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Eso me pasa a mí cuando voy a casa de mi suegra.
En esta vida hay dos personas que me sacan de mis casillas:
1. Mi padre.
2. Mi suegra.
Cuando voy a ir a Linares, como mi suegra es una tocahuevos (vuelvo a reiterar: qué bueno era el hilo de las suegras que había aquí) , cuando voy a casa de MI SUEGRA, SU CASA, me tengo que joder y aguantar, sus inintencionadas malas contestaciones: es que ella es así. Que lo dice sin maldad.
Al final se me hincharon las narices y me siento enfrente del Ciudadano14 y le digo: Mira, con mi padre discuto, nos decimos de todo, nos mandamos a la , lo mando a tomar por culo, doy un portazo y me voy. A tu madre, como es SU CASA, pues me tengo que callar, pero me conoces y sabes como soy, así que si quieres la fiesta en paz, pon a tu madre sobre aviso.
Así que llegamos, me aparto y empieza el hijo a leerle la cartilla a la madre.
Que me conozco, que si ella toca los huevos, yo también sé tocarlos. Sin maldad, eh, sin maldad. Que yo pienso antes de hablar.
Me pasa lo mismo con mi suegra, pero la que rompe todos los récords es su querida hija, es que no puedo con ella.
En el fondo la suegra es una persona que como les pasa a muchas personas, que tienen tan pocos recursos lingüísticos que siempre terminan comentando si estás gorda o flaca y meten la pata por ignorancia, pero la hija ya pertenece a una liga superior. He recibido cada cuñalada que daría para escribir un manual, por supuesto ella ha recibido su merecido, pero es pensar en verla y se me quitan las ganas de todo. Vamos que si utilizara él recurso del alcohol cada vez que la veo sería alcoholica.
Como dice alguien en este hilo, necesitamos hilo de terapia con un nombre como los libros de Durrell, Mi familia y otros animales o Bichos y demás parientes, para estas fechas que vienen.