Paula Mas y Marc Hernandez, jóvenes asesinados en el pantano Susqueda.

me limito a leer la última página y es verdad, con lo de tostón me quedo corto, son infumables algunos de los comentarios, por eso he recomendado a los foreros dejarla en standby durante 6 meses
No estoy de acuerdo, Clark. No podemos dejar de lucubrar. A lo mejor así muchas dudas salgan a flote, y cuando uno duda... al final, lo ve claro.
 
Si de verdad anduvieron ahí con drónes, entonces ya está todo explicado, algo había que no debía ser visto,
Y con esto se entendería la discusión que señala el Belga.-
La verdad que eso sí podría explicar muuuuchas cosas. Nos veo en DDLL o Ep veras... sabían que tenía un canal y por eso se colaron y pusieron al de la guitarra...en vez de el real.
Aún así estoy de acuerdo con @snake (creo que era), cuanto más leo sobre ellos más pena me entra...
 
Lo mismo el dron le quitó a alguno la peluca!!!

O el tanquecito le dió a alguno en todo el culo...:hilarious:
No; pero si sospecharon que alguien les grababa, pues exigieron que se les entregase el dron y los teléfonos que todavía no han aparecido, y al decirles que no... la discusión....y dijeron los otros....Pues va a ser que si!!.- Y punto final.-
 
Eso de que maten a gente por "ver cosas que no debían" me parece bastante dudoso, salvo en caso de que la actividad en que se sorprenda a alguien sea igual de grave que la "solución" al problema. Nadie mata a un par de chavales porque te vean traficando con drogas, armas o cualquier otra cosa. En primer lugar, porque esas cosas se suelen hacer en lugares cerrados o en lugares abiertos donde se puede controlar si llega alguien, y por eso nunca aparece nadie diciendo: "Ayer vi como se intercambiaban 50 kg de heroina", o "me encontré con unos tipos vendiendo granadas de mano y lanzacohetes". En segundo lugar, porque en el improbable caso de que algún inocente los interrumpa o sorprenda, lo más sencillo es hacer como que no pasa nada, o acojonarlo. En un caso extremo los sujetas, les pillas el DNI y apuntas los datos, y les dices que sabes quienes son y donde viven, y que si dicen algo, están muertos.

Incluso si hablan, ¿que van a decir? Si no te conocen, poco se puede hacer, y salvo que sea muy descarado, ¿que han visto, un paquete, una caja? Matar a testigos inoportunos crea el triple de problemas de los que podriá arreglar, y es una mala solución. La excepción es, claro, si el inoportuno es testigo de un asesinato, o del traslado de un cuerpo, o de lo que tiene toda la pinta de ser un cuerpo. En ese caso si que el asesinato puede ser mejor solución que las alternativas.

Hay que esperar a ver si las autopsias han encontrado algún indicio de agresión sexual. Si se confirma, la hipótesis de partida estará clara. Si no, mal asunto. Como la agresión sexual puede confirmarse pero no descartarse (sobre todo por el estado de los cadáveres), quedará siempre la duda y salvo otras pistas o informaciones, será dificil saber por donde seguir.

Algo que podría explicar el crimen, y que no se si se ha propuesto, es un error de identificación. Que determinadas personas confundieran a la pareja con otras personas, o establecieran conclusiones erróneas sobre ellos. Por ejemplo, un grupo (con dos sería suficiente) delictivo violento podría haber pensado que los chavales eran policías, o (bastante más dudoso), miembros de otra banda rival. Aunque eran muy jóvenes, muchos policías lo son, y la pareja podría haber pasado perfectamente por tener 25 años.

Podría haberles parecido sospechosa su actividad en el pantano, o podrían haberlos visto previamente en el pueblo y creer que los habían seguido. O que los estaban siguiendo. Si los habían visto en el pueblo y los vieron detrá suyo en el camino, podrían haber detenido el coche y obligarlos a seguir a punta de pistola. Eso podriá explicar el temprano apagado de alguno de los teléfonos.

Tal vez los interrogaron, golpeándolos o torturándolos, y una vez malheridos ya no había vuelta atrás.

