🟠 Noviembre 2, 2021: Comienza el juicio por el crimen del concejal Javier Ardines, Edil de Llanes.

Prima, ha debido de cambiar a otro sitio porque ahora pone esto en su perfil de LinkedIn.

Espero y deseo que los declaren culpables a la pena maxima.

Ardines era un mujeriego que no sabía dejar la bragueta quieta, pero los otros eran unos buitres. Y nada justifica que te quiten la vida por unos celos y por su mala cabeza.
 

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Prima, ha debido de cambiar a otro sitio porque ahora pone esto en su perfil de LinkedIn.

Espero y deseo que los declaren culpables a la pena maxima.

Ardines era un mujeriego que no sabía dejar la bragueta quieta, pero los otros eran unos buitres. Y nada justifica que te quiten la vida por unos celos y por su mala cabeza.
Gracias prima!; Yo también rezo porque los declaren culpables. Ardines podía ser lo que quieran pero la ira y frustración de Pedro le mató, destrozando familias enteras. Qué importante es aprender a gestionar las emociones.
 
Sería un mujeriego, pero esas mujeres elegían estar con él voluntariamente. A él le han arrebatado la vida sin opción. Espero que les condenen con la máxima pena. Pero en este país si no hay pruebas contundentes es fácil irse de rositas. Miedo me da la sentencia.
 
Destaco esto:

Tal como dice hoy mi estimado colega Ricardo Royo Villanova, si este concejal asesinado en Asturias hubiera sido de Ciudadanos o del PP, ahora mismo estaríamos en medio de un clima de persecución obsesiva contra todo aquel o aquella que no se dé golpes de pecho y emita condenas compulsivas, habrían inventado un lacito de algún color para lucirlo en la solapa y sobre todo para perseguir a quien no lo luzca y cosas así. Pero era de Izquierda Unida, así que nada.

Menuda estupidez, cuando todo el mundo en Llanes estaba conmocionado. Cuando mataron a Isabel Carrasco no sacaron ningún lazo ni persiguieron a nadie, que yo recuerde.
 
Sería un mujeriego, pero esas mujeres elegían estar con él voluntariamente. A él le han arrebatado la vida sin opción. Espero que les condenen con la máxima pena. Pero en este país si no hay pruebas contundentes es fácil irse de rositas. Miedo me da la sentencia.
Estoy hasta nerviosa de pensarlo. Mañana por la mañana el jurado se aísla en un hotel a deliberar. A ver cuánto tardan...
 
Yo creo q es tan evidente… que la katia (catalina en dni) va a tener que seguir trabajando en el comedor escolar xq el marido no va a poder mantenerla
Ya no recuerdo en qué pagina del post lo leí o si fue en algún medio pero estoy segura de leer que después del asesinato del concejal y antes de la detención de Pedro cambiaron la titularidad del chalet en Llanes a Katia, supongo que ya presentían que podría caer y para que no se quedaran sin su fortuna la Katia y sus hijos... si lo declaran culpable aún se va a declarar isolvente para no pagar las costas ni la indemnización y ahí no sé cómo actúa la ley, no sé si se consideraría alzamiento de bienes (si el cambio de titularidad se hace después del crimen y resulta condenado), si alguna prima sabe de leyes agradezco aclaración 🤔🤔🤔🤔
 
Ya no recuerdo en qué pagina del post lo leí o si fue en algún medio pero estoy segura de leer que después del asesinato del concejal y antes de la detención de Pedro cambiaron la titularidad del chalet en Llanes a Katia, supongo que ya presentían que podría caer y para que no se quedaran sin su fortuna la Katia y sus hijos... si lo declaran culpable aún se va a declarar isolvente para no pagar las costas ni la indemnización y ahí no sé cómo actúa la ley, no sé si se consideraría alzamiento de bienes (si el cambio de titularidad se hace después del crimen y resulta condenado), si alguna prima sabe de leyes agradezco aclaración 🤔🤔🤔🤔
Creo que podría ser alzamiento ya que está clara la pirula. Una cosa es q se hiciese el cambio de titularidad antes del crimen. Pero si está siendo juzgado por precisamente ese crimen…. Entiendo que si podrían ir a por ellos.

que malos son (Pedro y katia). Malos caballos….
 

Edito y copio un artículo muy interesante. Que el pedrito se intentó escapar por la ventana y katia (catalina pa los amigos) se quejó de que habían hecho desperfectos en el registro y que la dijeron que se estuviera tranquilita…. Encima chula.


