La Cuba del deshielo. Visita del Presidente Obama a Cuba.
- AutorGrillo
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EFE- - 22/03/2016
El presidente de Cuba, Raúl Castro, ofreció hoy una cena de Estado en el Palacio de la Revolución para agasajar con música y comida cubana a su homólogo de EE.UU., Barack Obama, y a la delegación que ha viajado con él a La Habana.
Una orquesta cubana se encargó de amenizar la cena, cuyo plato principal fue cerdo al estilo tradicional acompañado de plátanos fritos. Obama y su esposa, Michelle Obama, entraron al salón donde se celebró la cena acompañados de Castro y fueron recibidos con aplausos. La primera dama llevaba un vestido a la altura de la rodilla con estampado floral sobre un fondo negro.
Los presidentes se preparan para la cena de Estado en el Palacio de la Revolución - REUTERS
El presidente de Cuba, Raúl Castro, ofreció hoy una cena de Estado en el Palacio de la Revolución para agasajar con música y comida cubana a su homólogo de EE.UU., Barack Obama, y a la delegación que ha viajado con él a La Habana.
Una orquesta cubana se encargó de amenizar la cena, cuyo plato principal fue cerdo al estilo tradicional acompañado de plátanos fritos. Obama y su esposa, Michelle Obama, entraron al salón donde se celebró la cena acompañados de Castro y fueron recibidos con aplausos. La primera dama llevaba un vestido a la altura de la rodilla con estampado floral sobre un fondo negro.
Los presidentes se preparan para la cena de Estado en el Palacio de la Revolución - REUTERS
POR CARLOS ALBERTO MONTANER- 21/03/2016
Raúl Castro se siente muy incómodo. Ese es su estado anímico frente a Barack Obama. Lo recibe con un secreto apretado en el pecho. Es una contradicción viviente. Desde hace varias décadas sabe que el sistema comunista es inherentemente improductivo. No hay ilusión ni imbecilidad que resista 58 años de desengaños.
A mediados de la década de los ochenta, Raúl envió a sus mejores oficiales a tomar cursos de gerencia en las buenas escuelas de negocios de Occidente. Conocí a alguno de ellos en España. Entonces el general pensaba que era cuestión de administración. Daban los primeros pasos para la creación del Capitalismo Militar de Estado.
Los militares, obedientes y disciplinados, conducirían bien la economía tras entender el modo en que los capitalistas manejaban sus empresas. Pocos años después, Raúl advirtió que tampoco era eso. Sus auditores descubrieron un fraude monumental de más de cien millones de dólares. Los resultados eran usualmente muy malos o mediocres.
Marx se equivocó. No había sustituto al empuje de los emprendedores y a la existencia de una economía de mercado donde los medios de producción fueran privados. La vida de su propio padre, D. Ángel Castro, lo demostraba. Llegó a Cuba desde una aldea gallega, sin un centavo, a principios del siglo XX. Cuando murió, en 1956, tenía 150 empleados y dejó en herencia más de seis millones de dólares. Hoy serían cien.
Raúl se emborrachaba todas las noches para ahogar sus convicciones.
Los militares mentían, robaban y engañaban como cualquier hijo de vecino. En esa época Raúl tomaba mucho alcohol. El aparato productivo continuaba fané y descangayao, como en el tango «Esta noche me emborracho» del maestro Santos Discépolo. Raúl se emborrachaba todas las noches. Ahogaba sus convicciones íntimas en whiskey.
En el 2006, precipitadamente, Raúl llegó a la presidencia colgado de los intestinos de su hermano Fidel. Pero ni siquiera podía revelar su juicio pesimista. Tenía el gobierno, pero no el poder. Afirmó, entre apesadumbrado y desafiante, que no dirigía la revolución para enterrarla. Se acogía a la terca máxima española: sostenella y no enmendalla. Los caballeros no rectificaban. Eso era cosa de maricas.
A estas alturas sabe que sus «lineamientos» tampoco dan resultado. La producción sigue hundiéndose. Los cubanos insisten en escapar. Han diezmado la industria azucarera. Se acabará pronto el subsidio venezolano. El amigo Lula puede acabar tras la reja. Los chinos le han dado una tarjeta con el teléfono de la Cruz Roja. Lo único que funciona espléndidamente es la represión. El marxismo-leninismo y el modelo soviético eran extraordinarios fabricantes de jaulas herméticas. Sólo eso.