Hasta no conocer los resultados de la autopsia, poca cosa se puede decir.
 
Eso de que maten a gente por "ver cosas que no debían" me parece bastante dudoso, salvo en caso de que la actividad en que se sorprenda a alguien sea igual de grave que la "solución" al problema. Nadie mata a un par de chavales porque te vean traficando con drogas, armas o cualquier otra cosa. En primer lugar, porque esas cosas se suelen hacer en lugares cerrados o en lugares abiertos donde se puede controlar si llega alguien, y por eso nunca aparece nadie diciendo: "Ayer vi como se intercambiaban 50 kg de heroina", o "me encontré con unos tipos vendiendo granadas de mano y lanzacohetes". En segundo lugar, porque en el improbable caso de que algún inocente los interrumpa o sorprenda, lo más sencillo es hacer como que no pasa nada, o acojonarlo. En un caso extremo los sujetas, les pillas el DNI y apuntas los datos, y les dices que sabes quienes son y donde viven, y que si dicen algo, están muertos.

Incluso si hablan, ¿que van a decir? Si no te conocen, poco se puede hacer, y salvo que sea muy descarado, ¿que han visto, un paquete, una caja? Matar a testigos inoportunos crea el triple de problemas de los que podriá arreglar, y es una mala solución. La excepción es, claro, si el inoportuno es testigo de un asesinato, o del traslado de un cuerpo, o de lo que tiene toda la pinta de ser un cuerpo. En ese caso si que el asesinato puede ser mejor solución que las alternativas.

Hay que esperar a ver si las autopsias han encontrado algún indicio de agresión sexual. Si se confirma, la hipótesis de partida estará clara. Si no, mal asunto. Como la agresión sexual puede confirmarse pero no descartarse (sobre todo por el estado de los cadáveres), quedará siempre la duda y salvo otras pistas o informaciones, será dificil saber por donde seguir.

Algo que podría explicar el crimen, y que no se si se ha propuesto, es un error de identificación. Que determinadas personas confundieran a la pareja con otras personas, o establecieran conclusiones erróneas sobre ellos. Por ejemplo, un grupo (con dos sería suficiente) delictivo violento podría haber pensado que los chavales eran policías, o (bastante más dudoso), miembros de otra banda rival. Aunque eran muy jóvenes, muchos policías lo son, y la pareja podría haber pasado perfectamente por tener 25 años.

Podría haberles parecido sospechosa su actividad en el pantano, o podrían haberlos visto previamente en el pueblo y creer que los habían seguido. O que los estaban siguiendo. Si los habían visto en el pueblo y los vieron detrá suyo en el camino, podrían haber detenido el coche y obligarlos a seguir a punta de pistola. Eso podriá explicar el temprano apagado de alguno de los teléfonos.

Tal vez los interrogaron, golpeándolos o torturándolos, y una vez malheridos ya no había vuelta atrás.

Hasta no conocer los resultados de la autopsia, poca cosa se puede decir.
Lo de la tortura puede ser , porque varios medios dejan caer que ambos cuerpos tenían signos de mucha violencia, además de disparos... sino se limitarían a decir que fueron disparados y punto. no?
 
me limito a leer la última página y es verdad, con lo de tostón me quedo corto, son infumables algunos de los comentarios, por eso he recomendado a los foreros dejarla en standby durante 6 meses
Si, 6 meses es lo mas justo. Si nos lo recomienda Clark, alias dedos porruos, es porque es cierto.
 
Eso de que maten a gente por "ver cosas que no debían" me parece bastante dudoso, salvo en caso de que la actividad en que se sorprenda a alguien sea igual de grave que la "solución" al problema. Nadie mata a un par de chavales porque te vean traficando con drogas, armas o cualquier otra cosa. En primer lugar, porque esas cosas se suelen hacer en lugares cerrados o en lugares abiertos donde se puede controlar si llega alguien, y por eso nunca aparece nadie diciendo: "Ayer vi como se intercambiaban 50 kg de heroina", o "me encontré con unos tipos vendiendo granadas de mano y lanzacohetes". En segundo lugar, porque en el improbable caso de que algún inocente los interrumpa o sorprenda, lo más sencillo es hacer como que no pasa nada, o acojonarlo. En un caso extremo los sujetas, les pillas el DNI y apuntas los datos, y les dices que sabes quienes son y donde viven, y que si dicen algo, están muertos.

