ACTORES-ACTRICES

qmd-bailarina-024-jpg.656046
qmd-bailarina-025-jpg.656047
 
https://www.infobae.com/america/cul...irtio-en-un-dios-del-escenario-y-la-pantalla/

Marlon Brando: la maravillosa y volcánica historia del vagabundo sin rumbo que se convirtió en un dios del escenario y la pantalla
Carismático, bisexual declarado e hiper talentoso. Hasta para sus más geniales colegas, el actor de “El Padrino” y “Nido de ratas” fue un antes y un después en el arte de interpretar. Y por ahora, sin herederos…

Por Alfredo Serra 12 de febrero de 2018
Especial para Infobae
brando-4.jpg

Marlon Brando
En la primavera de 1943, mientras los aliados estaban más cerca de la victoria sobre el Tercer Reich y las fuerzas norteamericanas todavía mataban y morían en el inmenso Pacífico, un hombre –casi un adolescente: tenía 19 años– golpeó la puerta del 31 West, 27th Street, 3rd Floor, entre Broadway y 6º. Avenue.

Era una casa, sí, pero mucho más un templo, porque allí enseñaba actuación la sacerdotisa Stella Adler, que moldeó a algunos de los más grandes del escenario y la pantalla de plata.

Lo miró, y casi le impidió la entrada. Un pantalón raído, unas zapatillas que habían conocido tiempos mejores, y una mirada algo altanera le sugirieron más un vagabundo de los muelles que un aspirante actor.

Pero –los grandes artistas tienen más de cinco sentidos–, algo intuyó cuando le preguntó su nombre y, mirándola fijamente con unos ojos difícilmente olvidables, le dijo, seco: "Marlon Brando".


Y le abrió la puerta.

brando.jpg

Marlon Brando, el genio que también cautivó por su belleza
Las dos primeras semanas transcurrieron con más rutina que pena, y mucho menos con gloria. Pero en la tercera, cuando Stella les propuso a los alumnos que actuaran como gallinas amenazadas por una bomba, y todos empezaron a correr, frenéticos y cacareando, por el aula… Marlon se refugió en un rincón… ¡y puso un huevo! Ante la desesperación y la posible muerte… decidió salvar a la especie.

Para Stella fue suficiente. Muchos años después, un Brando famoso, único, monstruo sagrado nato, dijo en una entrevista:

–Stella me enseñó todo lo que sé.

Y ella replicó en otra:

–No le enseñé nada. Sólo le abrí las puertas del sentimiento y de la experiencia. Después de eso, ya no me necesitó…

Nacido el 3 de abril de 1924 en Omaha, Nebraska, fue fatalmente Marlon Brando junior, porque Marlon Brando senior era su padre, un mal tipo: dominante, fanfarrón, iracundo, desdeñoso, donjuán insaciable, nunca reconoció el genio de su hijo.

En cuanto a su madre, Dorothy Pennebaker, rubia, muy bella, actriz de segunda, alcohólica y maltratada por cuanto hombre se le acercaba, no equilibró los tantos: su hijo llegó a rescatarla, borracha y desnuda, de un bar de mala muerte…

remember-mamma-brando.jpg

Muy joven en “I remember Mamma”, en el teatro
Ergo, la única salvación era la fuga hacia delante. Y la fuga se detuvo en las tablas. Como debiera estar escrito en la Biblia, y si está en la más antigua y profunda Grecia: "En el principio fue el teatro"…

Luego de algunos roles iniciáticos y olvidables, ese rebelde expulsado de varios colegios y de una academia militar logró, en 1944, dos impactos: I remember Mamma, y Candida, nada menos que con la firma de George Bernard Shaw. Y casi trascartón, su trabajo en una pequeña obra,Truckline Cafe, desató fuertes vientos de admiración. Pauline Kael, crítica más que respetable, escribió: "Su actuación fue tan realista, que creí que el actor sufrió en escena un verdadero ataque".