Nada de esto puede decírselo a Barack Obama. Raúl se callará su secreto. Musitará algunas consignas bobas sobre la soberanía y reiterará el curso gallardo de la revolución. Lo felicitará por el cambio de política, pero insistirá en el disparate totalitario del Capitalismo Militar de Estado. Está atrapado en una ratonera histórica e ideológica, sujeto a la vigilancia moral de su hermano Fidel, un personaje patológicamente terco que morirá con el régimen intacto. Al fin y al cabo, él también es un prisionero.
****
Carlos Alberto Montaner Suris (La Habana 3 de abril de 1943) es un periodista, escritor y político cubano, que tiene, además, la nacionalidad española y la estadounidense. Ha ganado varios premios relevantes y colaborado con periódicos de renombre internacional. Ha publicado unos 27 libros. Los últimos dos son las novelas Tiempo de canallas y Otra vez adiós,
Raúl Castro se siente muy incómodo. Ese es su estado anímico frente a Barack Obama. Lo recibe con un secreto apretado en el pecho. Es una contradicción viviente. Desde hace varias décadas sabe que el sistema comunista es inherentemente improductivo. No hay ilusión ni imbecilidad que resista 58 años de desengaños.
A mediados de la década de los ochenta, Raúl envió a sus mejores oficiales a tomar cursos de gerencia en las buenas escuelas de negocios de Occidente. Conocí a alguno de ellos en España. Entonces el general pensaba que era cuestión de administración. Daban los primeros pasos para la creación del Capitalismo Militar de Estado.
Los militares, obedientes y disciplinados, conducirían bien la economía tras entender el modo en que los capitalistas manejaban sus empresas. Pocos años después, Raúl advirtió que tampoco era eso. Sus auditores descubrieron un fraude monumental de más de cien millones de dólares. Los resultados eran usualmente muy malos o mediocres.
Marx se equivocó. No había sustituto al empuje de los emprendedores y a la existencia de una economía de mercado donde los medios de producción fueran privados. La vida de su propio padre, D. Ángel Castro, lo demostraba. Llegó a Cuba desde una aldea gallega, sin un centavo, a principios del siglo XX. Cuando murió, en 1956, tenía 150 empleados y dejó en herencia más de seis millones de dólares. Hoy serían cien.
Raúl se emborrachaba todas las noches para ahogar sus convicciones.
Los militares mentían, robaban y engañaban como cualquier hijo de vecino. En esa época Raúl tomaba mucho alcohol. El aparato productivo continuaba fané y descangayao, como en el tango «Esta noche me emborracho» del maestro Santos Discépolo. Raúl se emborrachaba todas las noches. Ahogaba sus convicciones íntimas en whiskey.
En el 2006, precipitadamente, Raúl llegó a la presidencia colgado de los intestinos de su hermano Fidel. Pero ni siquiera podía revelar su juicio pesimista. Tenía el gobierno, pero no el poder. Afirmó, entre apesadumbrado y desafiante, que no dirigía la revolución para enterrarla. Se acogía a la terca máxima española: sostenella y no enmendalla. Los caballeros no rectificaban. Eso era cosa de maricas.
A estas alturas sabe que sus «lineamientos» tampoco dan resultado. La producción sigue hundiéndose. Los cubanos insisten en escapar. Han diezmado la industria azucarera. Se acabará pronto el subsidio venezolano. El amigo Lula puede acabar tras la reja. Los chinos le han dado una tarjeta con el teléfono de la Cruz Roja. Lo único que funciona espléndidamente es la represión. El marxismo-leninismo y el modelo soviético eran extraordinarios fabricantes de jaulas herméticas. Sólo eso.
Nada de esto puede decírselo a Barack Obama. Raúl se callará su secreto. Musitará algunas consignas bobas sobre la soberanía y reiterará el curso gallardo de la revolución. Lo felicitará por el cambio de política, pero insistirá en el disparate totalitario del Capitalismo Militar de Estado. Está atrapado en una ratonera histórica e ideológica, sujeto a la vigilancia moral de su hermano Fidel, un personaje patológicamente terco que morirá con el régimen intacto. Al fin y al cabo, él también es un prisionero.