Incluso si hablan, ¿que van a decir? Si no te conocen, poco se puede hacer, y salvo que sea muy descarado, ¿que han visto, un paquete, una caja? Matar a testigos inoportunos crea el triple de problemas de los que podriá arreglar, y es una mala solución. La excepción es, claro, si el inoportuno es testigo de un asesinato, o del traslado de un cuerpo, o de lo que tiene toda la pinta de ser un cuerpo. En ese caso si que el asesinato puede ser mejor solución que las alternativas.

Hay que esperar a ver si las autopsias han encontrado algún indicio de agresión sexual. Si se confirma, la hipótesis de partida estará clara. Si no, mal asunto. Como la agresión sexual puede confirmarse pero no descartarse (sobre todo por el estado de los cadáveres), quedará siempre la duda y salvo otras pistas o informaciones, será dificil saber por donde seguir.

Algo que podría explicar el crimen, y que no se si se ha propuesto, es un error de identificación. Que determinadas personas confundieran a la pareja con otras personas, o establecieran conclusiones erróneas sobre ellos. Por ejemplo, un grupo (con dos sería suficiente) delictivo violento podría haber pensado que los chavales eran policías, o (bastante más dudoso), miembros de otra banda rival. Aunque eran muy jóvenes, muchos policías lo son, y la pareja podría haber pasado perfectamente por tener 25 años.

Podría haberles parecido sospechosa su actividad en el pantano, o podrían haberlos visto previamente en el pueblo y creer que los habían seguido. O que los estaban siguiendo. Si los habían visto en el pueblo y los vieron detrá suyo en el camino, podrían haber detenido el coche y obligarlos a seguir a punta de pistola. Eso podriá explicar el temprano apagado de alguno de los teléfonos.

Tal vez los interrogaron, golpeándolos o torturándolos, y una vez malheridos ya no había vuelta atrás.

Hasta no conocer los resultados de la autopsia, poca cosa se puede decir.
Magnífica exposición de los hechos, y en lo referente a que pudieron ver tambien estoy de acuerdo, y he oído a alguien que todavia falta por aparecer el tercer cadaver.-
 
Los monstruos del pantano de Susqueda
La pareja de jóvenes asesinada se conoció hace dos años y sabía desenvolverse en el campo. Cazadores y pescadores furtivos podrían estar implicados en el doble crimen en el que participaron varias personas.

12

Sucesos


Era la primera vez que visitaban el pantano de Susqueda (Gerona), pero se sabían desenvolver bien en el campo. Por eso, cuando la familia de Marc (23 años) y Paula (21 años) dejaron de tener noticias de ellos, pensaron de inmediato que alguna fatalidad podía haberles ocurrido. Él había estudiado en una escuela agrícola forestal y sabía perfectamente qué hacer ante cualquier emergencia que pudiera sucederle en el campo. Estaba acostumbrado a hacer rutas, según relató la familia a los investigadores. Ella estaba en la universidad y tenía previsto empezar a hacer prácticas en una empresa en tan sólo unos días. También salía al campo con cierta asiduidad. Marc había retirado 40 euros del cajero automático, poco antes de su desaparición. Por eso se descartó, casi desde el principio, la hipótesis de la fuga y se confirmó la del asesinato el martes pasado, cuando fueron rescatados del pantano los cadáveres de los jóvenes desnudos y con varios disparos.