1.161 · 18/Mar/2019, 17:13

Los siete magníficos de la UCO en el crimen del concejal​

  • LORENZO SILVA
Actualizado Lunes, 18 marzo 2019 - 01:59
Dos mujeres y cinco hombres de la UCO desentrañaron el misterio de una muerte contratada en familia. Los sicarios confirmaron la ejecución con una frase: "El señor ya no está"
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Los agentes de la UCO detienen a Pedro Nieva (sentado en la habitación) y registran su lujosa casa. CRÓNICA
El 27 de julio de 2018 no fue un buen día para Francisco Javier Ardines, edil por Izquierda Unida y responsable del área de Personal del concejo de Llanes. El diario El Comercio traía la noticia de que un juez suspendía cautelarmente la oposición que había convocado para proveer una plaza en la Policía Local. Era un revés enojoso para un hombre de carácter, que solía obtener lo que se proponía.
Sin embargo, ese mismo día ocurrió algo que no supo y que iba a serle mucho más adverso. Pedro Luis Nieva, marido de una prima de la mujer de Ardines, viajó hasta Llanes desde su casa en Amorebieta. Mientras cruzaba Cantabria, tuvo un contratiempo: su Audi A6 Avant, casi nuevo, se averió. En vez de abortar el viaje, pidió a la compañía de seguros un taxi en el que se trasladó al aeropuerto de Santander, donde alquiló un coche con el que continuó hasta Llanes. Allí pasó parte del día, para devolver esa misma tarde el vehículo alquilado en el aeropuerto de Loiu, en Vizcaya. Lo que hizo Pedro durante las horas que pasó en Llanes iba a resultar funesto para Javier, pero este viaje iba a ser también la semilla de su propia perdición.
La fatalidad que quiso que un flamante Audi fallara quiso también que cuando apareció el cadáver de Javier, en la mañana del 16 de agosto de 2018, en el camino que conducía a su casa, acudiera al lugar de los hechos un equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil, compuesto por agentes del puesto de Llanes y de la Comandancia de Gijón, que apreció en las circunstancias de la muerte -notoriamente violenta- y en la personalidad de la víctima -muy conocida en la zona, con cargo público y un perfil polémico- razones suficientes para pedir el apoyo de la Unidad Central Operativa (UCO). Esta asignó al caso y destacó a la zona, durante meses, un equipo de siete personas, cinco hombres y dos mujeres, con una combinación de experiencia y juventud que, unida al conocimiento del terreno de los agentes asturianos, iba a ser letal para los autores del crimen.
En las frecuentes tormentas de ideas del equipo -formado por los siete de la UCO, tres agentes del equipo de Policía Judicial de Llanes y cinco de la unidad orgánica de Policía Judicial de Gijón, más sus respectivos superiores, en Gijón y Madrid- se empezó a hablar una y otra vez de aquel 27 de julio como de la fecha clave que permitiría resolver el misterio de quién y cómo había asesinado a Francisco Javier Ardines. Y así fue, al final porque, en ese viaje, según la imputación, se organizó todo.
Para poder preguntarse por ese 27 de julio fue necesario, sin embargo, llegar antes hasta Pedro Luis Nieva. No sucedió en seguida: la semana siguiente al crimen la invirtieron los agentes en explorar todos los frentes en los que el concejal podía haberse procurado la enemistad de alguien. Abrieron así tres líneas: su actividad política, sus roces con vecinos y su vida sentimental. Especialmente complejas se revelaron la primera y la tercera.
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La amante, el marido y la víctima. De izq. a dcha., sin pixelar, Katia Blanco, Pedro Luis Nieva y Francisco Javier Ardines.
Como concejal, Ardines había despertado la animadversión de muchos a raíz de sus actuaciones, en su condición de edil de Medio Ambiente, para racionalizar la explotación de la costa del municipio; pero sobre todo había chocado con los funcionarios municipales, en su mayoría provenientes de la corporación anterior, del PSOE, desplazada del poder por un pacto entre Foro, IU y la marca local de Podemos.Pronto se centraron las principales sospechas en la Policía Local, cuyos agentes, alguno de ellos con 20 años de interinidad, se sentían especialmente damnificados por Ardines, empeñado en sacar sus plazas a concurso con unos baremos donde la experiencia pesaba poco y que incluían, en cambio, pruebas físicas sólo aptas para jóvenes atletas.
