Detenidos dos policías locales de Estepona por la presunta violacion a una joven

El que ha escrito el artículo juega un poco a la manipulación.
No seré yo quien defienda a la policía, pero esos dos gilipollas no se presentaron porque sí en el domicilio, hubo unos WhatsApp para mi, muy reveladores y noticias con detalles traídos al principio del hilo, que hacen que no crea en la versión de la chica del todo, o más bien en apenas nada.
Pienso que los tres amigo se montaron la fiesta, como niñatos de mierda querían invitarlos (como así reflejan los WhatsApp), los otros, con canas ya en los coj*nes en vez de ejercer como adultos y sobre todo como autoridad responsable, aprovechan su superioridad y una vez empezada la fiesta (en la casa había coca, habían bebido y siguieron bebiendo segurísimo) se les fué la olla a este par de hijosdeputa.

Que deberían haber entrado en la cárcel? Sí, y con el agravante por ser autoridad y no entender que da igual las circunstancias, cuando alguien no quiere tener s.exo contigo, así estéis ya en pelotas es lo que hay, ducha fría y au.

Vamos, que no cuela la historia de....

3 chic@s salen de la discoteca bebid@s, dos polis corruptos les extorsionar para conseguir la dirección, presentarse media hora después en la vivienda y violar entre los dos a una de ellas.
He releído los WhatsApp entre uno de los policías y el amigo de la víctima y no hay nada que me haga dudar del testimonio de ella (de hecho, ella ni interviene en dicha conversación). No hay nada revelador.
 

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¿Sabes dónde se puede ver exactamente cuál es ese acuerdo, qué pedía fiscalía y en qué ha quedado?

no he encontrado nada, imagino q sera privado de las partes, lo q pedian era esto:

La Fiscalía pide 30 años de prisión para dos policías locales acusados de violar a una joven en Estepona y solicita que ambos la indemnicen «conjunta y solidariamente» con 30.000 euros. La acusación particular ejercida por la familia de la víctima, que está representada por la abogada y criminóloga Beatriz de Vicente de Castro, suma tres años más de cárcel a la petición del fiscal y eleva la cifra a 120.000 euros por el carácter «especialmente degradante» de las supuestas agresiones sexuales y los padecimientos de la chica, que continúa en tratamiento psicológico. Y añade dos matices importantes en su escrito: solicitan que el Ayuntamiento de Estepona -los agentes trabajaban para esa plantilla- sea considerado responsable civil subsidiario, ya que los policías interceptaron a los jóvenes cuando estaban dentro de su horario laboral y posteriormente acudieron al apartamento donde ellos se alojaban vestidos con el uniforme oficial, según la denuncia. Y también instan a que se les imponga una orden de alejamiento durante 10 años.

El escrito de conclusiones provisionales coincide en general con el del fiscal, aunque la acusación particular agrega un presunto delito contra la salud pública al considerar que los agentes obligaron a la joven a consumir cocaína. No obstante, solicitan de forma subsidiaria que, en caso de no apreciarse los dos delitos de agresión sexual y el de salud pública, se consideren los delitos de abusos sexuales y otro de coacciones. Además, entiende la familia que concurre la circunstancia agravante de prevalimiento por el carácter de servidores públicos de los presuntos agresores. Tanto la abogada de la acusación particular como la Fiscalía han seguido la última corriente jurisprudencial del Supremo sobre delitos sexuales con múltiples actores. La doctrina del Alto Tribunal pasa por considerar a los acusados -en caso de probarse los hechos- autores del delito que cometen y cooperadores necesarios del que cometen los demás.
 
He releído los WhatsApp entre uno de los policías y el amigo de la víctima y no hay nada que me haga dudar del testimonio de ella (de hecho, ella ni interviene en dicha conversación). No hay nada revelador.
Sí, ella no interviene en los mensajes, pero leyendo el artículo que trae Transi parece como que así porque sí, dos polis de servicio deciden perseguir a unos chicos para montarse un trío no consentido con una de las jóvenes. Y claramente se lee el acuerdo del muchacho para que acudan a la vivienda sin apreciar en ningún momento miedo o incomodidad.

