Las sanotas del módulo (las del pograma metadona) entre los nervios que van controlando como pueden y la maltrecha neurona que les queda, han cercado a la psicópata en comedores.
Capitaneadas por la Mercadonas, le han leído la cartilla.
Bueeno, leer leer, a juzgar por el nivel cultural de estas tipas, es exagerado...más bien se la han dado para desayunar. Y se la ha comido entera.
Esta cartilla no es como las demás. Esta iba dirigida al mazas por el que todas suspiran.
Y por ahí no pasan.
Después le han plantado un sello en la frente. Lo tienen muy muy claro.
Se acabaron las cartas, lo próximo a enviar es un paquete.
La psicópata no para de reir: las desgraciadas quieren deshacerse de ella pero no se aclaran a dónde, igual te dicen el nombre de una ciudad, que de un río, que de una canción...
No sé qué es peor: la droga o la ignorancia.
Ella no envía paquetes, los recibe... jijiji