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Carlos Alberto Montaner Suris (La Habana 3 de abril de 1943) es un periodista, escritor y político cubano, que tiene, además, la nacionalidad española y la estadounidense. Ha ganado varios premios relevantes y colaborado con periódicos de renombre internacional. Ha publicado unos 27 libros. Los últimos dos son las novelas Tiempo de canallas y Otra vez adiós,
Barack Obama y destacados disidentes cubanos, durante el encuentro mantenido este martes - REUTERS
ABC Internacional 22/03/2016
El presidente de EE.UU., Barack Obama, elogió hoy el «coraje» de los disidentes y representantes de la sociedad civil independiente cubana al inicio de la reunión que ha mantenido con ellos en la sede de la Embajada estadounidense en La Habana.
En unas breves declaraciones, Obama recalcó que uno de los objetivos de la normalización con Cuba es poder «escuchar directamente» al pueblo cubano y garantizar que también «tienen voz» en la nueva etapa iniciada entre los dos países.
Al encuentro con el presidente de Estados Unidos asisten destacados opositores, como la líder de las Damas de Blanco, Berta Soler; el disidente Guillermo Fariñas, el defensor de los Derechos Humanos Elizardo Sánchez o el opositor Manuel Cuesta Morúa, de Arco Progresista, entre otros, según constató Efe.
«Muchas veces requiere un gran coraje ser activo en la vida civil aquí en Cuba», afirmó Obama, que agregó: «Esta es un área en la que continuamos teniendo profundas diferencias con el Gobierno cubano».
«Hay personas aquí que han sido detenidas. Algunas en el pasado y otras muy recientemente», enfatizó el gobernante.
Ayer lunes, al menos una docena de opositores fueron detenidos en Cuba, según informó la disidente Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), que además cifra en casi 90 los presos por motivos políticos en la isla caribeña.
http://havaneroenny.blogspot.ca/
El león muerto
El momento más terrible del año sucede cada primero de enero, diez minutos después de la media noche.
Es el día más anticlimático del calendario; uno se percata de ello -es esa tristeza en el trasfondo, por si Usted no se ha dado cuenta- cuando se calma la euforia de los abrazos, se desea la última buena ventura, más o menos a los diez minutos de haber comenzado otro año más -otro año menos-; es cuando uno se pregunta: “Bueno, y ahora, ¿qué?”
No tiene que ver la decepción con la idea, desconcertante como es, de que acabamos de celebrar nada menos que la roca en que vivimos acaba de completar otra circunvalación alrededor del Sol; que hemos sobrevivido metereoritos y bombardeos radioactivos gracias a la eficiencia de esa tenue tela de cebolla que llamamos atmósfera; que el campo magnético terrestre aún funciona y que, a pesar de calentamientos globales e idioteces locales, seguimos teniendo veintiun porciento de oxígeno en el aire que respiramos -el dióxido de carbono está muy sobrevalorado, la verdad-
Lo decepcionante, pienso, es que nos acaban de llevar a cero el contador, otra vez; que se desmorona el castillo de naipes de despropósitos y aciertos; que nos espera, de nuevo, esa cuesta convencional, otra vuelta descomunal en el carrusel solar; trescientos sesenta y cinco días -menos los diez minutos que ya pasaron- para volver a llegar a este punto, de nuevo hacer la pregunta, y así, hasta que se nos acabe el tiempo.
Desplome anímico anual, que tiene que ver con un exceso de expectativas, con la falacia del mito de borrón y cuenta nueva, con el enfrentar la resaca después de una borrachera; con ese optimista e ingenuo, ¡ahora sí!, sin habernos cuestionado por qué antes no.
***
Pensaba en todo ello, desde hace varios días, al notar la lúcida anticipación con que algunos han estado mencionando el Día Después. “Los cubanos abren el refrigerador, y Obama no está dentro”, dice una mujer en una entrevista. “Él se va, y nosotros nos nos quedamos en lo mismo”, añade.
Así es. El veintidos de marzo del presente, al terminar el Presidente Barack Obama su visita, al apagarse los aplausos y cuando todos respiran aliviados, diez minutos después que el Air Force One se perdiera de vista rumbo sur -se van a Barriloche, se dice-, comienzan esos instantes después del acontecimiento, los de la abulia post orgasmo, el desinfle que sigue a la tumefacción de la expectativa; y la pregunta, la jodida pregunta: “Bueno, y ahora, ¿qué?”