La coca, según el amigo, estaba en la casa de ella, ella declara que la obligan a tomar cocaina.... No sé, yo esto no me lo paso.

La amiga y novia del que intercambia mensajes con el policía, al ver que están abusando de la chica se va a pedir ayuda con un ataque de ansiedad y sin embargo en ese mensaje que tú traes, el poli le pregunta al novio si ya está mejor y que lo que necesiten no duden en pedirlo.... 🙄

Aquí unas declaraciones del chico, que viendo después la conversación de WhatsApp, me chocan y mucho.
Él intentó ayudarla pero los polis lo arrinconaron y sólo pudo darle la mano y decirle "tranquila, todo pasa" mientras la violaban.



«Vi cómo los policías humillaban y abusaban de mi amiga; traté de impedirlo, pero no pude»​

El testigo principal de la supuesta agresión sexual denunciada por una joven en Estepona cuenta a SUR su versión de los hechos​

Lleva desde el domingo en tratamiento psicológico porque, dice, aún no puede encajar lo que vio. Hugo (nombre ficticio escogido por él para mantener en el anonimato su identidad y, con ella, la de la víctima) es el testigo principal de la supuesta agresión sexual por la que están arrestados dos policías locales de Estepona. «Vi cómo humillaban y abusaban de mi amiga. Traté de impedirlo, pero no pude», afirma el joven.
Hugo relata lo sucedido con la ansiedad de alguien a quien le duele recordar. No se detiene en los detalles y pide acabar cuanto antes porque está «tomando pastillas». Y añade, resignado: «No estoy preparado para describir lo que vi, pero tengo que hacerlo».

Hasta ahora, los arrestados guardan silencio, a expensas de lo que hagan hoy ante la titular del Juzgado de Instrucción número 4 de la localidad, que dirige las pesquisas. Al parecer, se limitaron a rechazar la acusación que se cernía sobre ellos al ser detenidos. Ayer, los agentes de la Unidad contra la Delincuencia Especializada y Violenta de la comisaría esteponera, que han llevado todo el peso de la investigación, trataron de tomarles declaración, pero ambos se acogieron a su derecho a no hacerlo.
Por tanto, por el momento solo se conoce una versión del caso cimentada sobre los testimonios de Andrea, la supuesta víctima, de 18 años; su amiga Karla (es también nombre inventado) y el novio de ésta, Hugo, que ha accedido a relatar a SUR lo sucedido para que se sepa «la verdad» y que, insiste, no se cuente en los medios una historia distinta.
«Fuimos los tres – Andrea, Karla y él– a Estepona a pasar el fin de semana después de que ellas terminaran la selectividad para que se despejaran. El viernes salimos de fiesta y tan normal. Y el sábado estuvimos toda la noche en la discoteca Mosaïc. Ellas tomaron algunas copas y yo, solo una, la que se incluía con la entrada». Hugo es el único de los tres que tiene carné y, por tanto, debía conducir de vuelta al apartamento de los padres de Andrea, donde se hospedaban.
Regresaron sobre las 5.20 horas. «Íbamos de camino a casa cuando vi de lejos un vehículo de la Policía [Local]. Pensé: 'Antes de que me vean, estaciono el coche'. Pero ya se habían dado cuenta. Entraron en dirección prohibida, sin luces. Se bajaron y se acercaron a nosotros sin pedirnos la documentación o el nombre siquiera. Solo me preguntaron si había bebido y si llevaba droga en el coche».

