Salvar al soldado Felipe VI: la república es el objetivo del nuevo gobierno de izquierdas

El vicepresidente Pablo Iglesias maniobra contra el Rey de España
El vicepresidente Pablo Iglesias maniobra contra el Rey de España


Podemos, la formación de izquierdas radical que cogobierna España, está detrás de la plataforma que, el próximo 9 de mayo, celebrará en todo el territorio nacional un referéndum sobre monarquía o república. Ya con Pablo Iglesias como vicepresidente, Podemos animó a acudir a los encuentros celebrados por la plataforma que está organizando esa chusca y grotesca mascarada que no pretende otra cosa que socavar la figura del Rey y constituye en sí misma una impugnación de la monarquía constitucional. A nadie se le escapa que lo que pretende la formación de Pablo Iglesias es un cambio de régimen, tras socavar los cimientos del modelo del 78.
Los convocantes han elaborado tres documentos en los que se estipula que la edad mínima para poder votar son los “16 años cumplidos el día de la consulta”. Este límite es una de las propuestas de Podemos para la reforma de la Ley Electoral y será aplicado a su particular referéndum republicano. Como los organizadores son conscientes de que se trata de una «consulta no vinculante» han decidido que “podrán emitir su voto todas las personas que lo deseen”.
Pese a que el referéndum -o el engendro ese con el pretenden atizar la pulsiones antimonárquicas de los sectores de la izquierda más radical- puede parecer una patochada, lo cierto es que la consulta forma parte de una estrategia de deslegitimación del actual marco constitucional. Que los partidos más desleales o enemigos declarados de España sean quienes sustentan a Pedro Sánchez convierte el referéndum podemita en algo más que una ocurrencia populista. Digamos que lo que pretenden es realizar un ensayo que no hay que tomarse a broma, porque la figura del jefe del Estado, encarnada en la Corona, es garantía de defensa de la unidad de España. Lo que desearía Pablo Iglesias es subvertir el actual modelo surgido de la Constitución de 1978 e instaurar un régimen en el que la izquierda radical, con el apoyo de los independentistas, ocupara el poder.




Sánchez lidera ahora ese frente en el que Pablo Iglesias, vicepresidente del Gobierno, maniobra contra el Rey de España. De ahí que la consulta podemita, dada la actual situación política, adquiera -por razones obvias- una mayor gravedad


 
de ahora mismo


11:05. Gabriel Rufián en rueda de prensa: «No tenemos Rey, democracia, libertad y repúblicas. Las fuerzas separatistas firmantes queremos manifestar que la monarquía española y su máximo exponente, el Rey, no nos representa. La sociedad vasca, gallega y catalana rechaza a una monarquía impuesta por una dictadura».
 
de ahora mismo


11:05. Gabriel Rufián en rueda de prensa: «No tenemos Rey, democracia, libertad y repúblicas. Las fuerzas separatistas firmantes queremos manifestar que la monarquía española y su máximo exponente, el Rey, no nos representa. La sociedad vasca, gallega y catalana rechaza a una monarquía impuesta por una dictadura».

Mil gracias por la información.
 
Cinco partidos se ausentaron de la apertura de las Cortes, según dijeron, por la presencia del Rey. La presencia física, se entiende, porque la presencia de la Monarquía parlamentaria en la Constitución no les lleva a ausentarse de las sesiones de las Cámaras ni a dejar de presentarse a las elecciones que se realizan en ese concreto marco constitucional. Pero deshagamos el primer equívoco de estos sobreactuados teatrillos: los partidos que los organizan no son republicanos, sino separatistas. Alguno lleva en sus siglas el término republicano, aunque del mismo modo que lleva la voz izquierda pese a que no ha hablado nunca como un partido de izquierdas. Lo que ha sido siempre, en cambio, es un partido separatista, y ése, el separatismo, es el elemento común de los cinco pequeños impostores que fingen repudio de la Monarquía cuando el objeto de su repudio es España.