Pero aun faltaba, y llegó pronto, la noche de epifanía. Tennessee Williams, el autor de piezas inmortales como El Zoo de Cristal, Verano y humo, La gata sobre el tejado de cinc caliente… empezó a buscar un protagonista para Un tranvía llamado Deseo, acaso su texto más salvaje, seductor, patético. La acción exigía a un trabajador vulgar, tosco, brutal a veces, Kowalski de apellido, que vivía con su mujer, Stella –vaya sincronía: el nombre de su maestra– en el pobretón departamento de un inquilinato, y el drama que desata un tercer personaje: Blanche Dubois, hermana de Stella…

Un-tranvia-llamado-Deseo.jpg

En “Un tranvía llamado Deseo”
Por supuesto, y aun contra su voluntad –"Odié a Kowalski, nada tiene que ver conmigo. Es una bestia, y yo soy un hombre sensible"–, Un tranvía llamado Deseo batió récords en la taquilla de Broadway, y pasó al cine con no menos furor, dirigida por Elia Kazan, también maestro de Marlon en el famoso Actors Studio… Según Williams, "Brando y yo paseamos por la playa para hablar de su papel en la película, pero no cambiamos una palabra. Enmudecí, porque ese hombre era el más hermoso del Universo".

Belleza que, contra todo pronóstico, creció a raíz de un accidente. En un descanso de la filmación, Marlon y un grupo de técnicos jugaron de manos, cambiaron en broma algunas trompadas, un puño se estrelló contra la perfecta nariz del protagonista, y le partió el tabique. No hubo manera de arreglarlo –el cirujano plástico no lo aconsejó–, y desde entonces esa curvatura, ese toque aguileño, esa mínima (y máxima) anomalía convirtió su cara en algo más recio, inquietante, feroz…

No exageró Patricia Boswort, del New York Times y Vanity Fair, cuando escribió "… un actor cuyo magnetismo sexual, su melancólico egocentrismo y sus rasgos infantiles (su casa está llena de trenes de juguete, tortugas, mapaches), lo hacen irresistible a los ojos de cualquiera: mujer, hombre, animal…".

Marlon-Brando.jpg

En “Apocalypsis Now”, “¡Viva Zapata!” y “Superman”
Y el resto no fue silencio, como la línea final de Hamlet. El resto fue el cometa Brando girando en torno de su planeta. Fue el cine. Fueron sus cuarenta películas desde The men, 1950, en el rol de un lisiado de guerra, hasta The Score, 2001. Pero con hits tallados en mármol. El coronel Kurtz de Apocalypse Now. El padre de Superman: ¡cuatro millones de dólares por cinco minutos en pantalla en 1978! El desolado y ambulante personaje de Último tango en París, famosa por una escena sexual y tres palabras, pero desgarradora y envuelta en el saxo del Gato Barbieri… Golpeado sin piedad en dos ficciones: La jauría humana y Nido de ratas. Desdoblado hasta el límite: Julio César y ¡Viva Zapata! Y el gran ícono, logrado a fuerza de genio y apenas con dos bolas de algodón en la boca para agrandar sus carrillos…

Grandes como James Dean, Paul Newman, Al Pacino, Jack Nicholson y Robert De Niro admiten que influyó en ellos más que las largas clases de actuación: nada menos, viniendo de super stars nada célebres por su humildad…

Tres mujeres y dieciséis hijos también definen su vida pendular. Casado con Anna Kashfi (1957 a 1959), Movita Castaneda (1960 a 1962) y Tarita Teriipia (1962 a 1972), jamás negó que "me gustan todas las mujeres: lindas, feas, gordas, flacas…, y como la mayoría de los hombres, tuve relaciones homosexuales y no me avergüenzo. En lo más profundo me siento ambiguo. El s*x* carece de precisión. Paradójicamente, el s*x* es asexual".