Volver a casa en taxi​

Hugo reconoció que había tomado una copa y los agentes les hicieron bajar del coche. «A mí y a mi novia nos separaron y ya se centraron en Andrea», explica. Tras una breve conversación en tono distendido, los policías les propusieron que volvieran a casa en un taxi y que dejaran su vehículo aparcado junto a una gasolinera de la avenida Puerta del Mar. «Se ofrecieron a pedirnos uno, incluso a pagárnoslo, pero les dijimos que no hacía falta», añade el joven.
Los agentes se quedaron con el número de teléfono de Hugo y, cuando iban de camino a casa en el taxi, se pusieron en contacto con él para darles la ubicación de la estación de servicio donde estaba su coche y le pidieron la del apartamento donde se hospedaban, siempre según la versión del testigo. Los padres de Andrea aseguran que los policías usaron la excusa de desplazarse hasta la vivienda para «terminar de cumplimentar unas diligencias».
Al parecer, decidieron esperarlos abajo, en la entrada del edificio, para evitar que ellos subieran. «Ellos llegaron a los cinco minutos vestidos de uniforme. Pretendían quedarse a solas con ella abajo y yo les dije que no lo iba a permitir. Entonces, me quitaron las llaves de la mano y nos obligaron a todos a subir al apartamento». Dice Hugo que la actitud de los agentes no era «ni violenta ni amistosa, pero son policías, las personas en la que más tienes que confiar, y lo que menos puedes pensar es en que va a ocurrir algo así».
En el piso «ocurre que hay cocaína», apunta el joven sin querer profundizar demasiado. Los agentes, según las versiones de víctima y testigos, comenzaron a desnudarse y a consumir esta sustancia estupefaciente. En ese instante, su novia, Karla, consiguió escapar, presa de un ataque de pánico. «Yo me quedé para intentar ayudar a Andrea, pero a mí me inmovilizó uno de los policías locales y me sacó de la casa», añade.
Hugo asegura que su amiga «se negó en todo momento, subiéndose la cremallera del vestido». El joven insiste en que intentó ayudarla, pero que ellos le empujaban para apartarlo y lo arrinconaban. «No puedo describirlo. La humillaron y abusaron de ella. Le di la mano como pude y le dije: 'Tranquila, todo pasa'», agrega.
Tras esa primera supuesta agresión sexual, que se habría producido en el salón, Andrea entró en su dormitorio para vestirse, ya que, según dice, le destrozaron el vestido y la ropa interior. Hugo entró detrás, trató de explicarle lo que estaba pasando y calmarla, pero «uno de los vino detrás de mí, me inmovilizó y me sacó de la casa» bajo el pretexto de que lo acompañara a su casa en busca de más droga, concretamente hachís.
Cuenta Hugo que lo subió en un Audi de color negro, condujo hasta su domicilio y que lo dejó encerrado en el coche mientras él entraba supuestamente a por cannabis. «Yo llevaba el móvil encima, pero no se me ocurrió llamar a la policía... ¡porque tenía a la policía delante!». En el apartamento, Andrea permanecía en el otro dormitorio con el otro agente, quien presuntamente la violó mientras ellos iban en busca del hachís.
Cuando volvían, Hugo recibió una llamada de Karla, que estaba siendo asistida en una ambulancia que estaba aparcada cerca del edificio. «Me ordenó que le dijera que pidiera el alta voluntaria». Acto seguido, el policía llamó a su compañero, siempre según la versión del testigo, para advertirle de la presencia de la ambulancia y que debían huir.
Según las fuentes consultadas, antes de marcharse de allí, llegaron a acercarse a los sanitarios para preguntar qué había sucedido y si necesitaban ayudan. Poco después, cuando llegó la Policía Nacional, Hugo y su novia empezaron a contar lo sucedido. Andrea tardó más de 12 horas en poder contarle a los investigadores las agresiones sexuales que supuestamente había sufrido.





Y otra cosa extraña, pasan de pedir para cada uno de los agentes entre acusación particular y fiscalía 33 años de condena más 120.000€. Y sorprendentemente de forma extrajudicial acuerdan compensación de 80.000€ para la chica, para ellos unos cursillos de educación sexual y la prohibición de ejercer el cargo cambio de no ir a la cárcel.
 
Mas bien parece que el "amigo" utilizó a su amiga como cebo para congraciarse con los policías (quizás por miedo de que le multarán) y por eso les mandó la ubicación de la casa.
Sí, yo también pienso que el amigo fué de listo ofreciéndola, pero aún así en la historia hay cosas raras, porque vamos, no sé de cuánto será la multa por superar la tasa, pero desde luego si es como lo cuentan lo pagaron muchísimo más caro.



Recupero este post antiguo que me parece interesante.

