La reina Máxima se muda a la 'Zarzuela holandesa' tras cinco años de reforma

"El segundo obstáculo insuperable fue la comida, invariable, igual, constante. En los primeros tiempos, apenas entrábamos al refectorio, un alumno trepaba a una especie de púlpito , y así que atacábamos la sopa, comenzaba con voz gangosa a leernos una vida de santo, o una biografía de la Galería Histórica Argentina, siendo para nosotros obligatorio el silencio y, por tanto, el fastidio. No puedo vencer el deseo de dar una idea sucinta del menú; lo tengo fijo, grabado en el estómago y el olfato.

Dentro de un líquido incoloro, vago, misterioso , algo como aquellos caldos precipitados que las brujas de la Edad Medía hacían a media noche al pie de una horca con un racimo, para beberlo antes de ir al sabbat, navegaban audazmente algunos largos y pálidos fideos. Un mes llevé estadística: había atrapado tres en treinta días , y eso que estaba en excelentes relaciones con el "grande" que servía, médico y diputado hoy, el Dr. Luis Eyzaguirre, uno de los tipos más criollos, y uno de los corazones más bondadosos que he conocido en mi vida.

Luego, siempre flotando sobre la onda incolora, pero siquiera en su elemento, venía un sábalo, el clásico sábalo que muchas veces, contra nuestro interés positivo, había muerto con dos días de anticipación.

En seguida, carnero. Notad que no he dicho cordero; carnero, carnero respetable, anciano, cortado en romboides y polígonos desconocidos en el texto geométrico, huesosos, cubiertos de levísima capa triturable, y reposando, por su peso especifico, en el fondo del consabido líquido, que para el caso se revestía de un color parduzco: Cuando Eyzaguirre hundía la cuchara en aquel mar, clavábamos los ojos en la superficie, mientras hacíamos el tácito y rápido cálculo sobre a quién tocaría el trozo saliente. De ahí amargas decepciones y júbilos manifiestos.

Hacía el papel de "pieza de resistencia" un largo y escueto asado de costillas, cubierto de una capa venosa impermeable al diente. Habíamos corrido todo el día en el gimnasio, éramos sanos, los firmes dientes estaban habituados a romper la cáscara del coco y triturar el confite de Córdoba, el sábalo había tenido un éxito de respeto, debido a su edad; sin embargo, ¡jamás vencimos la córnea defensa paquidérmica del asado de tira!

Cerraba la marcha, con una conmovedora regularidad, ya un plato de arroz con leche, ya una fuente de orejones.

La leche, en su estado normal, es un elemento líquido; ¿por que se llamaba aquello "arroz con leche"? Era sólido, compacto, y las moléculas, estrechándose con violencia, le daban una dureza de coraza. Si hubiéramos dado vuelta a la fuente, la composición, fiel al receptáculo no se habría movido, dejando caer sólo la versátil capa de canela. En general, el color del orejón tira a un dorado intenso, que se comunica al líquido que lo acompaña. Además, es un manjar silencioso. Aquí no solo afectaba un tinte negro y opaco, sino que, arenoso por naturaleza, sonaba al ser triturado .

¡Luego al gimnasio, a correr, a hacer la digestión!"
Juvenilia, de Miguel Cané, capítulo 2.
 
Cotis queridas, desde que ví la sopa palaciega que he recordado este texto que me permito compartir y espero que sepan ustedes disculpar si les resulta largo. Es una novela juvenil que nos hacían leer en la primaria y que siempre me resultó divertida y entrañable.
Anoche disfrutábamos con mi consuerte de una sopa invernal "para levantar a un muerto" y le comenté lo de la sopa letiziera. Mostréle el brebaje y rióse de lo lindo.
Ya he enviado mi curriculum a palacio para ver si me dejan prepararles a las niñas una sopa de abuela como debe ser.
Quedo en espera.
 
La Zarzuela es un choza comparada con el Palacio de Huis ten Bosh que se remonta su construcción al siglo XVII. La Nuria copia-pega siempre tan espabilada a hora de escribir.....
La verdad es que en España hay palacios tanto o más imponentes que ése donde vivirá ahora WA con su dama y sus damitas.
Pero la Zarzuela no es uno de ellos. Y no hablemos del pabellón del Príncipe.....
Y menos hablemos de la parte de abajo donde ellos obviamente no viven y que nos mostraron en ese video patético....
Pero la TiburZia es más despabilada que quienes editaron y luego quienes autorizaron la difusión de ese esperpéntico video "promocional":vomit: :vomit: :vomit:

Vaya estampa:facepalm:.....no sé qué pinta ese osito ahí.....¿para disimular la mierda que hay en la piedra de la pared? Ese cableado tirado en el suelo.......los paraguas colgados del perchero, ¿no da el presupuesto para un paragüero?
:LOL::LOL::LOL::LOL:
 
Pues yo bien me creo que por mucho palacio que vayan a ocupar si van a extrañar la villa donde comenzaron su vida en pareja y donde han visto crecer a sus hijas....ahora que las niñas ya entran en la adolescencia y en unos años volarán y harán su vida si echan la vista a atrás los mejores momentos familiares los habrán pasado en villa Eikenhorst........

Yo también creo lo mismo....
Pero no sólo por esa etapa de sus vidas-
Donde viven ahora, aunque grande y costoso ,no deja de parecer un hogar.
En cambio, no sé si ese palacio (como otros) podría considerarse un hogar.
Tal vez la zona más privada destinada a vivienda esté remodelada, pero los salones que se han visto, son casi espeluznantes como para vivir en ellos.