Marlon-Brando-mujeres-110218.jpg

Anna Kashfi, Movita Castaneda y Tarita Teriipia, sus tres esposas
En 1947 actuó con Tallulah Bankhead, una gran estrella de Broadway, pero la relación fue ríspida: ella lo acusó de masticar ajo antes de las escenas de amor… y lo echaron.

Poco le importó. Porque compensó la colección de feas–flacas–gordas llevando a la cama a Marilyn Monroe, Marlene Dietrich, Grace Kelly… y Jackie, la viuda de JFK, antes de que trepara al colosal Cristina de Aristóteles Sócrates Onassis, como vaticinó Charles de Gaulle después de conocerla:

–Es una mujer interesante… pero va terminar en el yate de un petrolero.

Y ni lujos que se dio el héroe de Nido de Ratas: pudo pasar una noche con Sophia Loren, acaso la mujer más deseada y sensual del mundo, pero huyó… "porque su aliento era peor que el de un dinosaurio". Y otra noche con Liz Taylor… "pero su culo era demasiado chico".

brando-3.jpg

En cuanto a su confeso costado gay, deslizó confesiones y nombres: Cary Grant, Rock Hudson, James Dean, Laurence Olivier… "lo mismo que revolcarme con cuatro o cinco mujeres al mismo tiempo. Un desenfreno que nació a mis cuatro años, cuando mi niñera y yo dormíamos desnudos, y yo la amé en secreto…, hasta que se casó y abandonó mi hogar. Juro que pasé gran parte de mi vida tratando de encontrarla ".

Pero su adicción a las mujeres no fue mayor que su salvaje necesidad de comer a toda hora y cuanto encontrara a su paso. Mientras filmaba era capaz de rebajar hasta veinte kilos con dietas casi criminales, pero pasados sus 40 años ese mecanismo aceitado y automático se hizo pedazos… y llegó a pesar 117 kilos: enorme escollo para su vida sexual…

Murió el primer día de julio del 2004. Tenía 80 años. Hacía rato que había roto la cadena que clausuraba su heladera.

Brando-nido-de-ratas.jpg

En “Nido de ratas” (1954), que le valió su primer Oscar
No dejó legado, excepto una autobiografía mediocre. Pero en Tokio y en 1956, esa pluma y esa lengua de serpiente mocasín sureña llamadaTruman Capote lo entrevistó durante horas durante la filmación deSayonara. La entrevista, tan larga como brillante, se publicó en la célebre revista The New Yorker. Brando pasó la mayor parte del tiempo acostado en el suelo y bebiendo hectolitros de vodka. El encuentro se tituló El Duque en sus Dominios. Por alguna razón (o más de una), Brando explotó luego de leer la última línea:

–¡Voy a matar a ese pequeño hijo de put*! ¡Voy a golpearlo con un fideo mojado!

En el delicioso libro Los Perros Ladran (Emecé, 1975), esa entrevista tiene 35 páginas de pequeña tipografía, y un final célebre: "Ya había hecho más de diez cuadras cuando una de las cien callejas me llevaron a terreno familiar. Fue entonces que vi a Brando. De veinte metros de alto, con una cabeza tan grande como la del Buda más grande, allí estaba, en papeles de colores cómicos, sobre un cartel de cine que anunciaba La Casa de Té de la Luna de Agosto. Bastante parecida a la de un Buda también era su pose, porque estaba en cuclillas y había una sonrisa serena en el rostro que brillaba en la lluvia y a la luz de un farol de la calle. Una deidad, sí. Pero más que eso, en realidad, sólo un hombre joven sentado sobre una pila de caramelos".

