a los alimentos que recibía Jones y su familia próxima.

En caso de desobedecer las órdenes, Jones encerraba a los indisciplinados en una caja de madera minúscula. Según los testimonios más crudos, las palizas eran frecuentes, así como el uso de un «hoyo de tortura» donde Jones tiraba a los niños desobedientes en mitad de la noche. Asustaba a los niños haciéndoles creer que había un monstruo en el fondo del pozo y, en caso de que fueron ya mayores para creer en cuentos de miedo, los amarraba desnudos para electrocutarles los genitales.

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Memorial en homenaje a las víctimas de Jonestown​
Como es evidente, para salir de Jonestown no bastaba con pedirlo en recepción. Los que intentaban escapar eran drogados, mientras que guardias armados patrullaban el pueblo día y noche para asegurarse de que las órdenes de Jones se cumplieran. A raíz de los testimonios cada vez más inquietantes, la CIA investigó la forma de acabar con este «paraíso socialista».

El asesinato de un congresista de EE.UU.
En 1978, el congresista del Estado de California, Leo Ryan, y una comitiva que incluía a varios periodistas, familiares de miembros de la secta y un desertor de la comunidad, visitaron Jonestown. Originalmente, el líder de la secta les acogió con cordialidad y preparó un recibimiento musical para sus huéspedes. Tras varios días de visita cada vez más tensa, donde el congresista sufrió un atentado con arma blanca, Ryan invitó a todo aquel que quisiera abandonar la comunidad a regresar con él en su avioneta. Varios miembros del Templo del Pueblo aceptaron aparentemente la invitación y se reunieron con la comitiva del congresista. No obstante, durante la reunión los miembros de la secta sacaron armas de fuego y dispararon contra Ryan y los demás.

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El congresista Leo Ryan.​
Ese 17 de noviembre destrozaron el avión y asesinaron al congresista, a tres periodistas e hiriendo a nueve personas. Después de acribillar el cuerpo del congresista y dejarle irreconocible, los fanáticos regresaron a la comunidad: era la hora de alcanzar un nuevo nivel de horror.

El su***dio colectivo era una idea recurrente en el Templo del Pueblo. Desde hacía varios meses, Jim Jones organizaba una vez cada dos semanas «pruebas de lealtad», donde simulaba suicidios masivos, que incluían la ingesta de falsas pociones de veneno. Jones las llamaba «noches blancas». Aquellos que vacilaban en tomarse el líquido eran obligados a beberlo bajo la amenaza de que, si no cumplían con la orden, se les dispararía. «Durante estas noches blancas, Jones le daba a los miembros de Jonestown cuatro opciones: huir a la Unión Soviética, cometer un "su***dio revolucionario", quedarse en Jonestown para luchar contra los invasores o huir hacia la selva», reveló el mencionado informe del FBI.

Cianuro con zumo de uva
Jim Jones había perdido la cabeza y estaba dispuesto a llegar hasta el final con tal de no vivir el final de su ciudad. Tras el asesinato del congresista, Jones reunió a toda la comunidad y advirtió el final del sueño socialista: «Hemos obtenido todo lo que hemos querido de este mundo. Hemos tenido una buena vida y hemos sido amados».

A continuación, los hombres cercanos al líder repartieron frascos llenos de cianuro, mezclado con zumo de uva, a las más de 900 personas que formaban la comunidad. Mujeres, hombres y niños bebieron el cianuro potásico, cuyos efectos provocan una muerte especialmente dolorosa. Pero Jones no. El líder aguantó en pie hasta el final increpando a los miembros de su comunidad por morir «sin dignidad», puesto que pocos pudieron contener los gritos de dolor. Él, por si acaso, se quitó la vida con el disparo de una escopeta.

http://www.abc.es/media/historia/2016/05/24/su***dio-efe--510x286.jpg
Imagen aerea de Jonestown con cientos de cadáver- EFE​
Mientras el ejérico americano descubría cientos de cadáveres en la granja, los familiares de los fallecidos asaltaron las viviendas de la secta en distintos lugares en busca de respuestas. Pero lo cierto es que incluso hoy faltan respuestas y resulta un misterio lo que realmente ocurrió en los últimos días de Jonestown. La prensa calificó el suceso como «el mayor su***dio colectivo» de la historia, pero en realidad no está claro cuánto hubo de su***dio y cuánto de asesinato. A través de sus noches blancas, Jones dejó claro que no existía la posibilidad de negarse a tomar el cianuro; eso, sin mencionar que los simulacros habían transmitido la falsa sensación de que la secta solo trataba de probar a sus miembros pero sin dañarlos.