Gracias a google maps podemos darnos una vueltita por el Salón Orange,
https://www.google.pl/maps/@52.0930...xRWplIrJEDScb2og!2e0!3e5!7i13312!8i6656?hl=en



Y en él , mientras espiaba la vista hacia el parque con la fuente encontré un lugar i-de-al para el oso y el paraguero, justo en la entrada desde el balcón:

https://www.google.pl/maps/@52.0930...xRWplIrJEDScb2og!2e0!3e5!7i13312!8i6656?hl=en
 
El Palacio Real es una maravilla, de los más bellos de toda Europa, pero la Zarzuela es una MERDE como un Castillo ( y nunca mejor dicho).

Solo hay que ver fotos , comparen y si encuentran algo mejor, ya saben...

holanda3-z.jpg


la-ultima-salida-de-los-reyes-y-sus-hijas-al-descubierto.jpg


es la diferencia de comer esto,

4907.jpg


y esto,

pasta22.jpg
 
"El segundo obstáculo insuperable fue la comida, invariable, igual, constante. En los primeros tiempos, apenas entrábamos al refectorio, un alumno trepaba a una especie de púlpito , y así que atacábamos la sopa, comenzaba con voz gangosa a leernos una vida de santo, o una biografía de la Galería Histórica Argentina, siendo para nosotros obligatorio el silencio y, por tanto, el fastidio. No puedo vencer el deseo de dar una idea sucinta del menú; lo tengo fijo, grabado en el estómago y el olfato.

Dentro de un líquido incoloro, vago, misterioso , algo como aquellos caldos precipitados que las brujas de la Edad Medía hacían a media noche al pie de una horca con un racimo, para beberlo antes de ir al sabbat, navegaban audazmente algunos largos y pálidos fideos. Un mes llevé estadística: había atrapado tres en treinta días , y eso que estaba en excelentes relaciones con el "grande" que servía, médico y diputado hoy, el Dr. Luis Eyzaguirre, uno de los tipos más criollos, y uno de los corazones más bondadosos que he conocido en mi vida.

Luego, siempre flotando sobre la onda incolora, pero siquiera en su elemento, venía un sábalo, el clásico sábalo que muchas veces, contra nuestro interés positivo, había muerto con dos días de anticipación.

En seguida, carnero. Notad que no he dicho cordero; carnero, carnero respetable, anciano, cortado en romboides y polígonos desconocidos en el texto geométrico, huesosos, cubiertos de levísima capa triturable, y reposando, por su peso especifico, en el fondo del consabido líquido, que para el caso se revestía de un color parduzco: Cuando Eyzaguirre hundía la cuchara en aquel mar, clavábamos los ojos en la superficie, mientras hacíamos el tácito y rápido cálculo sobre a quién tocaría el trozo saliente. De ahí amargas decepciones y júbilos manifiestos.

Hacía el papel de "pieza de resistencia" un largo y escueto asado de costillas, cubierto de una capa venosa impermeable al diente. Habíamos corrido todo el día en el gimnasio, éramos sanos, los firmes dientes estaban habituados a romper la cáscara del coco y triturar el confite de Córdoba, el sábalo había tenido un éxito de respeto, debido a su edad; sin embargo, ¡jamás vencimos la córnea defensa paquidérmica del asado de tira!

Cerraba la marcha, con una conmovedora regularidad, ya un plato de arroz con leche, ya una fuente de orejones.

La leche, en su estado normal, es un elemento líquido; ¿por que se llamaba aquello "arroz con leche"? Era sólido, compacto, y las moléculas, estrechándose con violencia, le daban una dureza de coraza. Si hubiéramos dado vuelta a la fuente, la composición, fiel al receptáculo no se habría movido, dejando caer sólo la versátil capa de canela. En general, el color del orejón tira a un dorado intenso, que se comunica al líquido que lo acompaña. Además, es un manjar silencioso. Aquí no solo afectaba un tinte negro y opaco, sino que, arenoso por naturaleza, sonaba al ser triturado .

¡Luego al gimnasio, a correr, a hacer la digestión!"
Juvenilia, de Miguel Cané, capítulo 2.
Jajajjaja! Tal cual!
Me había olvidado de Juvenilia!
 
The-Hague-46990.jpg

Aparentemente por esta foto, el bosque que rodea el palacio es accesible al público.


Originalmente, la princesa Amalia sólo hizo construir la parte central del palacio, rodeando ese monumental salón enteramente cubierto con pinturas que recreaban la vida y los logros de su esposo fallecido.
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Cotis queridas, desde que ví la sopa palaciega que he recordado este texto que me permito compartir y espero que sepan ustedes disculpar si les resulta largo. Es una novela juvenil que nos hacían leer en la primaria y que siempre me resultó divertida y entrañable.
Anoche disfrutábamos con mi consuerte de una sopa invernal "para levantar a un muerto" y le comenté lo de la sopa letiziera. Mostréle el brebaje y rióse de lo lindo.
Ya he enviado mi curriculum a palacio para ver si me dejan prepararles a las niñas una sopa de abuela como debe ser.
Quedo en espera.
Jo March! Qué lindo recuerdo. Gracias por traerlo. Ese fue un libro de lectura obligatoria en la escuela pero tan encantador y tan bien escrito que de grande lo releí con el placer que da tener entre manos una obra de arte.
 
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