brando-el-padrino.jpg

Preparándose para su rol en “El Padrino”
(Post scriptum. Marlon Brando fue un hombre extraño. Según Truman Capote y Arthur Miller, "no demasiado inteligente". Ambulando entre su casa estilo japonés de Los Ángeles y su isla privada en la Polinesia, acabó despreciando su oficio excepto si le pagaban cifras astronómicas. De escasos amigos, sólo tuvo debilidad por Johnny Deep, Oprah Winfrey… y el estrafalario promotor de boxeo Don King. Sus dos Globos de Oro, luego dos Oscars por El Padrino y Nido de Ratas, más una colección de medallas y diplomas, acaso no compensaron la tragedia de 1995: su hija Cheyenne se ahorcó en su casa de Tahití luego de que su hermano Christian –el favorito de Brando, y adicto a las drogas– asesinara al novio de aquella para impedir que la golpeara. Los millones de Brando derramados sobre los mejores abogados no lo salvaron de la cárcel… Pero, antes y después de todo avatar, desde su primer día en la clase de Stella Adler hasta su último minuto en cámara, fue un actor absolutamente genial. Irrepetible. Aullando ¡¡¡Stella!!! como el tosco y brutal Kowalsky, muriendo como Emiliano Zapata acribillado por un enjambre de fusiles, o en las sombras de su escritorio de Capo di tutti Capi, con la mano extendida, esperando el beso en su anillo…)

Marlon-Brando-final.jpg

El final de su vida estuvo signado por el abandono que le produjo el su***dio de su hija Cheyenne y la cárcel de su favorito, Christian
 
Jared Leto: el hombre que vive en una base militar de la Guerra Fría
46 años, ni una arruga y alma de visionario. La estrella más inclasificable de Hollywood visita España con su banda, 30 Seconds To Mars. Nos recibe en su búnker de Laurel Canyon

PABLO X. SANDOVAL
Los Ángeles 19 FEB 2018 - 07:52 CET
1517931351_496187_1517931631_noticia_normal.jpg

Jared Leto posa en exclusiva para ICON con mono de ‘jacquard’ rosa bordado con motivos florales y mocasines bicolores. Todo, Gucci.MICHAEL SCHWARTZ/ZOE COSTELLO


Tiene 46 años que tampoco es ser un viejo, pero el aspecto de Jared Leto va más allá de lo que se entiende por mantenerse joven. De cerca no tiene ni una cana, ni una arruga. Aquí hay una clave faustiana que se nos escapa. “Realmente, se trata de hacer lo que sabemos todos. Comer frutas y verduras, no tocar la comida basura y dormir bien. Me mantengo muy activo, no bebo, no fumo y no tomo drogas”. La respuesta no satisface. La juventud de Leto llama tanto la atención que esto, por mucho que lo diga comiendo anacardos, no puede ser todo. Pero, en fin, hay otras cosas más importantes de las que hablar.

Por ejemplo, de que su grupo, 30 Seconds to Mars (30STM), saca nuevo disco (se publica el 6 de abril). O del último documental que ha dirigido, o de su interpretación hipnótica en Blade runner 2049, o de la presentación que acaba de hacer con el artista chino Ai Wei Wei. Leto se ha empeñado en que nadie le encasille y lo ha conseguido. Su personaje público es alguien “creativo”, así, en general, que se convierte en músico, actor, gurú tecnológico o motivador profesional según va evolucionando la charla.

Empecemos por la música. Si se entiende en el buen sentido, 30STM es una banda que suena como si estuviera constantemente defendiendo la vigencia de aquellos U2 grandiosos, lo que no está nada mal como ambición. El grupo de Jared Leto y su hermano Shannon es una banda de estadios, sin complejos. Estadios e himnos rock. Una de sus nuevas canción, Walk on water, suena desde el verano pasado y recuerda justo a esto, pero dice Leto que esta vez el disco –aún sin título– “no está necesariamente lleno de grandes himnos rock” y que “explora un nuevo territorio”. El álbum se presentará en directo el 12 de abril en Madrid, el 13 en Barcelona y el 14 en Bilbao.