El policía que intercambia mensajes con el chico, a las 6:22 de la mañana le escribe a la víctima "estás?", después de que a las 6:21 el amigo le dijese "fulanita os espera". Es evidente que ella le tuvo que dar su número, no? O igual el amigo.

Cuando los detienen, el policía pone a disposición su teléfono para que lo investiguen y ahí encuentran además de las conversaciones, una fotografía de la víctima con él "en actitud cariñosa". También inducida por el amigo para evitar la multa?
Si tanto miedo pasaron (les quitan las llaves de la vivienda para subir sin ellos aceptar, el chico intenta ayudar a la víctima pero le agreden, el otro poli lo obliga a acompañarle y le deja encerrado en su coche mientras va a buscar drogas, la novia se va presa del pánico etc) no entiendo cómo es posible que después de todo eso el policía vuelve a escribir al chaval para preguntarle cómo está la novia y para ofrecerles ayuda de cualquier tipo.

No sé, que no dudo para nada de la violación, de que en un momento dado ella reculara y en su derecho estaba, solo faltaba, pero no me creo la historia que quisieron montar.

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Los mensajes entre el amigo de la víctima de la violación y 'Ken', uno de los policías acusados: "Ella os espera"

REPORTAJES
Los mensajes entre el amigo de la víctima de la violación y 'Ken', uno de los policías acusados: "Ella os espera"
14 junio, 2018 02:44
  1. ESTEPONA
  2. VIOLACIONES
Andros Lozano @AndrosLozano
5.59 horas de la mañana del domingo pasado, Estepona (Málaga). “Gracias por todo. De verdad”, le escribe L., un chico de Madrid, a J. C., uno de los dos policías locales que unos minutos antes, al ver salir de una discoteca y subirse al coche a L. junto a su novia y una amiga, les han preguntado si van bebidos y les han aconsejado volverse en taxi a casa.

Los tres jóvenes están en Estepona porque hace unos días que han terminado la Selectividad. Son de Madrid. La casa de la chica que va sin pareja está en una urbanización de la localidad malagueña. Pertenece a su padre. Ella tiene 18 años, es de origen colombiana y vive en Moralzarzal. La joven ha invitado a su amiga y al novio de ésta a pasar unos días de asueto en su residencia de la Costa del Sol.



Los policías locales que les han aconsejado marcharse en taxi a casa responden a las iniciales de V. (37 años) y J.C. (38). Al menos, J.C. se intercambia el número de teléfono con dos de ellos: L., el varón del grupo, y la chica colombiana que tiene una residencia en Estepona.

6.06 horas de la mañana del domingo. El policía local J.C., al que apodan ‘Ken’, contesta al chico que siete minutos antes le ha dado las gracias. El agente le manda un audio de voz por Whatsapp de tres segundos de duración. Se entiende que le pide la ubicación de la vivienda en la que están. El chico le responde enviándole el lugar exacto en el que se encuentran y le dice: “Ahí la tenéis”.


J.C., policía local de Ronda con más de una década de destino en Estepona, vuelve a responder al joven: “En 10 min estamos allí. Bloque y piso?”. El chaval le contesta: “Os esperamos abajo”. J.C dice: “Perfecto”. Durante los siguientes cuatro minutos dejan de intercambiarse mensajes.

06.12 horas del domingo. “Estamos ya aquí”, vuelve a escribir L., el joven madrileño, al agente de Policía J.C., quien no le contesta. Nueve minutos más tarde, a las 06.21, L. vuelve a escribirle al policía. “María (nombre distinto al real de la dueña de la casa) os espera”.

Justo después de recibir este mensaje, J.C. le escribe a la joven colombiana de 18 años. Son las 6.22 horas. “Estás?”, le pregunta el policía a la chica. Ella no llega a recibir el mensaje. O no tiene cobertura o tiene el teléfono apagado. Pero lo evidente es que, a la salida de la discoteca, le ha dado su número de teléfono al agente de mayor edad.

Un minuto después, a las 06.23, J.C. le envía un nuevo mensaje de audio al chico. Esta vez, de cuatro segundos. No sabemos qué le dice. L. le responde a las 06.30. “Cómo vais”, pregunta al policía, que contesta “llegando” y le adjunta su ubicación actual.