Un año después de la masacre, Michael Prokes, jefe del gabinete de prensa de la secta, se reunió con un grupo de periodistas de todo el país para explicar lo que había ocurrido en Jonestown. Es decir, un intento por blanquear y justificar el horror. No en vano, ante una de las preguntas de los periodistas, Prokes bandonó la sala y se pegó un tiro en el baño. «Los compañeros que se quitaron la vida lo hicieron porque no tenían elección y no querían permanecer en los infestados guetos de Norteamérica», había asegurado poco antes de suicidarse.
 
Sobre OJ Simpson hicieron una serie, yo no la he visto pero me la han recomendado
https://www.filmaffinity.com/es/film652643.html

La segunda temporada va sobre el asesinato de Versace ha habido bastante controversia porque la familia no esta de acuerdo con el rumbo que ha tomado la serie.
 
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Alias Grace

Margaret Atwood

Traducción: María Antonia Menini Pagès

Tiene e-book

En este impresionante tour de force narrativo, Margaret Atwood nos invita a compartir la vida íntima de una de las figuras femeninas más populares del siglo XIX en el Canadá. Una obra coral que se adentra en las complejidades y pulsiones del alma humana y reconstruye con fidelidad y maestría los claroscuros y las paradojas de la sociedad decimonónica. Una historia subyugante, en la que la imagen de los quilts, telas de retazos, simboliza de forma certera la multiplicidad de caras de Alias Grace y las verdades que ésta ejemplifica.

En julio de 1843, Grace Marks, de dieciséis años, es declarada cómplice de participar en los asesinatos de Thomas Kinnear, a cuyo servicio trabajaba como sirvienta, y de Nancy Montgomery, ama de llaves y amante de Kinnear, y condenada finalmente a cadena perpetua. En la conmoción causada por estos hechos terribles, hay división de pareceres: unos consideran a la mujer inocente, mientras que otros sostienen que es una persona malvada o, tal vez, que ha perdido la razón; por su parte, Grace insiste en que no recuerda nada de lo sucedido. Años más tarde, un grupo de reformistas y espiritistas que pretende obtener el indulto de la muchacha contrata al doctor Simon Jordan, una eminencia en el floreciente campo de la psicopatía. A partir de las nuevas técnicas empleadas en Europa, el joven médico entrevista a la reclusa, quien le relata los pormenores de su historia, desde su infancia en Irlanda y sus años de pobreza y marginalidad en el Canadá Occidental, acercándose poco a poco al momento que asegura no recordar. En su empeño para interpretar la confesión de Grace, el doctor Jordan irá desvelando los luctuosos sucesos de aquel día y dictaminará si Grace Marks es en verdad una femme fatale o, simplemente, una víctima de las circunstancias y los prejuicios sociales dominantes.
 
El misterio sin resolver de Jonestown: el su***dio con cianuro de 918 hombres, mujeres y niños

El líder, Jim Jones, increpó megáfono en mano a aquellos miembros de la secta que gritaron de dolor: «Debéis morir con dignidad». Él prefirió pegarse un tiro con una escopeta

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CÉSAR CERVERA

24/05/2016 02:36hActualizado:25/05/2016 14:01h

En un remoto lugar de la Guyana, en América del Sur, el pastor evangélico Jim Jones pronunció las últimas palabras que oyeron cientos de personas: «Acabemos con esto ya. Acabemos con esta agonía». Ese 18 de noviembre de 1978 perdieron la vida 918 personas en un evento que los periódicos calificaron del mayor su***dio colectivo en la historia, y que protagonizó una secta con antigua sede en California. Hoy, sigue abierto el misterio sobre el desenlace de una comunidad que había nacido como una utopía socialista y había degenerado en algo aterrador.

En 1955, el pastor Jim Jones creó una secta denominada el Templo del Pueblo, cuya mayor parte de seguidores eran de raza negra. De afiliación comunista, el reverendo Jones adquirió cierta notoriedad por su lucha contra el racismo y la defensa por los derechos de los homosexuales (incluso Harvey Milk, activista y político homosexual, simpatizaba con el movimiento). De hecho, Jim Jones y su esposa Madeleine adoptaron a seis niños de diversas razas, para fundar así su «familia del arcoíris» y criarlos de forma comunal.