Jared va a cumplir 20 años con el grupo y actuando en el cine a la vez, aunque con largos paréntesis. Es difícil recordar a alguien que haya mantenido estas dos disciplinas con éxito durante tanto tiempo. Quizás Frank Sinatra. Vayamos a cuando tenía 10 o 12 años, descubriendo esa música que a uno le marcará para siempre. ¿Qué era lo que escuchaba? “Rock clásico”, responde. “Led Zeppelin, Doors, Who, Pink Floyd… Ponía obsesivamente cualquier cosa de Pink Floyd. A mi hermano le gustaba mucho el heavy metal”. Después llegó U2, “una gran inspiración”. “Mi fase de rock clásico coincidió con la llegada de U2, The Cure o Depeche Mode. Después me metí en Nine Inch Nails y Tool. Mi hermano tenía gustos variados. Yo no tanto”.

En su casa, Leto lleva calcetines con chanclas. Se sienta en una silla de mimbre y pide a una asistente que ponga un leño en la chimenea porque hace un día espantoso en Los Ángeles. Va a llover un solo día en todo el invierno y tiene que ser hoy. El lugar es un recibidor algo desangelado, con un frío suelo de losetas. Jared vive, trabaja y recibe en una antigua base militar en Laurel Canyon (California), abandonada tras la Guerra Fría. Si esa frase le ha intrigado lo suficiente, haga una búsqueda. La historia del lugar es aún más alucinante que como suena.

La entrevista se produce al día siguiente de los Globos de Oro. Leto dice que no ha visto la ceremonia en la que el todo Hollywood vestido de largorespaldó por primera vez el movimiento contra el acoso sexual, algo que hasta hace muy poco se consideraba inapropiado si se hacía en exceso. Él, que se acordó de Ucrania, Venezuela y las víctimas del sida cuando ganó el Oscar, parece muy a favor del ruido. “Cada vez que sales a un escenario o tienes una cámara frente a ti es una oportunidad. Puedes usar ese tiempo como quieras. Puedes hablar de tu música, de una causa social o de política”. A lo que está pasando ahora él lo llama “evolución”. Reconoce que, como todos, no lo vio venir. “Es profundo y poderoso. Es un cambio total y lo importante es que el planeta se haga un lugar más seguro”.

Lleva ya un cuarto de siglo en el mundo de la interpretación, siempre manteniendo esa imagen de outsider de Hollywood. Alguien que no se lo acaba de creer, incluso con un Oscar en casa por su papel de transexual en Dallas Buyers Club. Desde esa posición –con un pie dentro del sistema y la cabeza totalmente fuera– dice que el cine “es un lugar mucho más interesante de lo que era. Antes había mucha más gente controlando quién entraba en el sistema y las oportunidades para lograrlo eran escasas. Ahora hay mucha flexibilidad. La gente consume más contenido que nunca. Es más barato y fácil crear y distribuir”.

El propio Jared realiza documentales, cumpliendo en cierta manera el sueño de dirigir que le trajo a Los Ángeles en 1992. Entonces habría sido imposible. “Es un momento maravilloso para crear y consumir, tener la información en la punta de tus dedos. Todo el mundo está hablando de inteligencia artificial, es un tema de moda, pero es que realmente estamos al principio, en el nacimiento, en el momento 0,001 de un nuevo amanecer, una nueva era. Todos usamos ya inteligencia artificial, es parte de nuestra vida”.

El Jared Leto actor que habla de música y el músico que habla de cine se han convertido en otra cosa. Ahora es, según las crónicas, un avispado inversor en Silicon Valley que se mueve bien entre los cerebros que cada día piensan el futuro. “Soy muy optimista sobre nuestra habilidad para crear sistemas que controlemos y no que nos controlen a nosotros. Pero, en cuanto al negocio, tenemos ahora mismo una generación entera de personas que están creciendo con un segundo cerebro entre los dedos. Los cambios que vamos a ver en los próximos 50 a 100 años van a superar los de los últimos 10.000”.