Estas indagaciones no condujeron al final a nada, aunque la rumorología, recogida como noticia por algún periodista, se disparó. Lo cierto es que los funcionarios, al interrogarlos, se mostraban tranquilos y confiados: ninguno pretendió hacer creer que Ardines fuera santo de su devoción, pero todos negaban su implicación con firmeza y uno de ellos llegó a decirles a quienes le interrogaban: «Menos mal que está en esto la UCO, porque ellos lo van a resolver y van a encontrar al que lo hizo». Creía el policía local estar declarando sólo ante agentes asturianos, a los que hacía así de menos: lo cierto es que en esa diligencia, como en muchas otras, el equipo era mixto y ya estaba, sin saberlo, hablando con ésos a quienes confiaba su exculpación.
La comprobación de las evidencias técnicas -posiciones de teléfonos móviles y otras- corroboraba el testimonio de los policías locales, por lo que cobró fuerza otra línea, la vinculada a la vida sentimental de Ardines. Según los rumores que corrían por el pueblo, y de los que los agentes fueron pronto conocedores, se le atribuían aventuras con gran número de vecinas. No había otra que comprobarlas, y aunque no todas se probaron ciertas, sí lo fue más de una por reconocimiento de la interesada.
La que al cabo resultaría determinante fue la que estaba más cerca de su círculo familiar, y que afloró gracias al clip de audio que Pedro Luis Nieva había enviado por WhatsApp a la mujer y la hija de Ardines pocos días antes del crimen. Era una grabación difícilmente audible en la que el concejal y Katia, la esposa de Pedro, hablaban con complicidad sospechosa, entre otras cosas, de cómo calentaba Katia la casa que tenía en Llanes en ausencia de su marido, o del tiempo que llevaban «librando» los dos.
Esta conversación, grabada con su teléfono por el propio Pedro tras ausentarse de una cena que compartía con Katia y Javier, no sólo sugería la infidelidad de su mujer con el marido de su prima, sino los celos furiosos que la sospecha producía en el afectado, y que le habían empujado a mandárselo a la familia del edil. Ésta fue la que facilitó a los agentes ese clip de audio que iba a dirigir todas las sospechas hacia Nieva. Katia negó al principio la relación, reduciendo la conversación grabada a una charla picante. En una segunda entrevista, no sólo la admitió, sino que reconoció que se remontaba a 30 años atrás.
Previa la oportuna orden judicial, se produjo la intervención y se recabaron los datos de tráfico del teléfono de Nieva. Incluso se logró acceder al terminal y volcar su contenido, aprovechando una ocasión en que lo llevó a arreglar a un servicio técnico. Así se averiguó que su dueño había hecho búsquedas de páginas web sobre material de espionaje y pruebas de paternidad -lo que ratificaba la tesis de que el engaño le atormentaba- y se aisló ese patrón extraño de comportamiento del 27 de julio.
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En el esclarecimiento final del crimen fue crucial el análisis de los datos de posición del teléfono de Pedro Nieva a lo largo de ese 27 de julio, y del tráfico en las antenas a las que su terminal se enganchó.
En varias de ellas se localizó otro número que resultó ser de titularidad de la mujer de un tal Jesús Muguruza, que era su usuario efectivo, y con el que se comprobó que Nieva había cruzado llamadas antes y después de ese día. El análisis de los movimientos de Muguruza permitió determinar que había ido con Nieva a Llanes. La compañía de seguros que atendió la avería del Audi suministró otro dato: le habían solicitado un taxi para tres personas. El asunto iba tomando color: como se iba a comprobar luego, Nieva y Muguruza habían compartido la ruta con alguien más. El motivo del viaje era reconocer el terreno y preparar la emboscada que finalmente, tras un posible intento fallido varios días antes, acabaría con la vida del concejal poco después de las seis de la mañana del 16 de agosto de 2018.
A través de Muguruza, un hombre que según reconoció a los investigadores le debía mucho a Nieva -«le había sacado del hambre»- y que se vino abajo al recibir la visita de la Guardia Civil, no costó mucho llegar hasta esa tercera persona: Djilali Benatía, de origen argelino y vecino del barrio de Ocharcoaga, en Bilbao.
Aunque Muguruza no facilitó más datos que su nombre de pila -Yilali, tal como suena- y que tenía un monovolumen Citroën C4 Picasso, este dato fue suficiente para localizarlo. Los agentes que peinaron el barrio de Ocharcoaga en busca de los C4 Picasso que hubiera allí aparcados -al más puro estilo de algunas operaciones de localización de comandos de ETA, sin otro dato que su modelo de coche, según recordaría alguno de ellos, veterano de aquellas lides-, se toparon con varias decenas de ellos, pero no llevó mucho tiempo comprobar la titularidad de todos y dar con el que estaba a nombre de Djilali Benatía.
