N
Natacha
Guest
La que asombra de verdad ante las tragedias es la madre, Rose, igual era que se sentía más santa ante el sacrificio de sus hijos, pero ahí la tenías, más vieja que cascorro y con la cabeza en su sitio. Se sintió liberada tras la muerte de su marido tras el asesinato de Bobby y llevó una vejez plácida, centenaria la tipa, sin perder la chaveta tras haber perdido un hijo en la guerra, dos asesinados, una en accidente y otra lobotomizada... Era de esas mujeres que se sentían santas, cada hijo caido parecía asumirlo como una medalla de sacrificio para asegurarse el cielo... Se refugiaba en el cura y el confesionario, y adelante... ¡era increible! Una mujer invencible, esa capacidad para autojustificar todo... ella jamás sufrió por las infidelidades de su marido, las asumia como algo normal, y tras el nacimiento del octavo, le echó de su cama para siempre sin ningún escrúpulo respecto a romper el deber del débito conyugal obligado para una mujer tan católica como decía ser, que a ver, yo habría hecho lo mismo, pero no voy de católica ni santa... Asi que si el marido aparecia con una jovencita ante los invitados y se la llevaba a la habitación, ella se quedaba tan pancha, cosa que a Jackie le escandalizaba un montón... Por eso nunca se entendió con esa mujer, siempre predicándole resignación, hasta por la muerte de Jack... Rose le ponía de los nervios a Jackie...