Su discurso es muy elocuente. Y dilatado. “Hay una generación entera que puede satisfacer prácticamente cualquier demanda de información. Y la gente va a mejorar esas tecnologías en formas que no podemos ni soñar. Es obvio que vamos a ser dependientes de ello, quizá incluso controlados, pero no en un modo negativo, sino positivo. Creo que la tecnología y la humanidad se van a mezclar. Es definitivo. Va a suceder. Lo ves en niños que ya llevan un marcapasos al nacer o en tu mano, que no suelta el teléfono. Es lo primero que agarra por la mañana y lo último que suelta por la noche. Creo que muy pronto no habrá diferencia entre una cosa y otra”.

“También creo que nos vamos a quedar atrás”, continúa en un relato que parece tener perfectamente armado. “Cuando la primera persona se instale un chip en su cerebro y sea capaz de pensar y tomar decisiones más deprisa que el de al lado, ¿a quién vas a contratar? ¿Quién lo va a hacer mejor en la Bolsa? No se sabe si será una tecnología física, nanotecnología o biotecnología. Pronto, los chips, los discos duros, las estructuras, no serán físicos tal como los vemos. Quizá sean de materiales orgánicos y formen parte de ti. Nos miraremos como somos ahora y nos parecerá que éramos simios. La tecnología va a avanzar tanto que nuestra inteligencia dará un salto hacia un lugar que no podemos ni soñar”

El actor y músico con alma de visionario digital avisa de que lo que llamamos última tecnología en realidad ya no lo es. “Estamos dejando esta era de la tecnología de consumo, ya sean las redes sociales o la economía participativa, y entrando en la siguiente. Creo que es obvio que la siguiente etapa va a ser la de la biomedicina. Ahí es donde se están produciendo los grandes avances”. En otro momento de la conversación, esto acabará relacionado con su aspecto. “No, no me importa envejecer”, responde a la pregunta. “El problema es el dolor. Siempre animo a mis amigos a que hagan lo que puedan para apoyar a compañías que están buscando soluciones al dolor. Vivir con dolor es un problema mental, y deberíamos poder controlarlo”.

ICON estuvo con Leto aquí mismo hace dos años. Barack Obama era presidente, Hillary Clinton tenía la elección en el bolsillo, un tal Donald Trump era un bufón sin futuro. Ah, tiempos más sencillos. Entonces el actor mostraba una actitud sorprendentemente positiva respecto al auge de Trump, lo veía como una oportunidad para que los estadounidenses valorasen mejor sus instituciones. ¿Sigue pensando igual? “Sí, van a salir muchas cosas buenas de su etapa como presidente. Nos va a recordar que no debemos dar las cosas por supuestas, va a animar a mucha gente joven a implicarse políticamente. A veces tenemos que perder algo para apreciar haberlo tenido. Va a haber daños colaterales y quién sabe cuánto durarán, pero creo que es una buena lección para involucrarte. Si quieres cambiar las cosas, tienes que salir y hacerlo”.

Puede sonar algo impostado en alguien con su éxito, pero Leto insiste en que a él le pasa constantemente eso de fracasar. Los fiascos los celebra como acontecimientos que le ponen en su sitio. “Intento muchas cosas y trabajo mucho, soy muy productivo. No me estoy echando flores, solo digo que somos muy productivos como equipo, ya sea en música o en películas, siempre estamos haciendo cosas. Y cuando estás siempre haciendo cosas fracasas todo el tiempo. Puedo decir que fracaso más que la mayoría. Escribo mil canciones para poder tener 10 buenas en un álbum. Hago un millón de ediciones a una pieza hasta que funciona. Pruebo cinco o 10 canciones distintas para el fondo de una escena en un documental. Fracaso mucho. He fallado en mi vida constantemente”.