En ese momento, J.C. se encuentra circulando, ya no en coche oficial, por la autovía del Mediterráneo, que une todas las localidad costeras de la Costa del Sol. Va junto a su compañero V. “Vale”, dice L. Ahí se termina la conversación entre el joven y el policía, que no vuelve a retomarse hasta casi dos horas después.

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Mensaje enviado por J.C., uno de los policías detenidos, a la chica que ha denunciado haber sido víctima de una violación.E. E.

Denuncia de violación
Pocos minutos después de terminar la conversación, los tres amigos y los dos policías locales que acaban de terminar un servicio especial de 24 horas, se reúnen en la casa del padre de la joven de 18 años. Los agentes todavía llevan su uniforme oficial.

Horas más tarde de ese mismo domingo, la joven colombiana denuncia haber sido violada por ambos policías. Ante efectivos de la Policía Nacional, la chica cuenta que, tras salir de la discoteca en la que habían pasado la noche anterior ella y sus dos amigos, los agentes locales le preguntaron al conductor si había consumido bebidas alcohólicas.

Su amigo, L., respondió que sí, a lo que los agentes les indicaron que dejasen el coche aparcado. Según el relato de la denunciante, también les aconsejaron volverse en taxi a casa y se ofrecieron a llevarles el vehículo cuando finalizasen su jornada laboral.

La supuesta víctima narra que, momentos después de que ella y sus dos amigos llegasen a su destino, se personaron los dos agentes en el coche particular de uno de ellos. Tras mantener una breve conversación amistosa, los policías habrían propuesto a los jóvenes subir al domicilio. Éstos, al ser policías, accedieron a ello. Una vez allí, se habría producido la violación por ambos.

Tras los hechos, la joven denunció. Acto seguido se activó el protocolo para este tipo de casos. Se trasladó a la víctima a un centro hospitalario, se recabaron los testimonios de todos los posibles testigos y se dio cuenta a la autoridad judicial.

Ambos agentes fueron detenidos al día siguiente, sobre las 15 horas del pasado lunes. Una vez en comisaría, J.C., el policía que se intercambió mensajes con la denunciante y su amigo, entregó su teléfono para que los investigadores pudieran ver sus conversaciones.

Según ha sabido EL ESPAÑOL, que ha accedido en exclusiva a las conversaciones, entre la información incluida en el dispositivo móvil se encuentra también una foto tomada en la casa de la denunciante. En ella, el agente y la joven aparecen abrazados en actitud cariñosa, aunque se desconoce la hora en la que se realiza.

"Dije que no. Lo dije claro"
Este miércoles, Telecinco publicó el testimonio dado por la chica en una entrevista al canal. La joven narraba así lo sucedido: “Después de pasar unas semanas de muchos nervios estudiando para selectividad, invité a una amiga y a su novio al piso de mis padres en Estepona. El sábado por la noche estuvimos en una discoteca. Sobre las cinco y media de la mañana regresamos a casa en coche. Conducía el novio de mi amiga. Una pareja de policías nos pidió que parásemos. Le preguntaron al conductor si había bebido y dijo que sí. Entonces los agentes llamaron a un taxi y le pidieron a él su número de teléfono para enviarnos una localización para que supiéramos dónde estaba el coche.

Al llegar a casa un agente escribió un mensaje diciendo que yo les había gustado. Pocos minutos después llegaron los agentes a mi urbanización. Les esperamos abajo en el portal. Yo no quería que subieran, pero ellos insistieron. Le quitaron las llaves del piso a mi amigo… Los agentes consumieron cocaína sobre la mesa de mi salón. Se desnudaron poco a poco hasta quedarse en calzoncillos. Y comenzaron a tocarme…. los dos.

Mi amiga, al ver la situación, se fue con ansiedad. Una vez en la calle llamó al teléfono de emergencias. Yo no sabía qué hacer. No sabía a quién llamar. ¿Para qué llamar a la policía si la tenía en casa? Le pedí a mi amigo que no me dejara sola, pero él no pudo ayudarme. Eran dos y eran policías.