***
El Presidente Obama fue protagonista de la fiesta, allá en Cuba; para suerte de todos, no así sus no-anfitriones -gente torpe donde las haya-, que le cedieron podio, micrófono y cámaras.
Obama, bajo la lluvia, con la incomodidad de los paraguas, sin el incordio de generales ni acólitos, se vió dueño de La Habana por unas horas. Y mientras mayor fue la intención, rayana en el irrespeto, de minimizar su presencia, mejor le fue; ha sido un solo de Obama en La Habana, sin la sombra malicienta del general anciano ni sus cargantes parientes.
Y más le hubiera valido al general seguir sentado en su oficina y evitar su breve momento bajo las luces, en el escenario: nunca se había visto tanta ineptitud y torpeza en un dictador cubano, y eso es mucho decir.
Por su parte, Obama brilló en la bruma cubana. Su discurso, inmejorable, se paseó por todo lo que nadie en Cuba, ni nacional ni visitante, se había atrevido a decir, mucho menos en la cara del dictador. Fue un ¡de pie! a los cubanos, una instrospección en el papel de ambos países en el conflicto y la distensión: fue un alegato ardiente, honesto, que me recordó, es inevitable, la balbuceante tibieza -si acaso- de Papas y Presidentes que estuvieron antes que él.
***
Dos días duró la fiesta entonces, pero se acabó.
Recuerdo, pensando en los días que vienen, que nadie describió mejor la idea de un anticlimax que uno que sí sabía de estas cosas, y al que parafraseo; diría el hombre, mareando un daiquirí cargado con dos líneas de ron, que una fiesta terminada es un león muerto.
De tal manera, uno de los momentos más terribles de la Historia cubana ha sucedido: el veintidos de marzo del 2016, diez minutos después que despegara el Air Force One, el hedor de un león muerto invadió el aire de La Habana.
Sofocados, sin asideros, se han quedado mis coterráneos; no saben siquiera a quién hacer su pregunta necesaria, esa que flota, desde hace ya un buen tiempo, en el aire caldeado por el eco de los aplausos. Se miran entre sí, al amigo, al amante, a una hoja en blanco.
“Bueno, y ahora, ¿qué?”, preguntan, desconcertados, aunque solo ellos, y nadie más, tiene la respuesta
El león muerto
El momento más terrible del año sucede cada primero de enero, diez minutos después de la media noche.
Es el día más anticlimático del calendario; uno se percata de ello -es esa tristeza en el trasfondo, por si Usted no se ha dado cuenta- cuando se calma la euforia de los abrazos, se desea la última buena ventura, más o menos a los diez minutos de haber comenzado otro año más -otro año menos-; es cuando uno se pregunta: “Bueno, y ahora, ¿qué?”
No tiene que ver la decepción con la idea, desconcertante como es, de que acabamos de celebrar nada menos que la roca en que vivimos acaba de completar otra circunvalación alrededor del Sol; que hemos sobrevivido metereoritos y bombardeos radioactivos gracias a la eficiencia de esa tenue tela de cebolla que llamamos atmósfera; que el campo magnético terrestre aún funciona y que, a pesar de calentamientos globales e idioteces locales, seguimos teniendo veintiun porciento de oxígeno en el aire que respiramos -el dióxido de carbono está muy sobrevalorado, la verdad-
Lo decepcionante, pienso, es que nos acaban de llevar a cero el contador, otra vez; que se desmorona el castillo de naipes de despropósitos y aciertos; que nos espera, de nuevo, esa cuesta convencional, otra vuelta descomunal en el carrusel solar; trescientos sesenta y cinco días -menos los diez minutos que ya pasaron- para volver a llegar a este punto, de nuevo hacer la pregunta, y así, hasta que se nos acabe el tiempo.
Desplome anímico anual, que tiene que ver con un exceso de expectativas, con la falacia del mito de borrón y cuenta nueva, con el enfrentar la resaca después de una borrachera; con ese optimista e ingenuo, ¡ahora sí!, sin habernos cuestionado por qué antes no.