El análisis del teléfono que usaba Djilali y la obtención de sus antecedentes policiales permitió conectarlo con una cuarta persona, que resultó ser el compañero con el que se ofreció a Muguruza, según la versión de este, a darle una paliza a Ardines por cuenta de Pedro Nieva, a cambio de 11.000 euros -al final, y tras la muerte, acabarían siendo 30.000-. El cuarto hombre, Maamar Kelii,un tipo grande y capaz de hacer el trabajo, según su compañero, tenía antecedentes por robo en los que figuraba junto a Djilali.
En el historial del teléfono que utilizaba éste, se vieron las llamadas cruzadas con un número contratado bajo una identidad falsa pero que resultó ser el que Maamar había dado en el colegio de su hijo como contacto familiar. Y algo más importante: era uno de los números queen la madrugada del crimen se conectaron a las antenas que daban cobertura a la zona en la que este se produjo.
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Djilali, según se desprende de la investigación, tuvo la precaución de apagar su teléfono y sacarle la tarjeta; pero Maamar, confiado en la falsa identidad con que se había contratado el suyo, se limitó a no usarlo y lo mantuvo conectado, permitiendo así ubicarlo en el lugar del delito. Las cámaras de la autopista ofrecieron, además, la prueba definitiva del viaje del C4 Picasso de Djilali de Vizcaya a Llanes, ida y vuelta, en la madrugada del 16 de agosto. En resumen, y como es regla en cualquier actividad humana de riesgo, todo lo que podía fallar había fallado, los profesionales del crimen buscados por Muguruza para su amigo lo habían sido sólo a medias y la investigación estaba madura para ir a por los autores.
Los siete de la UCO habían pasado a esas alturas muchas semanas fuera de casa, pernoctando al principio donde pudieron -en Llanes no es fácil encontrar alojamiento en agosto- y luego en un hotel que, gracias a las gestiones del asturiano del grupo, mantuvieron abierto para ellos y del que llegaron a hacer su hogar, con intervalos en el País Vasco. Durante la investigación falleció el padre del teniente al frente del equipo, que no tuvo más remedio que simultanear el duelo con las pesquisas. El día de las detenciones, el 19 de febrero de 2019, se repartieron para ir a por los tres sospechosos que estaban en España; Maamar, que temía que la investigación estuviera avanzando -a raíz de una información de prensa- había escapado a Suiza, donde acabó detenido por otro delito.
El comandante responsable de la operación en la UCO y el capitán de Policía Judicial de Gijón se trasladaron a Llanes para dar antes la noticia a la familia, a la que así se lo habían prometido. La mujer de Ardines, Nuria, al verlos venir, preguntó: «¿Ya está?». La respuesta fue igualmente concisa: «Ya está». La viuda suspiró, aliviada, y dijo que llevaba toda la noche sin dormir, como si presintiera el desenlace.
Las entradas en los domicilios de Pedro y Djilali resultaron algo accidentadas. Realizadas por agentes de los GAR, curtidos en la lucha antiterrorista, fueron tan expeditivas que el argelino y Katia, la mujer de Pedro y detonante de los celos que llevaron al crimen, protestaron por los desperfectos. A la segunda, alguien le hizo ver que aquello era lo que era y que estuviera tranquila. Con Djilali costó algo más: encarándose con los GAR, les gritaba que «le iban a comer la poxx» y que «si tenían huevos se fueran a vacilar a Afganistán». A lo que uno de los GAR le respondió que allí había estado, y también en Irak. Pedro trató de escapar por una ventana de la buhardilla de la casa -grande y lujosa, signo entre otros de su elevado nivel de vida, difícil de explicar sólo con sus trabajos como electricista-, pero su intentona fracasó.
Muguruza no opuso resistencia. Se lo esperaba, y se tomó un momento para despedirse de su mujer y de su hijo. Fue sin embargo Djilali quien en los interrogatorios aportó más datos: fueron él y Maamar quienes abordaron a Ardines cuando en la mañana del 16 de julio de 2018 se bajó a quitar las vallas con las que le habían cortado el paso.
Según él, lo rociaron con gas pimienta -cada uno llevaba un spray- sin demasiado efecto: el concejal echó a correr, un impulso natural en un paraje oscuro como boca de lobo y ante la presencia de dos hombres armados con un bate y un palo, pero lo alcanzaron. Tras golpearlo, cayó al suelo y en ese momento Djilali afirma que se retiró, mientras Maamar se quedaba solo con él. Dice que oyó un golpe, y que el otro le dijo luego que le había dado con el bate en la rodilla.
Lo cierto es que la víctima falleció por asfixia mecánica. Alguien se ocupó de estrangularlo, asegurando su muerte. Que se tratara sólo de darle una paliza, como afirman Muguruza y el propio Djilali, queda así en entredicho. Cuando la noticia de la muerte saltó a los periódicos, Maamar telefoneó a Djilali. Según este, la supo por él, con estas palabras: «El señor no está».
 
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