Será ese espíritu el que le lleva a ir quemando etapas como artista. Documentales, cine, música. Transmite la sensación de que aplica a su trabajo la mentalidad de un escalador: equipo, concentración, paciencia, una mano detrás de otra hasta llegar al final. “Como persona creativa, creo que una de las lecciones que tengo que aprender y recordarme siempre es que el sueño más disparatado, la aspiración más loca, es a menudo posible. Si estás interesado en conseguirlo, deberías empezar el camino que te lleve a hacerlo. Ya sea escribir la mejor novela del mundo, escalar el Everest o ser la persona más amorosa posible con tu pareja, cualquiera que sea tu objetivo es bastante factible si te concentras en alcanzarlo. Eso es algo que fácilmente se olvida”.


“Cada vez que sales a un escenario o tienes una cámara frente a ti es una oportunidad. Puedes usar ese tiempo como quieras. Puedes hablar de tu música, de una causa social o de política”




https://elpais.com/elpais/2018/02/06/icon/1517931351_496187.html
 
Millie Bobby Brown confirma que Jacob Sartorius es su pareja
La protagonista de 'Stranger Things' y el cantante triunfan en la redes con su felicitación de San Valentín

Una foto de Millie Bobby Brown, de 13 años, y con su novio el cantante Jacob Sartorius ha sido la preferida de este San Valentín a juzgar por el número de retuits y comentarios que ha generado en las redes sociales. "Feliz Día de San Valentín, J", ha escrito Bobby Brown en su Instagram, que ya acumula cerca de 4 millones de "megustas" con apenas unas horas en la plataforma. Numerosos influencers han apostado por esta foto entre ellos la conocida youtuber Laura Lee, que ha escrito: "¡Vale, esto es lo más ADORABLE que he visto en todo el día!".

El pasado mes de octubre se habló de que Bobby Brown y Sartorius estaban juntos. Fue cuando ella subió una story con él a Instagram. Pero la actriz de Stranger Things confirmó casi oficialmente su noviazgo con el joven cantante hace poco más de un mes, al subir una foto abrazada a un oso de peluche que le había regalado Sartorius: "Gracias por el oso".

Millie Bobby Brown (que interpreta a Once, una niña con poderes telequinéticos), es la protagonista de Stranger Things. Nacida en Marbella de padres ingleses hace 13 años es todo un fenómeno artístico y mediático. También el mundo de la moda se ha rendido a sus pies. Convertida en precoz icono, la británica ha aparecido en publicaciones como W o la edición de Reino Unido de Vogue, tuvo asiento de primera fila en el desfile de Coach en Nueva York y cita a Burberry o Stella McCartney entre sus firmas de cabecera.


A la protagonista de Stranger Things la comparan con Judy Garland por sus tempranos comienzos o con Meryl Streep por la calidad de su interpretación Brown también asegura que no tiene amigos más allá de la pandilla de Stranger Things. “Pero es un gran honor trabajar con tus amigos”, comenta. La amistad con todos ellos se nota. Especialmente con Sadie Sink, la nueva de Strangers Things 2. Pero su grupito es más amplio y a él pertenecen Kaia Gerber, la hija de Rande Gerber y Cindy Crawford. O la también actriz y modelo Maddie Ziegler de la que recientemente colgó una foto junto con su otra amiga, la intérprete y cantante Hailee Steinfeld, y ella que tituló “frikis”. Otra de sus “BFF” es Paris Jackson junto a la que Brown da suelta a su otra pasión, la música. Le da igual cómo canta o que incluso cuando actúae no se escucha bien porque no oye de un oído, un problema de nacimiento.


BbDSHO8HoSN


https://elpais.com/elpais/2018/02/15/gente/1518690188_700501.html

Cada vez que veo alguna noticia sobre esta chica, alucino un poco, porque creo que al final la gente y los famosos de olvidan de que solo tiene 14 años...
La verdad que la chica tiene un talento indudable (me encanta STRANGER THINGS) pero creo que está creciendo demasiado rápido en todos los sentidos, no sé. Parece que tiene 20 años
 
Back