Algo de verdad dijeron, en consecuencia, cuando en el pobre manifiesto leído pusieron que la Monarquía trata de "mantener e imponer la unidad de España". Lo de imponer sobraba, y bien lo saben ellos, que representaron con su separatismo poco más del 8 por ciento de los votos en las últimas elecciones, y consiguieron alrededor del 14 por ciento de los escaños del Congreso. Pero en la línea en cuestión reconocían, de alguna manera, que aquello que los incita y excita a ir en contra de la Monarquía es España. Es que el Rey representa a España. De hecho, todo lo demás, consistente en los tópicos del anacronismo y la herencia del franquismo, es material de relleno, pura Paj* para darle cuerpo al supuesto acto de desacato.

La impostura no merecería, en realidad, atención si no fuera por dos motivos particulares. Uno, el más evidente, es que tres de los cinco partidos que la protagonizaron fueron cruciales para la formación del Gobierno, y el que dispone de más escaños tiene especial ascendiente y poder sobre el Ejecutivo. El otro, menos visible, pero de mayor alcance, tiene que ver con el golpe separatista de 2017. Más exactamente con el discurso del Rey aquel 3 de octubre, porque aquella intervención contra los que habían quebrado la ley y querían quebrar la Nación representó de un modo claro y preciso a España: representó a la gran mayoría de los ciudadanos españoles. Y eso, el separatismo no quiere que se repita. No quiere que se repita nada parecido.



Los partidos y grupos separatistas tienen el mayor interés en desprestigiar a las instituciones españolas. A todas, aunque mucho más a aquellas sobre las que disponen de menor capacidad de presión. En los Gobiernos pueden influir; no hay más que considerar al actual. Basta que necesiten sus votos para que empiecen a sacar la cartera de las cesiones. Pero a las instituciones que no pueden chantajear o sobornar fácilmente les declaran una guerra sin cuartel. Así lo están haciendo, desde el 1-O, con la Justicia y la Monarquía. Y no tratan de desprestigiarlas sólo por el puro efecto propagandístico, sólo para alimentar el relato. Lo que persigue ese cerco propagandístico es desactivarlas para que no actúen como ya han actuado frente a sus ilegalidades y como, por lo demás, tienen que actuar.

La manifestación contra el Rey en que el separatismo logró convertir la manifestación contra los atentados islamistas de Barcelona fue elocuente. Preventiva. Poco antes del 1-O, el objetivo ya estaba marcado. Después, lo persiguieron con más intensidad, asociando siempre los desplantes al Rey al discurso del 3 de octubre. El propósito político de esos ataques, igual que el del teatrillo durante la apertura de las Cortes, no es poner de manifiesto una posición republicana, asunto que para el separatismo es del todo secundario. Es impedir que el Rey pueda volver a intervenir ante los desafíos separatistas como cabeza de la Nación, por usar el concepto del filósofo Julián Marías en una reflexión sobre el papel que debía tener la Monarquía en España. El objetivo es intimidar lo suficiente a los Gobiernos para que nunca más vuelvan a permitir que el Rey haga frente al separatismo como cabeza y voz de la Nación. Eso, y no el mito republicano, es lo que mueve a los anacrónicos

 
Pedro Fraudez impide que el Rey vaya como siempre ha ido a la entrega de despachos de los nuevos jueces en Cataluña. Otro chantaje pagado a sus socios golpistas. La excusa es que veta al Rey por motivos de seguridad, la realidad es que apuesta por la seguridad de los secesionistas votando SI a sus presupuestos

 
¿Seis actos menos? Pues ni se ha notado.
Pero si "curran" menos también tendrian que cobrar menos, y no, tienen que echar mano de la "caja de contingencias" que es de ellos, pero para lo que hacen podrían ahorrar más, que 8.500.000 euros, son muchos euros.
 