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Jim Jones en una manifestación en San Francisco (California)- Wikimedia​
En medio de la psicosis nuclear que produjo la Guerra Fría, Jones trasladó su comunidad desde California a Sudamérica. En la remota Guyana fundó Jonestown (Pueblo Jones), una granja de 140 hectáreas que pretendía sobrevivir a la guerra nuclear y a los peligros de unos EE.UU. –decía– cada vez más desbocados y próximos a su final. Su cóctel doctrinal, que mezclaba pasajes de la Biblia, textos de Marx y el credo evangélico Pentecostal, atrajo a una comunidad de cerca de 1.000 personas a sudamérica.


El Templo del Pueblo y los maltratos
Al estilo de las comunas hippies características de los años 70, los seguidores de Jones cultivaba su propia comida, criaban ganado, fabricaban toda clase de productos y educaban entre todos a sus hijos. Esto es, una utopía socialista regida con mano de hierro por Jones. «Jonestown es un lugar dedicado a vivir por el socialismo, por la equidad económica y racial. Estamos viviendo de una forma común increíble», se escucha en una grabación que fue recuperada por el FBI. Lo que al principio era simplemente un estilo de dirección demasiado autoritario fue mutando hacia abusos y maltratos.

Desde las siete de la mañana hasta las seis de la tarde, los miembros de la secta trabajaban sin descanso, niños incluidos, bajo temperatura cercanas a los 38 °C. Según los testimonios de ex integrantes de la secta, las comidas consistían en nada más que arroz y legumbres, de inferior calidad a los alimentos que recibía Jones y su familia próxima.

En caso de desobedecer las órdenes, Jones encerraba a los indisciplinados en una caja de madera minúscula. Según los testimonios más crudos, las palizas eran frecuentes, así como el uso de un «hoyo de tortura» donde Jones tiraba a los niños desobedientes en mitad de la noche. Asustaba a los niños haciéndoles creer que había un monstruo en el fondo del pozo y, en caso de que fueron ya mayores para creer en cuentos de miedo, los amarraba desnudos para electrocutarles los genitales.

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Memorial en homenaje a las víctimas de Jonestown​
Como es evidente, para salir de Jonestown no bastaba con pedirlo en recepción. Los que intentaban escapar eran drogados, mientras que guardias armados patrullaban el pueblo día y noche para asegurarse de que las órdenes de Jones se cumplieran. A raíz de los testimonios cada vez más inquietantes, la CIA investigó la forma de acabar con este «paraíso socialista».

El asesinato de un congresista de EE.UU.
En 1978, el congresista del Estado de California, Leo Ryan, y una comitiva que incluía a varios periodistas, familiares de miembros de la secta y un desertor de la comunidad, visitaron Jonestown. Originalmente, el líder de la secta les acogió con cordialidad y preparó un recibimiento musical para sus huéspedes. Tras varios días de visita cada vez más tensa, donde el congresista sufrió un atentado con arma blanca, Ryan invitó a todo aquel que quisiera abandonar la comunidad a regresar con él en su avioneta. Varios miembros del Templo del Pueblo aceptaron aparentemente la invitación y se reunieron con la comitiva del congresista. No obstante, durante la reunión los miembros de la secta sacaron armas de fuego y dispararon contra Ryan y los demás.

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El congresista Leo Ryan.​
Ese 17 de noviembre destrozaron el avión y asesinaron al congresista, a tres periodistas e hiriendo a nueve personas. Después de acribillar el cuerpo del congresista y dejarle irreconocible, los fanáticos regresaron a la comunidad: era la hora de alcanzar un nuevo nivel de horror.

El su***dio colectivo era una idea recurrente en el Templo del Pueblo. Desde hacía varios meses, Jim Jones organizaba una vez cada dos semanas «pruebas de lealtad», donde simulaba suicidios masivos, que incluían la ingesta de falsas pociones de veneno. Jones las llamaba «noches blancas». Aquellos que vacilaban en tomarse el líquido eran obligados a beberlo bajo la amenaza de que, si no cumplían con la orden, se les dispararía. «Durante estas noches blancas, Jones le daba a los miembros de Jonestown cuatro opciones: huir a la Unión Soviética, cometer un "su***dio revolucionario", quedarse en Jonestown para luchar contra los invasores o huir hacia la selva», reveló el mencionado informe del FBI.

Cianuro con zumo de uva
Jim Jones había perdido la cabeza y estaba dispuesto a llegar hasta el final con tal de no vivir el final de su ciudad. Tras el asesinato del congresista, Jones reunió a toda la comunidad y advirtió el final del sueño socialista: «Hemos obtenido todo lo que hemos querido de este mundo. Hemos tenido una buena vida y hemos sido amados».

