En el ámbito laboral sufro un machismo que a veces es velado y otras es ya a cara descubierta.
Un día tuve una reunión con dos hombres subordinados. No nos conocíamos ninguno y era un tema puntual a tratar. El caso es que uno de estos hombres llegó tarde a la reunión mientras yo estaba en una sala junto con el otro. Cuando llegó el señor tardón se dirigió sólo y exclusivamente al otro hombre, le pidió mil veces perdón y poco más le hace una reverencia, a mi ni me miró hasta que el hombre puntual le dijo que se estaba confundiendo y que era conmigo con quién tenía que disculparse. Es que en ningún momento se planteó la superior podría ser yo y su cara fue un poema.
Un día tuve una reunión con dos hombres subordinados. No nos conocíamos ninguno y era un tema puntual a tratar. El caso es que uno de estos hombres llegó tarde a la reunión mientras yo estaba en una sala junto con el otro. Cuando llegó el señor tardón se dirigió sólo y exclusivamente al otro hombre, le pidió mil veces perdón y poco más le hace una reverencia, a mi ni me miró hasta que el hombre puntual le dijo que se estaba confundiendo y que era conmigo con quién tenía que disculparse. Es que en ningún momento se planteó la superior podría ser yo y su cara fue un poema.