Llita, esa observación que, realmente, resulta sorprendente por cuanto se está santificando un comportamiento que debería ser habitual, normal, lógico (que cada cual elija el calificativo) adquiere otro matiz, otra significación si acudimos a los hilos de otras monarquías, en los que cada gesto de la más elemental educación se convierte en una oda a no sé realmente qué virtudes, consideradas casi en un sentido teologal.Después de vuelta más vuelta a la consabida compasión por la pobre Leonor, sensiblería al mil por cien y que no parece haber manera de erradicar aplicando la razón, cito ahora este elogio, tambien muy frecuente, del por lo visto perfecto comportamiento de Leonor que en un día de movimiento no puso ni una mala cara.
La verdad es que no acabo de enterarme si la educación de los niños ahora es puro estado contemplativo de todos los desmanes posibles que a la infancia se le ocurran y a los que hay que dejar en una peligrosa libertad para no herir su personalidad, o que por ser vos quien sois un simple brinco al aire se traduce en elogios de la blandenguería más negativa para cualquier educación infantil o menos infantil.
No se entiende que una persona "nacida para tan altos designios" se pueda permitir poner malas caras a actos que absolutamente nada tienen de cansinos y si lo fueran pues aprovechar esos moldes para fraguar siquiera una parte de una personalidad fuerte, entera y sin melindres. La opinión de que los casi trece años sean un mírame y no me toques, y hablo para los adoradores de esta niña, no le favorece nada, más bien es negativa dada la idea de querer hacer un relato almibarado con un personaje central entre gazmoño y mojigato, pasando por una ñoñería lamentable.
Por cierto, algo a añadir, eso de perseguida por cámaras y gente, ¿de donde sale? La gente a distancia blindada por unos coches cubiertos y las cámaras ¿ocultas?
A lo mejor es que no las ví.
Pues bien, al igual que las deidades belgas, danesas, holandesas o británicas, pues resulta que la niña Leonor también es capaz de portarse bien (escenas mallorquinas aparte).