A continuación, los hombres cercanos al líder repartieron frascos llenos de cianuro, mezclado con zumo de uva, a las más de 900 personas que formaban la comunidad. Mujeres, hombres y niños bebieron el cianuro potásico, cuyos efectos provocan una muerte especialmente dolorosa. Pero Jones no. El líder aguantó en pie hasta el final increpando a los miembros de su comunidad por morir «sin dignidad», puesto que pocos pudieron contener los gritos de dolor. Él, por si acaso, se quitó la vida con el disparo de una escopeta.

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Imagen aerea de Jonestown con cientos de cadáver- EFE​
Mientras el ejérico americano descubría cientos de cadáveres en la granja, los familiares de los fallecidos asaltaron las viviendas de la secta en distintos lugares en busca de respuestas. Pero lo cierto es que incluso hoy faltan respuestas y resulta un misterio lo que realmente ocurrió en los últimos días de Jonestown. La prensa calificó el suceso como «el mayor su***dio colectivo» de la historia, pero en realidad no está claro cuánto hubo de su***dio y cuánto de asesinato. A través de sus noches blancas, Jones dejó claro que no existía la posibilidad de negarse a tomar el cianuro; eso, sin mencionar que los simulacros habían transmitido la falsa sensación de que la secta solo trataba de probar a sus miembros pero sin dañarlos.

Un año después de la masacre, Michael Prokes, jefe del gabinete de prensa de la secta, se reunió con un grupo de periodistas de todo el país para explicar lo que había ocurrido en Jonestown. Es decir, un intento por blanquear y justificar el horror. No en vano, ante una de las preguntas de los periodistas, Prokes bandonó la sala y se pegó un tiro en el baño. «Los compañeros que se quitaron la vida lo hicieron porque no tenían elección y no querían permanecer en los infestados guetos de Norteamérica», había asegurado poco antes de suicidarse.

Hace poco lo vi por la tele un reportaje que hicieron sobre las sectas mas peligrosas y dañinas de la historia esta obviamente ocupaba el numero uno, cuenta la leyenda que por Internet existen audios del suceso, pero no me he puesto a investigar...
 
Mitchell Johnson y Andrew Golden

Mitchell nació un 11 de agosto de 1984 en Spring Valley, Minnesota (en USA). Andrew, su primo, nació un 25 de mayo de 1986 en Jonesboro, Arkansas (en USA).

Jonesboro se caracteriza por ser una ciudad industrial rodeada de actividad agrícola, por albergar a la Universidad Estatal de Arkansas y por ser, en líneas generales, una ciudad habitada por familias conservadoras y religiosas. Sin embargo, lo último no ha bastado para que las armas y la cacería sean algo muy habitual, al punto de que desde niños los hombres aprenden a disparar. Este fue el caso de Andrew Golden, quien desde temprana edad se vio influenciado por la pasión que su abuelo sentía por la cacería, una pasión tan grande que le había llevado a construir, en un barranco cerca de su casa, un mirador desde el cual se podía ver a los ciervos y dispararles fácilmente… Según declaró tiempo después, a su nieto (Andrew) le habían empezado a comprar armas automáticas “desde el primer día de nacido”, y la cacería de su primer pato fue algo que lo enorgulleció profundamente.

Sin embargo, bajo la exposición temprana a la cacería se estaba gestando una insensibilización hacia la muerte, y tiempo después se habría de ver…

Junto a su primo Mitchell, Andrew veía películas de acción por las tardes, comía golosinas y fantaseaba con un futuro de antihéroe semejante al de aquellos que veía en las películas. Un día, mientras veían Rambo, Mitchell le confesó que deseaba vengarse de Candace Porter, una compañera de escuela que lo había rechazado sentimentalmente. Andrew, que tampoco era un chico popular o alguien hábil con las chicas, vio en la causa de Mitchell una forma de realizar, aunque sea indirectamente, su propia sed de venganza. Así, desde ese día tomaron la costumbre de ver una película de acción y, con el ejemplo del film, ensayar después, con sus trajes de camuflaje, alguna estrategia de guerra.

No obstante no se quedaron en la fantasía, y poco después fijaron una fecha para la operación, crearon una lista de objetivos y de personas que matarían, y anotaron todo lo que requerirían para tener éxito en la misión.

Era un lunes 23 de marzo de 1998 cuando Mitchell apareció, cuchillo en mano, en la clase de Candace Porter. Según Amber McBroome, alumna presente en el momento, ocurrió lo siguiente: “Candace le repitió a Mitchell que no quería salir con él, y él la amenazó con un cuchillo. La profesora, la señora Wright, intervino, y Mitchell apuntó el arma contra ella”.