***
Pensaba en todo ello, desde hace varios días, al notar la lúcida anticipación con que algunos han estado mencionando el Día Después. “Los cubanos abren el refrigerador, y Obama no está dentro”, dice una mujer en una entrevista. “Él se va, y nosotros nos nos quedamos en lo mismo”, añade.
Así es. El veintidos de marzo del presente, al terminar el Presidente Barack Obama su visita, al apagarse los aplausos y cuando todos respiran aliviados, diez minutos después que el Air Force One se perdiera de vista rumbo sur -se van a Barriloche, se dice-, comienzan esos instantes después del acontecimiento, los de la abulia post orgasmo, el desinfle que sigue a la tumefacción de la expectativa; y la pregunta, la jodida pregunta: “Bueno, y ahora, ¿qué?”
***
El Presidente Obama fue protagonista de la fiesta, allá en Cuba; para suerte de todos, no así sus no-anfitriones -gente torpe donde las haya-, que le cedieron podio, micrófono y cámaras.
Obama, bajo la lluvia, con la incomodidad de los paraguas, sin el incordio de generales ni acólitos, se vió dueño de La Habana por unas horas. Y mientras mayor fue la intención, rayana en el irrespeto, de minimizar su presencia, mejor le fue; ha sido un solo de Obama en La Habana, sin la sombra malicienta del general anciano ni sus cargantes parientes.
Y más le hubiera valido al general seguir sentado en su oficina y evitar su breve momento bajo las luces, en el escenario: nunca se había visto tanta ineptitud y torpeza en un dictador cubano, y eso es mucho decir.
Por su parte, Obama brilló en la bruma cubana. Su discurso, inmejorable, se paseó por todo lo que nadie en Cuba, ni nacional ni visitante, se había atrevido a decir, mucho menos en la cara del dictador. Fue un ¡de pie! a los cubanos, una instrospección en el papel de ambos países en el conflicto y la distensión: fue un alegato ardiente, honesto, que me recordó, es inevitable, la balbuceante tibieza -si acaso- de Papas y Presidentes que estuvieron antes que él.
***
Dos días duró la fiesta entonces, pero se acabó.
Recuerdo, pensando en los días que vienen, que nadie describió mejor la idea de un anticlimax que uno que sí sabía de estas cosas, y al que parafraseo; diría el hombre, mareando un daiquirí cargado con dos líneas de ron, que una fiesta terminada es un león muerto.
De tal manera, uno de los momentos más terribles de la Historia cubana ha sucedido: el veintidos de marzo del 2016, diez minutos después que despegara el Air Force One, el hedor de un león muerto invadió el aire de La Habana.
Sofocados, sin asideros, se han quedado mis coterráneos; no saben siquiera a quién hacer su pregunta necesaria, esa que flota, desde hace ya un buen tiempo, en el aire caldeado por el eco de los aplausos. Se miran entre sí, al amigo, al amante, a una hoja en blanco.
“Bueno, y ahora, ¿qué?”, preguntan, desconcertados, aunque solo ellos, y nadie más, tiene la respuesta
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Te propongo una visión global. Vamos a la Guera Fría, OCC vs URSS.
Comunismo instalándose en América al sur de México.
¿problema? sí, a resolver.
Las dictaduras esas que mencionas no significaban un problema para los yankees, sino que aportaban la solución.
De hecho, el problema del comunismo en el CONo Sur se volatilizó gracias a sus posturas frente al mismo.
Por otra parte, esas dictaduras mejoraron la economía.
Conste que me dan mucha pena las cosas malas.
M
ManolitaGafotas
Guest
Cuba lleva algun tiempo con pequenhos pasos hacia la apertura (desde que entro en escena Raul Castro). Ya desde hace unos anhos se pueden ver carteles de compra-venta-alquiler de propiedades, telefonos moviles, internet y demas...muy lento, pero algo esta pasando.
Ahora, despues de tantos anhos cerrada, acostumbrados todos a ser "funcionarios", a no controlar muy bien lo que es el dinero, a tener idealizado lo que existe fuera...espero que lo hagan muy poco a poco y muy bien, sino la apertura definitiva va a ser un desastre.