Lo cierto es que el cuerpo de ambos se encontraba en una zona «donde no va nadie». Es justo la cara oculta del pantano de Susquera, un municipio de 52 kilómetros cuadrados con 90 habitantes empadronados que no viven todo el año. Está compuesto por cuatro grupúsculos de casas por la orografía montañosa de un terreno con poca vigilancia, según cuentan en la zona. Los cuerpos se hallaron en la parte izquierda del pantano, «una zona de muy difícil acceso donde campan cazadores de jabalíes y pescadores furtivos. Algunos de estos pescadores proceden de países del Este. Los que son de la zona sólo practican pesca deportiva, pero a la gente del Este les gustan mucho las carpas y los siluros (una especie invasora originaria de los grandes ríos de Europa Central)», cuenta un vecino que participó en las labores de búsqueda de la pareja.

«Es un lugar muy natural que no tiene un terreno fácil de rastrear», explican desde el Hostal Coll, donde organizan excursiones y visitas al pantano. «No es una zona en la que se haga camping, ni vivac, pero sí que acuden pescadores y hay una zona de caza privada de jabalíes». A lo escarpado de ciertas zonas del pantano, se suma que éste tiene una profundidad de 136 metros, por lo que los rastreos no fueron sencillos.

Tan sólo una persona aseguró haber escuchado gritos y disparos en las cercanías de una cantera donde se celebran fiestas «Rave» de vez en cuando. En las proximidades también hay un centro de desintoxicación voluntaria de toxicómanos. Pero el lugar está lo bastante aislado para que los autores del crimen –los investigadores creen que fueron varios– tuvieran tiempo suficiente para deshacerse de los cuerpos y el coche sin que fueran vistos en varias horas. Todo apunta a que los asesinos primero se deshicieron de Marc y, después, de Paula. Los cuerpos fueron arrojados desnudos y lastrados con mochilas de piedras en una zona escarpada, pero a más de una hora de distancia en coche del lugar en el que fue lanzado al pantano el Opel Zafira de la pareja. «A esa zona sólo es posible acceder en un todoterreno; un Opel Zafira entra, pero no sale de ese camino, así que, quien lo metiera por allí sabía perfectamente lo que hacía, conoce la zona perfectamente», aseguran.

Paula, conocida como «Piua», apodo por el que solía ser llamada por su círculo más cercano y en redes sociales y Marc, apodado «el Putu», iniciaron su historia de amor hace dos años.

Marc era un amante del deporte y las motos eran su vida. Un hobbie que compartía con sus amigos. Juntos formaban una divertida peña de la que hacían alarde a través de las redes sociales. «Quedaban en moto en grupos de seis y ocho personas para ir a la playa», cuenta a LA RAZÓN uno de sus amigos. Marc «se guiaba muy bien en la montaña. Siempre era el primero en completar los juegos de orientación que se hacían en Educación Física y le encantaba montar en bicicleta. La tecnología y la informática eran su punto fuerte». Aún en «shock» por lo sucedido, en su entorno aseguran que «resulta duro ver como un compañero del colegio que venía a casa a hacer trabajos para clase ya no está». Al joven no le costaba hacer amistades. Relacionarse nunca fue un problema para él. «En el instituto era uno más. Nunca se ha metido con nadie», cuentan sus amigos. Aunque algunos perdieron el contacto, el recuerdo sigue.

Los muros de las redes sociales de los que compartieron alegrías y confidencias con ellos se han llenado estos días atrás de mensajes de ayuda en busca de sus amigos. Todos se han implicado.

Los «catecolònies» fue otro nexo de unión de la pareja. Este campamento de verano de catequesis que se organizaba en Arenys de Munt, de donde era el joven, fue testigo de las últimas experiencias que ambos pudieron compartir. Los dos eran monitores y se encargaban de organizar las actividades.

Paula, junto a su blanco labrador retriever, al que parecía estar muy unida, compartía los mismo gustos que su pareja. «Piua» con frecuencia hacía escapadas con sus amigas al campo. La playa era otro de sus lugares predilectos. Ahora son muchos los que piensan que la mala suerte hizo que el 24 de agosto Marc y Paula estuvieran en el lugar inadecuado en el momento más inoportuno.
Primero se deshicieron del chico, después la chica.
Sigo manteniendo que el testigo tiene algo que ver. Posiblemente lo detengan los próximos días.
 

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