No se sabe bien si después de eso suspendieron o no a Mitchell, pero Jennifer Nightingale, una compañera de clase de Candace Porter, habló con Mitchell poco antes de que éste y su primo realizaran la masacre. Cuenta lo siguiente: “Me dijo que no nos veríamos más, porque dejaría la ciudad. Pero que antes o después de vengaría: ninguna chica podía despreciarlo y quedar impune”

El martes 24 de marzo de 1998, Mitchell faltó a la escuela convenciendo a su madre de que le dolía el estómago. Luego de que ésta lo dejara, él se reunió con su primo y ambos dieron inicio a lo que sería la más cruenta cacería de sus vidas, una cacería en la que no matarían patos o venados, sino humanos que, a juicio de ellos, merecían ser perforados por el plomo…

Lo primero que hicieron fue ir con sigilo a la casa de Doug Golden, el abuelo de Andrew. Ahí les aguardaba un hermoso arsenal, un menú armamentístico del que podrían tomar alguna que otra belleza para liquidar al enemigo. Al parecer no había nadie o casi nadie, porque rompieron el vidrio de la puerta de entrada, Andrew metió el brazo para abrir la puerta, y guió a Mitchell a través de aquella casa de ladrillo rojo a la que conocía como la palma de su mano.

Tomaron cartuchos de encima del refrigerador, eligieron armas de las paredes. Un Remington 30-06 para cazar ciervos estaba entre las diez armas que tomaron; según dijo el abuelo de Andrew del Remington 30-60, éste era tan bueno que “con un rifle que tiene esa visión, no hay que ser muy inteligente para disparar”. Todo eso, junto a bolsas para dormir, víveres, uniformes de camuflaje, botas, cuchillos, una ballesta, un machete y mallas de cazador, fue metido en el coche Dodge gris 91 que Mitchell (él sabía conducir) robó de su casa…

Poco antes de las ocho de la mañana, Mitchell estacionó el Dodge en los bosques de alrededor de la escuela, aproximadamente a medio kilómetro de la misma. Ya al mediodía, Andrew Golden (él había asistido a clases, era parte del plan) pidió permiso para ir al baño y jaló la alarma de incendios, consiguiendo que el alumnado entre en proceso de evacuación mientras él corrió hacia una parte de la zona boscosa que rodeaba la escuela. Ahí se reunió con su primo (que estaba en su posición táctica), se puso el uniforme, tomó las armas y ocupó su posición. El arsenal que manejaban era brutal: Andrew tenía unos 91 cartuchos útiles repartidos en los bolsillos de su chaqueta, un rifle calibre 30 y tres pistolas; Mitchell tenía el poderoso Remington 30-60, cuatro pistolas, dos cuchillos y un número de cartuchos casi igual al de Andrew.

El tiempo fue excelentemente calculado y también los movimientos de evacuación, de modo que en el momento previsto una avalancha de alumnos apareció corriendo en dirección hacia la zona del bosque en que ellos se hallaban. Lejos de perder la compostura, estos niños asesinos actuaron como verdaderos expertos y, mientras aguardaban la salida de las personas-objetivos, iban disparando únicamente a las mujeres. Gritos, detonaciones, caos, desorden; sangre, vísceras saliéndose de cuerpos muertos o agonizantes, gente arrastrándose y pidiendo auxilio. Cinco muertos (todos de s*x* femenino) y once heridos fue el saldo de la sangrienta operación de venganza, el número de blancos destruidos durante lo que para esos trastornados niños era una misión parecida a la de sus personajes de cine y videojuegos…

En cuanto al objetivo principal de la misión, Candace Porter, las cosas salieron mal (para ellos…) debido al inesperado acto de heroísmo de Shannon Wright, una maestra de escuela con 32 años de edad y un embarazo que no dudó en arriesgar, ya que rápidamente cubrió con su cuerpo a la pequeña Candace Porter de doce años, salvándola pero recibiendo unas balas que no estaban destinadas a ella.

Momentos después de iniciada la masacre, la Policía llegó y los niños dejaron de disparar y se entregaron sin resistencia. Inicialmente creyeron que la masacre fue principalmente hecha por un adulto (que supuestamente habría escapado) y que los dos niños solo habían ayudado, pero se quedaron desconcertados cuando constataron que en realidad esos dos pequeños habían tenido la frialdad, la crueldad y la habilidad para realizar con éxito una matanza de esas proporciones. Debieron tener en cuenta las amenazas de los niños. Por ejemplo, posteriormente a la masacre, la alumna y sobreviviente Kara Tate recuerda de Andrew: “Siempre decía que arreglaría las cuentas con todos y que mataría a mucha gente. No pensé que hablara en serio. Andrew tenía un fusil para cazar ciervos y presumía de ser un tirador experto. Cuando alguien lo hacía enojar, amenazaba con dispararle.”