En cuanto al encuentro Obama-Raul...bueno, los vi a ambos muy bien en su papel. Obama puso sobre la mesa unos cuantos temas, y Raul tb respondio muy dignamente.
Ahora, despues de tantos anhos cerrada, acostumbrados todos a ser "funcionarios", a no controlar muy bien lo que es el dinero, a tener idealizado lo que existe fuera...espero que lo hagan muy poco a poco y muy bien, sino la apertura definitiva va a ser un desastre.
En cuanto al encuentro Obama-Raul...bueno, los vi a ambos muy bien en su papel. Obama puso sobre la mesa unos cuantos temas, y Raul tb respondio muy dignamente.
Última edición por un moderador:
fidel castro para comenzar NO era comunista, era como el Che, lo primero que hizo fue viajar a USA e ir a ver a Eisehoweer, hablamos de 1959 ara pactar las compensaciones por las expropiaciones, puso incluso cifras, pero los americanos embarharon sin siquiera escucharlo pese a que Fidel no se negaba a pagar, el embargo por eso era light, no incluia productos bñasicos .... luego llega Kennedy, joven e inexperto y la CIA le cuela la invasión que no aceptó Euisenhower, militar y mas listo, la invasión dela bahia de cochinos y Fidel se hizo comunista como Raul, este si lo era, y llamó a Moscú, hasta entonces Fidel queria tener buena relaciones con USA y normalizar la cosa. LLegan los rusos y Kennedy llama a su hermano pequeño para que resuelva la situación, Bobby se pelea con todo el pentagono que queria liarse a ostias con los rusos, y ara tranquulizar al pentagono dijo "oues endurecemos el embargo", algo sacado de la chistera para salvar la honra. Luego el embrago se va enduereciendo, pero era un decretazo, se podia anular en cualquier momento... hasta 1996, llega Clinton y ve a Rusia a la deriva y dice "ahora es el momento de endurecer el embargo y nos cargamos a Fidel" y en 1996, ya sin peligro comunista pues encrudece el emargo a lo bestia, primero lo blinda para que solo el congreso pueda deshacerlo y luego chantajea a todos los paises occidentales con que si tienen bancos en USA no pueden tener negocios con Cuba y se vetan todas las empresas extranjeras que quieran tener relaciones con Cuba. esto combierte el embargo en un bloqueo internacional casi dado que USA usa su poderio economico para chantajaer a las nacones europeas que tienen negocios con Cuba.. y Cuba aguanta para asombro de los yankess
A todo esto ahora Hillary Clinton no puede deshacerse del embargo por ... las leyes de su marido....
pero vaos resumiendo, es la historia de una cagada tras otra, el embaro prmero fue una estupides... si castro no se negaba a pagar, luego la invasión del fracaso estrepitoso, luego aparecen los rusos.. y cando todo el comunismo se ha ido a tomar por culo deciden darle el golpe de gracia.. pero oye que nada
sobre el no comunismo en america fue un pacto simpel "tu no me tocas las narices cuando aplasto checos y hungaros y tu no me tocas las narices en latoniamerica .. y lo de Cuba lo dejamos como una cosa rara..." pero el que Cuba se acercara a la URSS fue sobretodo culpa de USA y si se solucionó la cosa con ese pacto es porque a Kruschev que sele iba un poco la olla se le ocurrio poner misiles apuntando a USA, si no hubiera sido por eso la URSS hubiera seguido tocando las narices sutilemente pero la bravuconada de Kruschev, a lo bestia porque me diras que es poner misiles apuntando a USA a 12 millas de distancia, les hizo ver a todos que mejor dejarse de chorradas y quedarse cada uno en su sitio, de hecho de ahi a Kruschev le metieron la patada... pero ya digo el arreglo de "tu en tu patio y yo en el mio" fue por el comportamiento de Kruschev mas que de los americanos
al final se han dado cuenta de que lo unico que han hecho es hacer fuerte a Fidel... si hay comunismo en uba es sobretodo por culap de los USA, ellos son los mayores responsables de la prrvivencia del castrismo, y se han dado cuenta... eso si a los 50 años
Última edición:
Veo que todavia flota en el aire cierta confusión tanto acerca de los orígines ideológicos de Fidel Castro como de las causas que determinaron el establecimiento del embargo. Lejos de repetir lo que ya expliqué en su momento, les remito a los posts #s 24 y 37.