Me arrancaron el vestido y la ropa interior. Uno de ellos le retorció el brazo a mi amigo y le dijo dijo: ‘Vámonos a por más droga’. Me quedé sola con el otro agente y en la cocina, sobre la encimera, abusó de mí. Cuando llegó la ambulancia, recogió los restos de cocaína, se vistió y se fue. La policía nacional llegó 40 minutos más tarde.

Dije que no. Lo dije claro. Lo dije muchas veces. Al principio me resistí… pero llegó un momento en que sólo pude cerrar los ojos. Pensé que sería lo mejor. Lo cuento para ayudar a otras chicas. ¿Por qué me ha pasado esto a mí? Siento que esta no es mi vida”.


“L., dime qué pasa”
La misma mañana en la que se produce el encuentro en la casa de la denunciante, el policía J.C. vuelve a escribirle a L. Ya no están juntos. Los dos agentes se han marchado de la vivienda.

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EL ESPAÑOL ha tenido acceso a las conversaciones entre uno de los policías acusados de violación y el amigo de la víctima.E. E.

A las 08.23 horas, J.C. pregunta al joven: “Se encuentra mejor?”. Se entiende que hace referencia a la novia del chico. Diez minutos después insiste: "Lo que os podamos ayudar no dudes en llamarnos”. 20 minutos más tarde. “Luis, se encuentra mejor?”. A las 9.14 le escribe de nuevo. “Tío, dime qué pasa”. Pero L., el amigo de la denunciante, nunca más vuelve a responder.
(Esta parte no la entiendo. El policía le pregunta al chico por su novia (la que huyó con ansiedad y llamó a Emergencias) como si nada hubiera pasado y ofrece ayuda. )
Este jueves termina el plazo máximo de 72 horas que los investigadores policiales disponen antes de poner en manos del juez a los detenidos, a los que se les acusa de los supuestos delitos de amenazas, prevaricación y contra la salud pública. El Ayuntamiento de Estepona les ha suspendido cautelarmente de empleo y sueldo.
https://www.elespanol.com/reportaje...ken-policias-acusados-espera/314719707_0.html
 
y ahí encuentran además de las conversaciones, una fotografía de la víctima con él "en actitud cariñosa". También inducida por el amigo para evitar la multa?
A ver, esto puede ser perfectamente... En una situación tensa de la que quieres salir y mas siendo policías, bien puedes querer seguirles "el rollo" para quitárselos de encima de buenas. Yo recuerdo que cuando era yo una adolescente, una mujer me atraco a mí y a una amiga, y al tiempo la vimos y la saludamos con una sonrisa (ella nos saludó primero) como auténticas idiotas. Cuando te sientes amenazado puedes responder con actitud sumisa o conciliadora para salir del paso.
 
No sé porqué decís que la cocaína estaba en casa de la chica, no es verdad.
La coca la llevaban los policías encima, de hecho uno de ellos se relacionaba con traficantes y ya tenía mala fama de antes.
Los chavales no consumieron droga.
 
No sé porqué decís que la cocaína estaba en casa de la chica, no es verdad.
La coca la llevaban los policías encima, de hecho uno de ellos se relacionaba con traficantes y ya tenía mala fama de antes.

Por mi parte solo doy mi opinión de la declaración del amigo que es quien dice en una entrevista a DiarioSur:

En el piso «ocurre que hay cocaína», apunta el joven sin querer profundizar demasiado.

Los chavales no consumieron droga.

La víctima dijo haber consumido cocaína de forma obligada, por eso la fiscalía elevaba de 30 a 33 los años solicitados de condena al sumar esos 3 años por un delito contra la salud pública.


De unos mismos hechos y declaraciones, hasta los mismos implicados a veces tienen una visión distinta, imagínate los que sólo conocemos lo que se publica.
 

Acuerdo y condena, según han dicho en el programa:

2 años de cárcel (no entrarán en prisión)
10 años de alejamiento
80.000 € de indemnización
5 años de libertad vigilada
Expulsión de la policía
30 años en el fichero de delincuentes sexuales
 
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