En cuanto a la condena, dictada en agosto de 1998, esta fue que ambos debían permanecer en prisión hasta alcanzar los 21 años de edad.
 
Sobre OJ Simpson hicieron una serie, yo no la he visto pero me la han recomendado
https://www.filmaffinity.com/es/film652643.html

La segunda temporada va sobre el asesinato de Versace ha habido bastante controversia porque la familia no esta de acuerdo con el rumbo que ha tomado la serie.

Yo ví una serie documental de cuatro capítulos muy documentada, no ficcionada. Respecto a lo de Versace, yo no la he visto.
 
Mary Bell

Mary Bell fue usada por su madre prost*t*ta cuando solo tenía 5 años. Le obligaba a hacerle felaciones a los clientes, y a los 8 años la vendió para ser desflorada.

Mary Flora Bell nació el 26 de mayo de 1957 en Newcastle, Inglaterra. A diferencia de otros niños asesinos, en su caso es más que comprensible la agresividad que guardaba en su interior, aunque no la forma en que la exteriorizó… Y es que Mary recibió maltrato desde que vio la luz del mundo; pues, al salir del vientre de su madre Betty, ésta hizo una mueca de asco y espanto exclamando en tono chillón: “¡alejen esa cosa de mí!”.

Nunca se supo bien quién fue el padre biológico de Mary, pero su madre la tuvo a los 16 años y su padrastro, Billy Bell, fue un ladrón al que no le importaba en absoluto lo que Betty hiciese con Mary. Según se sabe, Betty intentó algunas veces matar a su hija, pero al parecer no eran intentos muy determinados y, en todos ellos, siempre alegaba que la niña había sufrido algún accidente. En todo caso esos intentos cesaron pronto, pero la madre de Mary había empezado a prostituirse y, como odiaba a Betty (la veía como una fastidiosa carga), la comenzó a emplear tempranamente para satisfacer a sus clientes más degenerados…

Los suplicios antes mencionados, comenzaron cuando Mary tenía apenas cinco años y su madre le obligaba a tocar las partes íntimas de sus clientes. Luego, cuando cumplió ocho años, Betty vendió la virginidad de Mary por una buena suma de dinero y, quizá desde ese momento o un poco antes, empezó a hacer algo que Mary aborrecía: la desnudaba, la sujetaba, y entonces aparecía un cliente, introducía su órgano en la boca de la angustiada niña, y lo movía hasta terminar, sin importar cuántas lágrimas corriesen por las mejillas de la pobre Mary que, según contó ella misma, terminaba siempre por vomitar el fluido que los clientes dejaban en su boca, ya que le daba verdadero asco.

Por esas y otras calamidades, Mary era una niña que guardaba agresividad y disfrutaba torturando perros, gatos y otros animales. Sin embargo, pronto su trastornada crueldad llegaría a tal punto que los animales no bastarían. Necesitaría una víctima con mucha mayor capacidad de sufrimiento: una víctima humana.

Martin Brown
Un 25 de mayo de 1968, justo un día antes de que Mary cumpliese once años, el pequeño Martin Brown, vecino de Mary, desapareció y poco después se encontró su cadáver: según la Prensa, se había caído al jugar, pero los forenses afirmaron que habían signos de estrangulamiento, varios golpes y una contusión sangrante en la cabeza. La realidad fue que Mary lo había empujado y, al ver que el niño aún vivía, lo estranguló… Pero eso no se sabría hasta tiempo después, al igual que lo que en verdad ella sintió al momento de presionar el cuello de Martin pero solo años después, ya de adulta, pudo reconocer: “No estoy enojada. Aquello no es un sentimiento… Aquello es un vacío que viene… es un abismo… Está más allá de la rabia, más allá del dolor, es un drenaje del sentimiento”

Mary, Norna y el crimen de la “M”

Mary le había confesado a Norna lo del asesinato de Martin, ya que ésta era perversa también. Así, la primera cosa que hicieron para divertirse juntas en el plano del crimen, fue irrumpir en una guardería de Scotswood, destrozando el lugar y dejando una nota en que se admitía la autoría del asesinato de Martin Brown. No obstante, la Policía no dio importancia al incidente y creyó que era solo una broma. No las tomaban en serio: había que hacer algo nuevo…