A continuación, un adelanto de lo que podrán leer . . .
"Desde luego, si nosotros nos paramos en el Pico Turquino (el punto más alto de la Sierra Maestra) cuando éramos "cuatro gatos" y decimos: somos marxistas-leninistas desde el Pico Turquino, posiblemente no hubiéramos podido bajar al llano. Así que nosotros nos denominábamos de otra manera, no abordábamos ese tema... "
(declaraciones de Fidel Castro al Periódico "Revolución, Habana 22 de diciembre de 1961.)
A continuación, un adelanto de lo que podrán leer . . .
"Desde luego, si nosotros nos paramos en el Pico Turquino (el punto más alto de la Sierra Maestra) cuando éramos "cuatro gatos" y decimos: somos marxistas-leninistas desde el Pico Turquino, posiblemente no hubiéramos podido bajar al llano. Así que nosotros nos denominábamos de otra manera, no abordábamos ese tema... "
(declaraciones de Fidel Castro al Periódico "Revolución, Habana 22 de diciembre de 1961.)
esto fue justo despues de la invasion de cochinos....
ya digo ese invasión hizo a catro mas comunista que su hermano, era raul el afiliado al partido comunista, no Fidel...
castro cuadno llego al pode no hablaba de comunismo
la invasion de la bahia de cochinos fue en abril de 1961, asi que no, no hay confusión, dije que a castro lo hivieron mas comunista que a lenin cuando a los yankees les dio por invadir cuba..
fidel en 1959
que cambia con 1961???? pues que le invadieron el país y cogió el telefono para llamar a Moscú.... entonces fue donde dijo digo dijo diego "¿que dije que no era comusta? ah pue mira es que no sabianos llamarnos comunistas a nosotros mismos .. ejm ejem .. ejem camaradas..."
vamos que fue tener que llamar a los rusos y él comunista /marxista/lenilista de toda la vida... aunque en la vida hubiera mencionado ser comunista hastaa que tuvo que pedir ayuda a los rusos, pus si no sabia como llamarse a si mismo comunista que le hubiera preguntado a Raul, que si era comunsista y lo decia en voz alta sin problemas...
Última edición:
Por lo que veo no leíste la totalidad de mi mensaje, o no quieres entenderlo.
Grillo, que piensas va a pasar ahora en Cuba? tu crees que va a haber elecciones para presidente una vez los Castros den el cambio?
estaba leyendo unos comentarios de algunos que fueron al concierto de los Rollings y quieren que vayan mas musicos y artistas a cantarles, pero bueno, no se enteran que no siempre va a ser gratis, lo que hizo esta gente fue una excepcion aunque desde luego que (los Rollings) no salieron perdiendo.
Yo creo que necesitan mucho tiempo ,una vez comience a entrar/fluir los dineros , a aprender y adaptarse a vivir en una sociedad libre e individual, y necesitan tiempo, si no seria como caótico, no? Estan entrando en la zona de "no ticket, no laundry" y no estan acostumbrados.
Es complicado.
Y estoy de acuerdo con tus opiniones, cuando Rusia era la madre y el padre ricos nadie se acordaba del embargo. Con Venezuela no hubo tanta despliegue de generosidad aunque bastante, fracasados ambos suplidores pues entonces hay que recordar el embargo por parte de EEUU.
estaba leyendo unos comentarios de algunos que fueron al concierto de los Rollings y quieren que vayan mas musicos y artistas a cantarles, pero bueno, no se enteran que no siempre va a ser gratis, lo que hizo esta gente fue una excepcion aunque desde luego que (los Rollings) no salieron perdiendo.
Yo creo que necesitan mucho tiempo ,una vez comience a entrar/fluir los dineros , a aprender y adaptarse a vivir en una sociedad libre e individual, y necesitan tiempo, si no seria como caótico, no? Estan entrando en la zona de "no ticket, no laundry" y no estan acostumbrados.
Es complicado.
Y estoy de acuerdo con tus opiniones, cuando Rusia era la madre y el padre ricos nadie se acordaba del embargo. Con Venezuela no hubo tanta despliegue de generosidad aunque bastante, fracasados ambos suplidores pues entonces hay que recordar el embargo por parte de EEUU.