¿Y? La tierra sigue girando alrededor del sol. No se les necesita para nada, como tampoco hay nada malo en una república, justo lo contrario. El rey no garantiza la unidad de nada, eso lo garantizan los ciudadanos que son los únicos que verdaderamente cuentan e importan. A nadie se le puede imponer ser monárquico y aparte que la monarquia nos la colaron en la constitución, pues....lo aceptaron los que votaron por aquel entonces. Hay muchisimos más republicanos en España que monarquicos. Y monarquicos solo aquellos que siguen creyendo que esta familia es ejemplar, nada más.
 
¿Y? La tierra sigue girando alrededor del sol. No se les necesita para nada, como tampoco hay nada malo en una república, justo lo contrario. El rey no garantiza la unidad de nada, eso lo garantizan los ciudadanos que son los únicos que verdaderamente cuentan e importan. A nadie se le puede imponer ser monárquico y aparte que la monarquia nos la colaron en la constitución, pues....lo aceptaron los que votaron por aquel entonces. Hay muchisimos más republicanos en España que monarquicos. Y monarquicos solo aquellos que siguen creyendo que esta familia es ejemplar, nada más.
Y ¿ a los ciudadanos quien los salva de los desmanes del rey ?
 
Creo que ahora no hay salvación posible de la Monarquía ni se la espera. El daño hecho por todos los escándalos que han jalonado a lo largo de 40 años y la inestabilidad política emergiendo partidos de ideologías republicanas deja la figura del Jefe del Estado cada vez más debilitada. Un nacionalismo catalán cada vez más radicalizado buscando una independencia de una Nación, un nacionalismo vasco que, aunque más moderado, trata de obtener cotas de poder ilimitadas porque se considera una Nación por su carácter identitario nos lleva a un abismo donde la unidad de España está en entredicho. Sus fauces independentistas se han acrecentado con el bipartidismo dándoles lo habido y por haber menguando al resto de comunidades autónomas por un puñado de votos para obtener unos Presupuestos Generales que, lejos de ser generales, solo beneficiaban a estos dos independentismos para lograr su sueño de Arcadia. Y ahora el Sr Sánchez tiene que claudicar porque el Estado son ellos y ellos no quieren que nadie, excepto su egocentrismo, le perturbe la imagen y menos la de un Jefe de Estado que heredó los derechos de una Corona que reinstauró el caudillo. Comenzaron a exhumar el cadáver del Generalísimo del Valle de los Caídos, después sacarán a José Antonio y a los benedictinos y tras esto la figura del Rey desmontando todo el periodo de la Transición por medio de una ley sectaria llamada de Memoria HIstórica. Pero como no hay más ciego que el que no quiere ver pues cada día vamos avanzando hacia una República que se materializará en pocos años. Todas las instituciones del Estado, incluidos los tres poderes, hacen caso omiso y siguen en esa línea de avanzadilla para acabar con lo que lograron nuestros abuelos y padres tras largos años de lucha y esfuerzo. Pero en Casa Real o no se enteran o no quieren enterarse porque si hablan quizás incrementen aún más los deseos de estos y la respuesta por callada es lo más correcto para no levantar fantasmas. Cada día se observan más ataques a la Institución y se observa como todos dirigen la mirada hacia otro lado y me parece vergonzoso que el Poder Judicial que arbitra las leyes en nuestra Nación no diga nada acerca de esto. Pero oyendo las declaraciones del Fiscal del Tribunal Supremo se puede entender que la Monarquía los dejó atónitos por sus malas conductas y de ahí que no defiendan al Heredero. La juventud española no es la de antes y cada vez más manifiestan su desagrado con ella porque no entienden que por por el derecho de poseer un título se obtengan dichos privilegios cuando la Constitución deja muy claro que todos somos iguales. La Monarquía , hace muchos años, que perdió su relación con el Pueblo y se distanció más de este y solo pensaron en vivir bien con sus privilegios sin considerar que el Pueblo vivía con estrecheces y no les importó.
 
Back