En parte por eso, el 31 de julio desapareció Brian Howe, un niño de tres años. Mary, al ver pasar a Pat (hermana de Brian) el día del crimen, le preguntó con malicia: “¿Estás buscando a Brian?”. “Sí, ya debería estar en casa”, respondió Pat sin imaginarse que, poco después, el cadáver de su hermanito sería encontrado cerca de un edificio en construcción: mutilado, con una “M” en el abdomen hecha a base de cortes, con los mechones del cabello cortados toscamente, y con los genitales cercenados… Era un crimen demasiado siniestro, pero los investigadores vieron en él una especie de juego ritual, así que sospecharon que podría tratarse de un criminal adolescente, o quizá de un niño…

Nadie habría pensado directamente en Mary y Norna, pero estas fueron lo suficientemente torpes como para acosar a Pat y a otras personas de la familia de Brian, preguntando constantemente, y en tono de burla maliciosa, si extrañaban a Brian y si lo querían, así que le informaron a la Policía, las niñas fueron interrogadas y finalmente confesaron, sabiéndose así que la culpable era Mary Bell, que había matado a Brian con unas tijeras de pasto y que inicialmente le gravó una “N” de “Norna”, pero luego la transformó en una “M” de “Mary”, pues inclusive mató a Brian en ausencia de Norna, y solo después llamó a ésta para mostrarle su “hazaña”, la cual, al igual que el crimen de Martin, disfrutó muchísimo, según confesó ella misma ante los sorprendidos policías, que pudieron también constatar las confesiones con el diario que posteriormente se encontró en casa de Mary.

Tras examinarla, los psiquiatras la declararon psicópata y la encerraron por el cargo de asesinato en segundo grado, en diciembre de 1968. No parece dudoso el dictamen si recordamos las palabras de la propia Mary poco después de su arresto: “El asesinato no es tan grave, al fin y al cabo, todos moriremos de alguna manera”.

Los crímenes de Mary trascendieron mediáticamente, y la Prensa la bautizó como “La Niña Asesina”. Estaba así bajo el estigma, y lo cargaría toda la vida…

Con 23 años, Mary Bell fue finalmente liberada en 1980. Apenas salió, con una nueva identidad para no ser agredida o marginada, conoció a un joven, se embarazó, y abortó al bebé… Posteriormente, en 1984, tuvo otro embarazo y esta vez no abortó sino que se casó y, según se supo, asumió un ejemplar rol de madre, rompiendo así los círculos que, en sus repeticiones de generación en generación, convierten a la víctima en un nuevo victimario, a menos que ésta decida tomar otro camino, tal y como hizo Mary, aunque la sociedad no lo valoró y siempre los fisgones de la Prensa acababan por identificarla y arrebatarle la paz, hasta que el 21 de mayo del 2003 Mary consiguió una victoria legal en base a la cual podría mantener su anonimato y el de su hija por el resto de sus vidas.
 
El atentado de Oklahoma City

A las 9:02 de la mañana del miércoles 19 de abril de 1995, en la calle frente al edificio federal, Alfred P. Murrah, detonó un camión alquilado de la firma Ryder, con una carga de alrededor de 2.300 kg de explosivos caseros. La bomba estaba compuesta de nitrato de amonio mezclado con combustible y nitrometano (un combustible altamente volátil). A esta mezcla se le conoce comúnmente como ANFO (por sus siglas en inglés: Amonium Nitrate and Fuel Oil). Los efectos de la explosión se sintieron hasta en el Puente Creel, a una distancia de 48 kilómetros.

90 minutos después de la explosión Timothy McVeigh, un veterano de la Guerra del Golfo, fue arrestado mientras viajaba hacia el norte fuera de Oklahoma City por conducir sin matrícula de circulación. En el juicio a McVeigh el gobierno estadounidense declaró que la motivación del atentado fue vengar es asedio de Waco (que coincide con la fecha del atentado: 19 de abril) y el incidente de Ruby Ridge. En ambos casos, McVeigh culpaba a los agentes federales del Gobierno de las muertes violentas que allí se produjeron.

En el momento del ataque había unas 646 personas dentro del edificio Murrah. 167 personas murieron a causa de la explosión (de las cuales 163 estaban en el edificio; 99 eran empleados), mientras que otra murió aplastada en un derrumbe de escombros cuando prestaba servicios de rescate. De los diecinueve niños menores de 6 años que perdieron la vida, quince se encontraban en la guardería America's Kids Day Care Center, que funcionaba al interior del edificio. Además, tres de las víctimas fatales eran mujeres embarazadas.

