Tremendo artículo, tremendísimo porque además es cierto. Y es que las clases altas en todos sitios son clasistas, de ahí que hasta resulte divertido que las señoronas de Pedralbes se mofen de Puchi porque no sr puede autofinanciar el exilio y nunca se olviden de su pasado pastelero.
Lo que es de investigar es el autoodio o autoasco que le tienen muchos catalanes a su procedencia. Son precisamente (y a los apellidos me remito) esos cuarentones de descendencia andaluza y sobre todo castellana que son los primeros han tenido acceso a la universidad en su familia, se creen los más listos de la familia, han aprendido catalán, ahora se dedican a insultar calumniar, ofender sus origenes "chandaleros" como si no vinieran de esas barriadas. Se olvidan que si están en condiciones de ofender de esa manera es porque los chandaleros d esus padres han tenido que comer mucho chopped y limpiar mucho váter catalán para que sus hijos tengan mejor futuro.
Estamos acostumbrados a reírnos un poco de las cosas de nuestra infancia, cuando no éramos tan ricos, íbamos 6 en un Seat 500, comprábamos las gominolas por unidades y el vestido bueno era para los domingos. Nos reímos con cariño, con nostalgia. Pero estos acomplejados no se ríen con nostalgia, no utilizan el nosotros fuimos sino el ellos fueron , no sienten cariño sino odio por su procedencia.
Desde aquí un consejo aunque pongan una i entre los apellidos, cambien Carlos por Carles, no van a ir a llegar muy lejos y mientras ellos se crean lo más porque hablán con un catalán pata negra de comida macrobiótica, los catalanes de arriba van a seguir viendo sólo el chopped que se comieron en su infancia.
Es tremendo, lo que puede llegar a hacer una persona por ser aceptado y encajar socialmente. Esto está muy trabajado desde muchos años atrás.