Entre los restos recuperados figuraba la pierna izquierda de una persona cuya identidad nunca se pudo constatar de forma concluyente, por lo que el número de víctimas fatales podría ascender a 169. La defensa de McVeigh sugirió durante el juicio en 1997 que la extremidad correspondería al supuesto «verdadero» autor del atentado, pero esta tesis fue rechazada de inmediato.

El número de heridos oscila entre unos 680 a más de 800, la mayoría por quemaduras graves, laceraciones y fracturas.

Además, la explosión destruyó o dañó 324 construcciones en un radio de dieciséis manzanas, destruyó o quemó ochenta y seis automóviles, y provocó rotura de cristales en 258 edificios cercanos, causando daños de por lo menos 652 millones de dólares.
Además de McVeigh fueron detenidos el coinspirador del atentado: Terry Nichols y dos cómplices: Michael y Lori Fortier. Nichols fue sentenciado a cadena perpetua. Michael y Lori Fortier testificaron contra McVeigh y Nichols; Michael fue condenado a 12 años de cárcel por no advertir al gobierno de los Estados Unidos, y Lori recibió inmunidad judicial a cambio de su testimonio.

Timothy McVeigh fue condenado a muerte siendo ejecutado mediante inyección letal el 11 de junio de 2001.
upload_2018-2-1_19-55-17.jpeg Memorial en recuerdo de las 168 víctimas
Tras su completa demolición, llevada a cabo el martes 23 de mayo de 1995, el antiguo emplazamiento del edificio Murrah lo ocupa ahora un enorme monumento conmemorativo denominado «Oklahoma City National Memorial», diseñado por los arquitectos de Oklahoma City Hans y Torrey Butzer y Sven Berg. Incluye un estanque flanqueado por dos grandes puertas, en una de ellas aparece la inscripción "9:01" y en la opuesta figura "9:03" El estanque entre ambas puertas representa el momento de la explosión.
La foto del atentado que conmocionó al mundo
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En la foto Chris Fields, bombero, lleva en sus brazos a la pequeña Baylee Almon que había cumplido 1 año el día anterior. La niña resultó gravemente herida en el atentado y falleció poco después. El bombero sufrió estrés post traumático tras el atentado, pero siguió ejerciendo de bombero hasta 2013 cuando se jubiló tras 31 años de servicio. Tras el atentado la madre de la pequeña y Chris se hicieron amigos.
 
Pongo un resumen de todos los casos de los que hemos hablado en el hilo para evitar repetirlos. Muchas gracias a las que leéis y por supuesto a las que aportáis casos.
Asesinato de Junko Furuta
El asesinato de Gabriel Kuhn
Asesinato de Brianna (Baby Brianna)
El asesinato de Silvia Likens
Asesinato de Michael y Alex Smith
La extraña muerte de Paulette Gebara Farah
El caso del niño en la caja (Caso sin resolver)
La desaparición de la familia McStay
El caso Nevada Tan
La desaparición de Etan Patz
El asesinato de Amber Hagerman
El asesinato de la familia List
La madre mas odiada de america Casey Anthony
El asesinato de Polly Klaas
El asesinato de Kitty Genovesse
La muerte de Terrel Peterson
Los asesinatos de la niña a la que no le gustaban los lunes Brenda Ann Spencer
Masacre del McDonald's de San Ysidro
Jon Venables y Robert Thompson
La masacre de Columbine
La masacre de la escuela de Beslán
El asesino del Rol
El asesino de la Katana
A sangre fría de Truman Capote
El asesinato de Clara Garcia
El caso Puerto Hurraco
El caso Bretón
El atroz exorcismo de Almansa
Las peores matanzas en centros educativos
La masacre de Utoya
La masacre de Olot
El su***dio de Andreas Lubitz
El asesino Joji Obara
El asesino Issei Sagawa
El asesinato de Myspace (Justin Bloxom)
Muerte por metanfetamina (Jannelle Hornickel y Michael Wamsley).
Las 15 peores llamadas al 911 (En inglés)
El asesinato de los marqueses de Urquijo
La dulce Neus
El caso de la Dalía Negra
La misteriosa muerte de Natalie Wood
Los asesinatos de la madre asesina Marybeth Tinning
El asesinato de las hermanas Karubin
La extraña desaparición de Dorothy Forstein
El asesinato de la familia DeFeo
Los asesinatos de Andrea Yates
La muerte de Thomas Harper Ince
El caso O.J. Simpson
El demonio de Galloway
La asesina del hacha (Lizzie Borden)
La masacre de Jonestown
Alias Grace
Mitchell Johnson y Andrew Golden
Mary Bell
El atentado de Oklahoma City
 
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